Juegos dinámicas sobre el respeto: Las actividades en el aula pueden fomentar todas las facetas del respeto El respeto o reconocimiento es el grado de consideración que tenemos de los demás o sobre nosotros mismos, por lo que tiene una reciprocidad con las personas que conforman nuestro entorno. Una forma práctica y divertida de fomentar el respeto entre personas es mediante los juegos y dinámicas sobre el respeto que pueden aplicarse en grupos de niños, adolescentes o jóvenes; aunque también disponemos de lecturas reflexivas sobre el respeto. Aprender a respetarnos a nosotros mismos, al resto de personas y a todo aquello que nos envuelve es un pilar fundamental para llevar una vida sana y honesta con nosotros y los demás. Podemos poner en marcha una seguida de juegos y dinámicas sobre el respeto para poder inculcar y fomentar en la escuela el valor del respeto entre las personas más jóvenes. Estas actividades son una forma amena y entretenida de que aprendan a respetar a su entorno y también a ellos mismos. Respeto a la diversidad: una forma de respeto consiste en aceptar que los otros países y sociedades tienen una forma de ver la vida y relacionarse con los demás distinta a la que han conocido hasta ahora. Una actividad consiste en hacer que cada niño investigue sobre las tradiciones y costumbres de un país, para luego exponerlo en clase delante de los compañeros. El objetivo es que aprendan sobre otra cultura, de modo que acepten y valoren la diversidad. Respeto por los demás: en parejas de niños formadas por el profesor de una forma aleatoria, los alumnos deben explicarle a su pareja durante cinco minutos como son ellos. Cuando todas las parejas se hayan escuchado, cada alumno deberá exponer delante de clase y hablando en primera persona como es su pareja. Durante esta dinámica sobre el respeto no se deben tolerar interrupciones en los relatos, hecho que denota falta de respeto hacia los demás. Respeto a uno mismo: los alumnos, sentados formando un círculo, deben escribir unas cuantas cualidades sobre su compañero sentado a la izquierda y todos los papeles con la descripción se guardan en un saco. A continuación, cada alumno lee las cualidades y argumenta a qué alumno hacen referencia. Los alumnos al ver sus virtudes y las impresiones de sus compañeros empezarán a respetarse a si mismos. Respeto a la naturaleza: una dinámica para fomentar el respeto a la naturaleza es la creación y mantenimiento de un huerto escolar. Con esta dinámica sobre el respeto se pueden involucrar otros alumnos fomentaremos el respeto al entorno a más de otros valores. Lecturas reflexivas sobre el respeto: Fomenta este valor en los más pequeños a través de cuentos infantiles Las lecturas reflexivas sobre el respeto son una selección de libros para ayudarnos a aprender a respetarnos a nosotros mismos, al resto de personas y a todo aquello que nos envuelve. Por ende, es importante tener una guía de lecturas para que fomentemos este valor en otras personas o en nosotros mismos. Es muy importante fomentar este valor en los más pequeños y podemos hacerlo de una forma amena a través de cuentos infantiles. Las lecturas reflexivas sobre los valores son una herramienta ideal para inculcar normas morales y de comportamiento a nuestros hijos. Nosotros te hemos querido hacer una selección de lecturas sobre el respeto hacia las demás personas y al entorno, al mismo tiempo que contribuirán a hacer sentir a los niños mejor consigo mismos. Lee estos libros con tu pequeño y trata de reflexionar con él sobre las lecciones que enseñan. Sino, también puedes aplicar una serie de dinámicas y juegos sobre el respeto en el caso que sean los más pequeños de la casa o de clase los que necesiten fomentar este valor. Elmer, de David McKee. Elmer es diferente a los demás, tiene algo que lo hace especial. Elmer es de múltiples colores: amarillo, anaranjado, rojo, rosado, morado, azul, verde, negro y blanco. Con este libro, los niños de entre 3 y 5 años aprenderán de una forma divertida y muy tierna que todos somos diferentes y que, estas diferencias, no nos hacen menos merecedores del respeto de los demás. El Misterioso Ladrón de Ladrones, Pedro Pablo Sancristán. Caco Malako es un ladrón de profesión, sin embargo, un día descubre que ha sido víctima de un robo. Caco empieza a sospechar de todos sus vecinos del barrio, tratando de averiguar quién le ha quitado sus cosas y se da cuenta del daño que ha causado a los demás con sus robos. Esta lectura sobre el respeto hacia las cosas de los demás puede ser muy positiva para los niños pequeños. CUENTO: El Misterioso Ladrón de Ladrones El misterioso ladrón de ladrones. Muchas veces no tenemos en cuenta a los demás, y provocamos en los demás sentimientos que nunca querríamos para nosotros. Caco Malako era ladrón de profesión. Robaba casi cualquier cosa, pero era tan habilidoso, que nunca lo habían pillado. Así que hacía una vida completamente normal, y pasaba por ser un respetable comerciante. Robara poco o robara mucho, Caco nunca se había preocupado demasiado por sus víctimas; pero todo eso cambió la noche que robaron en su casa. Era lo último que habría esperado, pero cuando no encontró muchas de sus cosas, y vio todo revuelto, se puso verdaderamente furioso, y corrió todo indignado a contárselo a la policía. Y eso que era tan ladrón, que al entrar en la comisaría sintió una alergia tremenda, y picores por todo el cuerpo. ¡Ay! ¡Menuda rabia daba sentirse robado siendo él mismo el verdadero ladrón del barrio! Caco comenzó a sospechar de todo y de todos. ¿Sería Don Tomás, el panadero? ¿Cómo podría haberse enterado de que Caco le quitaba dos pasteles todos los domingos? ¿Y si fuera Doña Emilia, que había descubierto que llevaba años robándole las flores de su ventana y ahora había decidido vengarse de Caco? Y así con todo el mundo, hasta tal punto que Caco veía un ladrón detrás de cada sonrisa y cada saludo. Tras unos cuantos días en que apenas pudo dormir de tanta rabia, Caco comenzó a tranquilizarse y olvidar lo sucedido. Pero su calma no duró nada: la noche siguiente, volvieron a robarle mientras dormía. Rojo de ira, volvió a hablar con la policía, y viendo su insistencia en atrapar al culpable, le propusieron instalar una cámara en su casa para pillar al ladrón con las manos en la masa. Era una cámara modernísima que aún estaba en pruebas, capaz de activarse con los ruidos del ladrón, y seguirlo hasta su guarida. Pasaron unas cuantas noches antes de que el ladrón volviera a actuar. Pero una mañana muy temprano el inspector llamó a Caco entusiasmado: - ¡Venga corriendo a ver la cinta, señor Caco! ¡Hemos pillado al ladrón! Caco saltó de la cama y salió volando hacia la comisaría. Nada más entrar, diez policías se le echaron encima y le pusieron las esposas, mientras el resto no paraba de reír alrededor de un televisor. En la imagen podía verse claramente a Caco Malako sonámbulo, robándose a sí mismo, y ocultando todas sus cosas en el mismo escondite en que había guardado cuanto había robado a sus demás vecinos durante años... casi tantos, como los que le tocaría pasar en la cárcel. Jamina, la jirafa cursiosa, de Pedro Pablo Sancristán. Jamina es una jirafa con mucha curiosidad y, cuando se entera que el gran Mono Manuate decidió trasladarse a unas ruinas. Jamina lo siguió y metió su largo cuello por todas las ruinas tratando de cotillear qué hacía el Mono Manuate, hasta que se quedó enredada tras dar tantas vueltas. El respeto hacia la intimidad de los demás es el valor de este cuento. CUENTO Jamina, la jirafa cursiosa: La curiosidad por las intimidades ajenas falta contra el respeto a los demás. Todos tenemos derecho a cierta intimidad. En la selva de Chin Pum, todo era paz y alegría hasta que llegó Jamina. Jamina era una jirafa altísima, con el cuello largo y flexible como un bambú, que apareció un día cualquiera para acabar por enfadar a todos, pues era el animal más curioso e indiscreto que nadie había conocido, y gracias a su altura no había guarida o nido de animales que escapase a sus miradas. Todo lo miraba y todo lo contaba, irritando a cuantos allí vivían, hasta que consiguió poner a todos de acuerdo para darle una lección. Por aquella época el gran Manuato, el mono más importante, decidió trasladarse a unas antiguas ruinas, y arregló todo aquello para que fuese la casa más acogedora. Jamina no pudo contener su curiosidad, y disimuladamente una noche se acercó a la ventana. Por ella pudo ver al mono el tiempo justo para ver cómo salía de la habitación, así que le siguió hasta otra pequeña estancia, pero tampoco llegaba a ver bien, y tuvo que seguirle con la cabeza por uno de los pasillos, y luego otra habitación, y luego otra.... Hasta que Jamina no pudo seguirle más ¡Manuato había dado tantas vueltas, que la jirafa tenía ahora un enorme enredo en su largo cuello! Entonces todo el resto de animales, conocedores del engaño, aparecieron para hacer ver a la arrepentida jirafa lo irritante de su comportamiento. Y ante la vergüenza que ella misma sintió, decidió que a partir de entoces dedicaría su largo cuello a cosas más útiles que tratar de avergonzar a los demás.