Empresas, innovación y empleo - Cámara de Industrias del Uruguay

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Empresas, innovación y empleo
Ec. José Manuel Quijano*
* El presente informe expresa opiniones personales del autor. El mismo se ha elaborado tomando en cuenta
trabajos anteriores realizados para el SELA y para la Cámara de Industrias del Uruguay.
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
2
INDICE
INTRODUCCION............................................................................................ 4
1ª PARTE: LA INNOVACION, EL SECTOR PUBLICO Y EL SECTOR
PRIVADO........................................................................................................ 5
1. LA IMPORTANCIA DE LA INNOVACION............................................. 5
1.1 El estímulo a la investigación en el sector privado......................... 5
1.2 Investigación básica y aplicada...................................................... 6
1.3 El nuevo enfoque respecto de las PYMES....................................
7
2. LA REGION Y EL ESFUERZO EN CIENCIA Y TECNOLOGIA........... 8
2ª PARTE: LA INNOVACION Y EL DESARROLLO..................................... 10
3. LA INNOVACION Y EL "CRECIMIENTO DE LA EFICIENCIA
ECONOMICA"...................................................................................... 10
3.1 Análisis comparado de las fuentes de crecimiento de la
productividad.................................................................................. 10
3.2 Tecnología y desempeño exportador............................................. 11
3ª PARTE: LA INNOVACION Y LA EMPRESA............................................ 14
4. LA EMPRESA Y SU POTENCIAL DE INNOVACION........................ 14
4.1 La innovación y la Inversión Extranjera Directa............................. 14
4.2 El potencial de innovación de la empresa...................................... 16
5. LA SUBESTIMACION DEL PAPEL INNOVADOR DE LA
PEQUEÑA EMPRESA......................................................................... 18
6. LA COLABORACION ENTRE EMPRESAS....................................... 21
6.1 La empresa en conexión con el medio..........................................
21
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
3
6.2 La colaboración entre las empresas grandes y pequeñas............
23
4ª PARTE: LA INNOVACION Y EL EMPLEO..............................................
25
7. EMPLEO Y VALOR AGREGADO MANUFACTURERO....................
25
7.1 Una aproximación al empleo y al valor agregado manufacturero
mundiales ...................................................................................... 25
7.2 Factores gravitantes en la relación innovación – empleo.............. 26
7.2.1. El carácter ofensivo o defensivo de la innovación ..............
26
7.2.2. Las innovaciones y las ramas industriales ..........................
27
7.2.3. La innovación, el tamaño de la empresa y el empleo .........
28
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
4
INTRODUCCION
El presente trabajo tiene por objetivo indagar en el efecto que tiene la innovación
empresarial sobre el empleo. Debe tenerse en cuenta que sólo las empresas
manufactureras con capacidad de innovación tendrán posibilidad de crecer, o al
menos sostener su participación, en los mercados nacional, regional e
internacional.
Es un hecho que el vínculo con la innovación está relacionado a la organización
interna de la empresa, al grado de profesionalización, al control de calidad en la
gestión, etc., es decir a diversos componentes que constituyen la predisposición
a innovar. Pero la capacidad de innovación no depende únicamente de la
empresa misma.
En tal sentido, depende del régimen de estímulo a la
innovación que proporciona el sector público respectivo, y que suele constituir el
marco imprescindible para que la empresa incursione en una actividad
caracterizada por elevada incertidumbre. Además,
y de manera muy
fundamental, también influye en la predisposición innovadora de la empresa la
ductilidad para relacionarse con las otras empresas. En esta línea de reflexión el
trabajo recoge evidencias sobre el papel de la pequeña empresa en la
innovación -cuando ciertas condiciones se reúnen- que hasta hace poco tiempo
había sido subestimado por la literatura especializada.
Como la evidencia empírica sugiere no hay una única relación entre innovación y
empleo. Las consecuencias sobre los puestos de trabajo -comprimiéndolos,
expandiéndolos o dejándolos inalterados- dependen de las características que
asuma la innovación. En tal sentido el trabajo distingue entre el carácter
ofensivo o defensivo de la innovación; presta atención a la rama industrial a la
cual pertenece la empresa en donde se realice la innovación; y toma en cuenta
el tamaño de la empresa innovadora.
En definitiva la gran mayoría de los países cuenta con un régimen de estímulo a
la innovación, porque ahí está el nuevo eje de las políticas industriales de los
países desarrollados y porque ahí radica uno de los pilares básicos de la
competitividad futura. Pero si la preocupación se orienta, además, hacia el
impacto que la innovación empresarial tendrá sobre el empleo debe prestarse
atención, también, a las características de la innovación que se estimula.
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
5
PRIMERA PARTE: LA INNOVACION, EL SECTOR
PUBLICO Y EL SECTOR PRIVADO
1. LA IMPORTANCIA DE LA INNOVACION
1.1 El estímulo a la investigación en el sector privado.
No hay duda que los países desarrollados aplican una política activa en materia
de IyD, tanto por lo que gastan los sectores públicos como por el estímulo que
se canaliza hacia el sector privado. Este estímulo, que determina que en la
mayoría de los países desarrollados entre el 50 y el 70% del gasto en
Investigación y Desarrollo (IyD) lo realice el sector privado, se orienta tanto a la
grande, a la mediana como a la pequeña empresa. El fundamento teórico de
esta intervención es antiguo y se relaciona con las imperfecciones del mercado,
que conducen, si no hay alicientes adicionales, a un esfuerzo insuficiente en IyD
por parte de las empresas privadas, así como a una apropiación y
“secretización” del nuevo conocimiento por la empresa que lo ha desarrollado,
evitando la transacción fluida en el mercado.
Es posible que, en realidad, además de los problemas asociados a la
apropiación del conocimiento, que suelen ser distintos según las ramas
industriales, el argumento más poderoso, que explica por qué el esfuerzo
privado es insuficiente cuando la política pública es pasiva, es la gran
incertidumbre asociada a los resultados de la investigación. La otra cara de la
apropiación imperfecta y de la incertidumbre -que acentúa la imperfección- es la
transmisión contenida del conocimiento. Es decir, quien ha comprometido
recursos en IyD y obtienen resultados innovadores procurará una prolongada
apropiación exclusiva intentando demorar la difusión. Resulta así que una
política activa que reduce incertidumbre y lubrica la transmisión del
conocimiento, acrecienta el bienestar general. Es quizá debido a estas razones
que, a expresa instancia de Estados Unidos durante la Ronda Uruguay del
GATT, el subsidio para la IyD no está condenado por la OMC.
En este contexto, es
interesante indagar cuales son los instrumentos
predominantes que utilizan los estados de los países desarrollados para apoyar
la IyD de los sectores privados. Como se muestra en el cuadro 1 en Estados
Unidos predominan las exoneraciones y los créditos impositivos. En el otro
extremo, en Italia, en Irlanda y en Holanda predominan los subsidios y los
créditos blandos. Entre estos dos extremos se ubican varios países
desarrollados - Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña - que combinan diversos
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
6
instrumentos: subsidios, créditos blandos, garantías, aporte de capital de riesgo,
exoneraciones y créditos impositivos, y otros.1
No hay, como puede verse, un único modelo de relacionamiento del sector
público con el privado. Mientras algunos países escogen un instrumento (por ej.
Estados Unidos el estímulo impositivo) otros optan por una distribución
relativamente equilibrada entre cinco instrumentos (como es el caso de Japón).
Puede alegarse que cada una de estas opciones tiene ventajas e
inconvenientes.
El uso de un instrumento predominante tiene la ventaja de que simplifica el
trámite administrativo y muestra con más facilidad la relación entre el beneficio
que se concede y el resultado que se obtiene. El empleo de una batería de
instrumentos tiene la ventaja, a su vez, de que se atiende con más especificidad
lo que la empresa requiere para llevar a cabo el proceso de innovación. Por otra
parte, el instrumento impositivo implica dejar de pagar o diferir el pago al
Estado; el subsidio suele implicar un desembolso desde el Estado hacia la
empresa y, por lo tanto, el destino eficiente y el procedimiento honesto deben ser
cautelados con extremo rigor.
Cualquiera sea el instrumento escogido lo que resulta claro es que la IyD es
producto de un esfuerzo conjunto según el cual el sector público tiene una
presencia activa, tanto a través de investigación directa como apoyando, con
recursos, la que realizan las empresas.
1.2 Investigación básica y aplicada
En cuanto al contenido y al por qué de los gastos en Investigación y Desarrollo,
vale detenerse en las siguientes consideraciones:
 En primer lugar, aproximadamente la mitad del esfuerzo se destina a
Investigación y la otra mitad a Desarrollo. A su vez, en los cuatro
ejemplos contemplados (véase cuadro 2) una parte de los recursos
destinados a Investigación se orienta a Básica (del 12 al 20% del total)
y otra parte a Aplicada (entre el 23 y el 31% del total). Es de notar que
el Estado asume un papel relevante en el impulso a la investigación
básica.
1
Freeman Ch.: La Teoría Económica de la Innovación Industrial. Alianza, 1974, Madrid. Véase,
además, Coutinho, quien dice al respecto: “... las subvenciones y los auxilios fiscales -financieros
directos o indirectos a la industria constituyen, hoy en día, los instrumentos de política industrial
más utilizados por los países de la OECD. Estas subvenciones y auxilios incluyen instrumentos de
financiamiento directo, que transfieren recursos a determinadas categorías especiales de
empresas y sectores, e incentivos fiscales, que otorgan privilegios temporales a las empresas que
califican para actividades de investigación y desarrollo o cumplen otros requisitos”. L. Coutinho, M.
Laplane y F. Sarti, Políticas de Promocao de Investimentos e de complementacao productiva para
o desenvolvimento sustentavel na regiao do Mercosul. IE/UNICAMP, maio 1997.
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
7
Cabe recordar aquí también las palabras de Freeman sobre el punto:
“Es precisamente en el área de la investigación fundamental (o básica)
y de la invención fundamental en donde está más justificada la
financiación pública y los laboratorios estatales”.
 En segundo lugar, ¿cómo medir el resultado de estos esfuerzos? Hay,
al respecto, diversos indicadores. Uno de ellos, que se muestra en el
cuadro 3, mide la penetración de las exportaciones manufactureras de
cada país en el mercado total de los países de la OCDE. A su vez,
desagrega las exportaciones en las de alta, las de media y las de baja
tecnología. Considerando dos momentos en el tiempo - 1970 y 1992 resulta que Japón gana participación en bienes de alta y media
tecnología y pierde en los de baja; Estados Unidos mantiene en los de
alta y pierde participación en los otros dos; y la Unión Europea solo
gana participación en los de baja tecnología. Esta información, si bien
es muy sugerente, no permite sacar conclusiones acerca de la calidad
de los respectivos Sistema Nacional de Innovación (SIN); sin embargo,
es posible sugerir que la capacidad de Japón para aprovechar la
innovación (propia o ajena) y convertirla en bienes exportables, de alta
y media tecnología, y de demanda creciente, es superior a la de
Estados Unidos y a la de la Unión Europea.
1.3 El nuevo enfoque respecto de las Pymes.
En 1993 había 17 millones de Pymes industriales y comerciales en la UE y tan
sólo 12 mil empresas grandes con más de 500 empleados. En el mismo año 67
millones de personas estaban empleadas en las Pymes. El impacto social y
económico de estas empresas es, por lo tanto, notorio.
Lo interesante a señalar aquí es que la antigua política europea referida a las
Pymes tenía como centro de análisis y de estímulo a la empresa. “
Tradicionalmente la política industrial para las Pymes -ha señalado Bianchi- se
ha orientado a subsidiar firmas individuales (...) A principios de los ochenta en
todos los países europeos estos programas de subsidios estaban orientados a
proveer ayuda financiera para comprar maquinaria nueva o para ayudar a las
firmas a vender en el exterior”.1
La política europea respecto a las Pymes ha cambiado. La nueva política,
resumida en el art. 130 del Tratado de Maastrich, está orientada a apoyar la
creación de redes de innovadores. En economías abiertas, o
crecientemente abiertas, las Pymes solo pueden ser competitivas si están
especializadas (“se concentran sobre un rango específico de problemas”),
1
Bianchi P.: Nuevo enfoque en el diseño de políticas para las Pymes.
experiencia europea. Foro Bolívar Bolonia, 25-27 de mayo de 1997.
Aprendiendo de la
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
8
operan en un contexto de cooperación (“están seguras de encontrar otras
empresas poseedoras de especialización complementaria”) y logran
externalidades positivas que mantienen la cohesión del grupo de
empresas.
La red de innovadores es, puede decirse, un agente nuevo, diferente de la
empresa individual. La red crea relaciones nuevas entre las empresas, distintas
a las que se forman estrictamente en el mercado, aunque no esta destinada a
sustituirlo sino a operar en él, pero en mejores condiciones. Como asociación
tanto entre pares como entre empresas de distinto tamaño, tiene como
condición necesaria la confianza entre los asociados y como resultados más
visibles la reducción de la incertidumbre, la posibilidad de abordar en conjunto
proyectos de más fuste y el incremento del poder de negociación.
Esta política referida a las Pymes no está, por cierto, desvinculada del resto de
la política europea sobre innovación. La UE persigue la convergencia de los SIN
(Sistemas Nacionales de Innovación), esto es los sistemas educativos, las
infraestructuras de investigación, los diversos sistemas de capacitación y
asistencia técnica, y el fomento de las redes de empresas, a nivel local y
comunitario, de potenciales innovadores que puedan impulsar el crecimiento
endógeno. De manera que la política de redes es parte de una política más
general destinada a impulsar la innovación empresarial.
2. LA REGION Y EL ESFUERZO EN CIENCIA Y TECNOLOGIA
Es bien conocida la importancia que tienen la investigación científica y la
innovación para la competitividad de las naciones y de las empresas. Si estos
aspectos siempre fueron relevantes, en la actualidad lo son aún más cuando se
compite de manera creciente tanto para mantener posiciones en los mercados
internos como por ganar participación en el mercado internacional.
El pobre desempeño latinoamericano en IyD puede verse, de manera
desagregada por países, en el cuadro 4. Ninguno de los países de la región
llega al 1% del PBI en gasto destinado a IyD, lo que es clara muestra de la
escasa priorización de este rubro, aún para países grandes y con un significativo
desarrollo manufacturero. El 0.42% de Brasil y el 0.31% de Argentina contrastan
con el 1.5% de Canadá, el 1.8% de Corea del Sur y, sobre todo, con el 2.4% de
Estados Unidos.
Una primera conclusión, bastante obvia, es que la región tiene un gran rezago
en materia de IyD y que es muy escaso el esfuerzo, reflejado en el gasto, que se
realiza para superarlo.
Lo anterior esta directamente relacionado con quienes ejecutan el gasto en IyD.
Como puede verse en el cuadro 5 la educación superior, es decir las
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
9
universidades, tiene una participación relevante en el gasto en IyD en todos los
países considerados, aun cuando en el caso de Estados Unidos el porcentaje es
algo menor. No obstante, la gran diferencia entre Estados Unidos, Canadá y
España, de una parte, y los cuatro países latinoamericanos, de la otra, es la
fuerte presencia del gasto en IyD realizado por las empresas en los tres primeros
y la débil presencia del mismo rubro ejecutado por las empresas de los otros
cuatro.
Una segunda conclusión, de gran relevancia, y que está relacionada con la
competitividad potencia de la región, es que las empresas latinoamericanas
realizan relativamente muy poco gasto en IyD, a diferencia de lo que ocurre en
los países desarrollados y aun en los nuevos países industriales.
Una aproximación al tema, que resulta especialmente interesante, consiste en
observar el número de patentes, originadas en países en desarrollo, que se han
registrado en Estados Unidos. El cuadro siguiente presenta la información para
cuatro países y cuatro años.
Patentes registradas en Estados Unidos
1969
1976
1984
1992
Taiwan
0
28
97
1000
Corea del Sur
0
7
29
538
México
67
78
42
39
Brasil
18
18
20
40
Fuente: Patel y Pavitt, citados por Cassiolatto y Lastres; “Innovacao e
competitividades na industria brasileira nos años 90”, 1997
Lo expuesto en los párrafos anteriores da una idea de contexto. América Latina,
según muestra la evidencia, todavía no ha iniciado la ardua y difícil competencia
en el terreno de la innovación. Sin ese elemento puede sugerirse que el camino
hacia la competitividad o bien está comprometido o, en el mejor de los casos,
conducirá a una competitividad científica y tecnológicamente subordinada
.
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
10
SEGUNDA PARTE: LA INNOVACION Y EL
DESARROLLO
3. LA INNOVACION Y EL "CRECIMIENTO DE LA EFICIENCIA
ECONOMICA"
3.1 Análisis comparado de las fuentes de crecimiento de la
productividad.
Diversos análisis sobre la experiencia de Japón y del Sudeste Asiático ponen
énfasis en las distintas fuentes que explican el intenso crecimiento de la
productividad que se registra en esos países en las últimas décadas. La más
obvia, sin duda, es la evolución de las tasas de ahorro e inversión. En el período
1989-1996, éstas se han ubicado en torno al 32% y 34% en el Japón y en el
Sudeste Asiático, mientras que la economía mundial mostraba tasas de ahorro e
inversión entre 23% y 24% y América Latina entre el 18% y el 20%. Sin
embargo, no todo el crecimiento de la productividad es atribuible a la inversión
en activos físicos.
En 1993, el Banco Mundial en un trabajo titulado de “East Asian Miracle”,3 sugirió
un método para medir las incidencias de diversas fuentes en el crecimiento de la
productividad del trabajo. Con posterioridad, Young (1995), Bosworth y Collins
(1996) y Sarel (1996) realizaron también estimaciones del crecimiento de la
productividad en los países asiáticos. En todos estos casos, se tomó en cuenta
la variación anual del PBI real, el promedio ponderado de la variación de los
insumos mano de obra y capital físico, y la diferencia se denominó residuo o
crecimiento de la productividad total de los factores. Una particularidad de los
distintos trabajos mencionados es que no arrojan resultados coincidentes. No
obstante, tienden a insinuar que el crecimiento del Sudeste Asiático, tal como
ocurrió en las etapas tempranas de Estados Unidos y de Japón, debe atribuirse
más a un uso intensivo de insumos que al crecimiento de la productividad.
El trabajo de G. Ch. Rodrigo, de 1996, que se apoya en la misma metodología
pero referido a la productividad de la mano de obra, ha sido contemplado aquí
con propósitos comparativos. En primer lugar, se considera que el crecimiento
anual del producto bruto interno per cápita es una buena proxy del crecimiento
de la productividad del trabajo. En segundo lugar, se toma en cuenta el
crecimiento de la inversión bruta fija por trabajador. En un período largo, de
3
Véase G. Chris Rodrigo, Long-term Perspectives on Economic Reform and Industrial
Restructuring. Industrial Economics, De. By Philippe R. Scholtes. UNIDO, 1996. Véase también
FMI: Perspectivas de la economía mundial, mayo 1997, recuadro 9.
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
11
veinte años, la diferencia entre el PBI per cápita y el crecimiento de la inversión
por trabajador expresa un factor denominado residual, que es la porción del
incremento de la productividad del trabajo que no puede atribuirse directamente
a la expansión de capital físico por trabajador. Es decir, el factor residual
contempla los “otros” elementos que explican la variación de la productividad.
Por cierto, un gran número de factores se incluyen en estos componentes.
Cabe mencionar por ejemplo la modernización institucional de las economías, la
evolución y adaptación a las nuevas circunstancias de los sistemas educativos,
etc. Pero, puede sugerirse que un elemento de relevancia en esos componentes
es la capacidad de innovar de una economía y de sus empresas, es decir de
introducir transformaciones en los productos que fabrica, en los procesos a
través de los cuales realiza esa producción, o en las organizaciones.
El ejercicio realizado para siete economías asiáticas ha sido extendido a dos
economías de América Latina y, a la vez, a las cifras agregadas de América
Latina. Para calcular el crecimiento de la inversión por trabajador, en el caso
latinoamericano, se consideró la evolución anual de la formación bruta de capital
y el número de trabajadores se equiparó a la PEA. Por razones de información
los períodos para Asia y para América Latina no son coincidentes. En el caso de
Asia, las tasas promedio anual corresponden al período 1990-1989. En el caso
de América Latina, al período 1970-1994. Los resultados pueden verse en el
cuadro 6.
Tal como era de prever el crecimiento de la inversión por trabajador es muy
superior en el Sudeste Asiático que en América Latina. No obstante, la
diferencia es en la tercera columna, la que expresa al factor residual en donde
las economías asiáticas (Taiwán, Corea y Hong Kong) triplican a América Latina
al tiempo que Tailandia más que la duplica. Podría interpretarse que el énfasis
en la innovación es una de las principales diferencias en el desempeño
económico y en la inserción internacional entre el Sudeste Asiático y América
Latina.
3.2 Tecnología y desempeño exportador.
El tamaño de las naciones determina, en buena medida, sus posibilidades en
materia tecnológica. Este punto no debe perderse de vista tanto cuando se
compara a América Latina (cuyas economías son todas relativamente pequeñas,
con excepción de Brasil) con el resto del mundo.
En términos general, se puede decir que las economías pequeñas están más
impelidas a exportar que las grandes. Esto resulta evidente tanto para Europa
como para América Latina. En 1983, las exportaciones de Bélgica significaban el
64.9% y las de Holanda el 54.8% de sus respectivos productos, pero las de
Francia representaban el 19.0% y las de Japón el 13.3%. Lo mismo resulta si se
hace el cálculo para Brasil, por un lado, y Uruguay o Chile, por el otro.
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
12
Ahora bien ¿qué incidencia tiene la variable tecnológica sobre el desempeño
exportador? Diversos autores se han ocupado de este tema, entre ellos Freeman
y Lundvall que recogen el estudio pionero de Soete, de 1981, para 22 países y
40 sectores industriales. La relación entre avance tecnológico y desempeño
exportador no es muy significativa en industrias manufactureras que procesan
recursos naturales (vidrio, petróleo, alimentos sin procesar, etc.); tampoco
aparecen resultados significativos en industrias maduras, de menor intensidad
tecnológica, como textiles. Pero en todas las demás actividades la variable
tecnológica resulta altamente explicativa del comportamiento de las
exportaciones.
Más recientemente la OCDE ha dicho que “hasta hace poco tiempo el complejo
proceso de la innovación había sido insuficientemente comprendido (...) Al nivel
macro, hay un cuerpo sustancial de evidencias en el sentido que la innovación
es el factor dominante en el crecimiento económico nacional y en el desempeño
en el comercio internacional. Al nivel micro - en las empresas - la IyD es
percibida como la mejora de la capacidad empresarial para absorber y hacer uso
de los nuevos conocimientos de todo tipo, no sólo de los nuevos conocimientos
tecnológicos”.4
Lo anterior es de extrema importancia si se toma en cuenta que los productos
pueden clasificarse en dinámicos, estancados o en retroceso, según que ganen
participación, la mantengan incambiada o pierdan participación en el mercado
internacional. Los bienes manufacturados dinámicos son aquellos que provienen
de materias primas no agropecuarias, son fruto de mano de obra calificada o
altamente calificada, y conllevan alto contenido tecnológico. En cambio, las
manufacturas que provienen de recurso naturales suelen estar estancadas o en
retroceso. Esto quiere decir que si un país se propone ganar participación
en el comercio mundial con sus manufacturas, debe producir bienes
dinámicos, que dependen del desempeño tecnológico.
Surgen aquí algunas restricciones importantes para las economías pequeñas,
donde las empresas son también comparativamente pequeñas, y tanto éstas
como el Estado tienen restricciones presupuestales para abordar programas de
IyD.
Es una realidad que en muchas ramas industriales se detectan umbrales muy
elevados y crecientes de inversión en IyD que resultan inaccesibles para
empresas pequeñas, medianas y aun grandes (a escala de una nación pequeña)
pero sin poder de mercado a nivel internacional.
De aquí se desprende que el trabajo conjunto entre empresas de un mismo
sector o de distintos sectores industriales así como la coordinación de esfuerzos
entre varios Estados debería explorarse como una de las vías prometedoras
para incrementar la presencia, con productos nacionales y regionales, en el
4
Oslo Manual, second edition, OECD, Paría, october 1996
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
13
mercado mundial e incluso para mantener participación en los propios mercados
internos.
Puede sugerirse que la integración tecnológica, entendiendo por tal la IyD
programada, fomentada y aplicada, tanto por las empresas como por los
Estados, a nivel regional, debería convertirse en un objetivo estratégico de
máxima relevancia.
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
14
TERCERA PARTE: LA INNOVACION Y LA
EMPRESA
4. LA EMPRESA Y SU POTENCIAL DE INNOVACION
4.1 La innovación y la Inversión Extranjera Directa.
El tema de la inversión extranjera directa y su incidencia en la innovación fue
ampliamente debatido en Europa Occidental algunos años atrás.
Ciertos
críticos del modelo europeo señalaban que la apertura hacia las filiales de origen
estadounidense conducía a la desnacionalización de las empresas y a debilitar
a la innovación europea. La diferencia resultaba notoria con Japón, país
abocado a desarrollar “la capacidad tecnológica nacional”5 y, por lo tanto, poco
favorable a la instalación de filiales extranjeras y más inclinado a la adquisición
de licencias. El “modelo licencias”, al cual apostó Japón y fue seguido después
por Corea del Sur, se inicia con pagos importantes de licencias que van
lentamente diluyéndose dentro del presupuesto general de IyD de la nación.
El “modelo filiales” implica, en principio, que la innovación se realiza en la matriz
y se traslada a la filial por medio del pago de una licencia intrafirma. Puede
decirse, entonces, como punto de partida, que esto implica un funcionamiento
tecnológico cerrado, en el cual la IyD no se realiza en el país anfitrión de la filial.
Hecha esta apreciación es preciso distinguir entre las filiales instaladas en otros
países de la OCDE y las instaladas en países en desarrollo.
Con respecto a los países de la OCDE, en los años sesenta hay evidencias de
que las filiales de empresas de Estados Unidos realizaban cierta IyD en el país
anfitrión. Indagaciones de la Universidad de Stanford, coincidentes con una
encuesta empresarial realizada por McGraw Hill,
indicaron que
aproximadamente el 2.6% del gasto total en IyD de la industria de Estados
Unidos se realizaba en y por filiales. En cuanto a los sectores, predominaban
automóviles, equipo de transporte y, en menor medida, maquinaria y químicos.
Respecto a la distribución geográfica, al parecer la mayor parte de la IyD
realizada por las filiales de empresas estadounidenses en el extranjero se
5
Según ha señalado Pavitt “La capacidad tecnológica se originó en la jerga militar norteamericana
y significa esencialmente la capacidad para resolver problemas científicos y tecnológicos, y para
rastrear, evaluar y explotar los desarrollos científicos y tecnológicos. Cada vez en mayor medida,
la capacidad tecnológica es la base del poder en los países avanzados, industrializados, ya sea en
términos de la competencia industrial, la defensa, las comunicaciones o el prestigio. En cierto
sentido guarda la misma relación con el país avanzado de hoy que el poder marítimo con el Reino
Unido en el pasado”. Pavitt K.: La empresa multinacional y la transferencia de tecnología, en
Gunning J: La empresa multinacional FCE, 1976, México.
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
15
concentraba en Canadá y Gran Bretaña donde, en ambos casos, las filiales
tenían una relación más alta de gasto en IyD respecto a ventas que las
empresas nacionales.
El caso de Canadá es interesante. Gran receptor de inversión estadounidense,
una encuesta gubernamental, realizada a mediados de los años sesenta,
demostró que la relación de los gastos en IyD sobre ventas era superior en las
empresas controladas por capital de Estados Unidos que en las nacionales. Mas
recientemente, el trabajo de Holbrook y Squires6 llega a conclusiones
semejantes :“ La evidencia sugiere (....) que las empresas controladas por
extranjeros tienen una intensidad de IyD superior a la de las empresas
canadienses” Esto puede indica que la filial estadounidense en Canadá - sea
por razones de proximidad geográfica, o por el uso del mismo idioma lo cual
contribuye a la interacción tecnológica o porque la inversión estadounidense en
Canadá se inició muy tempranamente - tiene un comportamiento más propio de
empresa en su propio mercado que de filial propiamente dicha.
El caso de los países en desarrollo es diferente. Con frecuencia se menciona a
la IED como un factor que contribuye a la modernización de las economías
donde se implanta. El razonamiento es correcto en tanto las filiales de empresas
extranjeras se instalan en sectores oligopólicos, suelen producir bienes
relativamente más dinámicos, incorporan normas de organización en ocasiones
más rigurosas que las de las empresas locales, entrenan y frecuentemente
mantienen políticas de capacitación de su personal, etc. La contracara de esta
acción modernizadora es la ausencia de actividades de IyD en los países
anfitriones.
Esta percepción de que la filial no genera innovación sino que traslada
predominantemente la que se generó en la matriz, es ampliamente admitida en
América Latina. La estrechez de los mercados internos en la mayoría de los
casos; la ausencia de empresas de porte global ( aun en el caso de Brasil , si se
exceptúa a Telebras, Petrobras y alguna más) ; la debilidad de los Sistemas
Nacionales de Innovación; la indefinición en cuanto a la especialización
tecnológica nacional ; y la falta de un proyecto de la sociedad para construir la
“capacidad tecnológica nacional”, podrían contribuir a comprender por qué el
sector público participa tímidamente en los gastos de IyD, el sector privado
prácticamente no
participa y
la empresa extranjera mantiene,
predominantemente, un “modelo filial” .
Resulta conveniente señalar entonces que la recepción de IED, contribuirá en
ciertos aspectos a la modernización de las economías donde se implanta, pero
6
Para los años setenta ver Pavitt K. La empresa multinacional op. Cit.; más recientemente, sobre
el caso de Canadá, Holbrook J. A. y Squires R. J.: Firm-level analysis of determinants of canadian
industrial R y D performance. Science and Public Policy Vol. 23 No. 6, Dec. 1996. G.B.
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
16
no cabe esperar de la misma un aporte de significación en materia de IED. Esta
sigue siendo tarea del Estado y de las empresas de capital privado nacional.7
4.2 El potencial de innovación de la empresa
En el abordaje de este tema es preciso detenerse, siquiera brevemente, en
varios aspectos de relevancia. En primer lugar, ¿qué se entiende por
innovación? Para responder a esta pregunta hay más de una propuesta. En este
trabajo se considerar innovación a aquellas actividades que están comprendidas
en la tipología de Schumpeter contenida en una de sus obras primeras.8 Por lo
tanto, la innovación comprende:
 La introducción de un nuevo producto o un cambio cualitativo en un
producto
que ya existe.
 La introducción de un nuevo proceso, o un cambio significativo en el
ya existente
 La introducción de cambios en la organización industrial.
En segundo lugar, ¿qué se entiende por empresa innovadora? Un repaso de la
literatura muestra que no hay un único criterio al respecto y que incluso algunos
criterios han ido cambiando con el tiempo. El punto de referencia obligado, en
este caso, son los avances metodológicos que ha hecho la OCDE, aun cuando
no sean íntegramente aplicables a países de menor desarrollo relativo.
Con el propósito de mejorar la estadística y disponer de cifras comparables en
1992 se publicaron las “Directrices propuesta por la OCDE para la recolección e
interpretación de datos sobre innovación tecnológica”, conocido como el Manual
de Oslo. Este manual propone que se consideren empresas innovadoras a las
que han introducido innovaciones de producto y/o de proceso en los últimos tres
años. Se trata, sin duda, de una definición restrictiva que pone el énfasis en el
resultado (... han introducido...) y no en el esfuerzo. Hay quienes consideran
conveniente utilizar definiciones más laxas.
En tercer lugar, ¿cuáles son las características que hacen que una empresa sea
más o menos innovadora? La propensión a innovar de una empresa depende,
puede decirse, de un conjunto de factores entre los cuales cabe mencionar a las
oportunidades tecnológicas que busca y/o se le presentan. Pero hay amplio
7
Scholtes ha señalado que se bien “cabe esperar que un régimen liberal (en materia de IED) haga
crecer los flujos de inversión y proporcione acceso rápido a la tecnología extranjera, también
inhibirá el proceso crucial de profundización tecnológica en el propio país”. Scholtes Ph.: Industrial
Economics, 1996, UNIDO.
8
Shumpeter J.: The Theory of Economic Development. Harvard UP, 1934, USA.
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
17
consenso en la literatura acerca de que una mano de obra capacitada
tecnológicamente es un elemento esencial para poder manejar en la empresa
nuevas tecnologías y, más aún, para innovar. A ello debe agregarse la presión ,
y también la “calidad”, de la competencia; la capacidad de relacionarse con otras
empresas y con centros de investigación, es decir de moverse en un entorno
donde predomina el estímulo material e intelectual a la innovación; y, expuesto
en último lugar pero no por ello menos importante, no debe olvidarse que la
disponibilidad y la estructura financiera contribuirán a determinar si la empresa
puede o no emprender los esfuerzos para innovar y cuales son las cotas de esos
empeños.9
En cuarto lugar, tomando en consideración el tamaño, del amplio espectro de
empresas micro y pequeñas que están presentes en todas las economías, no
todas tienen potencialidad innovadora. Referido a la región, puede decirse, en
principio, que a diferencia de lo que ocurre en países más desarrollados
(Francia, por ejemplo), las microempresas latinoamericanas con menos de 10
empleados actúan en condiciones de precariedad que limitan sus posibilidades.
Téngase en cuenta que un alto porcentaje de las microempresas componen el
sector informal lo cual, a su vez, las excluye de las líneas formales de crédito, de
los estímulos fiscales y de los planes de fomento a las exportaciones.
El potencial innovador, por lo tanto, puede considerarse reservado, en buena
medida, a empresas pequeñas y medianas y, por supuesto, grandes. Hechas las
salvedades anteriores será conveniente detenerse en ciertas ideas dominantes
sobre innovación y tamaño. La idea más difundida, y que tiene respaldo teórico
en J. Schumpeter, es que existe una correlación positiva entre tamaño e
innovación. En la medida que las innovaciones son producto de esfuerzos largos
de investigación y con resultados inciertos al inicio; que requieren fuertes
inversiones cuyos umbrales suelen ser muy elevados; que es preciso contar con
los recursos y las habilidades para convertir, con rapidez, el invento en una
innovación (es decir, el invento con aplicación económica rentable); puede
argüirse que sólo empresas de gran tamaño, con equipos técnicos potentes y
flujos de caja sólidos y elevados, están en condiciones de invertir en
investigación científica y tecnológica y sacar provecho de esa inversión. De
manera que la innovación y la capacidad de innovación dependen de la escala.
9
Hay que notar que la innovación en la empresa no proviene de chispazos más o menos geniales
de alguno de los directivo o del cuerpo de ingenieros sino, con mucha frecuencia, de un proceso
más simple y, al mismo tiempo, con más arraigo: la empresa enfrenta un problema que puede o no
ser resuelto con el conocimiento existente. Si este es insuficiente, la investigación se vuelve una
necesidad para resolver ese problema concreto. Y cuando, gracias a la investigación, el problema
puede ser resuelto satisfactoriamente, es probable que se esté en presencia de o en camino hacia
la innovación. De aquí no se desprende que exista, inevitablemente, una secuencia problemainvestigación-innovación, porque muchas innovaciones se originan en ámbitos diversos a los de la
empresa y pueden ser, a la vez, el origen de un problema para ésta. No obstante, desde la
perspectiva de la innovación en la empresa y tomando en consideración los casos de países y
empresas sin tradición innovadora, podría sugerirse que la secuencia mencionada es la más
probable y quizá la única que permita iniciar el camino de la investigación y la innovación al interior
de las empresas.
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
18
Davis ha señalado, a su vez, que las firmas de gran tamaño tienen más
propensión que las medianas y pequeñas para incorporar nuevas tecnología de
proceso en razón de la escala, la indivisibilidad tecnológica, los recursos
gerenciales y las capacidades de absorción10 .
La evidencia empírica parece apoyar esta aproximación. Considérese primero a
las empresas clasificadas según tamaño y crúcese esa información con el aporte
de las empresas a la innovación. En Francia, por ejemplo, como muestran los
cuadros 7 y 8, entre las empresas con más de 2000 empleados, el 45.9% era
innovador, el 50.0% tenía potencial innovador y tan sólo el 4.1% era no
innovador. Por el contrario, entre las microempresas (hasta 10 empleados), el
17.7% era innovador, el 26.4% tenía potencial innovador y el 55.9% era no
innovador.11 Similares conclusiones pueden extraerse de los trabajos de
Freeman donde se comprueba que en Gran Bretaña, entre 1945 y 1980, las
empresas con menos de 200 empleados aportaron el 12% de todas las
innovaciones industriales mientras que las empresas grandes ( entre 1000 y
9999 empleados) aportaron el 23% y las muy grandes (más de 10 000
empleados) el 54%. 12
La conclusión anterior debe ser, sin embargo, un tanto relativizada.
5. LA SUBESTIMACION DEL PAPEL INNOVADOR DE LA PEQUEÑA
EMPRESA
Si bien la pequeña empresa enfrenta más dificultades que la grande para
realizar innovaciones, hay una tendencia creciente a considerar que su papel
innovador es más relevante de lo que sugieren las cifras. Y ello por varias
razones.
 Una primera aproximación, que parte del propio Freeman, sugiere que
las empresas de menor tamaño - cuando realizan actividad de
innovación - tienen más eficiencia innovativa que las grandes
empresas. Es decir, por cada dólar o peso gastado en innovación la
empresa pequeña produce más innovación que la grande. Esto puede
deberse a distintos factores. A una comunicación interna más fluida
en la pequeña que en la gran empresa; a la adaptación más rápida de
los resultados que se van obteniendo de la investigación en las
pequeñas que en las grandes; a la necesidad de cuidar al extremo el
10
11
Davis S. The Diffusion of Process Innovation, Cambridge, 1979, USA.
Barré Rémi: Les entreprises industrielles francaises et l’innovation.
1996, Colombia.
12
Colciencias, diciembre
Freeman Ch.: La Teoría Económica de la Innovación Industrial, Alianza, 1974, Madrid.
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
19
uso o destino de cada partida de inversión porque los recursos suelen
ser más escasos en la empresa pequeña que en la grande.
 Una segunda aproximación, en la cual han insistido varios autores, es
que las pequeñas empresas tiene mas presencia innovativa en
algunas ramas industriales que en otras. Para recurrir a los ejemplos
típicos, en software y en instrumentos científicos se comprueba que
hay más innovación atribuible a empresas pequeñas que a las
grandes. El cuadro 9 muestra el caso de las microempresas francesas.
El porcentaje de innovadoras y con potencial innovador en el caso de
los “bienes profesionales” es notoriamente más elevado que en otros
sectores. En la misma dirección la evidencia empírica proporcionada
por Acs y Audretsch,13 indica que en 21 de las 35 ramas industriales
estudiadas las grandes empresas tienen más presencia innovativa que
las pequeñas. Sin embargo, las empresas pequeñas resultan más
innovativas en ramas industriales que son trabajo-intensivas.
 Una tercera aproximación, que resulta también relevante, consiste en
distinguir según la modalidad de innovación. En las actividades
innovativas que derivan de largos y costosos esfuerzos de
investigación, en grandes y modernos laboratorios, predomina
claramente la gran empresa y no hay presencia de la pequeña; pero
en diseño o mejoras en el diseño, en imitación, en desarrollo de nuevo
productos, las empresas de menor tamaño suelen tener ventajas para
la innovación respecto de las grandes y muy grandes.
 Una cuarta aproximación, hace referencia a la medición de la
capacidad innovadora que, según como se realice, puede subestimar
la innovación tanto en la grande como en la pequeña empresa. Ya se
ha mencionado, más arriba, que hay distintas definiciones de
empresa innovadora. Si se adoptan las definiciones más restrictivas,
las empresas grandes resultarán muy probablemente con mayor
presencia innovadora. Asimismo, si se adopta como proxy para medir
la innovación a la cantidad de patentes registradas seguramente “la
contribución a la innovación de la pequeña empresa estará
necesariamente subestimada, porque las pequeñas empresas tienden
a no comprometerse en actividades de investigación formales que
13
Acs Z y Audretsch D.: Innovation, market structure and firm size, Review of Economic and
Statistics No. 69, 1987.
De aquí se ha inferido, tomando en consideración el ciclo de vida del producto de Vernon, que las
pequeñas empresas tendrían ventaja respecto a las grandes, desde el punto de vista innovativo,
en las primeras etapas de vida del producto cuando, con frecuencia, suele requerirse un alto
componente de trabajo calificado y muy calificado.
Por el contrario, las grandes empresas predominarían cuando el producto se ha estandarizado y se
encuentra en la fase madura de su ciclo de vida. Es probable que una concusión como la
señalada requiera de más indagación y evidencia suplementaria para ser aceptada.
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
20
suponen grandes gastos en IyD, y tampoco registran
consistentemente sus innovaciones”.14 Por otra parte, el método de
recolección de información también puede subestimar la innovación
que realiza la empresa grande. “Las firmas innovadores - señala el
Manual de Oslo - por lo general tienen en proceso más de un proyecto
de innovación y estos proyectos pueden involucrar diferentes recursos
y expandirse por varios períodos. Las empresas grandes usualmente
tienen más proyectos de innovación que las pequeñas. Cuando se
recoge información solamente sobre el proyecto principal, una gran
cantidad de gasto total en innovación se pierde, lo cual afecta más a
las empresas grandes que a las pequeñas”.
 Una quinta aproximación, que proviene también de Acs y Audretsch
señala que la innovación industrial tiende a decrecer a medida que el
nivel de concentración se eleva. La empresa pequeña no sólo es más
flexible sino que está en relación más estrecha con sus clientes y
puede enterarse rápidamente de los cambios en la demanda de los
consumidores. Además, puede especializarse (es decir, desarrollar
capacidades específicas en ciertas áreas técnicas, atendiendo a
mercados más reducidos pero muy sofisticados) lo cual estimulará su
actividad innovadora y puede, también, desarrollar relaciones
industriales de cooperación con otras empresas pequeñas,
potenciando al conjunto. Pavitt ya señalaba,15 en los años setenta,
refiriéndose a Estados Unidos, que “en los últimos años hemos vistos
muchos ejemplos de empresas grandes - incluyendo algunas de las
mejor administradas - que han desaprovechado innovaciones
importantes y rentables en tecnologías refinadas y dinámicas, dejando
la delantera en manos de empresas nuevas o pequeñas (por ejemplo,
la xerografía, la fotografía instantánea , los componentes electrónicos
avanzados, las computadoras grandes y pequeñas)”.En la misma
dirección, puede agregarse, siguiendo a Reich, que la inversión en IyD
de las pequeñas empresas ha tendido a incrementarse en los Estados
Unidos. En efecto, de acuerdo con la National Science Fundation, las
pequeñas empresas - definidas como aquellas con menos de 500
empleados - han duplicado su promedio de inversión en IyD durante
los años ochenta, y pasaron del 6% al 12% de la inversión privada
total en ese rubro.16 No hay necesidad de destacar que el límite tan
amplio (hasta 500 empleados) para definir a la pequeña empresa
puede estar distorsionando las conclusiones cuando se pretende
trasladar las conclusiones a los países de América Latina.
14
Zeljka Kozul-Wright: The role of the firm in the innovation process, UNCTAD, 1995, Suiza.
15
Pavitt K.: La empresa... op, cit.
16
Reich R.: El trabajo de las naciones, Vergara, 1993, Argentina
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
21
 Por último, una sexta aproximación, que puede derivarse de los
aportes de Chandler,17 sugiere que ante cambios en las condiciones
de la competencia y de la competitividad así como del ambiente
competitivo, puede modificarse también el tipo de empresa (tamaño,
organización) que mejor se adapta a las nuevas condiciones creadas
por el desafío externo. Dependiendo, entonces, del reto competitivo
que se presente puede ocurrir que la pequeña empresa sea la más
apropiada para enfrentarlo.
En síntesis, el tema de la innovación y el tamaño de la empresa están lejos de
haberse agotado. Las empresas grandes y muy grandes tienen una gran
presencia en la innovación industrial pues están en condiciones de destinar
importantes recursos, durante períodos prolongados, para las actividades de
IyD. No obstante, la presencia de las pequeñas empresas en la innovación ha
sido, muy probablemente, subestimada ya sea porque los indicadores (patentes
registradas, por ejemplo) no son apropiados o por el carácter más informal de la
innovación en las empresas pequeñas o por otras razones.
6. LA COLABORACION ENTRE EMPRESAS
6.1 La empresa en conexión con el medio.
Existe una gran diferencia entre empresas que producen en condiciones de
relativo aislamiento y empresas que producen en estrecha conexión con el
medio. En este último caso, hay tres grandes relacionamientos de los cuales
depende, cada vez más, el desempeño y la competitividad de la empresa:
 La empresa innovadora requiere una interacción con el usuario, sea
otra empresa o el consumidor final, que le permita realizar el aprendizaje
interactuando, como ha señalado Lundvall.18
 Necesita, a la vez, una relación fluida con los centros tecnológicos, las
instituciones universitarias, los laboratorios públicos o privados, en donde
nutrirse.
 Le resulta imprescindible también actuar en relación con las otras
empresas, en una relación distinta a la de proveedor-usuario, para realizar por
ejemplo acuerdos de comercialización (compra o venta conjunta) o tecnológicos.
17
Chandler A.: Strategy and Structure.
Enterprise. MIT, 1973, USA.
18
Chapters in the History of the American Industrial
Lundvall B. A.: Innovation as an intercative process: from user-producer interaction to the
national system of innovation in Technical Change and Economic Theory, 1988, G.B.
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
22
Los resultados de la pequeña empresa varían, sustancialmente, según que la
misma actúe como unidad individual, muy frecuentemente en condiciones de
aislamiento, o como parte de un conjunto más amplio. El factor relación con el
medio y el grado en que se desenvuelve dicha relación aparece como un
elemento esencial.
Ante todo es bueno señalar que el cambio tecnológico y la creciente importancia
de las tecnologías de base microelectrónica impulsa la creación de redes. Las
redes, como han señalado Cassiolato y Lastres,19 tienen implicaciones
importantes a nivel de las relaciones entre empresas. En particular, la eficacia en
la utilización de los sistemas electrónicos aumenta a partir de la disponibilidad
local de estructuras y procesos de aprendizaje colectivo, en especial:
información de otros usuarios sobre la tecnología; fuerza de trabajo entrenada y
experiente; servicios de mantenimiento y asistencia técnica; abastecedores de
equipo y software, e innovaciones complementarias.
No es esta, sin embargo, la única razón que impulsa a la asociación entre
empresas, sea para producir, comercializar o contratar servicios en conjunto,
etc. El relacionamiento de la empresa entre sí puede revestir distintas
características y ha sido objeto de diversas clasificaciones.20
Una primera clasificación distingue entre relaciones horizontales, que se
plantean varias empresas pequeñas, para producir conjuntamente un bien o
realizar las adquisiciones de materia prima, las ventas de productos terminados
o la obtención de información, y relaciones verticales, que comprenden a
pequeñas empresas en relación con medianas o grandes. Se trata, sin duda,
de dos casos muy distintos y que plantean diversas exigencias, de tipo histórico
y cultural, para concretarse.
La relación horizontal, de la cual abundan ejemplos de pequeñas empresas
exitosas que operan en distritos industriales o clusters, que se especializan y
logran economías de aglomeración, que trabajan en el marco de un acuerdo de
complementariedad y que, como grupo de empresas o nuevo sujeto económico
colectivo, elevan su eficiencia y su competitividad, suele mencionarse como uno
de los caminos posibles para las Pymes de la región.
La relación horizontal entre pequeñas empresas requiere, para ser exitosa, de
unas cuantas condiciones que pueden estar en el punto de partida o crearse con
el transcurso del tiempo. Los distritos industriales italianos, como se ha puesto
de manifiesto más de una vez,21 se apoyaron en relaciones antiguas, incluso
19
Cassiolato et. al.: Innovacao.... op. cit.
20
Casalet M.: La cooperación interempresarial: una opción para la política industrial, Revista de
Comercio Exterior, enero 1997, México y Casalet M.: Redes de apoyo públicas y privadas hacia la
competitividad de las Pymes. Nafinsa, 1995, México.
21
Véase, por ejemplo, Industrialización y Desarrollo, CEPAL/Onudi. Informe No. 9; y Bianchi.... op.
cit.
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
23
preindustriales, entre las empresas que los componen. Contaron, asimismo, con
sentimientos de confianza, arraigados en una larga historia común, entre los
participantes. Y éste, como resulta comprensible, es uno de los elementos
claves para el éxito y para que la vinculación se mantenga en el tiempo.
Además, se trata de empresas pequeñas o medianas para la dimensión europea
pero tecnificadas, con gerencias modernas y acceso a la más reciente
innovación al tiempo que son innovadoras ellas mismas. Es posible que pocas
empresas pequeñas de la región presenten un punto de partida semejante al de
las que componen los distritos industriales italianos.
No obstante, ciertas formas de relación horizontal -sobre todo, en un comienzo,
los consorcios para exportar o hacer adquisiciones en común- pueden adquirir
gran importancia y contribuir a potenciar a las pequeñas empresas.
6.2 La colaboración entre las empresas grandes y las pequeñas
Es posible distinguir entre redes de empresas que son producto de la
descentralización y redes que se conforman entre unidades, inicialmente
independientes, que, por diversas razones, tienden a la aproximación. El primer
caso, se explica como una tendencia general según la cual las grandes
empresas se están convirtiendo en redes empresariales descentralizadas22 con
un núcleo original, generalmente de gran tamaño, y una gran periferia de
empresas más pequeñas. Esto podría explicar parcialmente, a su vez, el peso
creciente de las pequeñas empresas - definidas con holgura como aquellas que
emplean hasta 500 personas - en el empleo total y en los gastos de IyD.
Ambas participaciones podrían ser, en Estados Unidos, una distribución de
funciones al interior de la red más que un cambio que caracterizaría a la
pequeña empresa independiente.
Otra modalidad de creciente extensión, tanto en los países desarrollados como
en América Latina, son los acuerdos entre la gran empresa y sus grupos de
proveedores. Si bien estos acuerdos siempre han existido, la tendencia a la
subcontratación, a la tercerización de ciertas actividades y a la especialización le
han dado fuerte impuso.
Una tesis interesante al respecto, expuesta entre otros por Kozul-Wright,23
señala que “no es tan solo el clustering espacial de Pymes lo que determina
sistemas flexibles de producción en un país en desarrollo sino la interrelación
dinámica del nexo entre pequeñas y grandes empresas, basada en relaciones
productivas complementarias y en un extenso sistema de vínculos entre las
empresas de distinto tamaño”. La empresa pequeña, desde esta visión, es un
22
Reich R.: El trabajo... op. cit.
23
Kozul Wright Z.: op. cit.
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
24
elemento vital en la red industrial de productores especializados en una gran
diversidad de piezas, partes y componentes.
Se trata, por cierto, de un matiz que no es de menor cuantía. Sin perjuicio de
que una red de Pymes presente potencialidad en si misma, el elemento
diferenciador y que más contribuiría a que la empresa pequeña se especialice,
incremente su eficiencia y se vuelva innovadora, podría ser su vínculo con
empresas medianas y grandes que fijarían pautas de calidad siempre crecientes
y arrastrarían a la pequeña empresa hacia una transformación sustancial.
Los ejemplos de Japón y de Corea se esgrimen en apoyo de esta tesis. El
ejemplo de las microempresas francesas, como se ha visto con anterioridad,
parece acorde, asimismo, con esta interpretación. En efecto, “el 55% de las
microempresas (hasta 10 empleados) innovadoras realizan actividades a
“façon”, como son la fabricación de prototipos y los trabajos a pedido; la
innovación de la microempresa está, por lo tanto, muy ligada a la dinámica que
surge de la firma que da la orden...”24 . En la misma dirección Pavitt - refiriéndose
principalmente a los Estados Unidos - ha señalado que “muchas de las
empresas pequeñas que han explotado innovaciones radicales han sido
iniciadas, o ayudadas en gran medida, por científicos e ingenieros con
experiencia previa de trabajo en los laboratorios de empresas grandes, y que las
empresas grandes con mucha frecuencia son clientes que adquieren los
productos de esas empresas pequeñas cuando inician sus operaciones. Esto
significa que estas empresas pequeñas tienden a permanecer geográficamente
dentro del ámbito tecnológicamente refinado del que se alimentan, por lo menos
al principio”.
La demanda que la empresa grande y aun la mediana plantean a la
pequeña, la red de proveedores especializados que se forma en torno a
una empresa grande y que suscribe con esta contratos “primarios” (con
duración de cuatro a cinco años y con especificidades técnicas
generalmente determinadas desde la empresa grande, lo que fija el ritmo y
el tipo de la inversión de la pequeña) o
contratos “secundarios”
(abastecimiento por un año generalmente con exigencias técnicas más
laxas) es una herramienta de primerísima importancia para elevar la
competitividad del conjunto del sector industrial.
24
Barré Remi: op. cit.
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
25
CUARTA PARTE: LA INNOVACION Y EL EMPLEO
7. EMPLEO Y VALOR AGREGADO MANUFACTURERO
7.1 Una aproximación al empleo y al valor agregado manufacturero
mundiales.
Como es sabido las tasas de desempleo han sido crecientes en los últimos años
en muchos países y particularmente en Europa y en América Latina. Incluso en
términos absolutos la cantidad de personas que trabaja en la industria ha
descendido en la mayoría de los países europeos y latinoamericanos. No
obstante, cuando se analizan las cifras agregadas del Empleo Manufacturero
Mundial (EMM), la realidad se presenta en forma algo diferente.
Según cifras de ONUDI, en 1980 había en mundo 115 millones de personas
trabajando en la industria manufacturera. Quince años después, en 1994 según
la misma fuente, el número de empleados en el sector manufacturero se había
elevado a 151 millones de personas.25 Esto proceso de crecimiento se
caracterizó sin embargo por cambios muy drásticos en la participación de las
distintas regiones en el empleo manufacturero mundial.
En efecto, entre 1980 y 1994 América del Norte reduce su participación en el
empleo manufacturero mundial de 18.3% a 12.5%, América Latina la reduce de
10.3% a 7.1% y Europa la comprime de 27.8% a 17%. No obstante, en idéntico
período, el Sudeste de Asia expande su participación en el empleo
manufacturero mundial de 6.4% a 8.5% y China de 21.2% a 40.9%. Una primera
comprobación, por lo tanto, es que el empleo manufacturero se ha desplazado
hacia el continente asiático. Cuadro 10.
Este fenómeno se percibe asimismo, en el Valor Agregado Manufacturero
(VAM) mundial. En dólares constantes, entre 1980 y 1994 el VAM mundial
creció de 3 trillones de dólares a 4 trillones 447 millones de dólares. Esto
significa un incremento de 48% en tres lustros. Pero el crecimiento no ha sido
idéntico entre las distintas regiones. Mientras América Latina y Europa pierden
participación en el VAM mundial; al tiempo que América del Norte mantiene su
participación incambiada; resulta que el Sudeste de Asia, China, Japón y el
Subcontinente Indio elevan su participación de 21.1% del VAM mundial en 1980,
a 31.9% en 1994. Al igual que en el caso del empleo el VAM tiende a
desplazarse al continente asiático. Ver cuadro 11.
25
Para calcular el número de empleados a nivel mundial en el sector manufacturero no se tomaron
en cuenta a la antigua URSS y a los países de Europa Central, a algunos países asiáticos de
menor significación, a Australia y a Nueva Zelandia
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
26
Hechas estas dos precisiones resulta interesante relacionar la evolución entre el
VAM por empleado, que es un indicador de la variación de la productividad de la
mano de obra, con la evolución del personal empleado de los sectores
industriales. Como puede apreciarse en el cuadro 12, en el período 1980-1994
los países con un mayor incremento en el VAM por empleado son, también, los
que presentan una tasa mayor de crecimiento de empleo industrial por año. Es
de notar que los mayores incrementos en la relación VAM por empleado se
registran en los países asiáticos y en todos ellos además la variación anual del
empleo industrial es positiva.
Por el contrario en el caso de América del Norte, de Europa y de América Latina
el crecimiento del VAM por empleado es inferior al de los países asiáticos y las
tres regiones presentan simultáneamente tasas anuales negativas de
crecimiento del empleo industrial. Esto significa que, en el sector manufacturero,
el incremento en la productividad de la mano de obra y el crecimiento en el
empleo industrial, cuando se cumplen ciertas condiciones, están positivamente
correlacionados.
7.2.
Factores gravitantes en la relación innovación-empleo.
7.2.1 El carácter ofensivo o defensivo de la innovación.
Ante todo es preciso detenerse en el carácter predominante de la innovación.
Sobre el punto será de utilidad hacer referencia al trabajo de Vivarelli,
Evangelista y Pianta,26 referido a 22 sectores industriales de seis economías
desarrolladas (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia).
Una primera conclusión de interés es que “en Europa, y particularmente en Italia,
el circulo virtuoso entre tecnología, crecimiento y empleo es mucho más débil
(que en Estados Unidos y Japón) y es con frecuencia reemplazado por vínculos
negativos; las ganancias que se obtienen con el crecimiento de la productividad
han resultado en pérdidas de puestos de trabajo”
¿A que se debe esta desventaja europea? Si nos atenemos a la respuesta de
los autores ello es atribuible a que las nuevas inversiones, y aun las
innovaciones, han sido concebidas y se han dirigido, en el caso europeo, de
manera predominante, a reestructurar a sectores tradicionales en la economía, y
para ello han procurado ahorrar mano de obra. Es decir, la innovación estuvo
menos ligada a desarrollar nuevas actividades y más dirigida a preservar las
existentes.
26
Vivarelli M., Evangelista R., Pianta M.: Innovation and employment in Italian manufacturing
industry. Research Policy 25, 1996
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
27
Esta conclusión general, sin embargo, presenta algunas características de
interés cuando se analiza el caso de Italia y se desagrega la muestra de
empresas. En efecto, sobre un total de 8220 firmas innovadores, una
submuestra de 2701 empresas muy innovadoras arroja resultado llamativos.
Mientras que la muestra total
presenta una correlación negativa entre la
introducción de innovaciones y la creación de puestos de trabajo, la submuestra,
conformada sobre todo por empresas muy innovadoras que han emprendido
nuevas actividades, indica una relación levemente positiva entre innovación y
creación de puestos de trabajo: 831 empresas declaran que han contratado más
personal a consecuencias del proceso de innovación, mientras que 728 señalan
que han reducido personal.
De aquí podría desprenderse la siguiente reflexión: los procesos de innovación
con carácter predominantemente defensivo suelen tener un efecto más
depresivo sobre los puestos de trabajo que los procesos de innovación
ofensivos, dirigidos a desarrollar nuevas actividades.
Es de utilidad detenerse, asimismo, en el tipo de innovación y observar si la
mejora o el cambio en el producto tiene algún efecto distinto sobre el empleo que
la mejora o el cambio en el proceso productivo. La evidencia empírica, para el
caso de Italia, indica que la innovación que se refiere al proceso de producción
suele tener un fuerte impacto ahorrador de mano de obra. Por su parte, la
innovación en el producto suele tener un efecto más neutro o incluso de
incremento sobre la mano de obra. No sería de descartar que las innovaciones
referidas al proceso productivo tuvieran un carácter más defensivo que las
innovaciones de producto.
7.2.2 La innovación y las ramas industriales.
Otro aspecto a explorar se refiere a las ramas industriales. Tomando en
consideración 30 ramas industriales es posible determinar como han afectado
las innovaciones, en cada rama, al uso del factor trabajo. El método que se ha
utilizado en este caso consiste en la construcción de cocientes para cada rama
entre las empresas innovadoras que aumentan el número de trabajadores
menos las empresas innovadoras que los reducen, dividido el total de las
empresas de la muestra. Se presentan en el cuadro 13, ordenados de mayor a
menor según el impacto de la innovación en el empleo, las ramas que aumentan
el empleo a consecuencia de la innovación, las que arrojan un resultado neutro y
las que lo disminuyen.
Es de notar que no emerge, al menos de manera clara, una relación entre el uso
más intensivo del factor capital y la sustitución del factor trabajo. Más bien por el
contrario, las ramas que más incrementan el empleo son, precisamente, las
que utilizan de manera más intensiva, en el mismo periodo, el factor capital
(aviones, farmacéutica, maquinaria textil, etc.) aun cuando resulta también que
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
28
algunas ramas, como vehículos automotores, es muy ahorradora de mano de
obra y, simultáneamente, muestra un fuerte incremento en el uso de capital fijo.
Por tal razón puede sugerirse que, salvo excepciones, el efecto mas
positivo sobre el empleo surge de la expansión de los sectores más
innovadores. Como es obvio, esto plantea retos adicionales a los países en
vías de desarrollo. No hay necesidad de decir que los sectores con el
impacto más negativo de la innovación sobre el empleo son, precisamente,
los que predominan en la región.
7.2.3 La innovación, el tamaño de la empresa y el empleo.
Es comúnmente aceptado que las empresas manufactureras pequeñas suelen
tener más gravitación sobre el empleo manufacturero total que sobre el valor
agregado manufacturero total. Por tal razón, con frecuencia la literatura se
refiere a las pequeñas empresas y sugiere apoyar su surgimiento y
supervivencia para aliviar tensiones en el mercado de trabajo.
Un aspecto de interés, y menos indagado, es fijar la atención en el impacto de la
innovación sobre el empleo tomando en consideración el tamaño de la empresa.
Si se recurre nuevamente a la muestra de empresas italianas innovadoras,
resulta que el empleo se reduce, cuando se introduce la innovación, en las
empresas de todos los tamaños, aunque con más intensidad en las grandes
empresas (más de 200 empleados). El panorama resulta más claro, sin
embargo, cuando se observa la muestra más reducida, de empresas muy
innovadoras. Aquí resulta que la innovación tiene un efecto positivo sobre el uso
del factor trabajo entre las empresas de menor tamaño y un efecto negativo
sobre las grandes, como puede verse en el cuadro 14. Una conclusión similar
ya había sido apuntada por Reich, para la economía de Estados Unidos.
El cuadro muestra que en todos los rangos se registra un fuerte incremento en el
uso del factor capital, no obstante en las de menos de 200 empleados el efecto
sobre el empleo es positivo y en las de más el efecto es negativo. Una
explicación posible para este resultado es que el tipo de gasto en innovación es
diferente según el tamaño de las empresas Los gastos de IyD, propios de la gran
empresa, están negativamente correlacionados con el empleo. Por su parte, los
gastos en diseño e ingeniería, predominantes en empresas de menos tamaño,
están positivamente correlacionados con el empleo.
Desde la perspectiva de una red, constituida por una o más empresas grandes
en torno a las cuales producen, una gran variedad de empresas pequeñas, que
innovan en buena medida a instancias de los reclamos de calidad y las
exigencias de las empresas grandes, podría sugerirse, que existe una
distribución, al interior de la red, del tipo de innovación y de la mano de obra que
se emplea entre las grandes y las pequeñas empresas. Sin que esto implique
Aspectos relevantes del desarrollo industrial
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necesariamente un designio claro y predeterminado en esa dirección, el empleo
se reduce en el cerno pero se amplia en la corteza.
De aquí podría sugerirse que la innovación en la empresa pequeña,
comparada con la innovación en la grande, puede considerarse más
favorable para resolver los problemas del empleo pero ello podría
depender, a su vez, de la dinamización de las pequeñas empresas por
medio de su incorporación en una red y, también, del tipo de innovación
que predomine en la pequeña empresa.
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