Mi familia real si que ni hasta hoy no pudimos juntarnos de

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El 12 de enero de 1978 Udrízar indicó una casa en el Barrio
Capitalizador donde según la Policía en un enfrentamiento fue muerto
Jorge Zavala Esquivel. En el allanamiento se encontraron documentos
y armas y al estallar un baúl con una bomba de seguridad, resultan
levemente heridos los comisarios Eliseo Rojas y Esteban Martínez
Chavez (Boccia; 1997:209). Con la ejecución extrajudicial de Zavala
tuvo fin el intento de reconstituir la OPM y la mayoría de las personas
vinculadas a este proyecto salieron del país.
Aunque la OPM tenía como objetivo futuro la lucha armada para
derrocar al gobierno no realizó operaciones militares y su descubrimiento
por parte de la dictadura llevó a sobredimensionar su capacidad militar
y el propio número de miembros, lo que se tradujo en una masiva
represión que llevó a la detención de más de mil personas en el año
1976. Gran parte de los detenidos urbanos fueron torturados en el
Departamento de Investigaciones y los de las Ligas Agrarias de
Misiones fueron torturados en la prisión de Abraham Cué.
Las violaciones de derechos humanos no se dieron solamente para
los miembros de la organización, sino para sus familias, muchos de
los cuales fueron también detenidos, especialmente del sector
campesino. Con los detenidos se violó el derecho a la propiedad,
robándoles sus cosas, documentos, libros, bienes, hasta sus casas
y terrenos, dejándoles sin posibilidades de ejercer el derecho al
trabajo; cuando recuperaron su libertad, no se les entregaron sus
documentos y sufrieron hostigamientos constantes por parte de la
policía. Familias enteras fueron trasladadas a Emboscada, con niños
y ancianos, dejando viudas, desamparados y huérfanos en diáspora.
De las más de mil personas detenidas, pocas fueron sometidas a un
proceso judicial. En vez de aplicarles el código penal o la Ley No.
294/55 para inculparlos por los delitos de revolución, rebelión o
sedición armada, se optó por aplicarles la Ley No. 209/70 que por su
Informe Final de la CVJ
“...Mi familia real si que ni hasta hoy no pudimos juntarnos de
vuelta, ¡de la represión que tuvimos!, a uno le exiliaron hacia el
Brasil, a mí me exiliaron hacia la Argentina, a otro le llevaron a
Misiones, a otro hacia Alto Paraná, nos fuimos así todos
separados y nunca hubo un encuentro familiar feliz, cada vez
que íbamos a festejar Navidad, Año Nuevo, en vez de alegrarnos
salíamos llorando recordando a Martín o a otro familiar, o de lo
que habíamos pasado; entonces son treinta años de tortura
familiar todavía, la familia no se recuperó desde aquella vez”
Domingo Rolón Centurión; Asunción, 1976.
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