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Departamento de Ciencias Sociales
Universidad Arturo Prat. Iquique
REVISTA ciencias sociales nº18,
Invierno 2007 pp.19-33
ISSN 0717-2257
SOBRE LA INCOMPATIBILIDAD INDETERMINISMO-LIBERTAD
EN EL RACIONALISMO CRÍTICO DE KARL POPPER
Cristián Ortega Caro*
Post segunda guerra, Popper fundó, a través de “La Miseria del Historicismo”
(1945) y la “Sociedad Abierta y sus Enemigos” (1945), una teoría política, cuyo
mayor objetivo –más allá del intelectual- fue el de dirigir la más implacable crítica
al autoritarismo. Para ello formuló, a partir del racionalismo crítico, tres tesis: la
crítica al historicismo, el argumento en favor del indeterminismo y la teoría de la
libertad. Este artículo pretende explicitar que, desde la perspectiva teórico-social,
la coherencia epistémica entre la tesis indeterminista y la tesis sobre la libertad es,
a lo menos, incompleta.
Palabras claves: Racionalismo Crítico, Falsabilidad, Indeterminismo y
Libertad.
Post Second World War, Popper founded through his masterpieces “The Misery
of Historicism” and “The Open Society and its Enemies” both oherente in 1945,
a political theory which main purpose was to lead the most implacable judgment
and critic to the authoritarianism beyond the intellectual. He began formulating
his theory from the critical rationalism which was divided in three main theories:
the critic to historicism, the argument that supports indeterminism and the theory of
freedom. This article has no further intention but to give an explanation that from
the social-theoretic vision, the epistemic oherente between the indeterminism theory
and the theory of freedom being at least incomplete.
* Sociólogo.
Universidad Arturo Prat.
Correo electrónico:
[email protected]
Key Words: Critical Rationalism, Falsificationist (principles), Indeterminism
and Freedom.
20
revista ciencias sociales 18 / invierno 2007
Introducción
De ser rigurosos con el declarado antideterminismo de Karl Popper, sería
totalmente razonable suponer que no debieran existir motivos para establecer
una relación de subdeterminación desde su teoría de las ciencias hacia su teoría
política; esto es, suponer, por ejemplo, que la sociedad abierta constituye una
cristalización subteórica del racionalismo crítico. Sin embargo, desde un punto
de vista exclusivamente lógico, es imperdonable la escisión: la obra filosófica
de Popper guardaría en sí, a lo menos, el concepto de sociedad abierta en tanto
núcleo fuerte de la teoría política y la falsabilidad en tanto pilar metodológico
de la teoría epistemológica1 Queda la impresión que el sistema teórico de Popper
es indivisible.
No obstante ello, la estructura teórica del racionalismo crítico no es
tan coherente como se podría, a primera vista suponer: la teoría popperiana
respecto del vínculo dado por el campo epistemológico y político adolece de un
especial error teórico, que evidenciaría, además, inconsistencia lógica y falta de
contenido explicativo. Si bien es atendible una relación estructural entre ciertos
supuestos epistemológicos utilizados por Popper (relativos al indeterminismo
epistémico) y su teoría de sociedad abierta (relativo al concepto de libertad) la
culminación explicativa entre los dos campos no es, desde al perspectiva teóricosocial, totalmente satisfactoria. Esta es la principal hipótesis que se planteará
en este artículo: evidenciar que la relación entre indeterminismo y libertad
a la que Popper alude en variadas ocasiones2 no se condice con, primero, lo
central de la propia tesis indeterminista y, segundo, con un argumento métodoexplicativo básico de las ciencias sociales: a saber la relación multi-dimensional
en la descripción del hecho.
Para lo anterior, será necesario dar cuenta, primero, de los elementos
centrales sobre los cuales se edifico el racionalismo crítico; segundo el
funcionamiento del método de la falsabilidad y el criterio de demarcación y
tercero la conexión entre éstos y las tesis del indeterminismo, la teoría de la
libertad y la crítica al historicismo.
1
El racionalismo crítico
posee varios subcampos y/o
subteorías: el epistemológico, la
política, la historia y la moral;
bajo éstos, es posible añadir
teorías, aún, más específicas:
el cambio del conocimiento
(progreso y desarrollo de
las ciencias), historia de la
filosofía, historia de la física,
funcionamiento de la democracia,
teoría de la libertad (política,
moral e individual), psicología
cognitiva, etc.
2
Popper, Karl, (1973)
“La Miseria del Historicismo”,
Ed. Taurus-Alianza, Madrid
(Londres, 1945 en tres artículos
de Económica y en formato
libro 1° ed. en 1957); (2002)
“Búsqueda sin término. Una
autobiografía intelectual”, Ed.
Alianza, Madrid (Illinois 1976);
(1957) “La sociedad abierta y sus
enemigos”, Ed. Paidós, Buenos
Aires (Londres 1945); (1994) “El
universo abierto. Un argumento
a favor del indeterminismo”,
Ed.Técnos, Madrid (New
Jersey y Londres 1982); ( 2001)
“Conocimiento Objetivo”,
Ed.Técnos, Madrid (Oxford
1972)
cristián ortega / sobre la incompatibilidad indeterminismo-libertad en el…
Falsabilidad y Demarcación en el Racionalismo Crítico
El Racionalismo Crítico, también denominado Empirismo Crítico (Popper
1994: 50), cuya expresión metodológica es el Método Hipotético-Deductivo,
también denominado Método del Ensayo y el Error o Método de Conjeturas y
Refutaciones, se edificó en razón de esclarecer dos interrogantes que a juicio de
Popper, ilustrarían, además de una nueva visión para interpretar el desarrollo de la
ciencia, una nueva reflexión filosófica y, junto a ella, dirigir la más potente crítica al
inductivismo: primero, la necesidad de identificar las fuentes del conocimiento, y
segundo, la necesidad de identificar las formas de eliminar el error.
El racionalismo critico, a
través de la metodología de la
falsabilidad, establece que las
hipótesis científicas –en su efecto
las conjeturas que un investigador
genera para dar respuestas a
problemáticas de interés– deben
necesariamente ser puestas a una
prueba empírica; si ella predice lo
que conjeturaba, dicha hipótesis
se de por corroborada; si no es
así, la hipótesis se da por falseada.
Bajo la lógica de Popper, sólo
cuando se evidencia el error,
esto es, cuando la hipótesis ha
sido falseada se puede hablar
de progreso científico, y ello en
razón que la falsación supone,
más allá del error, el carácter
científico de la hipótesis y la
necesidad, por lo tanto, de
generar nuevas conjeturas
que promuevan el avance del
conocimiento.
3
Esta premisa, sin duda es una
de las inspiraciones teóricas
que habrán de conformar la
visión práctica y perfectible de
democracia. Esto es, homologar
la superación del error con la
capacidad de reemplazar (o en
su efecto, mejorar) los malos por
buenos y mejores gobiernos.
4
Respecto de las fuentes del conocimiento, éstas sólo son pertinentes
cuestionarlas desde la perspectiva que supone que las teorías –presunciones o
hipótesis– deben ser entidades susceptibles de estar bajo la crítica metodológica,
esto es, estar retenidas por el juicio de la refutación empírica3. Relativo a las
formas de eliminar el error, el modelo científico (aquel que juzga respecto del
desarrollo del conocimiento) debiera discriminar entre los simples conceptos
y los sistemas de enunciados. Las definiciones conceptuales –señala Popper–
nunca suministran conocimiento fáctico acerca de las cosas, los hechos o sobre
la naturaleza de éstos (Idem: 44), los conceptos y sus significación son unidades
discursivas, cuyo origen de contenido –y validez cognoscitiva se asienta en la
fuente autorizada, en la escuela o la tradición; fuentes que en la perspectiva de
Popper no aportan ni a su metodología ni al desarrollo de las ciencias. Por el
contrario los enunciados –serie de enunciados, juicios o proposiciones– (Idem:
42) constituyen estructuras lingüísticas suprasignificacionales que contienen
información fáctica y cuya función es la de des-velar la verdad (o el error) de
una constatación. Su origen se halla en la conjetura y/o en la teorización –o
en el método hipotético deductivo– pero su validez radica en la contrastación
empírica. En efecto, los enunciados, a diferencia de los conceptos, constituyen
efectivas fuentes de conocimiento y poseen por lo tanto, una mayor intervención
en el proceso epistemológico del racionalismo critico.
Respecto del error, Popper discute “¿cómo podemos detectar y eliminar el
error?4 cuestionamiento que habrá de reemplazar la pregunta, más convencional,
¿Cuáles son las mejores fuentes de error, y a las que podemos y debemos dirigirnos,
en caso de duda, como corte de apelación final?”. (Idem: 49) La respuesta
preliminar a ésta interrogante está dada por el discernimiento entre las fuentes de
21
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los significados y las fuentes de la verdad; en otras palabras, en diferenciar entre
los conceptos –y sus significados– y los enunciados –y su información fáctica– o,
que es lo mismo, en discriminar entre los conceptos teóricos y los enunciados
observacionales. Con todo, la primera forma de eliminar el error, dependería de
la individualización de las fuentes significacionales de los sistemas teóricos a ser
utilizados. En efecto, el racionalismo critico constituye una tradición o actitud que
contiene la capacidad de juzgar críticamente cualquier teoría, serie de hipótesis
o serie de enunciados5, que bien pueden ser nuestras propias teorías o ideas, o
mejor aún, si pertenecen a otros. El ideal cognoscitivo de la crítica racional, es
el de luchar incansablemente por obtener la verdad. Esto tiene por principal
consecuencia que todo conocimiento es provisorio, conjetural o hipotético: el
conocimiento, la investigación científica y la búsqueda de la verdad nunca se
dan por acabadas y, segundo, –en función de la contrastación empírica– la labor
científica nos conducirá constantemente hacia la duda y el examen critico, y con
ello por lo tanto, hacia la tolerancia y el dialogo; procesos que en Popper son
imprescindibles para el avance del conocimiento.
Un segundo punto en la epistemología de Popper lo constituye la
operacionalización técnica del racionalismo crítico; espacio que se cristaliza
en el método Hipotético–Deductivo y sobre el cual se edifica la definición de
desarrollo del conocimiento científico. Para ello, es necesario comprender que el
método hipotético es una respuesta, o en su efecto, una reflexión que cuestiona
directamente las premisas del método inductivista: el inductivismo, tal como
lo había presupuestado Bacon, supone que la generación del conocimiento
se inicia con la acumulación de enunciados empíricos singulares (esto es,
descripciones o explicaciones formuladas a partir de observaciones particulares)
para posteriormente desarrollar una inferencia teórica que formule un sistema de
enunciados universales, tales como sistemas conceptuales, sistemas de hipótesis,
teorías o sistemas de teorías (Popper: 2004: 27). Afirma que los conceptos o
nociones científicas no son derivaciones lógicas –como sostiene el Positivismo–
que culminan en enunciados empíricos particulares, ni se generan a partir de
la experiencia sensorial, impresiones o percepciones. Muy por el contrario los
enunciados científicos, las hipótesis y las teorías –incluida la noción de verdad
científica– no son reducibles a datos o enunciados empíricamente particulares
(Popper: 2004: 34 - 35). El método de la falsación ha evidenciado que la verdad
inductiva constituye una cristalización epistémica no sólo errada, sino, además,
insustancial para el desarrollo de la ciencia. Por el contrario, el modelo hipotético
5
Es pertinente señalar que
el Racionalismo Critico, posee
su prologo en el Principio de
Autonomía de Kant, doctrina
ética “según la cual no podemos
aceptar como base última de la
ética la orden de una autoridad,
por elevada que ella sea. Pues
siempre que nos enfrentemos
con la orden de una autoridad, es
responsabilidad nuestra juzgar si
su orden es moral o inmoral. La
autoridad puede tener el poder
de obligar a que se cumplan
sus órdenes, y podemos estar
incapacitados de resistir. Pero,
a menos que nos hallemos
físicamente impedidos para elegir,
la responsabilidad sigue siendo
nuestra” (Popper: 1994: 227)
Si bien Kant no extrapolo este
principio critico al campo del
conocimiento científico, –según
Popper debido al éxito y prestigio
de la cosmología newtoniana; a
saber su incuestionable capacidad
explicativa–. Por otra parte,
es evidente que la sentencia
kantiana se ajusta perfectamente
a las tesis popperianas del juicio
critico y el derecho a la duda
(Idem: 50 - 51), así como al
desarrollo de la sociedad abierta
y la tesis de la libertad intelectual
(Popper: 1967).
cristián ortega / sobre la incompatibilidad indeterminismo-libertad en el…
deductivo supone que la creación del conocimiento científico se genera a partir
de proyecciones hipotéticas o sistemas de teorías que un investigador puede
desarrollar –inventar o teorizar– sobre alguna problemática determinada, con lo
cual supone, implícitamente, que el investigador guarda un principio de acción
que no es necesariamente intelectual, sino, político-histórico, toda vez que, la
relación entre creatividad y el método de investigación, implica una armonía
contextual.
6
El modelo de las
conjeturas y refutaciones no
busca de forma inmediata
culminar en estructuras de
verdad y por consiguiente en
objetivaciones conclusivas; muy
por el contrario, el modelo
popperiano esta orientado a que
el enunciado científico sea puesto
a contrastación y refutación
observacional a fin de obtener su
“error”. Sin embargo, cuando el
enunciado teórico o la hipótesis
propuesta se corresponde
con la realidad empírica (que
constituye el fundamento de la
visión internista en ciencia), esto
es, constatar la asertividad y/o
veracidad del enunciado puesto
al test, el racionalismo crítico
plantea la corroboración del
enunciado, lo que significa que
la hipótesis ha sido confirmada
en la realidad. Sin embargo
bajo la lógica del racionalismo
crítico, dicha corroboración es
solo provisional, pues la verdad
propuesta por aquel enunciado es
solo circunstancial, toda vez que
nada impide que en el futuro sea
falseado.
En tal sentido, una vez que los enunciados han sido formulados y
depurados, deben entrar en contacto con la realidad empírica a fin de expresar
el error o incompatibilidad con lo proyectado hipotéticamente. El error habrá
de promover el trabajo científico a fin de buscar la solución de los problemas
de interés. Por el contrario, la corroboración del enunciado si bien demuestra
su temple, no garantiza el avance del conocimiento, por cuanto la adecuación
teoría-hecho es, en principio, sólo provisional. A partir de esta concepción,
Popper propone que es el investigador quien debe imponer –conjeturar– ciertas
regularidades a la realidad; entendidas, éstas, como sistemas de hipótesis o sistemas
de propensiones: no debemos esperar que las premisas sobre el mundo nos sean
desveladas, sino que es el científico quien debe formular sus propias conclusiones
respecto de él. Se trata de una metodología del ensayo y el error; de conjeturas
y refutaciones, “las teorías científicas, no son una recopilación de observaciones,
sino que son invenciones, conjeturas audazmente formuladas para su ensayo y
que deben ser eliminadas si entran en conflicto con observaciones,” previamente
existentes (1994: 72). En efecto, si bien desde la perspectiva de la psicología
cognitiva las creaciones científicas son dirigidas y reguladas6, paradójicamente las
mimas creaciones, dependen de que dicha libertad exista en tanto dato objetivo
de la realidad y ello a la luz de Popper no es otra cosa, que la preeminencia de
la sociedad abierta.
Un tercer elemento lo constituye la demarcación, en tanto criterio de
racionalidad que permite discriminar entre los enunciados científicos de los
sistemas argumentativos metafísicos y pseudocientíficos. Para sustentar el criterio
de demarcación, el racionalismo critico se basa en la metodología de la falsación,
que como se señalo, su principal objetivo –a fin de asegurar el avance del
conocimiento– es el de refutar empírica o lógicamente las teorías o sistemas de
hipótesis. En contraposición a ello, la corroboración y la verificación inductivista,
generan dudas sobre la cualidad de científicas de las teorías, o bien, suponen el
estancamiento en el desarrollo del conocimiento.
23
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El criterio de demarcación, se origino en virtud de la sospecha de reducción
metafísica de las tres más connotadas teorías de la primera mitad del siglo XX,
con las cuales Popper tuvo que convivir: la Teoría del Psicoanálisis de Freud, el
Materialismo Histórico de Marx y la Teoría de la Psicología del Individuo de
Alfred Adler7 (Popper, 1994: 58). El prefacio de la duda popperiana radicaba,
precisamente, en el aparente poder explicativo de éstos tres modelos teóricos,
esto es, la inusitada capacidad de adecuar los hechos –referidos indistintamente
a cualquier tipo y naturaleza fenoménica– a sus enunciados. En otras palabras,
cualquier hecho, fenómeno, acción o sujeto pueden ser insertados –inclusive
forzosamente– bajo sus postulados y confirmar, por lo tanto, la verificabilidad
y predictibilidad de la teoría (1994: 59-60). En otras palabras, las teorías de
Marx, Freud y Adler eran simplemente irrefutables. Contrario a ello, Popper,
sentenciaba que los explanans8 de estas teorías, más se asimilaban a la estructura
lógica de los mitos que a la estructura lógica de verdaderas teorías científicas
(Popper, 1994: 59). Esta situación, concluyó, evidenciaba más la debilidad de los
enunciados, que su fortaleza (Popper, 1994: 60). Así, no sólo se fortaleció su ya
emergente critica al inductivismo sino que emprendió una lucha por demarcar
(o diferenciar) a las ciencias de la pseudo ciencias.
El Racionalismo Crítico en una Sociedad Racional
Desde la perspectiva internista –esto es, atenerse a los elementos técnicoempíricos de la investigación científica– el sentido del racionalismo crítico se
edificó a partir de la doble visión que explica, por una parte, el desarrollo de la
ciencia, y por la otra su progreso. Desarrollo en función de la exégesis que realiza
a la filosofía presocrática respecto del sentido y los objetivos fundamentales
de la ciencia. Progreso en función de los criterios técnicos –la falsabilidad y la
demarcación– que son aplicables a la primera dimensión, que es sin duda una
visión más general y abstracta que la segunda, la que es más concreta y empírica.
En efecto, el avance del conocimiento científico existe en virtud de objetivar el
proceso por el cual éste, a través de la historia, ha orientado primero, la búsqueda
de la verdad; y segundo, por estructurar la mecánica epistemológica que le
subyace a la aplicabilidad y perfeccionamiento de procedimientos y técnicas
metodológicas.
7
Es evidente que el Criterio
de Demarcación, fue la antesala
para configurar, primero la tesis
que critica el Historicismo y
segundo la tesis en favor del
Indeterminismo, y sin duda, son
elementos constitutivos de la
teoría política de Popper: sobre
todo respecto de las concepciones
sobre libertad y democracia.
8
Los elementos teóricos
que sirven de fundamento o base
filosófica para las explicaciones e
interpretaciones que realizan las
teorías especializadas sobre los
hechos empíricos, se denominan
explanans. Los hechos u
objetos de una investigación
científica a ser explicados por
el explanans, se denominan
explicadum; Feyerabend escribe:
“El explicamdum (o hechos
a ser explicados) deben ser
una consecuencia lógica del
explanans (o base metateórica)”
cuyos cimientos conceptuales
otorgan sentido y coherencia
a las explicaciones teóricas
a ser realizadas, “en otras
palabras el explicandum debe
ser lógicamente deducible de
la información contenida en el
explanans, puesto que de otro
modo el explanans no constituiría
un fundamento adecuado para la
explicación” (Feyerabend: 1989
[1962]: 48).
cristián ortega / sobre la incompatibilidad indeterminismo-libertad en el…
En contraposición a lo anterior y desde una perspectiva evidentemente
externista –esto es, explicar el desarrollo del conocimiento científico a través de
factores sociológicos e históricos–, Popper identifica otras dos dimensiones por
las cuales es explicable y razonable el progreso del conocimiento científico: la
primera de ellas, supone la concurrencia de elementos sociales que se cristalizan
en lo que Popper denomina como la institución del progreso, y segundo en el
principio de la libertad.
El progreso y desarrollo de la ciencia, expresados en la infinita voluntad
de la investigación y el descubrimiento científico sólo son dables a partir de
las garantías que otorgan los grados de libertad (político y moral) que puede
contener un sistema social. Para Popper la ciencia y la libertad maduran en
democracia, que a su vez, son los elementos constitutivos de su institucionalidad
del progreso. En tal sentido y con el fin de resguardar la proliferación de teorías
científicas, Popper propone complementar la explicación psicologicista –que
supone la creación teórica como un proceso libre e individual– a través de una
teoría de tipo institucional sujeta a una visión de interrelaciones sociales y de
mutua cooperación social. Cuestión evidentemente relacionada con las nociones
de sociedad abierta y democracia.
Por su parte el imperativo epistémico de la libertad condiciona su relevancia
epistemológica al proceso histórico de occidente: el progreso del conocimiento
y, por ende, el desarrollo de las ciencias se interconectan por una parte con el
desarrollo de una historia moral y por la otra con el desarrollo de la historia social
y cívica, ambas localizadas en la Antigua Grecia: el desarrollo de la investigación y
el descubrimiento científico, no serían posibles bajo un sistema social coercitivo.
Ello implica, conjeturar respecto de las condiciones estructurales, sociales y
políticas que podrían ser contraproducentes tanto para el desarrollo de la ciencia,
como para la existencia de una efectiva libertad cívica. Popper supone que es la
comunidad científica, la entidad responsable de prever dichos factores, a fin de
impedir el surgimiento de elementos autoritarios.
Respecto de (a) el progreso de la ciencia no depende únicamente de la
labor aislada e individual del científico; muy por el contrario éste debe estar
sumergido en el debate público y la competencia intersubjetiva del pensamiento.
Incluso las labores más técnicas del trabajo científico, como lo son por ejemplo
la falsabilidad de los enunciados y la contrastación empírica de las hipótesis,
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requieren de una institucionalidad social que sustente su desarrollo. Popper
escribe “el método científico mismo tiene aspectos sociales. La ciencia, y más
especialmente el progreso científico, son los resultados no de esfuerzos aislados,
sino de la libre competencia del pensamiento. Porque la ciencia necesita cada
vez más rigor en los experimentos. Y las hipótesis en competencia necesitan
representación personal, por así decirlo: necesitan abogados, necesitan un
jurado e incluso un público. Esta representación personal debe estar organizada
institucionalmente si queremos que funcione. Y estas instituciones deben ser
pagadas, deben ser protegidas por la ley” (Popper, 1973: 170).
Respecto de (b) es menester identificar mediante un ejercicio de prognosis
(con un sentido diferente a la intención profética del historicismo) aquellos
procesos infaustos de represión política que eventualmente podrían impedir la
investigación, la divulgación, las publicaciones y el dialogo científico. Al respecto
Popper escribe “¿Como podríamos detener el progreso científico? Cerrando o
controlando los laboratorios de investigación, cerrando o controlando las
revistas científicas y otros medios de discusión, suprimiendo los congresos (...) y
las universidades, suprimiendo los libros, las imprentas, la palabra escrita y por
fin la palabra hablada (...) son todas instituciones sociales. El lenguaje es una
institución social sin la cual el progreso científico es impensable. Escribir es una
institución social y también lo son las organizaciones de imprenta y publicación
y todos los otros instrumentos institucionales del método científico” (Popper,
1973: 169).
En términos generales el racionalismo crítico presume que el requisito
de la libertad solo es expresable a través del dialogo abierto, el debate crítico y
una institucionalidad democrática amplia: la Sociedad Abierta. Con todo, no
solo el debate científico debe estar inspirado y condicionado a los axiomas de
la libertad, sino que todo el proceso histórico de una sociedad pluralista debe
fundar su desarrollo en ella. En tal sentido, la teoría popperiana, muy a pesar
de sus críticos, ya consignaba la dimensión del sistema social en el desarrollo
de la ciencia, dimensión eso si, orientada al resguardo que la estructura política
le otorga a las instituciones académicas y de investigación científica, lo que no
significa confundir la subdeterminación de la verdad científica –epistémica o
gnoseológica– a factores socioculturales o psicosociales –como lo suponen las
teorías de Koyre o Kuhn–. En tal sentido, es oportuno aclarar que desde la óptica
de Popper, la objetividad del conocimiento sigue siendo un elemento técnico y
cristián ortega / sobre la incompatibilidad indeterminismo-libertad en el…
no un producto social, pese a que la labor crítica de los científicos, la discusión
y el debate se amparen en las condiciones institucionales de un sistema político
democrático y abierto.
Indeterminismo, Anti-Historicismo y Libertad
El historicismo es la doctrina
que supone la posibilidad de
algunas teorías de predecir
dogmáticamente el futuro, o en
su efecto, profetizar el curso de
los acontecimientos venideros;
acto cognoscitivo que realiza
mediante el descubrimiento de
las leyes naturales del devenir
histórico, o en su efecto, leyes del
porvenir del mundo, la cultura o
la sociedad.
9
El argumento epistemológico en favor del indeterminismo –inaugurado
en virtud de las consecuencias epistemológicas que generó la física cuántica–
establece que no existe (en el mundo) teoría alguna capaz de anticipar, en su
integralidad, el desarrollo y comportamiento de los hechos, sean éstos naturales,
psicológicos o sociales. Ello significó, exponer las limitaciones predictivas
de la física post newtoniana y por consiguiente, evidenciar (con inusitada
sorpresa para el positivismo) que otras ciencias y disciplinas –incluidas las
sociohistóricas– estaban aún más limitadas en su aspiración de determinar
(proyectar) predicciones dogmáticas, integrales o definitivas; constatación que a
su vez implicó dar por liquidada las pretensiones teóricas de las ciencias sociales
fundamentadas en el historicismo9. En otras palabras desde la critica popperiana,
las teorías científicas, independiente de su configuración estructural (conceptos,
información empírica, contenido teórico y fundamentación metateórica), de su
objeto (físico, social, biológico) y método, estarían imposibilitadas de arrogarse
la cualidad de determinista respecto de lo que pretenden explicar, comprender o
predecir. Con todo, es posible resumir el surgimiento del concepto de libertad de
Popper, a partir de dos argumentos:
A raíz de la consecuencias teóricas, epistemológicas y cosmogónicas que
arrojó la crítica realizada al modelo newtoniano –esto es, la inauguración de la
física y mecánica cuántica– se generó un pesimismo en la capacidad de control y
manipulación de la realidad (cualquiera fuera la naturaleza de ésta), que trasuntó,
primero, en el cuestionamiento de la propia ciencia y, segundo, en la emergencia
de visiones metodológicas menos pretenciosas y más simples. Sin duda que la
crítica popperiana, re-fundamento el nuevo realismo científico inaugurado por la
física cuántica, basado éste, en la crítica a la cualidad de absoluto de los conceptos
de tiempo y espacio. Evidentemente que las críticas al realismo newtoniano y
al determinismo científico son coherentes para presuponer una lógica de la
libertad.
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En razón de las críticas epistémicas y políticas que Popper desarrollo en
contra del Historicismo; tesis vertidas en la “La miseria del historicismo” y “La
sociedad abierta y sus enemigos”, ambas obras publicadas en 1945. Junto, y
como correlato lógico al cuestionamiento del modelo newtoniano, el concepto
de poder racional –omnipresente en administración y planificación política–
será, a la luz de Popper, objeto de severas críticas, que mermaran, al igual que en
la ciencia, sus pretensiones absolutistas.
Lo anterior, implicó dos perspectivas: una desde el punto de vista del
conocimiento y la otra desde el punto de vista de la política. En ambos casos las
diferencias son mínimas y obviamente están estrechamente conectadas.
Desde el punto de vista del conocimiento, libertad, supone la capacidad
humana de crear e inventar, esto es, el uso de la imaginación al servicio de la
ciencia, en tanto pilar fundamental para la generación constante de nuevas y
más completas teorías (Popper, 2002). Para Popper, ello constituye la base de
su teoría psicológica del conocimiento cuya tesis principal es que la generación
del conocimiento requiere de un estado individual (y moderno) de libertad que
promueva tanto el amor por el conocimiento, como la dedicación especial por
crear e inventar nuevas teorías. Para ello se requiere de condiciones sociales y
políticas que valoren el dialogo abierto tanto en la práctica científica como en la
acción política.
Por otra parte, el concepto de libertad se cierne bajo la crítica que
el racionalismo crítico dirigió en contra del inductivismo y el principio de
causalidad. La crítica a la causalidad, supone que ninguna teoría científica posee
la capacidad de determinar a priori, predecir o profetizar, el curso futuro de
los hechos, aún pese a la aplicación del principio de dar razón10, que implica
identificar las condiciones previas que condicionarían la capacidad de predicción
de una teoría (Popper, 1994). La consecuencia principal de la crítica al principio
de causalidad, fue la de establecer que las teorías no poseen la capacidad de
determinar, a cabalidad, explicaciones predictivas –incluidas aquellas que se
basan en criterios de probabilidad estadística–. En este mismo sentido, la física
cuántica inauguro el criterio epistemológico que niega a las teorías científicas
generar algo parecido a una ley natural (Popper, 1994), lo que implica, negar
a las teorías la capacidad de presagiar cierta regularidad en el comportamiento
futuro de los hechos. En otras palabras, los hechos del mundo no responderían
10
Procedimiento
metodológico que implica
identificar los factores que
sustentan la predicción
y/o prognosis explicativa.
Ello constituye un paso
fundamental para configurar
la tesis determinista de la
ciencia, de la cual Popper es
un ferviente crítico (Popper:
1994).
cristián ortega / sobre la incompatibilidad indeterminismo-libertad en el…
a ningún tipo de condicionamiento, que hiciera conjeturar, alguna estructura
en su composición o desarrollo –cuestión que es tan aplicable a los hechos de
la naturaleza como a los sociohistóricos–. Ello generó, a su vez, dos tipos de
consecuencias:
(a) Reafirmar la critica al inductivismo, toda vez que desecha, con nuevos
argumentos, la posibilidad de generar conocimiento verdadero a partir
de identificar regularidades particulares en el desarrollo, curso o acción
de los hechos;
(b) Afirmar que la generación del conocimiento científico, constituye un
proceso que esta, en principio, indeterminado respecto de sujeciones
externas al sujeto cognoscente: si bien es posible identificar y estructurar
elementos previos que posibiliten la capacidad de predecir –esto es el
principio de dar razón– bajo el estrito rigor epistemológico, la capacidad de
predicción es imposible de llevarse a efecto: el mundo es irrepetible y cada
hecho o proceso guarda una existencia única –aún pese al conocimiento
y manejo de sus condicionantes– que imposibilita su reproducción
(Popper, 1994: 2001). Este razonamiento llevo a Popper a suponer que
la libertad humana, primero, no puede poseer condicionamientos preexistentes, toda vez que la tesis indeterminista supone que el concepto de
libertad, es homologable y equivalente a la imposibilidad de determinar
el curso futuro de los hechos; y segundo, que la creación humana, o en
su efecto, la capacidad del ingenio creador del artista o el científico, no
pueden existir en condiciones sociopolíticas que coercione dicha facultad.
En tal sentido libertad política se homologa a libertad de creación, que
a su vez se sustenta, teóricamente, en el supuesto de indeterminación.
En otras palabras: en una sociedad en la cual es posible profetizar los
acontecimientos futuros, no existiría la necesidad de crear o imaginar ni
conocimiento ni nuevas formas de administrar el poder.
Desde el punto de vista político, la conformación el concepto de libertad
se generó en función de la crítica al historicismo o la imposibilidad de predicción
de las teorías sociales, o en su efecto, la imposibilidad de dilucidar a-priori el
curso de la historia. El Historicismo constituye “un punto de vista sobre las
ciencias sociales que supone que la predicción histórica es el fin principal de
éstas, y que supone que este fin es alcanzable por medio del descubrimiento de
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los ritmos o los modelos de las leyes o las tendencias que yacen bajo la evolución
de la historia” (Popper, 1973, 17), asimismo “la doctrina historicista central (…)
afirma que la historia está regida por leyes históricas o evolutivas específicas cuyo
descubrimiento podría permitirnos profetizar el destino del hombre” (1973: 39).
Por el contrario, la critica al Historicismo detalla “que la creencia en un destino
histórico es pura superstición y que no puede haber predicción del curso de
la historia humana por métodos científicos o cualquier otra clase de método
racional” (Popper, 1973: 9).
Desde la lógica del autor, la doctrina historicista niega la existencia de
libertad y la proliferación del dialogo abierto y democrático, por cuanto, las
teorías sociales al estar facultadas para “conocer” a priori el curso futuro de la
historia –incluidos, claro esta, los fenómenos políticos y culturales– niega de
ante mano, la posibilidad de intervención, cambio o transformación en los
acontecimientos pre-escritos por ellas. Bajo el historicismo nada es nuevo y nada
se crea. En tal sentido, la negación cognitiva y política del historicismo, trasunta
en la negación de la naturaleza humana, esto es, la proliferación de sistemas
políticos autoritarios –como los régimen soviéticos o los fascismos de Alemania
e Italia– en tanto, suponen para el desarrollo de la historia y la sociedad un fin
inamovible y eterno, profetizado por una doctrina incuestionable.
No obstante ello, Popper cree encontrar la respuesta para combatir el
historicismo y sus consecuencias políticas: la lógica de su respuesta se inicia con
su fe por el indeterminismo, cuyas tesis fundamental es la de asumir que el
conocimiento científico es una estructura limitada respecto de la predicción de
hechos, fenómenos o acciones, pero que a su vez es abierta para suponer que el
futuro –empírico y epistémico- conforma un arco abierto a múltiples posibilidades
de conocimiento y entendimiento. En efecto, su principal conclusión es suponer
que la generación de nuevas teorías (o en su efecto el desarrollo del conocimiento)
se basa, en lo general, en el nuevo realismo post-newtoniano; en lo particular en
la emergencia de la sociedad abierta y en lo fundamental en la capacidad y/o
condición de libertad para el uso de la imaginación y la creatividad.
Sin duda, que las tesis referidas al indeterminismo y la crítica al historicismo
encajan perfectamente con la teoría del racionalismo crítico, el que a su vez es un
perfecto cimiento para comprender el concepto de libertad, y específicamente, el
de libertad política. Sin embargo, que es lo medular de nuestra hipótesis, desde
cristián ortega / sobre la incompatibilidad indeterminismo-libertad en el…
las tesis del indeterminismo y la crítica al historicismo no es posible articular el
concepto de libertad tal cual lo presume Popper. Según nuestra hipótesis, no
existe entre ellos una relación de eficiencia que nos conduzca a una comprensión
sociopolítica diáfana del concepto. Indudablemente se presenta un error, primero
lógico, por cuanto el indeterminismo nada (incluida la nada misma) debiera
prever o producir; y segundo, teórico-epistemológico, por cuanto el fenómeno
y la noción de libertad (política, ideológica, religiosa, valórica, ética, artística,
etc.) requiere de ciertas pre-condiciones objetivas –sociales, culturales, políticas,
históricas, ideológicas o físicas– para su materialización y/o existencia empírica
–cristalización que obviamente está más allá de la simple expresión ideacional
y/o subjetiva–. La libertad, desde el racionalismo crítico, no debiera por qué
constituir un concepto metafísico o especulativo. Por el contrario y en base a las
propias exigencias del falsacionismo metodológico, el concepto, inevitablemente
debiera contener una configuración empírica y antiesencialista: Popper no es
coherente con su propia exigencia de demarcación y termina traicionándose
mediante un concepto indudablemente metafísico. No obstante ello, bien se
podría contra argumentar que la existencia de la libertad en tanto consecuencia
de la tesis indeterminista, se sustenta en una lógica del azar, toda vez que la
relación, si bien no es expresamente causal, es, sin embargo, coherente con la
posibilidad de un universo abierto-indeterminado, conjetural en su historicidad
y probable en su configuración espacio-temporal; razonamiento que podría,
inclusive, ser coherente con la posibilidad de ser refutado bajo la lógica de la
falsabilidad. En otras palabras, la posibilidad lógica de la libertad –y menos aún
su posibilidad material– no estaría, en principio, determinada por la tesis en
favor del indeterminismo. Lógico, pero desde una visión empirista es ambiguo
y confuso.
Con todo y desde un materialismo teórico blando, el error de Popper
radicó, primero, en suponer que la tesis epistemológica del indeterminismo genera
a larga, libertad intelectual y política: en rigor el indeterminismo sólo debiera
generar incertidumbre respecto del futuro. Segundo, presume que la lógica de
la libertad política se homologa a la lógica de la libertad científica o intelectual:
las precondiciones de una y otra serían, en principio, fenómenos de diferente
naturaleza cuyas lógicas de materialización no ameritan similitudes, ni teóricas
ni empíricas. Ciertamente que desde análisis estructuralistas, bien se podrían
establecer analogías teóricas, sin embargo, desde análisis micro-sociológicos
es evidente que las diferencias, en tanto objeto –que es mi postura entre los
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dos tipos de libertad– implica diferencias teóricas e interpretativas. Y tercero,
Popper conjetura que la libertad es exclusivamente un fenómeno ideacional,
subjetivo o psicológico: Indudablemente que ha excluido el carácter empírico
o contextual de un fenómeno, que si bien es diáfano a la reflexión filosófica,
–y a la psicología cognitiva y cualquier teoría subjetivista– posee, tanto ayer –la
crítica al autoritarismo de década de los ‘40– como ahora –el mundo globalizado
actual– una innegable cualidad fáctica.
Sin duda que la libertad, más allá de la reflexión existencialista,
fenomenológica o relativista, requiere de una reflexión política, que incluya a lo
menos: (a) una análisis desde la perspectiva del poder: ejercicio y administración
del poder en sus formas simbólicas y estructurales; (b) desde una perspectiva
sociológica, toda vez que la concreción social de un estado de libertad requiere
de un análisis que incluya el condicionamiento socio-estructural, en tanto
suponemos que la des-abstracción del análisis conlleva a la identificación de los
procesos materiales e ideológicos que condicionan una definición empírica del
enunciado; y (c) desde una perspectiva histórica que objetive el concepto de
libertad, en tanto proceso particular a cada sociedad, esto es, acotar culturalmente
el desarrollo de ciertos tópicos políticos (no sólo el de libertad) a la realidad de
cada sociedad.
A partir de ello, es posible concluir que Popper poco quería entender
de teoría social, por cuanto, si bien es lógico establecer, desde la exclusiva
abstracción, una relación coherente entre indeterminismo, crítica al historicismo
y –a modo de consecuencia– un estado de libertad; desde la ciencia política
y la sociología, es imprescindible contar con elementos empíricos que no sólo
sustenten la teoría, sino que además, extiendan el horizonte de la explicación
o interpretación en una investigación científica. De ello es posible suponer
que la relación sugerida por Popper, reviste un conflicto epistemológico, toda
vez que, incluso para Popper, la aprehensión y construcción del objeto no
constituye una actividad exclusivamente racional, que se base en la depuración
de una secuencia lógica que es, por una parte causal y, paradójicamente, también
azarosa; contradicción que no justifica suponer que la lógica secuencial entre
los tres elementos, implique necesariamente en la materialización de la noción
de libertad. Indudablemente que desde el racionalismo crítico –y tal vez, desde
otros modelos filosóficos– el tratamiento del concepto sea fructífero en términos
de abstracción, relaciones conceptuales y profundidad discursiva, sin embargo
cristián ortega / sobre la incompatibilidad indeterminismo-libertad en el…
desde las ciencias empíricas, la ampliación conceptual del fenómeno radica en
su carácter multidimensional, o en su efecto, en el diseño que el investigador
(y cada ciencia o disciplina en particular) pueda elaborar para su objeto de
estudio. Ciertamente que las exigencias entre un modelo empírico y un modelo
de crítica filosófica son diferentes, y bien se podría prescindir para el segundo de
un sustento fáctico, más lo que no es admisible desde un, inclusive, empirismo
moderado, es el de establecer que la materialización (o existencia) de la libertad
sea justificada, a través de una lógica del azar. Si así fuese, ¿es posible, bajo el
canon metodológico popperiano, suponer un azar que si bien esta indeterminado,
emerge a su vez, teóricamente, desde la crítica al historicismo y el argumento a
favor del indeterminismo?.
Bibliografía
Feyerabend, Paul. Los Límites de la Ciencia: Explicación, reducción y empirismo.
Ed. Paidós; Barcelona, 1989.
Popper, Karl. La Lógica de la Investigación Científica. Ed. Tecnos; Madrid,
2004.
Conjeturas y Refutaciones: El desarrollo del conocimiento científico. Ed.
Paidós; Barcelona, 1994.
La Miseria del Historicismo. Ed. Taurus-Alianza; Madrid, 1973.
Búsqueda sin término. Una autobiografía intelectual. Ed. Alianza; Madrid,
2002.
La sociedad abierta y sus enemigos. Ed. Paidós; Buenos Aires, 1957.
El Mito del Marco Común: en defensa de la ciencia y la racionalidad. Ed.
Paidós; Barcelona, 1997.
El universo abierto. Un argumento a favor del indeterminismo. Ed.Técnos;
Madrid, 1994.
Conocimiento Objetivo. Ed.Técnos; Madrid, 2001.
Recibido: Marzo 2007
Aceptado: Junio 2007
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