Ponencia presentada en I Congreso Ciencias, tecnologías y culturas. Diálogo entre las disciplinas del conocimiento. Mirando al futuro de América Latina y el Caribe. Universidad de Santiago de Chile, 30 de octubre al 2 de noviembre de 2007. ------------------POR FAVOR: O CITAR SI AUTORIZACIÓ DE LOS AUTORES-------------- ¿La política en minúscula?: repertorios de participación social y política en jóvenes cordobeses Hugo H. Rabbia1 y Silvina Brussino2 La relación de los jóvenes con la política parece compleja y confusa. Por un lado, a la vez que lo juvenil remite en ciertos discursos a la belleza, al ocio y a las libertades, las juventudes son negadas o negativizadas por las representaciones que trascienden en las sociedades latinoamericanas contemporáneas (Chaves, 2005). Por el otro, los medios de comunicación y los círculos académicos y políticos suelen vincular a los jóvenes, de forma homogénea, con la apatía y el desinterés por el mundo socio-político, aunque sobre ellos pesan aún expectativas de cambio social. Al explorar los significados que jóvenes estudiantes de Córdoba y Marcos Juárez (Argentina)3 asignan al ser ciudadano y sus ideales de ciudadanía, nos enfrentamos a una multiplicidad de aproximaciones, a una diversidad de auto-posicionamientos respecto a los lenguajes de derechos y responsabilidades de diferentes tradiciones de ciudadanía que articulan para decirse ciudadanos, en virtud de variables que dibujan trayectorias vitales específicas (institución educativa de pertenencia, residencia, nivel socioeconómico, inserción laboral, nivel educativo, etc.) (Rabbia, 2007). Entre las conclusiones de este estudio previo, identificamos niveles de participación socio-política altos y medios en aquellos jóvenes con un ideal de ciudadano vinculado a una tradición de ciudadanía participativa (republicana) que, no obstante, se auto-identificaban como ciudadanos según los lenguajes de una aproximación de ciudadanía electoralista-pasiva (liberal). En estos discursos, la dimensión inclusión-exclusión aparecía construida externamente a partir de la centralidad que adquiere el voto (y la ficción jurídica de la mayoría de edad) como condición de ciudadanía. No obstante, los jóvenes encuestados manifestaron realizar numerosas prácticas que implicaban diferentes grados de compromiso e implicación socio-política: desde donar dinero para causas públicas, pintar graffitis o desplegar lemas políticos, hasta participar en organizaciones sociales, o trabajar para campañas electorales. En este sentido, en el presente análisis hemos considerado pertinente profundizar en las dinámicas de implicación de estos jóvenes, con el objeto de entrever las características que subyacen a sus auto-posicionamientos respecto al mundo socio-político en general. Jóvenes como ¿sujetos? de la política En primer término vale aclarar que nuestro trabajo adopta la categoría “jóvenes” a partir de una delimitación socio-demográfica (edades comprendidas entre los 16 y los 30 años, y su inserción educativa en instituciones de nivel medio, medio especial para adultos, terciario y universitario)4. Si bien los estudiantes representan a un 1 CONICET. CEA. Universidad Nacional de Córdoba. [email protected] CONICET. Laboratorio de Psicología Cognitiva. Facultad de Psicología. Universidad Nacional de Córdoba. [email protected] 3 Córdoba contaba en 2004 con 1.284.582 habitantes según el Plan Estratégico de la ciudad. Marcos Juárez, cabecera del departamento homónimo, ubicada a 265 kms. al S.E. de la ciudad de Córdoba, tenía 24.890 habitantes, según el Censo Municipal de 2004. 4 La juventud es una categoría construida socio-históricamente en virtud de una serie de discursos sociales valorativos, por lo general contradictorios, en torno a los roles sociales y características que las sociedades le asignan a sus generaciones más jóvenes. El 2 Ponencia presentada en I Congreso Ciencias, tecnologías y culturas. Diálogo entre las disciplinas del conocimiento. Mirando al futuro de América Latina y el Caribe. Universidad de Santiago de Chile, 30 de octubre al 2 de noviembre de 2007. sector de los jóvenes que no agota la complejidad de garantías, demandas y necesidades de los jóvenes latinoamericanos (Reguillo, 2006), reconocemos que el sistema político ha sido usualmente más receptivo a las demandas de sectores juveniles cuando éstas han sido enunciadas por ‘estudiantes’. De hecho, son los espacios ‘educativos’ y -con menor frecuencia los ‘laborales’ y ‘de salud’- donde la institucionalidad política sitúa lo propiamente “juvenil”, donde los jóvenes son representados como objetos de políticas públicas y, a veces, como sujetos de la política5. En cuanto a los jóvenes como sujetos de la política, podemos identificar al menos tres perspectivas teóricas principales, las dos primeras eminentemente comparativas: a. Perspectiva de la desafección política: sostiene que los jóvenes tienen un menor interés y conocimiento político y, por lo tanto, participan menos que generaciones de jóvenes precedentes (generación X e Y, por ejemplo) u otros segmentos etarios (jóvenes, adultos, adultos mayores) Esta perspectiva combina tanto lecturas desde el desencanto (Monsivais, 2002; Soule, 2001) como desde cierto optimismo relativista (Beck, 1999), aunque el objeto implícito de este abordaje es el monto total de participación en un sistema político y no las características que ésta asume. b. Perspectiva de la participación diferenciada: los jóvenes prefieren intervenir en prácticas no convencionales o en organizaciones de la sociedad civil, en relación a otros cohortes etarios que tienden a involucrarse más en prácticas convencionales y asociadas a las dinámicas partidario-electorales (Bernhagen y Marsh, 2007; Schlozman, Verba, Brady y Erkulwater, 1999) En esta lectura, las instituciones políticas tradicionales (partidos y sindicatos) representarían el status quo, mientras que los jóvenes tenderían a identificarse más con las demandas de cambio social. c. Perspectiva de la nueva participación: considerando los cambios socio-económicos, políticos y culturales de las sociedades posmodernas, la particular vinculación de las juventudes con el mundo socio-político representaría la emergencia de nuevos paradigmas de implicación ciudadana. Nuevas causas (a veces inmediatas, a veces globales y difusas) que movilizan acciones transitorias, con una alta reivindicación de la participación individual débilmente institucionalizada, en pos de la consecución de objetivos concretos a corto y mediano plazo, definirían las características de la implicación juvenil (Krauskopft, 2000; Urresti, 2000), una “política en minúscula”, como la denomina Zarzuri (2005), vinculada al aumento significativo de la participación en organizaciones emergentes, como el grupo cultural, la comunidad virtual o el chat, o el grupo de juegos. Desde esta perspectiva, para los jóvenes la política se encuentra devaluada no sólo como instrumento de cambio social sino también por ser un espacio de manipulación de unos pocos en pos de beneficios personales (Balardini, 2005). Estas perspectivas enfrentan, a su vez, las limitaciones categoriales y metodológicas de los estudios centrados en la participación política individual, que conducen generalmente a un cuestionamiento de la propia noción de participación política (Leighley, 1995). Desde la ampliación de los repertorios de acción política en manos de entrecruzamiento entre moratoria vital y moratoria social nos advierte que cierta edad relativa no es una característica incluyente ni excluyente para la categorización de los jóvenes (Margulis, 1996); no obstante, a fines operativos y tratándose de una investigación exploratoria, la caracterización socio-demográfica nos ha parecido pertinente. 5 La “rebelión de los pingüinos” en Chile, las movilizaciones antichavistas de las universidad autónomas en Venezuela y las protestas en demanda de becas estudiantiles en la ciudad de Buenos Aires, son los casos más recientes de la visibilidad que alcanza la politización juvenil desde espacios educativos. Ponencia presentada en I Congreso Ciencias, tecnologías y culturas. Diálogo entre las disciplinas del conocimiento. Mirando al futuro de América Latina y el Caribe. Universidad de Santiago de Chile, 30 de octubre al 2 de noviembre de 2007. los movimientos sociales de los 60 y 70 –en los cuales los jóvenes tuvieron gran protagonismo-, los autores han pendulado entre abordajes de prácticas políticas tradicionales (promovidas explícita o implícitamente por el poder político), y prácticas que exceden los canales institucionales convencionales de las democracias representativas. A nuestro entender, las prácticas políticas y sociales rara vez se dan de forma aislada; por el contrario, cuando las personas “deciden” intervenir en asuntos públicos recurren a una serie de prácticas representadas en repertorios posibles de participación que implican determinado posicionamiento respecto al Estado, la institucionalidad política tradicional (partidos políticos, sindicatos), el reconocimiento de determinadas organizaciones o colectivos sociales y, así mismo, la articulación de habilidades personales, relaciones interpersonales y sentidos de eficacia política. En su conjunto, estos repertorios de acción permiten entrever dinámicas de participación que definen el rango de opciones que las personas consideran posibles para intervenir en los asuntos públicos. A su vez, nos sugieren los efectos recíprocos (especialmente en lo que refiere a eficacia política) de las prácticas participativas (Finkel, 1985) Precisiones metodológicas El estudio exploratorio se realizó en instituciones educativas de nivel medio, medio especial para adultos, y de nivel superior (una institución técnico-profesional, una universitaria nacional de gestión pública y una de gestión privada) durante setiembre-octubre de 2006. El tamaño de la muestra, seleccionada de forma no probabilística accidental, fue de 222 sujetos de 16 a 30 años6. A partir de un cuestionario semi-estructurado, los encuestados indicaron aquellas prácticas sociales y políticas que habían realizado a lo largo del último año [Ítems: Votar en las últimas elecciones, Participar activamente de campañas electorales, Participar de marchas o manifestaciones, Recurrir a vecinos para demandas concretas, Recurrir a medios masivos de comunicación para presentar demandas o quejas, Hacer llegar ideas o sugerencias a concejales, legisladores o al intendente, Participar de una organización religiosa, Participar de una organización estudiantil, Participar de una organización ecologista, Participar en una organización deportiva/cultural, Pintar graffitis o lemas en la vía pública, Donar dinero para una causa pública; opciones de repuesta: Sí y No]. También se indagaron variables socio-demográficas como Nivel Socio-económico (NSE), situación laboral, nivel educativo de los padres, entre otras. Resultados 1. Entre la desafección y la participación diferenciada Un primer dato a destacar es que el 86% de los encuestados realizó en el último año al menos una de las prácticas socio-políticas estudiadas. A modo ilustrativo, éstas fueron consideradas agregadas para entrever niveles de participación: el 62% por ciento de los jóvenes se sitúo en un nivel de participación bajo (menos de tres prácticas desarrolladas), mientras que el 3% se situó en un nivel de participación alto. 6 La muestra estuvo compuesta por 130 casos correspondientes a jóvenes de la ciudad de Córdoba (58,6%) y 92 casos de Marcos Juárez (41,4%); el 57,66% de los casos eran estudiantes de nivel medio y el 42,34%, estudiantes de nivel superior (Universitario y técnico); 124 fueron mujeres (un 55,9% del total) y 98, hombres (44,1%); y el 44% de los participantes tenían entre 16 y 17 años, el 31,6%, entre 18 y 19 años, y el 25,4%, 20 años o más; siendo el valor de la media para Edad de 18,63. Mayores especificaciones metodológicas están disponibles a quien las solicite. Ponencia presentada en I Congreso Ciencias, tecnologías y culturas. Diálogo entre las disciplinas del conocimiento. Mirando al futuro de América Latina y el Caribe. Universidad de Santiago de Chile, 30 de octubre al 2 de noviembre de 2007. En lo que respecta a las prácticas preferidas por los involucrados en el estudio, el 51,4% manifestó que participaba de una organización deportiva o cultural, el 31,5% que intervenía en una organización estudiantil, el 20,7% que participaba en una organización religiosa, y el 24,3% que había intervenido en al menos una marcha o manifestación. En el extremo opuesto, sólo el 4,1% realizó actividades en campañas partidarias y poco más del 6% hizo llegar ideas o propuestas a concejales/legisladores o al intendente. Ahora bien, ¿difieren estas preferencias participativas de las prácticas realizadas por otros segmentos etarios? Al realizar una comparación con las frecuencias que obtuvimos en otros estudios sobre participación política en Córdoba (Brussino, Sorribas, Gutiérrez, Imhoff, Medrano, Kerman, Vidal, 2006; Brussino, Rabbia, Sorribas, Medrano, 2007), se advierte que los ciudadanos con menos de 30 años optan más a menudo por participar en marchas y manifestaciones que los que tienen 31 años o más, mientras que éstos representan diez veces más la afiliación partidaria de aquellos. Los más jóvenes de la muestra del 2006 tienden más a formar parte de organizaciones religiosas –en parte, debido a la presencia de casos de una localidad más pequeña y menores de 18 años, donde este tipo de participación resulta privilegiada--, aunque en otras mediciones, al igual que otras formas de participación (por ejemplo: votar, recurrir a medios masivos de comunicación para demandas o quejas) no se identifican variaciones significativas entre los dos segmentos etarios analizados (Ver Tabla Nro. 1) Tabla ro. 1. Comparación de frecuencias de participación entre jóvenes y adultos, según mediciones del 2005, 2006 y 2007. Participación Política Edad Vota habitualmente en elecciones Concurre a marchas o manifestaciones Hace llegar ideas a concejales o intendente Recurre a medios masivos de comunicación para demandas o quejas Participa de una organización religiosa Afiliado a partido político a. 2005 2006 2007 30 o menos 30 o menos 30 o menos n.d. 25,3% 4,4% a 58,4% 24,3% 6,8% 72,9% 15,1% 2,6% 78,8% 8,4% 10,5% 13,4% 13,5% 8,2% 10,4% 6,4% 4,7% 20,7% n.d. 9,7% 3,1% 8,2% 30,6% 31 o más La muestra del 2006 incluye jóvenes con menos de 18 años que no se encuentran aún habilitados para ejercer su derecho al voto. De soslayo, podría pensarse que la primera de las perspectivas reseñadas no nos brinda herramientas suficientes para analizar nuestros resultados. En contraposición, la segunda de las perspectivas, que sostiene la tesis de la participación diferenciada, encajaría más con los datos expuestos. Si bien en la mayoría de las prácticas analizadas no existen diferencias sustanciales, se recogen evidencias respecto a que los partidos políticos no despiertan el mismo interés participativo en jóvenes y adultos. Sin embargo, estos datos poco aportan respecto a por qué los jóvenes optan por realizar prácticas por fuera de las instituciones políticas tradicionales. 2. Repertorios de participación socio-política en jóvenes cordobeses Para profundizar en las dinámicas participativas de los jóvenes de Córdoba y Marcos Juárez, los datos obtenidos en la muestra del 2006 fueron sometidos a un análisis de clusters de variables, según el método ‘Within Group’. De esta forma, identificamos 3 repertorios principales que los encuestados consideran válidos a la hora de intervenir en los asuntos públicos (Ver gráfico Anexo I): Ponencia presentada en I Congreso Ciencias, tecnologías y culturas. Diálogo entre las disciplinas del conocimiento. Mirando al futuro de América Latina y el Caribe. Universidad de Santiago de Chile, 30 de octubre al 2 de noviembre de 2007. Un primer conglomerado (Repertorio 1) incluye el recurrir a vecinos para demandas concretas, contactar medios de comunicación masivos para presentar demandas o propuestas, participar activamente en campañas electorales de partidos políticos y participar de marchas o manifestaciones. Las dos primeras prácticas aparecen fuertemente asociadas entre sí: el contactar a medios de comunicación podría vincularse al surgimiento de demandas concretas en contextos vecinales. En su conjunto, estas prácticas parecen sugerir dinámicas de participación que los jóvenes conciben como “tradicionalmente políticas”. Se trata del conglomerado con el menor número de casos puros (11,2%). Según Rodríguez (2001:79) “el retiro de los jóvenes de las juventudes y partidos políticos parece connotar una crítica fuerte de la productividad de la política, de la capacidad que ésta tiene para resolver problemas”. En este sentido, resulta llamativa la asociación entre el participar de marchas y manifestaciones y el intervenir activamente en una campaña electoral. Esto podría sugerir que las manifestaciones y acciones de protesta también se encuentran devaluadas en algunos sectores juveniles. Un segundo conglomerado (Repertorio 2) engloba prácticas “tradicionalmente sociales”, donde las instituciones políticas convencionales se encuentran ausentes, y adquieren relevancia algunas organizaciones de la sociedad civil. El donar dinero para causas públicas aparece fuertemente asociado al participar en organizaciones religiosas, como canal principal de aquellas prácticas. También el conglomerado incluye el participar de organizaciones ecologistas. Por último, se advierte la existencia de un tercer modo (Repertorio 3) que engloba prácticas desarrolladas en los ámbitos de interacciones cotidianas de los propios jóvenes, e incluye el intervenir activamente en el centro de estudiantes, realizar pinturas o graffitis en espacios públicos y participar activamente en organizaciones culturales o deportivas. La participación en organizaciones de estudiantes parece ser el canal privilegiado por los encuestados para hacer llegar ideas o propuestas a concejales/legisladores o al intendente, ya que ambas prácticas se presentan vinculadas entre sí. Este conglomerado incluiría varias de aquellas prácticas intuidas por Reguillo (2006) que enfrentan a los jóvenes con la “imposibilidad de nombrarlas”. Además, se trata del cluster que representa una mayor frecuencia de casos puros (casi el 40% del total) Si bien los conglomerados aparecen claramente diferenciados, no se tratan de repertorios excluyentes: algo más del 25% de los casos se caracterizan por diversas combinaciones entre los diferentes clusters (Ver Tabla Nro. 2). Considerándolos de forma agregada, puede advertirse que un 70% de los jóvenes encuestados no han desarrollado prácticas “tradicionalmente políticas”, es decir, no han considerado las prácticas del Repertorio 1 a la hora de implicarse socialmente. Esto puede explicar en parte la idea de desafección presente en muchos estudios de participación política que suelen abordar específicamente las prácticas abarcadas por este repertorio. Tabla 2: Repertorios de participación en jóvenes de Córdoba y Marcos Juárez Conglomerados % Repertorio 1 Repertorio 2 Repertorio 3 Repertorio 1 y 2 combinados Repertorio 1 y 3 combinados Repertorio 2 y 3 combinados Repertorio 1, 2 y 3 combinados Total 11,2 23,4 39,3 3,7 9,6 7,4 4,8 100 Ponencia presentada en I Congreso Ciencias, tecnologías y culturas. Diálogo entre las disciplinas del conocimiento. Mirando al futuro de América Latina y el Caribe. Universidad de Santiago de Chile, 30 de octubre al 2 de noviembre de 2007. 3. ¿Quiénes participan, cómo participan? Las combinaciones entre los repertorios surgidos del análisis de clúster se relacionan estadísticamente con los niveles de participación desarrollados por los jóvenes (Cramers’V, ,476 y Sign., 00). Quienes despliegan prácticas que corresponden a más de un repertorio participativo, son quienes más participan. De hecho, el total de los casos con altos niveles de participación y más de la mitad de los casos con un nivel de participación medio se sitúan en la combinación de los repertorios 1, 2 y 3. Categorizando los casos en virtud de los repertorios relevados, las relaciones entre éstos y las variables sociodemográficas resultaron significativas estadísticamente7. De esta forma, podemos advertir que casi un 65% de los que se sitúan en el Repertorio 1 estudian en instituciones de gestión privada (tanto de nivel medio como superior), residen principalmente en la ciudad de Córdoba (82%), no trabajan (69%), y pertenecen a un nivel socioeconómico alto (64%). Para este primer repertorio de prácticas, no se identifican diferencias de géneros entre los participantes. Por su parte, quienes recurren a prácticas del Repertorio 2 estudian en escuelas medias de gestión pública (45%), son mayoritariamente mujeres (65%), menores de 18 años (46,5%), dispuestas a realizar trabajo voluntario en una organización social (83,5%) y de nivel socioeconómico medio (44%) y alto (48,2%). No se advierten diferencias en cuanto al lugar de residencia. Por último, los jóvenes que optaron por prácticas del Repertorio 3 pertenecen a escuelas medias de gestión pública (45,5%, con una frecuencia relativa mayor en jóvenes que concurren a instituciones de educación de media especial para adultos), en un 65% son mujeres, mayoritariamente menores de 21 años (88%), y representan niveles socioeconómicos medio y bajo en casi el 60% de los casos. No se advierten diferencias en cuanto al lugar de residencia. Conclusiones: algunas líneas de exploración a futuro Las prácticas asociadas al Repertorio 3 parecen estar vinculadas de forma más específica a los espacios de experiencias cotidianas de los jóvenes encuestados. La gran mayoría de los jóvenes que afirman participar de organizaciones estudiantiles, participan también de organizaciones deportivas y culturales, estableciendo un entramado con las otras dos prácticas (más situadas) incluidas en este conglomerado. El grado de implicación en las mismas es heterogéneo: desde la mera asistencia a reuniones de estudiantes o prácticas deportivas en clubs, a la edición de revistas culturales, la organización de y exposición en asambleas de estudiantes, y la integración de comisiones para desarrollar proyectos específicos. Que se trate del conglomerado con la mayor cantidad de casos puros, parece sugerir que la implicación continúa siendo relevante para los más jóvenes, aunque prefieran un conjunto de “prácticas sin nombre” por fuera de las instituciones tradicionales, que privilegian sus espacios e intereses cotidianos y que definen la particularidad de su pertenencia ciudadana (Reguillo, 2006:160). La tendencia a privilegiar espacios y prácticas alternativas a las “tradicionalmente políticas” se refuerza al considerar las combinaciones de los Repertorios 2 y 3. En el Repertorio 2, la participación en organizaciones religiosas tiene una gran incidencia sobre el conjunto de prácticas desarrolladas. 7 Entre éstas, destacan: Repertorios/Género: Cramer’s V ,281; Sign ,021, Repertorios /Residencia: Cramer’s V ,513; Sign ,000 / Repertorios/Nivel educativo: Cramer’s V,367; Sign ,000; Repertorios/NSE: Cramer’s V ,438; Sign. ,000; Repertorios/Institución educativa: Cramer’s V,355; Sign. ,000. Ponencia presentada en I Congreso Ciencias, tecnologías y culturas. Diálogo entre las disciplinas del conocimiento. Mirando al futuro de América Latina y el Caribe. Universidad de Santiago de Chile, 30 de octubre al 2 de noviembre de 2007. Es de destacar, sin embargo, que la menor presencia de prácticas tradicionalmente políticas (Repertorio 1) podría encontrarse mediada por al menos dos dimensiones: por un lado, una dimensión de inclusión-exclusión, que puede asociarse con sentimientos de eficacia política interna y externa de los propios jóvenes, en virtud de su nivel educativo, NSE, el género, y la pertenencia a instituciones educativas de gestión pública o privada. No parece casual que los jóvenes (especialmente, las mujeres) que aún no han ejercido su derecho a voto, de menor NSE, y que estudian en instituciones de gestión pública, opten en su mayoría por prácticas de los Repertorios 2 y 3. En otros estudios ya hemos advertido relaciones positivas entre la eficacia política y la participación desarrollada por los jóvenes (Brussino, Rabbia, Sorribas, Medrano, 2007) Por otro lado, el lugar de residencia resulta una dimensión central: la participación en campañas partidarias y en marchas o manifestaciones se da casi en su totalidad en la ciudad de Córdoba. También el recurrir a vecinos para demandas concretas y a medios de comunicación para presentar demandas o protestas se dan en su mayoría (2/3) en la ciudad más poblada en donde se desarrolló el estudio. La concentración en contextos urbanos más poblados de instituciones políticas tradicionales (dependencias gubernamentales provinciales, municipales, nacionales, representaciones de diversos partidos políticos y sindicatos, por ejemplo) y numerosos medios de comunicación abren el camino para que los jóvenes consideren “posibles” las prácticas incluidas en el primer conglomerado. Y, si bien los jóvenes tienden a sentirse ajenos a las dinámicas de las instituciones políticas tradicionales, el hecho de que estén presentes y se vean como “cercanas”, nos lleva a considerar éstas prácticas no sólo como acciones concretas, sino también como un set de opciones de participación a los cuales los encuestados se enfrentan a la hora de optar involucrarse. En contraposición, por ejemplo, la inclusión del hacer llegar ideas y propuestas a concejales/legisladores e intendente en el Repertorio 3, mediada usualmente por la participación en organizaciones estudiantiles, tiene una mayor incidencia en los jóvenes que viven en Marcos Juárez: para ellos la posibilidad de contacto cara a cara con representantes políticos, en parte, está maximizada por las relaciones interpersonales entre éstos y sus familias o instituciones educativas. Esta situación también nos acerca a una concepción de los conglomerados como repertorios posibles de acción. Los estudios sobre participación política desde abordajes individuales y los análisis de prácticas juveniles se han centrado usualmente en contextos urbanos de mayor población, de allí que las diferencias evidenciadas por nuestro estudio plantean la necesidad de futuras aproximaciones que contemplen contextos urbanos de menor población. A su vez, profundizar tanto en la dimensión inclusión-exclusión (desde abordajes socio-demográficos y psico-sociales), como en la propia definición de participación social y política (abordando prácticas relacionadas con las experiencias y espacios cotidianos de los jóvenes), permitirían dotar de mayores matices a las perspectivas de la desafección, de la participación diferenciada y de las nuevas prácticas. Referencias bibliográficas: Balardini, S. (2005): ¿Qué hay de nuevo viejo?: una mirada sobre los cambios en la participación política juvenil. Nueva sociedad, Nº. 200 (nov.-dic.), pp. 96-107. Beck, U. (1999) Hijos de la libertad. FCE: México. Bernhagen, P. y Marsh, M. (2007): Voting and Protesting: Explaining Citizen Participation in Old and New European Democracies, Democratization, Vol. 14, N°1, pp. 44 - 72 Brussino, S.; Sorribas, P.; Gutiérrez, J.; Imhoff, D.; Medrano, L.; Kerman, L. y Vidal, N. (2006) La Participación Política de los jóvenes Cordobeses: un análisis desde la perspectiva de la Cognición Social, informe de investigación a SECyT, UNC: Córdoba. Ponencia presentada en I Congreso Ciencias, tecnologías y culturas. Diálogo entre las disciplinas del conocimiento. Mirando al futuro de América Latina y el Caribe. Universidad de Santiago de Chile, 30 de octubre al 2 de noviembre de 2007. Brussino, S.; Sorribas, P.; Medrano, L. y Rabbia, H. (2007): Estudio de la participación política en una muestra de jóvenes cordobeses. Ponencia presentada en el XXXI Congreso Interamericano de Psicología, México D.F. 1-5 de julio de 2007. Chaves, M. (2005): Juventud negada y negativizada: Representaciones y formaciones discursivas vigentes en la Argentina contemporánea. Última década, N° 23, CIDPA, Valparaíso, pp. 9-32. Finkel, S. (1985) Reciprocal Effects of Participation and Political Efficacy: A Panel Analysis, American Journal of Political Science, Vol. 29, No. 4, pp. 891-913. Krauskopft, D. (2000): Dimensiones críticas en la participación social de las juventudes”, en Balardini, S. (comp.) La participación social y política de los jóvenes en el horizonte del nuevo siglo. CLACSO ASDI. Bs. As. (pp. 119-134); Leighley, J. (1995): Attitudes, Opportunities and Incentives: A Field Essay on Political Participation, Political Research Quarterly, Vol. 48, No. 1, pp. 181-209. Margulis M. (1996): La juventud es más que una palabra. Biblos: Bs. As.s Monsiváis, A. (2002): La democracia ajena. Jóvenes, socialización política y constitución de ciudadanía en Baja California. Center for US-Mexican Studies. Universidad de California. Working Paper. Rabbia, H. (2007): Entre el compromiso y el “no te metás”: concepciones de ciudadanía e ideal de ciudadano en jóvenes cordobeses. Ponencia presentada en el I Congreso Nacional de Psicología, Córdoba, Argentina, 1 y 2 de junio 2007. Reguillo, R. (2006): Emergencia de las culturas juveniles: estrategias del desencanto, Norma: Bogotá. Rodríguez, J. C (2001): Participación juvenil y ciudadanía, en VV.AA, Protagonismo juvenil en proyectos locales. Lecciones del Cono Sur, CEPAL y UNESCO, pp. 73-87. Schlozman, K.; Verba, S.; Brady, H. y Erkulwater, J. (1998): Why Can't They Be Like We Were?: understanding the Generation Gap in Participation, paper presentado en APSA Political Socialization Subcommittee Meeting, Whashington D.C. Soule, S. (2001): Will they engage? Political knowledge, participation and attitudes of Generations X and Y. Artículo de investigación preparada para la Conferencia Alemana y Americana, “Active Participation or a Retreat to Privacy”. Zarzuri, R. (2005): Jóvenes, participación y movimientos sociales: hacia la construcción de nuevas formas de participación juvenil, ponencia presentada en el seminario “Movimientos sociales: Pacto, disciplinamiento y resistencia en el Chile contemporáneo”, ARCIS, Santiago de Chile, junio de 2005. Aclaración Final Las conclusiones propuestas derivan de análisis a posteriori realizados sobre la misma muestra estudiada por Hugo H. Rabbia en la investigación realizada para obtener el grado de Máster Europeo en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Autónoma de Madrid y la Université Toulousse Le-Mirail. En ese sentido, se agradecen los aportes y sugerencias del Dr. J. M.Fernández Dols (UAM) que en dicha ocasión co-dirigió el proceso de investigación junto a la Dra. Brussino. Ponencia presentada en I Congreso Ciencias, tecnologías y culturas. Diálogo entre las disciplinas del conocimiento. Mirando al futuro de América Latina y el Caribe. Universidad de Santiago de Chile, 30 de octubre al 2 de noviembre de 2007. Anexo I: Dendograma. Análisis de clusters. Participación social y política de jóvenes de Córdoba y Marcos Juárez, Argentina. Repertorios 1, 2 y 3. C A S E Label Num PART_VEC PART_MED PARTICEL PART_MAR PART_REL PART_DON PART_ECO PART_CON PART_EST PART_GRA PART_DEP 2 3 11 1 6 10 5 4 7 9 8 0 5 10 15 20 25 +---------+---------+---------+---------+---------+ ────────────── ─ ───────── ────────────── ─────────────── ─────────────────────── ── ──────────────────────────── ─────────────────── ───────── ──────────────────────────── ── ─────────────┬───────────── ─────────────┘ ──── ─────────────────────────── ───────── ───────────────────────────────