Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 24/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. NOTA CLÍNICA Efectos secundarios graves derivados de las interacciones medicamentosas del tratamiento antirretroviral M. Morales Conejo a, V.J. Moreno Cuerda a, J. Abellán Martínez a y R. Rubio b a Servicio de Medicina Interna. Hospital de Móstoles. Madrid. b Unidad de Infección VIH. Servicio de Medicina Interna. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid. Fundamento y objetivo. Los fármacos antirretrovirales pueden ser causa de interacciones medicamentosas. Material y métodos. Se describen tres casos clínicos de pacientes infectados por VIH en los que debido a una interacción farmacocinética se produjo un efecto adverso clínicamente relevante. Resultados. Caso 1: mujer de 43 años en tratamiento con tenofovir DF, emtricitabina y lopinavir/ritonavir que presenta isquemia de ambos miembros superiores secundaria a síndrome ergotamínico. Caso 2: varón de 54 años en tratamiento con zidovudina, lamivudina y lopinavir/ritonavir que presenta síndrome de Cushing secundario al uso de fluticasona inhalada. Caso 3: varón de 45 años en tratamiento con tenofovir DF, emtricitabina y atazanavir/ritonavir que presenta un fracaso virológico como consecuencia del consumo concomitante de omeprazol. Conclusiones. Se deben considerar las potenciales interacciones medicamentosas de los fármacos antirretrovirales cuando se administra otro fármaco concomitantemente, especialmente cuando alguno de éstos es inductor o inhibidor enzimático del citocromo P-450. PALABRAS CLAVE: interacciones medicamentosas, citocromo P-450, VIH. Serious adverse events derived from the drug interactions of antiretroviral therapy Background and aim. Antiretroviral drugs can cause drug interactions. Material and methods. Three clinical cases are described regarding HIV-infected patients in which a clinically relevant adverse effect occurred due to a pharmacokinetic interaction. Results. Case 1: A 43-year old woman being treated with tenofovir DF, emtricitabine and lopinavir/ritonavir who presents ischemia in both upper extremities following an ergotamine syndrome. Case 2: A 54-year old man being treated with zidovudine, lamivudine and lopinavir/ritonavir who presents Cushing syndrome following to use of inhaled fluticasone. Case 3: A 45-year old man being treated with tenofovir DF, emtricitabine and atazanavir/ritonavir who presents a virological failure as consequence of concomitant use of omeprazole. Conclusions. Potential drug interactions must be considered when other concomitant drugs are used with antiretroviral therapy especially when one of these is a P 450 cytochrome enzymatic inductor or inhibitor. KEY WORDS: drug interactions, cytochrome P-450, HIV. Morales Conejo M, Moreno Cuerda VJ, Abellán Martínez J, Rubio R. Efectos secundarios graves derivados de las interacciones medicamentosas del tratamiento antirretroviral. Rev Clin Esp. 2008; 208(11):557-60. Introducción La introducción del tratamiento antirretroviral (TARV) de alta eficacia ha modificado sustancialmente el curso natural de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), condicionando un marcado descenso tanto de la mortalidad como de la incidencia de eventos oportunistas 1. Sin embargo, los fármacos que componen el TARV pueden presentar, debido a su metabolismo, potenciales interacciones medicamentosas con otros fármacos antirretrovirales, así como con otras moléculas pertenecientes a otros grupos farmacológicos. Por interacción medicamentosa se entiende aquella modificación o alteración de la respuesta de un fármaco determinado debido a la acción de otro fármaco, alimento o contaminante ambiental. A continuación, presentamos tres casos clínicos cuyo denominador común es la presencia de un efecto adverso derivado de una interacción farmacocinética con fármacos de uso relativamente habitual. Observación clínica Correspondencia: V.J. Moreno Cuerda. Servicio de Medicina Interna. Hospital de Móstoles. C/ Río Júcar s.n. 28935 Móstoles Madrid Correo electrónico: [email protected] Aceptado para su publicación el 16 de julio de 2008. Caso 1 Mujer de 43 años de edad, natural de China, diagnosticada de infección por VIH estadio B3 en el año 2005. Rev Clin Esp. 2008;208(11):557-60 557 Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 24/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. MORALES CONEJO M ET AL. EFECTOS SECUNDARIOS GRAVES DERIVADOS DE LAS INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS DEL TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL Nadir linfocitos CD4: 153 células/µl, carga viral inicial > 500.000 copias/ml. Se inicia tratamiento antirretroviral con tenofovir DF, emtricitabina y lopinavir/ritonavir, obteniéndose a las 24 semanas de tratamiento una carga viral por debajo de las 50 copias/ml. En septiembre de 2007, la paciente acude al Servicio de Urgencias por dolor y palidez de las extremidades superiores de horas de evolución, objetivándose en la exploración una ausencia de pulso radial, braquial y axilar bilaterales. Se realizó una eco doppler del territorio aorto-subclavio en la que se demostró un afilamiento de ambas arterias subclavias en su porción distal con prácticamente oclusión de las mismas. Se realizó una tomografía axial computarizada torácica con contraste intravenoso sin observarse datos de vasculitis de los grandes vasos. Se interrogó de forma dirigida a la paciente sobre medicación concomitante, reconociendo el uso de ergotamina desde hacía tres días como tratamiento de una cefalea. Con estos datos se procedió a la suspensión del TARV y ergotamina, y se inició una perfusión intravenosa de alprostadil. A las 48 horas se objetivó una completa resolución del cuadro clínico que se confirmó con la normalización del flujo arterial mediante eco-doppler de control. Caso 2 Varón de 54 años diagnosticado de infección por VIH estadio B2 en el año 2001. Nadir de linfocitos CD4: 207 células/µl. Carga viral basal de 25.450 copias/ml. Inició tratamiento con zidovudina, lamivudina y lopinavir/ritonavir, consiguiendo carga viral indetectable en 12 semanas. En enero de 2006 presentó un episodio de broncoespasmo relacionado con una infección de vías respiratorias bajas que requirió ingreso hospitalario, pautándose tratamiento broncodilatador con salmeterol y propionato de fluticasona inhalada. Cinco meses más tarde se objetivó un cambio fenotípico consistente en una evidente cara de luna llena, giba de búfalo, obesidad troncular y estrías rojo vinosas en abdomen. Con la sospecha clínica de un síndrome de Cushing, se solicitaron niveles séricos de ACTH y cortisol basal así como cortisol en orina de 24 horas, objetivándose niveles indetectables de los mismos. Se realizó test de estímulo rápido con ACTH sintético (Synacthen®); 60 minutos después de su administración el nivel de cortisol era de 71 µg/dl (respuesta normal). Con la sospecha de un síndrome de Cushing iatrogénico secundario al tratamiento con propionato de fluticasona inhalada, se suspendió el tratamiento esteroideo dado que el paciente estaba, desde el punto de vista respiratorio, estable con unas pruebas de función respiratoria dinámicas sin alteraciones en este momento. Seis meses más tarde se había producido una mejoría sustancial de los cambios morfológicos anteriormente descritos con una normalización de los niveles plasmáticos de cortisol basal y ACTH. Caso 3 Varón de 45 años con infección por VIH estadio A3 de cinco años de evolución, actualmente en trata558 miento con tenofovir DF, emtricitabina y atazanavir/ritonavir con un recuento de linfocitos CD4 de 556 células/µl, y una carga viral por debajo de las 50 copias/ml en los últimos dos años. Cuando el paciente es valorado en consulta de forma rutinaria, presenta una carga viral de 735 copias/ml. El paciente negaba mala adherencia. La adherencia calculada de forma indirecta, a través de la medicación dispensada y la medicación que debería haber tomado, arrojaba un resultado del 96%. Se realizó test de resistencias sin identificarse ninguna mutación primaria en el gen de la transcriptasa inversa ni de la proteasa. En una anamnesis dirigida el paciente reconoció que en el contexto de una dispepsia había recibido omeprazol en las últimas 10 semanas. Se suspendió el omeprazol y se pautó famotidina 40 mg/día separado en 12 horas de la toma del TARV. Con esta estrategia, la carga viral a las 8 semanas era nuevamente indetectable. Discusión Se han descrito tres casos clínicos de pacientes con infección por VIH que reciben TARV. Debido a una interacción farmacocinética, dos de ellos han presentado un efecto secundario grave y uno de ellos ha presentado una pérdida de control virológico. Con ellos se quiere resaltar, además, la importancia de que fármacos de uso cotidiano, como el omeprazol, pueden ser causa de una interacción farmacocinética con consecuencias clínicas. En los dos primeros casos clínicos descritos se ha producido una interacción farmacocinética debido al uso de ritonavir como potenciador del lopinavir. El ritonavir es un potente inhibidor del citocromo P-450 por unión competitiva reversible a la isoenzima CYP3A4. Con aquellos fármacos que son metabolizados por esta vía, si son administrados de forma concomitante con ritonavir, se pueden producir incrementos marcados de sus concentraciones plasmáticas llegando a alcanzar incluso niveles tóxicos. En el primer caso se describe un caso de ergotismo con vasoespasmo arterial grave secundario debido a un incremento de las concentraciones plasmáticas de ergotamina. La ergotamina presenta una baja biodisponibilidad por vía oral debido a un importante aclaramiento a nivel hepático al ser sustrato de la isoenzima CYP3A4 del citocromo P-450. Como consecuencia de su administración concomitante con ritonavir, se produce una mayor biodisponibilidad de ésta, lo que puede conllevar efectos secundarios graves. Hay varias comunicaciones en la literatura científica que comentan este efecto adverso derivado de una interacción farmacocinética 2,3. El tratamiento con análogos de las prostaglandinas puede resultar efectivo en los casos de intoxicación por ergotamina. Además, es importante resaltar que el tratamiento de cualquier efecto adverso derivado de unos niveles tóxicos de un fármaco debido a su administración concomitante con un potente inhibidor del citocromo P-450 es, por un lado, la suspensión de dicho fármaco y, por otro, suspender el inhibidor enzimático para así acelerar el metabolismo del fármaco administrado. Rev Clin Esp. 2008;208(11):557-60 00 Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 24/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. MORALES CONEJO M ET AL. EFECTOS SECUNDARIOS GRAVES DERIVADOS DE LAS INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS DEL TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL En este sentido, se sabe que la inhibición enzimática se produce de manera inmediata, que es dependiente de la concentración del fármaco que actúa como inhibidor y que una vez suspendido su efecto desaparece en pocas horas (dependiendo de la vida media del inhibidor enzimático). Con respecto al segundo caso, el propionato de fluticasona, una vez inhalado, presenta una mínima absorción sistémica a través del parénquima pulmonar. Posteriormente, éste es metabolizado en un primer paso hepático a través de la isoenzima CYP3A4 del citocromo P-450, dando lugar a un metabolito del ácido carboxílico, el cual es inactivo. Como consecuencia de ello, los posibles efectos sistémicos de esta molécula cuando se administra de forma inhalada son despreciables. Sin embargo, cuando éste se administra con potentes inhibidores de esta misma isoenzima (ritonavir), se produce un marcado aumento de la exposición sistémica del propionato de fluticasona, pudiendo ser responsable de un síndrome de Cushing exógeno iatrogénico con una supresión completa del eje hipófiso-adrenal. Esto justificaría una ACTH suprimida con cortisol basal sérico y cortisol libre en orina de 24 horas indetectables. En este sentido, en un estudio realizado en sujetos sanos se demostró que cuando se administra ritonavir 100 mg dos veces al día junto con propionato de fluticasona intranasal, se producía un aumento de las concentraciones plasmáticas de este último de varios cientos de veces. En la ficha técnica de los productos comercializados que contienen propionato de fluticasona inhalada 4 se menciona de forma explícita esta potencial interacción farmacocinética. También existen comunicaciones puntuales en la literatura relacionadas con este cuadro 5,6. En referencia al tercer caso clínico, se describe un fracaso virológico debido a unos niveles plasmáticos subterapéuticos de atazanavir. El atazanavir es un inhibidor de la proteasa que requiere de un pH gástrico ácido para ser absorbido a nivel intestinal. Por ello, el uso de fármacos que aumentan el pH gástrico se asocia con un descenso de las concentraciones plasmáticas de atazanavir del 76% como consecuencia de una disminución en su absorción intestinal 7,8. Por esta razón, el uso concomitante de atazanavir con omeprazol está formalmente contraindicado. Como alternativa se puede administrar famotidina, separando la toma de ésta en 12 horas con respecto a la toma del TARV 9. En líneas generales hay dos tipos de interacciones farmacológicas: las interacciones farmacocinéticas y las farmacodinámicas. Las interacciones farmacodinámicas hacen referencia a una alteración de la respuesta farmacológica sin modificar las concentraciones plasmáticas del fármaco en cuestión. Un ejemplo ilustrativo de este tipo de interacción lo constituye la asociación de zidovudina y estavudina. Ambos fármacos, sin alterar las concentraciones plasmáticas de uno con respecto al otro, presentan una actividad antagónica debido a que compiten en el proceso de fosforilación intracelular. Las interacciones farmacocinéticas hacen referencia a la alteración de la respuesta farmacológica derivada 00 de una modificación de sus niveles plasmáticos debido a una interferencia con otro fármaco en la absorción, metabolismo o excreción. Como consecuencia de este tipo de interacción, se puede producir un aumento de las concentraciones plasmáticas de un fármaco determinado, siendo causa de potencial toxicidad, o, por el contrario, una disminución de los niveles plasmáticos, siendo causa de falta de eficacia. En ocasiones las interacciones farmacocinéticas son usadas de forma beneficiosa con la finalidad de incrementar los niveles plasmáticos de una molécula determinada sin necesidad de administrar una dosis elevada. El paradigma de esta situación son los inhibidores de la proteasa, que, a excepción del nelfinavir, todos ellos se pueden administrar asociados a dosis bajas de ritonavir (inhibidor de la isoenzima CYP3A4 del citocromo P-450), condicionando un incremento de las concentraciones plasmáticas del inhibidor de la proteasa en cuestión sin necesidad de administrar un elevado número de pastillas. En referencia al TARV, las interacciones medicamentosas más frecuentes son las interacciones farmacocinéticas, especialmente aquellas que tienen lugar en el citocromo P-450. Los inhibidores de la transcriptasa inversa no análogos de nucleósidos y los inhibidores de la proteasa presentan un metabolismo hepático, pudiendo ser sustrato, inhibidores o inductores de distintas isoenzimas del citocromo P-450. Por todo ello, estos dos grupos farmacológicos pueden presentar múltiples interacciones medicamentosas con otros fármacos que se metabolicen por la misma vía 10: 1) Los fármacos inductores producirán una disminución de la concentración plasmática de los sustratos, con un potencial riesgo de fracaso terapéutico. Los principales inductores enzimáticos son: rifamicinas (rifampicina >> ribabutina), antiepilépticos (fenitoína, carbamacepina, fenobarbital), así como nevirapina y efavirenz. Conociendo que los inhibidores de la proteasa son sustrato de la isoenzima CYP3A4 del citocromo P-450, éstos pueden ver disminuida su concentración plasmática cuando se administran concomitantemente con un inductor enzimático. 2) Los fármacos inhibidores enzimáticos producen un incremento de la concentración plasmática de los sustratos, dando lugar, por tanto, a la toxicidad de los mismos. Los principales inhibidores enzimáticos son: inhibidores de la proteasa (especialmente el ritonavir), antifúngicos azólicos (especialmente ketoconazol e itraconazol) y macrólidos (azitromicina es el macrólido que presenta menor riesgo de interacciones por su menor efecto inhibitorio). En líneas generales los fármacos que con mayor frecuencia producen interacción medicamentosa con el TARV son los siguientes: estatinas, benzodiacepinas, antifúngicos imidazólicos, rifamicinas, macrólidos (a excepción de la azitromicina), bloqueadores de los canales del calcio, antiarrítmicos, anticonceptivos orales, antiepilépticos, fármacos para la disfunción eréctil, inmunosupresores (ciclosporina y tacrolimus), metadona y fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central. Por esto, es imprescindible reflejar en la historia clínica todos los medicamentos y productos naturales que recibe un paciente con la finalidad de evitar Rev Clin Esp. 2008;208(11):557-60 559 Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 24/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. MORALES CONEJO M ET AL. EFECTOS SECUNDARIOS GRAVES DERIVADOS DE LAS INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS DEL TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL potenciales interacciones medicamentosas. Estas interacciones medicamentosas son fácilmente evitables consultando las actuales recomendaciones de Gesida respecto al tratamiento antirretroviral de los pacientes adultos infectados por VIH 11 y consultando la página web http://www.interaccioneshiv.com BIBLIOGRAFÍA 1. Palella FJ, Delaney KM, Moorman AC, Loveless MO, Fuhrer J, Satten GA, et. al. Declining morbility and mortality among patients with advanced human immunodeficiency virus infection. 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Recomendaciones de GESIDA/Plan Nacional sobre el Sida respecto al tratamiento antirretroviral en adultos infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana. Disponible en: wwww.gesida.seimc.org Rev Clin Esp. 2008;208(11):557-60 00