l vino griego, con una pro- ducción aproximada anual de tres

Néctar de dioses
Aunque pocos se acuerden hoy en el mundo del vino griego, éste tiene una historia que
comenzó en Creta antes del año 1600 a.C. En sus páginas un protagonista que ascendió al
Olimpo, Dionisos, quien a su vez elevó el producto a la categoría de néctar de dioses.
La isla de Creta.
l vino griego, con una producción aproximada anual de
tres millones de hectolitros,
ha optado finalmente por
potenciar sus uvas autóctonas
frente a la invasión de cepas
foráneas llevadas a cabo en los
primeros años 80 como conse-
cuencia de la estandarización
mundial del vino y el impulso
que tuvo la industria de la mano
de importantes empresas como
Tsantalis, Boutari o Gaia.
Este hecho, que no fue aprovechado del todo por las autoridades griegas con ocasión de los
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Knossos. Creta.
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Juegos Olímpicos de Atenas en
2004 para impulsar su conocimiento en los grandes países
consumidores, ha permitido al
vino heleno abrirse al mundo,
pero no ha conseguido del todo
eliminar el sambenito que les
identifica con sus retsina, uno
de sus vinos diferenciados al
que se añade resina de pino, y
con algunos vinos de dudosa
calidad que pululan por los restaurantes griegos establecidos
en los diversos países europeos y
Estados Unidos.
Aunque su producción es pequeña, Grecia, como el resto de
países productores de la Unión
Europea, mantiene un complejo
sistema de Denominaciones de
Origen, geográficas y de calidad
que, en los mercados internacionales, es más motivo de confusión que de claridad. Sin embargo, esto ha propiciado que los
turistas descubramos en nuestras visitas, tanto a la zona
peninsular, como a sus exóticas
islas, vinos de calidad más que
aceptable e ideales a la hora
de combinar con la riquísima
cocina griega.
Ferias de vinos licorosos y especiales como Vinoble en Jerez de
la Frontera son cada vez más el
escaparate de sus magníficos
vinos dulces, que tienen como
exponentes más conocidos las
islas de Santorini, Samos o
Lemnos. Santorini, la mítica
Atlántida que un día emergió
del mar, es un canto a la belleza
mediterránea y al misterio, a
la unión del blanco brillante
de casas y hoteles con el azul
del mar y el verde de sus terraCLUB DE GOURMETS
Viñedos en Samnos.
zas típicamente mediterráneas,
situadas en las laderas de la isla,
que producen tomates cherry,
habas, alcaparras, trigo y, por
supuesto, uva.
La tradición
enológica griega
se remonta al año
1600 antes de Cristo
La isla es conocida por la elaboración del Vinsanto, que dio
origen al vino toscano del
mismo nombre. Se trata de un
producto extraído de uvas secadas al sol, sin azúcar añadida y
envejecido, durante al menos
dos años, en barricas de roble.
Estos vinos, con una historia
a sus espaldas de 3.000 años,
tuvieron la enorme suerte de
no sufrir la filoxera y durante
la Edad Media pulularon por
Venecia, Constantinopla e incluso el Mar Negro.
Unas 1.400 hectáreas de viñedo,
con tendencia a la regresión
como consecuencia de la especulación del suelo con fines turísticos, cubren los suelos de la
isla, con una producción media
que apenas llega a los 2.000
kilogramos por hectárea.
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Santorini merecen una mención
especial Hatzidakis Winery,
Arguiros Estate, Gavalas
Winery, Canava Roussos,
Santo Wines y Sigalas Estate,
además del conocido Boutari.
El paraíso de Samos
Samos, la isla verde del Egeo
erigida frente a las costas de
Turquía, es el paraíso de la uva
moscatel de grano menudo y así
se le conoce en países como
Francia, que importó sus vinos
de licor desde principios del
siglo XX por su calidad. Los
desencuentros históricos entre
productores y comercializadores
llevó al Gobierno griego a crear
en 1934, en el periodo de entreguerras, una gran cooperativa
que es hoy el motor de la D.O. y
que elabora ocho productos (cua-
La producción anual
de vino griego supera
los tres millones
de hectolitros
Paraíso turístico, Creta es uno de los grandes elaboradores de vinos griegos.
La viticultura, igual que ocurre
en todas las islas de origen volcánico donde además el viento
gasta bromas más que pesadas,
tiene sus particulares características, ya que el viticultor da a la
planta una forma circular, pegada al suelo, en forma de canasta,
para que las uvas queden dentro
y protegidas de las embestidas
del furioso dios Eolo.
Pero, además, Santorini elabora
unos excelentes vinos blancos
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secos con la variedad asirtiko, y
en menor medida con aidani,
athiri, platani, potamisi, gadouria y glikada, que suponen el
80% de la producción, haciendo
realidad aquel dicho griego de
que “Verano sin vino blanco es
como verano sin sol”, mientras el
20% de variedades tintas, ceñidas, sobre todo a la mandilaria
o la mavrotagano, son residuales
y de calidad discutible. Entre los
grandes elaboradores de vino en
tro vinos dulces, casi todos con
adición de alcohol), tres secos y
uno rosado con un 98% de moscatel y sólo un 2% de las variedades tintas fokianó y ritino.
Sus vinos son sencillamente
deliciosos. Con un azúcar residual de aproximadamente 200
g, alguno como el Pillas sigue
las directrices de la agricultura
orgánica, la cooperativa juega
bien con las barricas y presenta
su Samos Néctar, con 14 graCLUB DE GOURMETS
dos de alcohol y tres años de
barrica y su Samos Anthemis,
con graduación parecida, y
cinco años en roble.
La misteriosa Creta y la
pequeña Lemnos
Con un área superior a las
50.000 ha y una producción
aproximada de 600.000 hectolitros, Creta supone el 20% del
total del vino griego y asiste a
una increíble resurrección de la
elaboración de un producto
cuyos orígenes se pierden en los
tiempos más remotos de esta isla
tan misteriosa como atractiva.
En Creta se conjugan el buen
hacer de las bodegas privadas
con el empuje de pequeñas, pero
bien organizadas cooperativas,
que han tenido que sufrir
mucho para hacer frente a la
filoxera que padeció la isla hace
40 años y cuyos efectos aún se
dejan sentir. Sin embargo, su
entrada en los sectores premium
de medio mundo han impulsado de tal forma el negocio de la
vitivinicultura que éste ha terminado ahogando a otros cultiSantorini, Samos o Lemnos
producen excelentes
y reconocidos
vinos dulces
vos también tradicionales como
el del plátano. Entre las uvas
blancas predomina la vilana, la
dafni y en menor medida la
thrapsathini, mientras en tintos
las más comunes son kotsifali,
liatiko y mandilaria.
Con apenas 16.000 habitantes,
la pequeña isla de Lemnos
puede considerarse una de las
cunas del moscatel en sus apenas 700 ha de viñedo que, en su
mayoría, son explotadas por la
unión de cooperativa de Lemnos
con sede en Myrina, su capital.
Vinos fortificados con 15 grados
de alcohol y 120 g de azúcar por
litro son el prototipo de estos
vinos bien posicionados en los
mercados internacionales.
La patria de la xinomavro
Naoussa es la joya de la corona
de la región de Macedonia y
produce la variedad xinomavro,
probablemente la uva griega
más conocida en el extranjero
junto con la asirtiko. La revitalización de esta denominación,
con claras connotaciones en la
mitología helena, se produce a
principios del siglo XIX gracias
a la bodega de Yannis Boutari.
A unos 100 km de Salónica, la
cooperativa Vaeni Naoussa
La costa de Santorini.
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Trabajos de vendimia en Santorini.
acapara, con sus 200 socios, el
50% de la producción de la
Denominación, cuyo gran mentor fue Boutari con sus plantaciones tras la filoxera y los primeros embotellados que datan
de 1879. Naoussa se encuentra a
los pies del monte Vermion,
a unos 330 m sobre el nivel
del mar. Dice la leyenda que
fue Sémele, quien concibió a
Dionisos, el dios del vino, con
Zeus, en una de las aventuras
que el dios de dioses tenía con
los mortales, y el bailarín
Silinos, compañero de lucha del
dios del vino y la viña, nacieron
aquí. La xinomavro, hermana de
la pinot noir según algunos
reputados enólogos griegos,
alcanza aquí su máxima madurez y esplendor.
En la isla de Creta
se elabora el 20% de
la producción total
del vino griego
Lejos del vino griego de su tierra natal al que cantaba hace
años el canario José Vélez en una
composición llena de nostalgia,
el producto hoy ofrece una ori-
ginalidad, incluidos algunos
retsinas, de la que adolecen
muchos otros vinos europeos.
La calidad media de los vinos
griegos, especialmente la de
aquellos cuyos precios venta al
público oscilan entre los 10 y
los 15 euros, es sencillamente
excelente y su variedad inmensa. El enorme atractivo de las
tierras helenas y de sus maravillosa e infinitas islas se trasladan a unos vinos que, en no
pocas ocasiones, acaban siendo
néctar de dioses en un Olimpo,
afortunadamente, cada vez más
terrenal. VINOS GRIEGOS EN ESPAÑA
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