introduccion

Anuncio
INTRODUCCION
La expansión de las exportaciones se ha constituido en la estrategia dc dcsarrollo chilena. Como resultado, las exportaciones en dólares corrientes aumentaron mas de 400% entre 1985 y 1995, la participación de éstas en el producto SCelevó de un 28% a un 34% en el mismo período, y hubo una diversificación tanto de bienes como de destino de las exportaciones.
En síntesis, Chile es un país exportador y las exportaciones desempeñan
un rol fundamental en la economia chilena. Pero, ¿en qué consiste este rol?,
Lcómo va a afectar este modelo exportador la cuestión distributiva?, hcuáles
son las semejanzas y diferencias entre el modelo exportador chileno y el de las
economías asiaticas? Estas son las interrogantes que son analizadas en los artículos que constituyen este libro.
En el Capítulo 1, “las exportaciones como motor dc crecimiento: la evidencia chilena” (P. García, P. Meller y A. Repetto), se examina cl tópico siguiente: Cuando se dice que las exportaciones son el motor de crecimiento
dc la economía, ¿qué significa esto?; ¿es esto efectivo?; jcómo actúa este motor, i.e., cuáles son los mecanismos por medio de los cuales el sector cxportador “arrastra” y/o “impulsa” al resto de los sectores? La relación que se examinará es aquella entre el crecimiento de exportaciones y la expansion del
producto; de esta forma se observará el rol que desempeñan las exportaciones
como motor del crecimiento,
La débil base de información estadística existente sugiere evitar
conclusiones tajantes. No obstante lo anterior, se observan algunos resultados
bastante interesantes. En primer lugar, las exportaciones desempeñarían el rol
de motor de crecimiento puesto que estimulan la expansion de los sectores
domésticos no exportadores; en el caso chileno, las exportaciones cumplen
este rol sólo en un contexto de apertura externa. En segundo lugar, el tipo de
exportaciones afectaría la posibilidad de que éstas jueguen el rol de motor
dinámico. En el caso chileno. las exportaciones no mineras serían las que
12
INTRODUCCION
generarían una externalidad positiva que estimularía el crecimiento de los
sectores domésticos no exportadores; en cambio, no se observa un efecto
similar por parte de las exportaciones mineras. El efecto de la extcrnalidad
sería importante desde el punto de vista cuantitativo; en el caso chileno su
efecto es equivalente casi al SO% del monto directo del crecimiento de las
exportaciones no mineras.
Este tipo de resultados sugeriría para la economía chilena la justificación
del uso de medidas de política no neutrales orientadas al apoyo de la expansión de exportaciones no mineras.
Los resultados anteriores parecieran refutar el argumento tradicional de
Kravis, en el sentido dc que las exportaciones sólo “acompañan” el proceso de
crecimiento. Es posible que las profundas reformas económicas llevadas a
cabo en la segunda mitad de la década de los setenta hayan sentado las bases
para un mayor nivel de crecimiento dc las exportaciones y, por lo tanto, del
producto agregado. Las estimaciones econométricas sugieren que adicionalmente el sector no exportador se ve beneficiado por la expansión de las exportaciones, Luego, aparte del impacto de las exportaciones sobre el producto por
el efecto dc composición, existe un “spillover” sobre el resto de la economía.
Por otra parte, sin embargo, es posible rescatar el planteamiento de Kravis, en el sentido de que la relación detectada entre exportaciones y crecimiento sólo se verifica en el período de apertura comercial. Por ello, no es posible
señalar que las exportaciones son el motor de crecimiento per se, sino que su
rol depende de la existencia de las condiciones adecuadas dc apertura y libre
mercado. Esta sería, aparentemente, una diferencia central entre lo observado
en la economía chilena y la experiencia de la mayoría de las economías del
sudcstc asiático.
El Capítulo 2, “indicadores de competitividad de las exportaciones chilenas” (A. Repello y P. Mcller), analiza el rol de algunos factores fundamentales que han incentivado la expansión de las exportaciones chilenas; de esta
forma, será posihle examinar la posibilidad de que en la década del 90 persista
el dinamismo exportador observado en la segunda mitad de los 80. El tipo de
cambio real ha sido utilizado tradicionalmente como indicador de competitividad exportadora. Sin embargo, dada la diversificación de exportaciones en términos dc productos y destino, el tipo de cambio real (TCR) calculado por el
Banco Central no es necesariamente una medidd apropiada de la competitividad y rentabilidad para exportar cada producto. Esto, porque para examinar la
evolución de estos clcmentos es necesario conocer la evolución del costo domcstico de producir el bien, la productividad de faclorcs y cl retorno unitario a
la venta del bien en los mercados externos.
En el Capítulo 2 se construye un indicador de competitividad relevante
para cl sector exportador en su conjunto y para algunos bienes seleccionados
INTRODUCCION
II
(cobre, productos forestales, celulosa, harina de pescado, manzanas y uva).
Este indicador de competitividad exportadora (ICX) corresponde al tipo de
cambio nominal inflactado por el índice de precios externo (en US$) específico del bien exportado, y deflactado por el deflactor del PGB.
Dos factores han incidido fundamentalmente en esta evolución de la
competitividad exportadora: el precio internacional de cada bien y el tipo de
cambio real. En efecto, en la segunda mitad de la década de los 80, las exportaciones experimentaron un doble shock positivo: por una parte hubo un alza
significativa de los precios de la mayoría de los bienes y a la vez el TCR experimentó una fuerte devaluación. En cambio, en la década del 90 (hacia el
año 1993), la competitividad del sector exportador enfrenta un importante
shock negativo de precios internacionales que erosiona casi totalmente la devaluación real implementada a partir de 1985. Este shock negativo se revierte
en 1994.
Adicionalmente, con el Iin de determinar si las bajas en aranceles y el
sistema de reintegro de los aranceles pagados por importación de insumos
para exportaciones han favorecido al sector exportador, SCconstruyó un índicc
de precios relativos entre el precio internacional de los bienes exportados y el
de los insumos importados, corregido por aranceles y reintegro. Se muestra
que ha habido una caída cn cl costo relativo de importar insumos para la producción de exportaciones, lo que ha redundado en una mayor competitividad
para el sector. Por último, la incorporación del incremento de la productividad de factores eleva la competitividad exportadora. Adicionalmente, disminuye la importancia de la devaluación del tipo de cambio real en el aumento
de la competitividad en la segunda mitad de la década del 80, y atenúa el efecto de la apreciación cambiaria observada durante la década del 90 en relación
al período lina1 de los 80.
En síntesis, a pesar dc la apreciación cambiaria observada en la década
del 90, hay una serie de factores que contribuyen a neutralizar cstc fenómeno,
explicando de esta forma la acelerada expansión exportadora reciente.
La cuestión distributiva vinculada al modelo exportador, se examina en
los tres capítulos siguientes. En primer lugar, se observa lo sucedido con el
diferencial salarial empleado/obrero (Capítulo 3). En segundo lugar, se analiza la evolución del diferencial salarial entre las regiones y Santiago (Capítulo
4). En tercer lugar, se comparan los niveles de remuneraciones en empresas
exportadoras y no exportadoras de un mismo sector productivo (Capítulo 5).
Veamos brevemente cada uno dc estos tópicos separadamente.
En el Capítulo 3, “apertura comercial y diferencial salarial en Chile” (P.
Meller y A. Tokman), se examina el efecto que ha tenido la apertura comercial chilena sobre el diferencial salarial empleado/ohrero del sector manufacturero chileno. En síntesis, podría decirse que el punto de partida influye de
14
INTROIIUCCION
manera importante cn dctcrminar lo sucedido con la evolución del diferencial
salarial. En cl caso chileno, los resultados econométricos sugieren que la
(drástica) primera apertura comercial (de la década del 70) generó un notable
incremento en el diferencial salarial empleado-obrero. Esto puede haber eslimulado a la mano de obra chilena a incrcmcntar su nivel dc calificación. El
mayor aumento relativo de mano de obra calificada y la expansión de las exportaciones en la década del 80 han tendido a reducir el diferencial salarial
empleado-obrero en el período reciente. Pero el diferencial salarial observado
en la démdd del 90 cs en general superior a aquel observado a fines de la década del 60.
En el periodo postapertura (post- 1974) y particularmente en el período
de expansión exportadora se aprecia que el diferencial salarial empleado-obrero del sector exportador manufacturero es claramente superiora aquel del sector manufacturero competitivo con importaciones. Como contrapartida de lo
anterior el sector manufacturero competitivo con importaciones liene una
composición relativa mAs intensiva en empleados que aquella observada en el
sector exportador manufacturero; cstc último es relativamente más intensivo
en obreros. Este tipo de resultados supuestamente sería consistente con la teoría convencional de comercio internacional; sin embargo, la mayor parte de
las exportaciones manufactureras chilenas está orientada al mercado latinoamericano y no a aquel de los paises desarrollados.
Un análisis más desagregado de la evolución de los diferenciales de remuneraciones revela lo siguiente: En cada categoría, obrero y empleado, los
trabajadores más calificados incrementan el diferencial salarial respecto de
otros tipos de trabajadores de su misma categoría. En efecto, los obreros especializados incrementan relativamente más sus salarios que cl resto dc los obrcros; por otro lado, los cmplcados administrativos experimentan una pérdida
salarial relativa en relación a empleados de mayor calificación. En consecuencia, un mayor grado de calificación supuestamente permitiría un mayor
incremento salarial relativo para los empleados y los obreros a nivel intraocupacional; Le., la especialiLación laboral seria un mecanismo para lograr mayores incrementos salariales relativos dentro de cada categoría.
Por último, veamos lo que sucede entre distintas categorías; en primera
instancia consideraremos profesionales, empleados especializados y obreros
especializados. En cl periodo 1983-92 se observa una disminución relativa
del diferencial de remuneraciones de los profesionales respecto de los empleados y obreros especializados en -9% y -13% rcspectivamenle; i.e., los profesionalcs han cxpcrimcntado cn gcncral una pérdida relativa en relación a trabajadores especializados de otras categorías. Por otra parte, los gerentes aumentan significativamente su diferencial respecto a todas las otras categorías
ocupacionales. En qué medida este tipo de resultados ha sido consccucncia dc
TNTRODUCCION
15
la apertura comercial ylo de la expansión exportadora, es una cuestión que requiere una investigación profunda.
iSeguirá siendo válida la noción de que “Santiago es Chile”? Desde la
aplicación de la estrategia de desarrollo de industrialización basada en la sustitución de importaciones (IST), se ha observado un creciente proceso de concentración de la población y de la producción en la capital. En los 70s el país
experimentó un cambio profundo en la estrategia de desarrollo: la ISI fue reemplazada por un modelo de apertura comercial el que posteriormente se
transformó en uno de exportaciones (X). El objetivo implícito del Capítulo 4
“efecto regional del modelo exportador: evolución del diferencial salarial entre regiones y Santiago” (R. Escobar y P. Mcllcr) es analizar cuál ha sido el
impacto del cambio en la estrategia de desarrollo sobre el rol predominante de
Santiago en la esfera económica nacional. Para esto, se cuantifica y analiza la
evoluci6n observada en el diferencial de remuneraciones cntrc las regiones y
el Gran Santiago (Región Metropolitana, RM) para el período 1984-91.
El principal resultado observado es el siguiente. La evolución del diferencial salarial (entre regiones y la RM) es diametralmente opuesto para empresas grandes y pequeñas. En efecto, en general las empresas grandes localizadas en las regiones exhiben una clara convergencia hacia el nivel salarial de
sus contrapartes que están localizadas en la RM: El salario promedio pagado
por las empresas grandes localizadas en las regiones alcanzaba en 1984 al
75% de las empresas grandes equivalentes localizadas en la RM; en 1991, dicho salario promedio s~rpwa en 12% al de la RM. Por otra parte, el salario
promedio pagado por las empresas pequeñas de las regiones no converge hacia aquel pagado por empresas equivalentes de la RM. En efecto, el diferencial salarial de las empresas pequeRasde las regiones respecto de la RM era
equivalente al 5% en 1984; este diferencial se incrementa al 12% en 199 1. En
síntesis, el tamaño de la empresa ha sido una variable fundamental para generar una convergencia o divergencia entre los salarios de las regiones y de la
RM.
Por otra parte, los resultados muestran que la evolución del diferencial
salarial en el sentido de convergencia en los nivclcs de remuneraciones no
sólo se observa en sectores ligados directamente a la exportación, sino también en sectores tradicionalmente conocidos como no transables. Esto indicaría que la expansión del sector exportador regional tendría efectos positivos
sobre el resto de la actividad productiva regional.
Por último, en la década del 90 tiende a haber claramente una mayor dispersión salarial a nivel dc regiones respecto de aquella observada previamente. En otras palabras, el problema futuro no va a estar centrado en el diferencial existente entre las regiones y Santiago, sino que en el hecho de que hay
16
INTRODUCCION
ciertas regiones, presumiblemente no exportadoras, que están quedando marginadas del crecimiento económico del país.
El dinamismo exportador ha implicado diferenciales de crecimiento de
los diversos sectores productivos. En el Capítulo 5, “empleo y remuneraciones en el sector exportador chileno” (P. Meller y A. Kepetto) SCexaminan los
siguientes tópicos. iQué tipo de transformaciones ha experimentado la estructura productiva nacional? , icuál es la capacidad generadora de fuentes de
trabajo del modelo exportador?, ¿qué diferencias existen entre las empresas
exportadoras y no exportadoras en relación al tipo de tecnología y mano de
obra utilizada? Dado el gran grado de apertura existente en la economía chilena, las empresas manufactureras nacionales enfrentan un contexto altamente
competitivo en el mercado interno; luego, iexisten diferenciales de productividad apreciables entre las empresas manufactureras exportadoras y las no exportadoras? Estas son las interrogantes implícitas en este estudio.
Los resultados empíricos obtenidos en el Capítulo 5 muestran lo siguiente: Dada la diversificación existente en la canasta exportadora chilena,
hay diferencias aprcciablcs cn los requerimientos directos de mano de obra de
distintos tipos de exportaciones. En efecto, la exportación de un millón de dólares (199 1) de rubros diversos requiere alrededor de 200 personas en el sector
agropecuario, cerca de 130 personas cn la pesca extractiva, alrcdcdor de I OO
personas en el sector forestal, cerca de 35 personas en la industria y alrededor
de 20 personas en la minería. Debido a la insuficiencia y precariedad de las
estadísticas chilenas relacionadas al sector exportador, los valores proporcionados previamente pueden adolecer de un error cercano al 20%. De acuerdo a
esta información, el empleo directo asociado al sector exportador representaría alrededor de un 10% de la ocupación total; a estos datos habría que
agregar el empleo generado por las exportaciones indirectas; i.e., las actividades productivas domésticas que proporcionan insumos al sector exportador
nacional.
Otro tipo de resultado de este Capítulo 5 revela que al considerar una
misma rama industrial, se observan diferencias importantes entre las empresas
manufactureras exportadoras y no exportadoras. Por una parte, los trabajadores de las empresas manufactureras exportadoras tienen un mayor nivel de
productividad y mejores remuneraciones que los trabajadores de las empresas
no exportadoras; lo anterior puede estar asociado al hecho dc que la inversión
en maquinaria por trabajador de las empresas exportadoras es mayor que la de
las empresas no exportadoras. Por otra parte, las empresa exportadoras exhiben una mayor inclasticidad salario-empleo y producto-cmplco que las cmpresas no exportadoras; la elasticidad salario-empleo fluctúa en torno a -0,4 para
las empresas exportadoras y -0,6 para las empresas no exportadoras, mientras
que la elasticidad producto-empleo tiene valores cercanos a 0,37 y 0,6 para
INTRODLJCCION
17
empresas exportadoras y no exportadoras, respectivamente. Este es un resultado econométricamente inesperado que plantea que las empresas exportadoras invierten relativamente más en tecnología moderna y en capacitación específica de la mano de obra, lo cual introduce mayores rigideces en el proceso
productivo de este tipo de empresas,
El objetivo del Capítulo 6, “perspectiva comparativa de los modelos exportadores asiáticos y chileno” (M. P. Campero y P. Meller) es comparar la
evolución de estas economías con la chilena e identificar las reformas e incentivos que les permitieron alcanzar el nivel de desarrollo que actualmente gozan. Cabe sefialar que no existe un modelo exportador asiático único. En algunas de estas economías hubo un grado importante de intervención del Estado, mientras que en otras operó fundamentalmente el mecanismo del mercado; también se aprecian importantes diferencias respecto a la apertura (efectiva) de las economías al cxtcrior y en el tratamiento a la inversión extranjera
(Corea, imitando a Japón, establece variadas restricciones mientras que el resto de los países proporcionan incentivos atractivos).
No obstante lo anterior, las diferencias asiáticas intrarregionales son menores que las interregionales; ie., estas economías asiáticas tienen mayor similitud entre si que respecto del resto del mundo. Hay muchas características
comunes entre los países asiáticos considerados: IJna alta prioridad asignada a
las exportaciones y a tener presencia en los mercados internacionales, el énfasis en maximizar el crecimiento, la gran efectividad de las estructuras institucionales, y la flexibilidad y el pragmatismo en sus respectivos enfoques del
desarrollo.
En estas economías asiáticas ha prevalecido un entorno macroeconómico equilibrado y estable durante un largo período; &sta cs una condición necesaria para estimular la inversión y el crecimiento. Pero adicionalmente, en la
mayoría de estas economías, ha habido una intervención sistemática del sector
público a través de una gran variedad de mecanismos; el objetivo de este intervencionismo ha estado orientado a promover el crecimiento y en algunos
casos, a incentivar la expansión de sectores específicos.
Un tema interesante es ¿por qué el intervencionismo de los gobiernos
asiáticos fue tan exitoso?; obviamente hubo errores serios y costosos en decisiones de inversión y promoción de ciertos sectores, pero el resultado neto fue
altamente positivo. Hay dos elementos que explicarían el éxito del intervencionismo asiático. Por una parte, la exigencia del cumplimiento de metas exportadoras temporalmente crecientes para los sectores privilegiados, para que
estos pudieran seguir percibiendo los subsidios y preferencias otorgadas. Por
otro lado, el pragmatismo del sector público, para revertir políticas discrecionales fallidas. Pero, ¿por qué el sector público asiático puede revertir políticas
vigentes superando las presiones de los grupos de interés, mientras que esto
18
INTKODUCCION
no es posible en el contexto latinoamericano? En el caso asiático habría habido mayor transparencia, vía concursos, etc., de los privilegios otorgados.
Los aspectos macroeconómicos y elementos de largo pIaLo de las economías asiáticas constituyen elementos extrapolables. La combinación de disciplina fiscal, inflación baja (similar a la internacional) y tipo de cambio competitivo ha proporcionado un marco macroeconómico coherente durante un período relativamente largo; una década es el periodo de referencia en las economías asiáticas. En Chile SCha logrado consolidar la disciplina fiscal, pero una
inflación anual de un dígito es algo sólo reciente (un par de años); por otra
parte, el tipo de cambio está experimentando una apreciación cercana al 4%
anual durante la presente década.
IZascifras de ahorro e inversión de las economías asiáticas son sorprendentemente elevadas; se requiere tasas superiores al 30% (PIB) para generar
un ritmo de crecimiento anual superior al 8%. En Chile ha habido en los últimos años un gran incremento cn las tasas de ahorro e inversión, pero las magnitudes fluctuan en torno del 25% (PIB). Para crecer a tasas superiores al 6%
se requiere que la inversión supere el 30% (PTR). l,a argumentación reiterada
que debido a la supuestamente alta “calidad” de la inversión chilena se podría
lograr un ritmo de crecimiento n& elevado tiene un gran componente de voluntarismo y “wishful thinking”; hpor qué la invet-sión chilena seria de mayor
calidad relativa que la asiática?, ¿por qué en Chile se requeriría menores tasas
de inversión que en Asia para generar un ritmo de crecimiento del 8% anual?
Adicionatmcntc, la cxpcricncia asiática rcvcla la importancia del aumento del gasto en educación y en infraestructura Asica para facilitar la expansión
productiva y sostener un elevado ritmo de crecimienlo. Las cifras observadas
a este respecto en las economías asiáticas superan largamente aquellas equivalentes de la economía nacional.
Por último, la experiencia asiática revela que la mantención por un cierto período de tiempo de un costo relativamente bajo de ta’mano de obra, permitió a estas economias adquirir competitividad internacional. Pero actualmente el mejor indicador de éxito del modelo exportador asiático lo constituye el hecho que se observe coincidentemente la expansión de las exportaciones con un incremento significativo de los salarios reales.
PATRICIO MHt.I.HR
Editor
Descargar