Empresas, innovación y empleo Ec. José Manuel Quijano* * El presente informe expresa opiniones personales del autor. El mismo se ha elaborado tomando en cuenta trabajos anteriores realizados para el SELA y para la Cámara de Industrias del Uruguay. Aspectos relevantes del desarrollo industrial 2 INDICE INTRODUCCION............................................................................................ 4 1ª PARTE: LA INNOVACION, EL SECTOR PUBLICO Y EL SECTOR PRIVADO........................................................................................................ 5 1. LA IMPORTANCIA DE LA INNOVACION............................................. 5 1.1 El estímulo a la investigación en el sector privado......................... 5 1.2 Investigación básica y aplicada...................................................... 6 1.3 El nuevo enfoque respecto de las PYMES.................................... 7 2. LA REGION Y EL ESFUERZO EN CIENCIA Y TECNOLOGIA........... 8 2ª PARTE: LA INNOVACION Y EL DESARROLLO..................................... 10 3. LA INNOVACION Y EL "CRECIMIENTO DE LA EFICIENCIA ECONOMICA"...................................................................................... 10 3.1 Análisis comparado de las fuentes de crecimiento de la productividad.................................................................................. 10 3.2 Tecnología y desempeño exportador............................................. 11 3ª PARTE: LA INNOVACION Y LA EMPRESA............................................ 14 4. LA EMPRESA Y SU POTENCIAL DE INNOVACION........................ 14 4.1 La innovación y la Inversión Extranjera Directa............................. 14 4.2 El potencial de innovación de la empresa...................................... 16 5. LA SUBESTIMACION DEL PAPEL INNOVADOR DE LA PEQUEÑA EMPRESA......................................................................... 18 6. LA COLABORACION ENTRE EMPRESAS....................................... 21 6.1 La empresa en conexión con el medio.......................................... 21 Aspectos relevantes del desarrollo industrial 3 6.2 La colaboración entre las empresas grandes y pequeñas............ 23 4ª PARTE: LA INNOVACION Y EL EMPLEO.............................................. 25 7. EMPLEO Y VALOR AGREGADO MANUFACTURERO.................... 25 7.1 Una aproximación al empleo y al valor agregado manufacturero mundiales ...................................................................................... 25 7.2 Factores gravitantes en la relación innovación – empleo.............. 26 7.2.1. El carácter ofensivo o defensivo de la innovación .............. 26 7.2.2. Las innovaciones y las ramas industriales .......................... 27 7.2.3. La innovación, el tamaño de la empresa y el empleo ......... 28 Aspectos relevantes del desarrollo industrial 4 INTRODUCCION El presente trabajo tiene por objetivo indagar en el efecto que tiene la innovación empresarial sobre el empleo. Debe tenerse en cuenta que sólo las empresas manufactureras con capacidad de innovación tendrán posibilidad de crecer, o al menos sostener su participación, en los mercados nacional, regional e internacional. Es un hecho que el vínculo con la innovación está relacionado a la organización interna de la empresa, al grado de profesionalización, al control de calidad en la gestión, etc., es decir a diversos componentes que constituyen la predisposición a innovar. Pero la capacidad de innovación no depende únicamente de la empresa misma. En tal sentido, depende del régimen de estímulo a la innovación que proporciona el sector público respectivo, y que suele constituir el marco imprescindible para que la empresa incursione en una actividad caracterizada por elevada incertidumbre. Además, y de manera muy fundamental, también influye en la predisposición innovadora de la empresa la ductilidad para relacionarse con las otras empresas. En esta línea de reflexión el trabajo recoge evidencias sobre el papel de la pequeña empresa en la innovación -cuando ciertas condiciones se reúnen- que hasta hace poco tiempo había sido subestimado por la literatura especializada. Como la evidencia empírica sugiere no hay una única relación entre innovación y empleo. Las consecuencias sobre los puestos de trabajo -comprimiéndolos, expandiéndolos o dejándolos inalterados- dependen de las características que asuma la innovación. En tal sentido el trabajo distingue entre el carácter ofensivo o defensivo de la innovación; presta atención a la rama industrial a la cual pertenece la empresa en donde se realice la innovación; y toma en cuenta el tamaño de la empresa innovadora. En definitiva la gran mayoría de los países cuenta con un régimen de estímulo a la innovación, porque ahí está el nuevo eje de las políticas industriales de los países desarrollados y porque ahí radica uno de los pilares básicos de la competitividad futura. Pero si la preocupación se orienta, además, hacia el impacto que la innovación empresarial tendrá sobre el empleo debe prestarse atención, también, a las características de la innovación que se estimula. Aspectos relevantes del desarrollo industrial 5 PRIMERA PARTE: LA INNOVACION, EL SECTOR PUBLICO Y EL SECTOR PRIVADO 1. LA IMPORTANCIA DE LA INNOVACION 1.1 El estímulo a la investigación en el sector privado. No hay duda que los países desarrollados aplican una política activa en materia de IyD, tanto por lo que gastan los sectores públicos como por el estímulo que se canaliza hacia el sector privado. Este estímulo, que determina que en la mayoría de los países desarrollados entre el 50 y el 70% del gasto en Investigación y Desarrollo (IyD) lo realice el sector privado, se orienta tanto a la grande, a la mediana como a la pequeña empresa. El fundamento teórico de esta intervención es antiguo y se relaciona con las imperfecciones del mercado, que conducen, si no hay alicientes adicionales, a un esfuerzo insuficiente en IyD por parte de las empresas privadas, así como a una apropiación y “secretización” del nuevo conocimiento por la empresa que lo ha desarrollado, evitando la transacción fluida en el mercado. Es posible que, en realidad, además de los problemas asociados a la apropiación del conocimiento, que suelen ser distintos según las ramas industriales, el argumento más poderoso, que explica por qué el esfuerzo privado es insuficiente cuando la política pública es pasiva, es la gran incertidumbre asociada a los resultados de la investigación. La otra cara de la apropiación imperfecta y de la incertidumbre -que acentúa la imperfección- es la transmisión contenida del conocimiento. Es decir, quien ha comprometido recursos en IyD y obtienen resultados innovadores procurará una prolongada apropiación exclusiva intentando demorar la difusión. Resulta así que una política activa que reduce incertidumbre y lubrica la transmisión del conocimiento, acrecienta el bienestar general. Es quizá debido a estas razones que, a expresa instancia de Estados Unidos durante la Ronda Uruguay del GATT, el subsidio para la IyD no está condenado por la OMC. En este contexto, es interesante indagar cuales son los instrumentos predominantes que utilizan los estados de los países desarrollados para apoyar la IyD de los sectores privados. Como se muestra en el cuadro 1 en Estados Unidos predominan las exoneraciones y los créditos impositivos. En el otro extremo, en Italia, en Irlanda y en Holanda predominan los subsidios y los créditos blandos. Entre estos dos extremos se ubican varios países desarrollados - Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña - que combinan diversos Aspectos relevantes del desarrollo industrial 6 instrumentos: subsidios, créditos blandos, garantías, aporte de capital de riesgo, exoneraciones y créditos impositivos, y otros.1 No hay, como puede verse, un único modelo de relacionamiento del sector público con el privado. Mientras algunos países escogen un instrumento (por ej. Estados Unidos el estímulo impositivo) otros optan por una distribución relativamente equilibrada entre cinco instrumentos (como es el caso de Japón). Puede alegarse que cada una de estas opciones tiene ventajas e inconvenientes. El uso de un instrumento predominante tiene la ventaja de que simplifica el trámite administrativo y muestra con más facilidad la relación entre el beneficio que se concede y el resultado que se obtiene. El empleo de una batería de instrumentos tiene la ventaja, a su vez, de que se atiende con más especificidad lo que la empresa requiere para llevar a cabo el proceso de innovación. Por otra parte, el instrumento impositivo implica dejar de pagar o diferir el pago al Estado; el subsidio suele implicar un desembolso desde el Estado hacia la empresa y, por lo tanto, el destino eficiente y el procedimiento honesto deben ser cautelados con extremo rigor. Cualquiera sea el instrumento escogido lo que resulta claro es que la IyD es producto de un esfuerzo conjunto según el cual el sector público tiene una presencia activa, tanto a través de investigación directa como apoyando, con recursos, la que realizan las empresas. 1.2 Investigación básica y aplicada En cuanto al contenido y al por qué de los gastos en Investigación y Desarrollo, vale detenerse en las siguientes consideraciones: En primer lugar, aproximadamente la mitad del esfuerzo se destina a Investigación y la otra mitad a Desarrollo. A su vez, en los cuatro ejemplos contemplados (véase cuadro 2) una parte de los recursos destinados a Investigación se orienta a Básica (del 12 al 20% del total) y otra parte a Aplicada (entre el 23 y el 31% del total). Es de notar que el Estado asume un papel relevante en el impulso a la investigación básica. 1 Freeman Ch.: La Teoría Económica de la Innovación Industrial. Alianza, 1974, Madrid. Véase, además, Coutinho, quien dice al respecto: “... las subvenciones y los auxilios fiscales -financieros directos o indirectos a la industria constituyen, hoy en día, los instrumentos de política industrial más utilizados por los países de la OECD. Estas subvenciones y auxilios incluyen instrumentos de financiamiento directo, que transfieren recursos a determinadas categorías especiales de empresas y sectores, e incentivos fiscales, que otorgan privilegios temporales a las empresas que califican para actividades de investigación y desarrollo o cumplen otros requisitos”. L. Coutinho, M. Laplane y F. Sarti, Políticas de Promocao de Investimentos e de complementacao productiva para o desenvolvimento sustentavel na regiao do Mercosul. IE/UNICAMP, maio 1997. Aspectos relevantes del desarrollo industrial 7 Cabe recordar aquí también las palabras de Freeman sobre el punto: “Es precisamente en el área de la investigación fundamental (o básica) y de la invención fundamental en donde está más justificada la financiación pública y los laboratorios estatales”. En segundo lugar, ¿cómo medir el resultado de estos esfuerzos? Hay, al respecto, diversos indicadores. Uno de ellos, que se muestra en el cuadro 3, mide la penetración de las exportaciones manufactureras de cada país en el mercado total de los países de la OCDE. A su vez, desagrega las exportaciones en las de alta, las de media y las de baja tecnología. Considerando dos momentos en el tiempo - 1970 y 1992 resulta que Japón gana participación en bienes de alta y media tecnología y pierde en los de baja; Estados Unidos mantiene en los de alta y pierde participación en los otros dos; y la Unión Europea solo gana participación en los de baja tecnología. Esta información, si bien es muy sugerente, no permite sacar conclusiones acerca de la calidad de los respectivos Sistema Nacional de Innovación (SIN); sin embargo, es posible sugerir que la capacidad de Japón para aprovechar la innovación (propia o ajena) y convertirla en bienes exportables, de alta y media tecnología, y de demanda creciente, es superior a la de Estados Unidos y a la de la Unión Europea. 1.3 El nuevo enfoque respecto de las Pymes. En 1993 había 17 millones de Pymes industriales y comerciales en la UE y tan sólo 12 mil empresas grandes con más de 500 empleados. En el mismo año 67 millones de personas estaban empleadas en las Pymes. El impacto social y económico de estas empresas es, por lo tanto, notorio. Lo interesante a señalar aquí es que la antigua política europea referida a las Pymes tenía como centro de análisis y de estímulo a la empresa. “ Tradicionalmente la política industrial para las Pymes -ha señalado Bianchi- se ha orientado a subsidiar firmas individuales (...) A principios de los ochenta en todos los países europeos estos programas de subsidios estaban orientados a proveer ayuda financiera para comprar maquinaria nueva o para ayudar a las firmas a vender en el exterior”.1 La política europea respecto a las Pymes ha cambiado. La nueva política, resumida en el art. 130 del Tratado de Maastrich, está orientada a apoyar la creación de redes de innovadores. En economías abiertas, o crecientemente abiertas, las Pymes solo pueden ser competitivas si están especializadas (“se concentran sobre un rango específico de problemas”), 1 Bianchi P.: Nuevo enfoque en el diseño de políticas para las Pymes. experiencia europea. Foro Bolívar Bolonia, 25-27 de mayo de 1997. Aprendiendo de la Aspectos relevantes del desarrollo industrial 8 operan en un contexto de cooperación (“están seguras de encontrar otras empresas poseedoras de especialización complementaria”) y logran externalidades positivas que mantienen la cohesión del grupo de empresas. La red de innovadores es, puede decirse, un agente nuevo, diferente de la empresa individual. La red crea relaciones nuevas entre las empresas, distintas a las que se forman estrictamente en el mercado, aunque no esta destinada a sustituirlo sino a operar en él, pero en mejores condiciones. Como asociación tanto entre pares como entre empresas de distinto tamaño, tiene como condición necesaria la confianza entre los asociados y como resultados más visibles la reducción de la incertidumbre, la posibilidad de abordar en conjunto proyectos de más fuste y el incremento del poder de negociación. Esta política referida a las Pymes no está, por cierto, desvinculada del resto de la política europea sobre innovación. La UE persigue la convergencia de los SIN (Sistemas Nacionales de Innovación), esto es los sistemas educativos, las infraestructuras de investigación, los diversos sistemas de capacitación y asistencia técnica, y el fomento de las redes de empresas, a nivel local y comunitario, de potenciales innovadores que puedan impulsar el crecimiento endógeno. De manera que la política de redes es parte de una política más general destinada a impulsar la innovación empresarial. 2. LA REGION Y EL ESFUERZO EN CIENCIA Y TECNOLOGIA Es bien conocida la importancia que tienen la investigación científica y la innovación para la competitividad de las naciones y de las empresas. Si estos aspectos siempre fueron relevantes, en la actualidad lo son aún más cuando se compite de manera creciente tanto para mantener posiciones en los mercados internos como por ganar participación en el mercado internacional. El pobre desempeño latinoamericano en IyD puede verse, de manera desagregada por países, en el cuadro 4. Ninguno de los países de la región llega al 1% del PBI en gasto destinado a IyD, lo que es clara muestra de la escasa priorización de este rubro, aún para países grandes y con un significativo desarrollo manufacturero. El 0.42% de Brasil y el 0.31% de Argentina contrastan con el 1.5% de Canadá, el 1.8% de Corea del Sur y, sobre todo, con el 2.4% de Estados Unidos. Una primera conclusión, bastante obvia, es que la región tiene un gran rezago en materia de IyD y que es muy escaso el esfuerzo, reflejado en el gasto, que se realiza para superarlo. Lo anterior esta directamente relacionado con quienes ejecutan el gasto en IyD. Como puede verse en el cuadro 5 la educación superior, es decir las Aspectos relevantes del desarrollo industrial 9 universidades, tiene una participación relevante en el gasto en IyD en todos los países considerados, aun cuando en el caso de Estados Unidos el porcentaje es algo menor. No obstante, la gran diferencia entre Estados Unidos, Canadá y España, de una parte, y los cuatro países latinoamericanos, de la otra, es la fuerte presencia del gasto en IyD realizado por las empresas en los tres primeros y la débil presencia del mismo rubro ejecutado por las empresas de los otros cuatro. Una segunda conclusión, de gran relevancia, y que está relacionada con la competitividad potencia de la región, es que las empresas latinoamericanas realizan relativamente muy poco gasto en IyD, a diferencia de lo que ocurre en los países desarrollados y aun en los nuevos países industriales. Una aproximación al tema, que resulta especialmente interesante, consiste en observar el número de patentes, originadas en países en desarrollo, que se han registrado en Estados Unidos. El cuadro siguiente presenta la información para cuatro países y cuatro años. Patentes registradas en Estados Unidos 1969 1976 1984 1992 Taiwan 0 28 97 1000 Corea del Sur 0 7 29 538 México 67 78 42 39 Brasil 18 18 20 40 Fuente: Patel y Pavitt, citados por Cassiolatto y Lastres; “Innovacao e competitividades na industria brasileira nos años 90”, 1997 Lo expuesto en los párrafos anteriores da una idea de contexto. América Latina, según muestra la evidencia, todavía no ha iniciado la ardua y difícil competencia en el terreno de la innovación. Sin ese elemento puede sugerirse que el camino hacia la competitividad o bien está comprometido o, en el mejor de los casos, conducirá a una competitividad científica y tecnológicamente subordinada . Aspectos relevantes del desarrollo industrial 10 SEGUNDA PARTE: LA INNOVACION Y EL DESARROLLO 3. LA INNOVACION Y EL "CRECIMIENTO DE LA EFICIENCIA ECONOMICA" 3.1 Análisis comparado de las fuentes de crecimiento de la productividad. Diversos análisis sobre la experiencia de Japón y del Sudeste Asiático ponen énfasis en las distintas fuentes que explican el intenso crecimiento de la productividad que se registra en esos países en las últimas décadas. La más obvia, sin duda, es la evolución de las tasas de ahorro e inversión. En el período 1989-1996, éstas se han ubicado en torno al 32% y 34% en el Japón y en el Sudeste Asiático, mientras que la economía mundial mostraba tasas de ahorro e inversión entre 23% y 24% y América Latina entre el 18% y el 20%. Sin embargo, no todo el crecimiento de la productividad es atribuible a la inversión en activos físicos. En 1993, el Banco Mundial en un trabajo titulado de “East Asian Miracle”,3 sugirió un método para medir las incidencias de diversas fuentes en el crecimiento de la productividad del trabajo. Con posterioridad, Young (1995), Bosworth y Collins (1996) y Sarel (1996) realizaron también estimaciones del crecimiento de la productividad en los países asiáticos. En todos estos casos, se tomó en cuenta la variación anual del PBI real, el promedio ponderado de la variación de los insumos mano de obra y capital físico, y la diferencia se denominó residuo o crecimiento de la productividad total de los factores. Una particularidad de los distintos trabajos mencionados es que no arrojan resultados coincidentes. No obstante, tienden a insinuar que el crecimiento del Sudeste Asiático, tal como ocurrió en las etapas tempranas de Estados Unidos y de Japón, debe atribuirse más a un uso intensivo de insumos que al crecimiento de la productividad. El trabajo de G. Ch. Rodrigo, de 1996, que se apoya en la misma metodología pero referido a la productividad de la mano de obra, ha sido contemplado aquí con propósitos comparativos. En primer lugar, se considera que el crecimiento anual del producto bruto interno per cápita es una buena proxy del crecimiento de la productividad del trabajo. En segundo lugar, se toma en cuenta el crecimiento de la inversión bruta fija por trabajador. En un período largo, de 3 Véase G. Chris Rodrigo, Long-term Perspectives on Economic Reform and Industrial Restructuring. Industrial Economics, De. By Philippe R. Scholtes. UNIDO, 1996. Véase también FMI: Perspectivas de la economía mundial, mayo 1997, recuadro 9. Aspectos relevantes del desarrollo industrial 11 veinte años, la diferencia entre el PBI per cápita y el crecimiento de la inversión por trabajador expresa un factor denominado residual, que es la porción del incremento de la productividad del trabajo que no puede atribuirse directamente a la expansión de capital físico por trabajador. Es decir, el factor residual contempla los “otros” elementos que explican la variación de la productividad. Por cierto, un gran número de factores se incluyen en estos componentes. Cabe mencionar por ejemplo la modernización institucional de las economías, la evolución y adaptación a las nuevas circunstancias de los sistemas educativos, etc. Pero, puede sugerirse que un elemento de relevancia en esos componentes es la capacidad de innovar de una economía y de sus empresas, es decir de introducir transformaciones en los productos que fabrica, en los procesos a través de los cuales realiza esa producción, o en las organizaciones. El ejercicio realizado para siete economías asiáticas ha sido extendido a dos economías de América Latina y, a la vez, a las cifras agregadas de América Latina. Para calcular el crecimiento de la inversión por trabajador, en el caso latinoamericano, se consideró la evolución anual de la formación bruta de capital y el número de trabajadores se equiparó a la PEA. Por razones de información los períodos para Asia y para América Latina no son coincidentes. En el caso de Asia, las tasas promedio anual corresponden al período 1990-1989. En el caso de América Latina, al período 1970-1994. Los resultados pueden verse en el cuadro 6. Tal como era de prever el crecimiento de la inversión por trabajador es muy superior en el Sudeste Asiático que en América Latina. No obstante, la diferencia es en la tercera columna, la que expresa al factor residual en donde las economías asiáticas (Taiwán, Corea y Hong Kong) triplican a América Latina al tiempo que Tailandia más que la duplica. Podría interpretarse que el énfasis en la innovación es una de las principales diferencias en el desempeño económico y en la inserción internacional entre el Sudeste Asiático y América Latina. 3.2 Tecnología y desempeño exportador. El tamaño de las naciones determina, en buena medida, sus posibilidades en materia tecnológica. Este punto no debe perderse de vista tanto cuando se compara a América Latina (cuyas economías son todas relativamente pequeñas, con excepción de Brasil) con el resto del mundo. En términos general, se puede decir que las economías pequeñas están más impelidas a exportar que las grandes. Esto resulta evidente tanto para Europa como para América Latina. En 1983, las exportaciones de Bélgica significaban el 64.9% y las de Holanda el 54.8% de sus respectivos productos, pero las de Francia representaban el 19.0% y las de Japón el 13.3%. Lo mismo resulta si se hace el cálculo para Brasil, por un lado, y Uruguay o Chile, por el otro. Aspectos relevantes del desarrollo industrial 12 Ahora bien ¿qué incidencia tiene la variable tecnológica sobre el desempeño exportador? Diversos autores se han ocupado de este tema, entre ellos Freeman y Lundvall que recogen el estudio pionero de Soete, de 1981, para 22 países y 40 sectores industriales. La relación entre avance tecnológico y desempeño exportador no es muy significativa en industrias manufactureras que procesan recursos naturales (vidrio, petróleo, alimentos sin procesar, etc.); tampoco aparecen resultados significativos en industrias maduras, de menor intensidad tecnológica, como textiles. Pero en todas las demás actividades la variable tecnológica resulta altamente explicativa del comportamiento de las exportaciones. Más recientemente la OCDE ha dicho que “hasta hace poco tiempo el complejo proceso de la innovación había sido insuficientemente comprendido (...) Al nivel macro, hay un cuerpo sustancial de evidencias en el sentido que la innovación es el factor dominante en el crecimiento económico nacional y en el desempeño en el comercio internacional. Al nivel micro - en las empresas - la IyD es percibida como la mejora de la capacidad empresarial para absorber y hacer uso de los nuevos conocimientos de todo tipo, no sólo de los nuevos conocimientos tecnológicos”.4 Lo anterior es de extrema importancia si se toma en cuenta que los productos pueden clasificarse en dinámicos, estancados o en retroceso, según que ganen participación, la mantengan incambiada o pierdan participación en el mercado internacional. Los bienes manufacturados dinámicos son aquellos que provienen de materias primas no agropecuarias, son fruto de mano de obra calificada o altamente calificada, y conllevan alto contenido tecnológico. En cambio, las manufacturas que provienen de recurso naturales suelen estar estancadas o en retroceso. Esto quiere decir que si un país se propone ganar participación en el comercio mundial con sus manufacturas, debe producir bienes dinámicos, que dependen del desempeño tecnológico. Surgen aquí algunas restricciones importantes para las economías pequeñas, donde las empresas son también comparativamente pequeñas, y tanto éstas como el Estado tienen restricciones presupuestales para abordar programas de IyD. Es una realidad que en muchas ramas industriales se detectan umbrales muy elevados y crecientes de inversión en IyD que resultan inaccesibles para empresas pequeñas, medianas y aun grandes (a escala de una nación pequeña) pero sin poder de mercado a nivel internacional. De aquí se desprende que el trabajo conjunto entre empresas de un mismo sector o de distintos sectores industriales así como la coordinación de esfuerzos entre varios Estados debería explorarse como una de las vías prometedoras para incrementar la presencia, con productos nacionales y regionales, en el 4 Oslo Manual, second edition, OECD, Paría, october 1996 Aspectos relevantes del desarrollo industrial 13 mercado mundial e incluso para mantener participación en los propios mercados internos. Puede sugerirse que la integración tecnológica, entendiendo por tal la IyD programada, fomentada y aplicada, tanto por las empresas como por los Estados, a nivel regional, debería convertirse en un objetivo estratégico de máxima relevancia. Aspectos relevantes del desarrollo industrial 14 TERCERA PARTE: LA INNOVACION Y LA EMPRESA 4. LA EMPRESA Y SU POTENCIAL DE INNOVACION 4.1 La innovación y la Inversión Extranjera Directa. El tema de la inversión extranjera directa y su incidencia en la innovación fue ampliamente debatido en Europa Occidental algunos años atrás. Ciertos críticos del modelo europeo señalaban que la apertura hacia las filiales de origen estadounidense conducía a la desnacionalización de las empresas y a debilitar a la innovación europea. La diferencia resultaba notoria con Japón, país abocado a desarrollar “la capacidad tecnológica nacional”5 y, por lo tanto, poco favorable a la instalación de filiales extranjeras y más inclinado a la adquisición de licencias. El “modelo licencias”, al cual apostó Japón y fue seguido después por Corea del Sur, se inicia con pagos importantes de licencias que van lentamente diluyéndose dentro del presupuesto general de IyD de la nación. El “modelo filiales” implica, en principio, que la innovación se realiza en la matriz y se traslada a la filial por medio del pago de una licencia intrafirma. Puede decirse, entonces, como punto de partida, que esto implica un funcionamiento tecnológico cerrado, en el cual la IyD no se realiza en el país anfitrión de la filial. Hecha esta apreciación es preciso distinguir entre las filiales instaladas en otros países de la OCDE y las instaladas en países en desarrollo. Con respecto a los países de la OCDE, en los años sesenta hay evidencias de que las filiales de empresas de Estados Unidos realizaban cierta IyD en el país anfitrión. Indagaciones de la Universidad de Stanford, coincidentes con una encuesta empresarial realizada por McGraw Hill, indicaron que aproximadamente el 2.6% del gasto total en IyD de la industria de Estados Unidos se realizaba en y por filiales. En cuanto a los sectores, predominaban automóviles, equipo de transporte y, en menor medida, maquinaria y químicos. Respecto a la distribución geográfica, al parecer la mayor parte de la IyD realizada por las filiales de empresas estadounidenses en el extranjero se 5 Según ha señalado Pavitt “La capacidad tecnológica se originó en la jerga militar norteamericana y significa esencialmente la capacidad para resolver problemas científicos y tecnológicos, y para rastrear, evaluar y explotar los desarrollos científicos y tecnológicos. Cada vez en mayor medida, la capacidad tecnológica es la base del poder en los países avanzados, industrializados, ya sea en términos de la competencia industrial, la defensa, las comunicaciones o el prestigio. En cierto sentido guarda la misma relación con el país avanzado de hoy que el poder marítimo con el Reino Unido en el pasado”. Pavitt K.: La empresa multinacional y la transferencia de tecnología, en Gunning J: La empresa multinacional FCE, 1976, México. Aspectos relevantes del desarrollo industrial 15 concentraba en Canadá y Gran Bretaña donde, en ambos casos, las filiales tenían una relación más alta de gasto en IyD respecto a ventas que las empresas nacionales. El caso de Canadá es interesante. Gran receptor de inversión estadounidense, una encuesta gubernamental, realizada a mediados de los años sesenta, demostró que la relación de los gastos en IyD sobre ventas era superior en las empresas controladas por capital de Estados Unidos que en las nacionales. Mas recientemente, el trabajo de Holbrook y Squires6 llega a conclusiones semejantes :“ La evidencia sugiere (....) que las empresas controladas por extranjeros tienen una intensidad de IyD superior a la de las empresas canadienses” Esto puede indica que la filial estadounidense en Canadá - sea por razones de proximidad geográfica, o por el uso del mismo idioma lo cual contribuye a la interacción tecnológica o porque la inversión estadounidense en Canadá se inició muy tempranamente - tiene un comportamiento más propio de empresa en su propio mercado que de filial propiamente dicha. El caso de los países en desarrollo es diferente. Con frecuencia se menciona a la IED como un factor que contribuye a la modernización de las economías donde se implanta. El razonamiento es correcto en tanto las filiales de empresas extranjeras se instalan en sectores oligopólicos, suelen producir bienes relativamente más dinámicos, incorporan normas de organización en ocasiones más rigurosas que las de las empresas locales, entrenan y frecuentemente mantienen políticas de capacitación de su personal, etc. La contracara de esta acción modernizadora es la ausencia de actividades de IyD en los países anfitriones. Esta percepción de que la filial no genera innovación sino que traslada predominantemente la que se generó en la matriz, es ampliamente admitida en América Latina. La estrechez de los mercados internos en la mayoría de los casos; la ausencia de empresas de porte global ( aun en el caso de Brasil , si se exceptúa a Telebras, Petrobras y alguna más) ; la debilidad de los Sistemas Nacionales de Innovación; la indefinición en cuanto a la especialización tecnológica nacional ; y la falta de un proyecto de la sociedad para construir la “capacidad tecnológica nacional”, podrían contribuir a comprender por qué el sector público participa tímidamente en los gastos de IyD, el sector privado prácticamente no participa y la empresa extranjera mantiene, predominantemente, un “modelo filial” . Resulta conveniente señalar entonces que la recepción de IED, contribuirá en ciertos aspectos a la modernización de las economías donde se implanta, pero 6 Para los años setenta ver Pavitt K. La empresa multinacional op. Cit.; más recientemente, sobre el caso de Canadá, Holbrook J. A. y Squires R. J.: Firm-level analysis of determinants of canadian industrial R y D performance. Science and Public Policy Vol. 23 No. 6, Dec. 1996. G.B. Aspectos relevantes del desarrollo industrial 16 no cabe esperar de la misma un aporte de significación en materia de IED. Esta sigue siendo tarea del Estado y de las empresas de capital privado nacional.7 4.2 El potencial de innovación de la empresa En el abordaje de este tema es preciso detenerse, siquiera brevemente, en varios aspectos de relevancia. En primer lugar, ¿qué se entiende por innovación? Para responder a esta pregunta hay más de una propuesta. En este trabajo se considerar innovación a aquellas actividades que están comprendidas en la tipología de Schumpeter contenida en una de sus obras primeras.8 Por lo tanto, la innovación comprende: La introducción de un nuevo producto o un cambio cualitativo en un producto que ya existe. La introducción de un nuevo proceso, o un cambio significativo en el ya existente La introducción de cambios en la organización industrial. En segundo lugar, ¿qué se entiende por empresa innovadora? Un repaso de la literatura muestra que no hay un único criterio al respecto y que incluso algunos criterios han ido cambiando con el tiempo. El punto de referencia obligado, en este caso, son los avances metodológicos que ha hecho la OCDE, aun cuando no sean íntegramente aplicables a países de menor desarrollo relativo. Con el propósito de mejorar la estadística y disponer de cifras comparables en 1992 se publicaron las “Directrices propuesta por la OCDE para la recolección e interpretación de datos sobre innovación tecnológica”, conocido como el Manual de Oslo. Este manual propone que se consideren empresas innovadoras a las que han introducido innovaciones de producto y/o de proceso en los últimos tres años. Se trata, sin duda, de una definición restrictiva que pone el énfasis en el resultado (... han introducido...) y no en el esfuerzo. Hay quienes consideran conveniente utilizar definiciones más laxas. En tercer lugar, ¿cuáles son las características que hacen que una empresa sea más o menos innovadora? La propensión a innovar de una empresa depende, puede decirse, de un conjunto de factores entre los cuales cabe mencionar a las oportunidades tecnológicas que busca y/o se le presentan. Pero hay amplio 7 Scholtes ha señalado que se bien “cabe esperar que un régimen liberal (en materia de IED) haga crecer los flujos de inversión y proporcione acceso rápido a la tecnología extranjera, también inhibirá el proceso crucial de profundización tecnológica en el propio país”. Scholtes Ph.: Industrial Economics, 1996, UNIDO. 8 Shumpeter J.: The Theory of Economic Development. Harvard UP, 1934, USA. Aspectos relevantes del desarrollo industrial 17 consenso en la literatura acerca de que una mano de obra capacitada tecnológicamente es un elemento esencial para poder manejar en la empresa nuevas tecnologías y, más aún, para innovar. A ello debe agregarse la presión , y también la “calidad”, de la competencia; la capacidad de relacionarse con otras empresas y con centros de investigación, es decir de moverse en un entorno donde predomina el estímulo material e intelectual a la innovación; y, expuesto en último lugar pero no por ello menos importante, no debe olvidarse que la disponibilidad y la estructura financiera contribuirán a determinar si la empresa puede o no emprender los esfuerzos para innovar y cuales son las cotas de esos empeños.9 En cuarto lugar, tomando en consideración el tamaño, del amplio espectro de empresas micro y pequeñas que están presentes en todas las economías, no todas tienen potencialidad innovadora. Referido a la región, puede decirse, en principio, que a diferencia de lo que ocurre en países más desarrollados (Francia, por ejemplo), las microempresas latinoamericanas con menos de 10 empleados actúan en condiciones de precariedad que limitan sus posibilidades. Téngase en cuenta que un alto porcentaje de las microempresas componen el sector informal lo cual, a su vez, las excluye de las líneas formales de crédito, de los estímulos fiscales y de los planes de fomento a las exportaciones. El potencial innovador, por lo tanto, puede considerarse reservado, en buena medida, a empresas pequeñas y medianas y, por supuesto, grandes. Hechas las salvedades anteriores será conveniente detenerse en ciertas ideas dominantes sobre innovación y tamaño. La idea más difundida, y que tiene respaldo teórico en J. Schumpeter, es que existe una correlación positiva entre tamaño e innovación. En la medida que las innovaciones son producto de esfuerzos largos de investigación y con resultados inciertos al inicio; que requieren fuertes inversiones cuyos umbrales suelen ser muy elevados; que es preciso contar con los recursos y las habilidades para convertir, con rapidez, el invento en una innovación (es decir, el invento con aplicación económica rentable); puede argüirse que sólo empresas de gran tamaño, con equipos técnicos potentes y flujos de caja sólidos y elevados, están en condiciones de invertir en investigación científica y tecnológica y sacar provecho de esa inversión. De manera que la innovación y la capacidad de innovación dependen de la escala. 9 Hay que notar que la innovación en la empresa no proviene de chispazos más o menos geniales de alguno de los directivo o del cuerpo de ingenieros sino, con mucha frecuencia, de un proceso más simple y, al mismo tiempo, con más arraigo: la empresa enfrenta un problema que puede o no ser resuelto con el conocimiento existente. Si este es insuficiente, la investigación se vuelve una necesidad para resolver ese problema concreto. Y cuando, gracias a la investigación, el problema puede ser resuelto satisfactoriamente, es probable que se esté en presencia de o en camino hacia la innovación. De aquí no se desprende que exista, inevitablemente, una secuencia problemainvestigación-innovación, porque muchas innovaciones se originan en ámbitos diversos a los de la empresa y pueden ser, a la vez, el origen de un problema para ésta. No obstante, desde la perspectiva de la innovación en la empresa y tomando en consideración los casos de países y empresas sin tradición innovadora, podría sugerirse que la secuencia mencionada es la más probable y quizá la única que permita iniciar el camino de la investigación y la innovación al interior de las empresas. Aspectos relevantes del desarrollo industrial 18 Davis ha señalado, a su vez, que las firmas de gran tamaño tienen más propensión que las medianas y pequeñas para incorporar nuevas tecnología de proceso en razón de la escala, la indivisibilidad tecnológica, los recursos gerenciales y las capacidades de absorción10 . La evidencia empírica parece apoyar esta aproximación. Considérese primero a las empresas clasificadas según tamaño y crúcese esa información con el aporte de las empresas a la innovación. En Francia, por ejemplo, como muestran los cuadros 7 y 8, entre las empresas con más de 2000 empleados, el 45.9% era innovador, el 50.0% tenía potencial innovador y tan sólo el 4.1% era no innovador. Por el contrario, entre las microempresas (hasta 10 empleados), el 17.7% era innovador, el 26.4% tenía potencial innovador y el 55.9% era no innovador.11 Similares conclusiones pueden extraerse de los trabajos de Freeman donde se comprueba que en Gran Bretaña, entre 1945 y 1980, las empresas con menos de 200 empleados aportaron el 12% de todas las innovaciones industriales mientras que las empresas grandes ( entre 1000 y 9999 empleados) aportaron el 23% y las muy grandes (más de 10 000 empleados) el 54%. 12 La conclusión anterior debe ser, sin embargo, un tanto relativizada. 5. LA SUBESTIMACION DEL PAPEL INNOVADOR DE LA PEQUEÑA EMPRESA Si bien la pequeña empresa enfrenta más dificultades que la grande para realizar innovaciones, hay una tendencia creciente a considerar que su papel innovador es más relevante de lo que sugieren las cifras. Y ello por varias razones. Una primera aproximación, que parte del propio Freeman, sugiere que las empresas de menor tamaño - cuando realizan actividad de innovación - tienen más eficiencia innovativa que las grandes empresas. Es decir, por cada dólar o peso gastado en innovación la empresa pequeña produce más innovación que la grande. Esto puede deberse a distintos factores. A una comunicación interna más fluida en la pequeña que en la gran empresa; a la adaptación más rápida de los resultados que se van obteniendo de la investigación en las pequeñas que en las grandes; a la necesidad de cuidar al extremo el 10 11 Davis S. The Diffusion of Process Innovation, Cambridge, 1979, USA. Barré Rémi: Les entreprises industrielles francaises et l’innovation. 1996, Colombia. 12 Colciencias, diciembre Freeman Ch.: La Teoría Económica de la Innovación Industrial, Alianza, 1974, Madrid. Aspectos relevantes del desarrollo industrial 19 uso o destino de cada partida de inversión porque los recursos suelen ser más escasos en la empresa pequeña que en la grande. Una segunda aproximación, en la cual han insistido varios autores, es que las pequeñas empresas tiene mas presencia innovativa en algunas ramas industriales que en otras. Para recurrir a los ejemplos típicos, en software y en instrumentos científicos se comprueba que hay más innovación atribuible a empresas pequeñas que a las grandes. El cuadro 9 muestra el caso de las microempresas francesas. El porcentaje de innovadoras y con potencial innovador en el caso de los “bienes profesionales” es notoriamente más elevado que en otros sectores. En la misma dirección la evidencia empírica proporcionada por Acs y Audretsch,13 indica que en 21 de las 35 ramas industriales estudiadas las grandes empresas tienen más presencia innovativa que las pequeñas. Sin embargo, las empresas pequeñas resultan más innovativas en ramas industriales que son trabajo-intensivas. Una tercera aproximación, que resulta también relevante, consiste en distinguir según la modalidad de innovación. En las actividades innovativas que derivan de largos y costosos esfuerzos de investigación, en grandes y modernos laboratorios, predomina claramente la gran empresa y no hay presencia de la pequeña; pero en diseño o mejoras en el diseño, en imitación, en desarrollo de nuevo productos, las empresas de menor tamaño suelen tener ventajas para la innovación respecto de las grandes y muy grandes. Una cuarta aproximación, hace referencia a la medición de la capacidad innovadora que, según como se realice, puede subestimar la innovación tanto en la grande como en la pequeña empresa. Ya se ha mencionado, más arriba, que hay distintas definiciones de empresa innovadora. Si se adoptan las definiciones más restrictivas, las empresas grandes resultarán muy probablemente con mayor presencia innovadora. Asimismo, si se adopta como proxy para medir la innovación a la cantidad de patentes registradas seguramente “la contribución a la innovación de la pequeña empresa estará necesariamente subestimada, porque las pequeñas empresas tienden a no comprometerse en actividades de investigación formales que 13 Acs Z y Audretsch D.: Innovation, market structure and firm size, Review of Economic and Statistics No. 69, 1987. De aquí se ha inferido, tomando en consideración el ciclo de vida del producto de Vernon, que las pequeñas empresas tendrían ventaja respecto a las grandes, desde el punto de vista innovativo, en las primeras etapas de vida del producto cuando, con frecuencia, suele requerirse un alto componente de trabajo calificado y muy calificado. Por el contrario, las grandes empresas predominarían cuando el producto se ha estandarizado y se encuentra en la fase madura de su ciclo de vida. Es probable que una concusión como la señalada requiera de más indagación y evidencia suplementaria para ser aceptada. Aspectos relevantes del desarrollo industrial 20 suponen grandes gastos en IyD, y tampoco registran consistentemente sus innovaciones”.14 Por otra parte, el método de recolección de información también puede subestimar la innovación que realiza la empresa grande. “Las firmas innovadores - señala el Manual de Oslo - por lo general tienen en proceso más de un proyecto de innovación y estos proyectos pueden involucrar diferentes recursos y expandirse por varios períodos. Las empresas grandes usualmente tienen más proyectos de innovación que las pequeñas. Cuando se recoge información solamente sobre el proyecto principal, una gran cantidad de gasto total en innovación se pierde, lo cual afecta más a las empresas grandes que a las pequeñas”. Una quinta aproximación, que proviene también de Acs y Audretsch señala que la innovación industrial tiende a decrecer a medida que el nivel de concentración se eleva. La empresa pequeña no sólo es más flexible sino que está en relación más estrecha con sus clientes y puede enterarse rápidamente de los cambios en la demanda de los consumidores. Además, puede especializarse (es decir, desarrollar capacidades específicas en ciertas áreas técnicas, atendiendo a mercados más reducidos pero muy sofisticados) lo cual estimulará su actividad innovadora y puede, también, desarrollar relaciones industriales de cooperación con otras empresas pequeñas, potenciando al conjunto. Pavitt ya señalaba,15 en los años setenta, refiriéndose a Estados Unidos, que “en los últimos años hemos vistos muchos ejemplos de empresas grandes - incluyendo algunas de las mejor administradas - que han desaprovechado innovaciones importantes y rentables en tecnologías refinadas y dinámicas, dejando la delantera en manos de empresas nuevas o pequeñas (por ejemplo, la xerografía, la fotografía instantánea , los componentes electrónicos avanzados, las computadoras grandes y pequeñas)”.En la misma dirección, puede agregarse, siguiendo a Reich, que la inversión en IyD de las pequeñas empresas ha tendido a incrementarse en los Estados Unidos. En efecto, de acuerdo con la National Science Fundation, las pequeñas empresas - definidas como aquellas con menos de 500 empleados - han duplicado su promedio de inversión en IyD durante los años ochenta, y pasaron del 6% al 12% de la inversión privada total en ese rubro.16 No hay necesidad de destacar que el límite tan amplio (hasta 500 empleados) para definir a la pequeña empresa puede estar distorsionando las conclusiones cuando se pretende trasladar las conclusiones a los países de América Latina. 14 Zeljka Kozul-Wright: The role of the firm in the innovation process, UNCTAD, 1995, Suiza. 15 Pavitt K.: La empresa... op, cit. 16 Reich R.: El trabajo de las naciones, Vergara, 1993, Argentina Aspectos relevantes del desarrollo industrial 21 Por último, una sexta aproximación, que puede derivarse de los aportes de Chandler,17 sugiere que ante cambios en las condiciones de la competencia y de la competitividad así como del ambiente competitivo, puede modificarse también el tipo de empresa (tamaño, organización) que mejor se adapta a las nuevas condiciones creadas por el desafío externo. Dependiendo, entonces, del reto competitivo que se presente puede ocurrir que la pequeña empresa sea la más apropiada para enfrentarlo. En síntesis, el tema de la innovación y el tamaño de la empresa están lejos de haberse agotado. Las empresas grandes y muy grandes tienen una gran presencia en la innovación industrial pues están en condiciones de destinar importantes recursos, durante períodos prolongados, para las actividades de IyD. No obstante, la presencia de las pequeñas empresas en la innovación ha sido, muy probablemente, subestimada ya sea porque los indicadores (patentes registradas, por ejemplo) no son apropiados o por el carácter más informal de la innovación en las empresas pequeñas o por otras razones. 6. LA COLABORACION ENTRE EMPRESAS 6.1 La empresa en conexión con el medio. Existe una gran diferencia entre empresas que producen en condiciones de relativo aislamiento y empresas que producen en estrecha conexión con el medio. En este último caso, hay tres grandes relacionamientos de los cuales depende, cada vez más, el desempeño y la competitividad de la empresa: La empresa innovadora requiere una interacción con el usuario, sea otra empresa o el consumidor final, que le permita realizar el aprendizaje interactuando, como ha señalado Lundvall.18 Necesita, a la vez, una relación fluida con los centros tecnológicos, las instituciones universitarias, los laboratorios públicos o privados, en donde nutrirse. Le resulta imprescindible también actuar en relación con las otras empresas, en una relación distinta a la de proveedor-usuario, para realizar por ejemplo acuerdos de comercialización (compra o venta conjunta) o tecnológicos. 17 Chandler A.: Strategy and Structure. Enterprise. MIT, 1973, USA. 18 Chapters in the History of the American Industrial Lundvall B. A.: Innovation as an intercative process: from user-producer interaction to the national system of innovation in Technical Change and Economic Theory, 1988, G.B. Aspectos relevantes del desarrollo industrial 22 Los resultados de la pequeña empresa varían, sustancialmente, según que la misma actúe como unidad individual, muy frecuentemente en condiciones de aislamiento, o como parte de un conjunto más amplio. El factor relación con el medio y el grado en que se desenvuelve dicha relación aparece como un elemento esencial. Ante todo es bueno señalar que el cambio tecnológico y la creciente importancia de las tecnologías de base microelectrónica impulsa la creación de redes. Las redes, como han señalado Cassiolato y Lastres,19 tienen implicaciones importantes a nivel de las relaciones entre empresas. En particular, la eficacia en la utilización de los sistemas electrónicos aumenta a partir de la disponibilidad local de estructuras y procesos de aprendizaje colectivo, en especial: información de otros usuarios sobre la tecnología; fuerza de trabajo entrenada y experiente; servicios de mantenimiento y asistencia técnica; abastecedores de equipo y software, e innovaciones complementarias. No es esta, sin embargo, la única razón que impulsa a la asociación entre empresas, sea para producir, comercializar o contratar servicios en conjunto, etc. El relacionamiento de la empresa entre sí puede revestir distintas características y ha sido objeto de diversas clasificaciones.20 Una primera clasificación distingue entre relaciones horizontales, que se plantean varias empresas pequeñas, para producir conjuntamente un bien o realizar las adquisiciones de materia prima, las ventas de productos terminados o la obtención de información, y relaciones verticales, que comprenden a pequeñas empresas en relación con medianas o grandes. Se trata, sin duda, de dos casos muy distintos y que plantean diversas exigencias, de tipo histórico y cultural, para concretarse. La relación horizontal, de la cual abundan ejemplos de pequeñas empresas exitosas que operan en distritos industriales o clusters, que se especializan y logran economías de aglomeración, que trabajan en el marco de un acuerdo de complementariedad y que, como grupo de empresas o nuevo sujeto económico colectivo, elevan su eficiencia y su competitividad, suele mencionarse como uno de los caminos posibles para las Pymes de la región. La relación horizontal entre pequeñas empresas requiere, para ser exitosa, de unas cuantas condiciones que pueden estar en el punto de partida o crearse con el transcurso del tiempo. Los distritos industriales italianos, como se ha puesto de manifiesto más de una vez,21 se apoyaron en relaciones antiguas, incluso 19 Cassiolato et. al.: Innovacao.... op. cit. 20 Casalet M.: La cooperación interempresarial: una opción para la política industrial, Revista de Comercio Exterior, enero 1997, México y Casalet M.: Redes de apoyo públicas y privadas hacia la competitividad de las Pymes. Nafinsa, 1995, México. 21 Véase, por ejemplo, Industrialización y Desarrollo, CEPAL/Onudi. Informe No. 9; y Bianchi.... op. cit. Aspectos relevantes del desarrollo industrial 23 preindustriales, entre las empresas que los componen. Contaron, asimismo, con sentimientos de confianza, arraigados en una larga historia común, entre los participantes. Y éste, como resulta comprensible, es uno de los elementos claves para el éxito y para que la vinculación se mantenga en el tiempo. Además, se trata de empresas pequeñas o medianas para la dimensión europea pero tecnificadas, con gerencias modernas y acceso a la más reciente innovación al tiempo que son innovadoras ellas mismas. Es posible que pocas empresas pequeñas de la región presenten un punto de partida semejante al de las que componen los distritos industriales italianos. No obstante, ciertas formas de relación horizontal -sobre todo, en un comienzo, los consorcios para exportar o hacer adquisiciones en común- pueden adquirir gran importancia y contribuir a potenciar a las pequeñas empresas. 6.2 La colaboración entre las empresas grandes y las pequeñas Es posible distinguir entre redes de empresas que son producto de la descentralización y redes que se conforman entre unidades, inicialmente independientes, que, por diversas razones, tienden a la aproximación. El primer caso, se explica como una tendencia general según la cual las grandes empresas se están convirtiendo en redes empresariales descentralizadas22 con un núcleo original, generalmente de gran tamaño, y una gran periferia de empresas más pequeñas. Esto podría explicar parcialmente, a su vez, el peso creciente de las pequeñas empresas - definidas con holgura como aquellas que emplean hasta 500 personas - en el empleo total y en los gastos de IyD. Ambas participaciones podrían ser, en Estados Unidos, una distribución de funciones al interior de la red más que un cambio que caracterizaría a la pequeña empresa independiente. Otra modalidad de creciente extensión, tanto en los países desarrollados como en América Latina, son los acuerdos entre la gran empresa y sus grupos de proveedores. Si bien estos acuerdos siempre han existido, la tendencia a la subcontratación, a la tercerización de ciertas actividades y a la especialización le han dado fuerte impuso. Una tesis interesante al respecto, expuesta entre otros por Kozul-Wright,23 señala que “no es tan solo el clustering espacial de Pymes lo que determina sistemas flexibles de producción en un país en desarrollo sino la interrelación dinámica del nexo entre pequeñas y grandes empresas, basada en relaciones productivas complementarias y en un extenso sistema de vínculos entre las empresas de distinto tamaño”. La empresa pequeña, desde esta visión, es un 22 Reich R.: El trabajo... op. cit. 23 Kozul Wright Z.: op. cit. Aspectos relevantes del desarrollo industrial 24 elemento vital en la red industrial de productores especializados en una gran diversidad de piezas, partes y componentes. Se trata, por cierto, de un matiz que no es de menor cuantía. Sin perjuicio de que una red de Pymes presente potencialidad en si misma, el elemento diferenciador y que más contribuiría a que la empresa pequeña se especialice, incremente su eficiencia y se vuelva innovadora, podría ser su vínculo con empresas medianas y grandes que fijarían pautas de calidad siempre crecientes y arrastrarían a la pequeña empresa hacia una transformación sustancial. Los ejemplos de Japón y de Corea se esgrimen en apoyo de esta tesis. El ejemplo de las microempresas francesas, como se ha visto con anterioridad, parece acorde, asimismo, con esta interpretación. En efecto, “el 55% de las microempresas (hasta 10 empleados) innovadoras realizan actividades a “façon”, como son la fabricación de prototipos y los trabajos a pedido; la innovación de la microempresa está, por lo tanto, muy ligada a la dinámica que surge de la firma que da la orden...”24 . En la misma dirección Pavitt - refiriéndose principalmente a los Estados Unidos - ha señalado que “muchas de las empresas pequeñas que han explotado innovaciones radicales han sido iniciadas, o ayudadas en gran medida, por científicos e ingenieros con experiencia previa de trabajo en los laboratorios de empresas grandes, y que las empresas grandes con mucha frecuencia son clientes que adquieren los productos de esas empresas pequeñas cuando inician sus operaciones. Esto significa que estas empresas pequeñas tienden a permanecer geográficamente dentro del ámbito tecnológicamente refinado del que se alimentan, por lo menos al principio”. La demanda que la empresa grande y aun la mediana plantean a la pequeña, la red de proveedores especializados que se forma en torno a una empresa grande y que suscribe con esta contratos “primarios” (con duración de cuatro a cinco años y con especificidades técnicas generalmente determinadas desde la empresa grande, lo que fija el ritmo y el tipo de la inversión de la pequeña) o contratos “secundarios” (abastecimiento por un año generalmente con exigencias técnicas más laxas) es una herramienta de primerísima importancia para elevar la competitividad del conjunto del sector industrial. 24 Barré Remi: op. cit. Aspectos relevantes del desarrollo industrial 25 CUARTA PARTE: LA INNOVACION Y EL EMPLEO 7. EMPLEO Y VALOR AGREGADO MANUFACTURERO 7.1 Una aproximación al empleo y al valor agregado manufacturero mundiales. Como es sabido las tasas de desempleo han sido crecientes en los últimos años en muchos países y particularmente en Europa y en América Latina. Incluso en términos absolutos la cantidad de personas que trabaja en la industria ha descendido en la mayoría de los países europeos y latinoamericanos. No obstante, cuando se analizan las cifras agregadas del Empleo Manufacturero Mundial (EMM), la realidad se presenta en forma algo diferente. Según cifras de ONUDI, en 1980 había en mundo 115 millones de personas trabajando en la industria manufacturera. Quince años después, en 1994 según la misma fuente, el número de empleados en el sector manufacturero se había elevado a 151 millones de personas.25 Esto proceso de crecimiento se caracterizó sin embargo por cambios muy drásticos en la participación de las distintas regiones en el empleo manufacturero mundial. En efecto, entre 1980 y 1994 América del Norte reduce su participación en el empleo manufacturero mundial de 18.3% a 12.5%, América Latina la reduce de 10.3% a 7.1% y Europa la comprime de 27.8% a 17%. No obstante, en idéntico período, el Sudeste de Asia expande su participación en el empleo manufacturero mundial de 6.4% a 8.5% y China de 21.2% a 40.9%. Una primera comprobación, por lo tanto, es que el empleo manufacturero se ha desplazado hacia el continente asiático. Cuadro 10. Este fenómeno se percibe asimismo, en el Valor Agregado Manufacturero (VAM) mundial. En dólares constantes, entre 1980 y 1994 el VAM mundial creció de 3 trillones de dólares a 4 trillones 447 millones de dólares. Esto significa un incremento de 48% en tres lustros. Pero el crecimiento no ha sido idéntico entre las distintas regiones. Mientras América Latina y Europa pierden participación en el VAM mundial; al tiempo que América del Norte mantiene su participación incambiada; resulta que el Sudeste de Asia, China, Japón y el Subcontinente Indio elevan su participación de 21.1% del VAM mundial en 1980, a 31.9% en 1994. Al igual que en el caso del empleo el VAM tiende a desplazarse al continente asiático. Ver cuadro 11. 25 Para calcular el número de empleados a nivel mundial en el sector manufacturero no se tomaron en cuenta a la antigua URSS y a los países de Europa Central, a algunos países asiáticos de menor significación, a Australia y a Nueva Zelandia Aspectos relevantes del desarrollo industrial 26 Hechas estas dos precisiones resulta interesante relacionar la evolución entre el VAM por empleado, que es un indicador de la variación de la productividad de la mano de obra, con la evolución del personal empleado de los sectores industriales. Como puede apreciarse en el cuadro 12, en el período 1980-1994 los países con un mayor incremento en el VAM por empleado son, también, los que presentan una tasa mayor de crecimiento de empleo industrial por año. Es de notar que los mayores incrementos en la relación VAM por empleado se registran en los países asiáticos y en todos ellos además la variación anual del empleo industrial es positiva. Por el contrario en el caso de América del Norte, de Europa y de América Latina el crecimiento del VAM por empleado es inferior al de los países asiáticos y las tres regiones presentan simultáneamente tasas anuales negativas de crecimiento del empleo industrial. Esto significa que, en el sector manufacturero, el incremento en la productividad de la mano de obra y el crecimiento en el empleo industrial, cuando se cumplen ciertas condiciones, están positivamente correlacionados. 7.2. Factores gravitantes en la relación innovación-empleo. 7.2.1 El carácter ofensivo o defensivo de la innovación. Ante todo es preciso detenerse en el carácter predominante de la innovación. Sobre el punto será de utilidad hacer referencia al trabajo de Vivarelli, Evangelista y Pianta,26 referido a 22 sectores industriales de seis economías desarrolladas (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia). Una primera conclusión de interés es que “en Europa, y particularmente en Italia, el circulo virtuoso entre tecnología, crecimiento y empleo es mucho más débil (que en Estados Unidos y Japón) y es con frecuencia reemplazado por vínculos negativos; las ganancias que se obtienen con el crecimiento de la productividad han resultado en pérdidas de puestos de trabajo” ¿A que se debe esta desventaja europea? Si nos atenemos a la respuesta de los autores ello es atribuible a que las nuevas inversiones, y aun las innovaciones, han sido concebidas y se han dirigido, en el caso europeo, de manera predominante, a reestructurar a sectores tradicionales en la economía, y para ello han procurado ahorrar mano de obra. Es decir, la innovación estuvo menos ligada a desarrollar nuevas actividades y más dirigida a preservar las existentes. 26 Vivarelli M., Evangelista R., Pianta M.: Innovation and employment in Italian manufacturing industry. Research Policy 25, 1996 Aspectos relevantes del desarrollo industrial 27 Esta conclusión general, sin embargo, presenta algunas características de interés cuando se analiza el caso de Italia y se desagrega la muestra de empresas. En efecto, sobre un total de 8220 firmas innovadores, una submuestra de 2701 empresas muy innovadoras arroja resultado llamativos. Mientras que la muestra total presenta una correlación negativa entre la introducción de innovaciones y la creación de puestos de trabajo, la submuestra, conformada sobre todo por empresas muy innovadoras que han emprendido nuevas actividades, indica una relación levemente positiva entre innovación y creación de puestos de trabajo: 831 empresas declaran que han contratado más personal a consecuencias del proceso de innovación, mientras que 728 señalan que han reducido personal. De aquí podría desprenderse la siguiente reflexión: los procesos de innovación con carácter predominantemente defensivo suelen tener un efecto más depresivo sobre los puestos de trabajo que los procesos de innovación ofensivos, dirigidos a desarrollar nuevas actividades. Es de utilidad detenerse, asimismo, en el tipo de innovación y observar si la mejora o el cambio en el producto tiene algún efecto distinto sobre el empleo que la mejora o el cambio en el proceso productivo. La evidencia empírica, para el caso de Italia, indica que la innovación que se refiere al proceso de producción suele tener un fuerte impacto ahorrador de mano de obra. Por su parte, la innovación en el producto suele tener un efecto más neutro o incluso de incremento sobre la mano de obra. No sería de descartar que las innovaciones referidas al proceso productivo tuvieran un carácter más defensivo que las innovaciones de producto. 7.2.2 La innovación y las ramas industriales. Otro aspecto a explorar se refiere a las ramas industriales. Tomando en consideración 30 ramas industriales es posible determinar como han afectado las innovaciones, en cada rama, al uso del factor trabajo. El método que se ha utilizado en este caso consiste en la construcción de cocientes para cada rama entre las empresas innovadoras que aumentan el número de trabajadores menos las empresas innovadoras que los reducen, dividido el total de las empresas de la muestra. Se presentan en el cuadro 13, ordenados de mayor a menor según el impacto de la innovación en el empleo, las ramas que aumentan el empleo a consecuencia de la innovación, las que arrojan un resultado neutro y las que lo disminuyen. Es de notar que no emerge, al menos de manera clara, una relación entre el uso más intensivo del factor capital y la sustitución del factor trabajo. Más bien por el contrario, las ramas que más incrementan el empleo son, precisamente, las que utilizan de manera más intensiva, en el mismo periodo, el factor capital (aviones, farmacéutica, maquinaria textil, etc.) aun cuando resulta también que Aspectos relevantes del desarrollo industrial 28 algunas ramas, como vehículos automotores, es muy ahorradora de mano de obra y, simultáneamente, muestra un fuerte incremento en el uso de capital fijo. Por tal razón puede sugerirse que, salvo excepciones, el efecto mas positivo sobre el empleo surge de la expansión de los sectores más innovadores. Como es obvio, esto plantea retos adicionales a los países en vías de desarrollo. No hay necesidad de decir que los sectores con el impacto más negativo de la innovación sobre el empleo son, precisamente, los que predominan en la región. 7.2.3 La innovación, el tamaño de la empresa y el empleo. Es comúnmente aceptado que las empresas manufactureras pequeñas suelen tener más gravitación sobre el empleo manufacturero total que sobre el valor agregado manufacturero total. Por tal razón, con frecuencia la literatura se refiere a las pequeñas empresas y sugiere apoyar su surgimiento y supervivencia para aliviar tensiones en el mercado de trabajo. Un aspecto de interés, y menos indagado, es fijar la atención en el impacto de la innovación sobre el empleo tomando en consideración el tamaño de la empresa. Si se recurre nuevamente a la muestra de empresas italianas innovadoras, resulta que el empleo se reduce, cuando se introduce la innovación, en las empresas de todos los tamaños, aunque con más intensidad en las grandes empresas (más de 200 empleados). El panorama resulta más claro, sin embargo, cuando se observa la muestra más reducida, de empresas muy innovadoras. Aquí resulta que la innovación tiene un efecto positivo sobre el uso del factor trabajo entre las empresas de menor tamaño y un efecto negativo sobre las grandes, como puede verse en el cuadro 14. Una conclusión similar ya había sido apuntada por Reich, para la economía de Estados Unidos. El cuadro muestra que en todos los rangos se registra un fuerte incremento en el uso del factor capital, no obstante en las de menos de 200 empleados el efecto sobre el empleo es positivo y en las de más el efecto es negativo. Una explicación posible para este resultado es que el tipo de gasto en innovación es diferente según el tamaño de las empresas Los gastos de IyD, propios de la gran empresa, están negativamente correlacionados con el empleo. Por su parte, los gastos en diseño e ingeniería, predominantes en empresas de menos tamaño, están positivamente correlacionados con el empleo. Desde la perspectiva de una red, constituida por una o más empresas grandes en torno a las cuales producen, una gran variedad de empresas pequeñas, que innovan en buena medida a instancias de los reclamos de calidad y las exigencias de las empresas grandes, podría sugerirse, que existe una distribución, al interior de la red, del tipo de innovación y de la mano de obra que se emplea entre las grandes y las pequeñas empresas. Sin que esto implique Aspectos relevantes del desarrollo industrial 29 necesariamente un designio claro y predeterminado en esa dirección, el empleo se reduce en el cerno pero se amplia en la corteza. De aquí podría sugerirse que la innovación en la empresa pequeña, comparada con la innovación en la grande, puede considerarse más favorable para resolver los problemas del empleo pero ello podría depender, a su vez, de la dinamización de las pequeñas empresas por medio de su incorporación en una red y, también, del tipo de innovación que predomine en la pequeña empresa.