Bendición - Bridges for Peace

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Bridges for Peace
(Puentes para la Paz)
Los Estudios de Israel
Vol. #770807
Agosto 2007
‫ישמף‬
‫אלהים‬
‫כאפרים‬
‫וכמנשה‬
Puentes para la Paz
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La
Bendición
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1
La Bendición
Palabra de Dios habla mucho sobre el tema de la bendición. Dios
bendice a Su pueblo, personas bendicen a Dios, padres bendicen
a sus hijos, Dios bendice eventos, e individuos bendicen a otros.
Obviamente, Dios el Creador sabía lo que profesionales de la salud
nos dicen hoy día: una de las necesidades más básicas del ser
humano es la necesidad de ser afirmado o bendecido.
En este Estudio de Israel, me gustaría explorar el concepto de
la bendición. Quiero comenzar con lo que posiblemente sea la bendición
bíblica más conocida, la bendición sacerdotal de Aarón. “El SEÑOR te
bendiga y te guarde; el SEÑOR haga resplandecer su rostro sobre ti, y
tenga de ti misericordia; el SEÑOR alce sobre ti su rostro, y te dé paz”
(Num. 6:24-26). A medida que usted lea este estudio, sienta la confianza
de que Dios le desea bendecir, y siéntase confiando en bendecir a Dios y
a quienes Él ponga en su vida.
El Poder de las Palabras
Las palabras tienen gran impacto sobre nuestras vidas. Recuerdo que
de niña, yo escuchaba la frase: “Palos y piedras mis huesos romperán,
pero las palabras nunca me tocarán.” Ahora de adulta, me doy cuenta de la
falsedad de esa frase. Los huesos pueden sanarse mucho más fácilmente
que las heridas emocionales. Las heridas causadas por palabras cortantes
pueden lastimar a un individuo por el resto de su vida. De igual forma,
alguien que nos hable palabras de ánimo, o que hable bien de nosotros,
puede transformar nuestras vidas muy positivamente.
Mientras crecía, yo era la pequeña ayudante de papá. Éramos una
familia evangelística, y la pasábamos viajando desde un extremo de Norte
América hasta el otro. Siempre había mucho que hacer: abrir o cerrar
nuestra caseta de remolque, cambiar llantas, enviar cartas informativas por
correo, organizar el equipo audiovisual para las presentaciones, manejar
la mesa de venta de libros, y asistir en tareas de oficina. Frecuentemente,
mi papá me decía: “Becky, eres una trabajadora muy buena.” Hasta el
día de hoy, sé que soy una trabajadora buena. Esas palabras me
han animado hasta el día de hoy. Por otro lado, conozco personas
cuyos padres les decían repetidamente que eran feos, inservibles y
fracasados. Ellos llegaron a creer esas cosas de sí mismos y, ahora
de adultos, luchan para contrarrestar esa auto-imagen negativa.
Letras forman palabras
que bendicen
o palabras que . maldicen.
Escoja con cuidado cuáles utilizará.
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Los Estudios de Israel • Agosto 2007
Nuestras lenguas tienen la habilidad de bendecir o maldecir a
quienes nos rodean, especialmente a quienes más amamos. Las
Escrituras dicen mucho acerca de eso: “Así también la lengua es
un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de grandes cosas...
Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a
los hombres, que han sido hechos a la imagen de Dios; de la misma boca
proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así”
(Sant. 3:5, 9-10). “Muerte y vida están en poder de la lengua...” (Prov.
18:21a). “Hay quienes hablan como dando estocadas de espada; mas la
lengua de los sabios es medicina” (Prov. 12:18, Reina-Valera).
Dios nos ha llamado para usar nuestra lengua para bendecir
a otros. “...no devolviendo mal por mal, o insulto por insulto, sino más
bien bendiciendo, porque fuisteis llamados con el propósito de heredar
bendición” (1 Ped. 3:9).
Las Bendiciones de Dios
Desde el principio, Dios demostró que siempre tenía el deseo de
bendecirnos. En la narrativa de la creación, vemos los primeros ejemplos
de la bendición de Dios. “Y Dios los bendijo, diciendo: Sed fecundos
y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y
multiplíquense las aves en la tierra...Creó, pues,
Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios
lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios
y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad
la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los
peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre
todo ser viviente que se mueve sobre la tierra”
(Gén. 1:22, 27-28).
Fíjese que vemos aquí un elemento de
multiplicación cuando Dios bendice. También
vemos la multiplicación cuando Yeshúa (Jesús)
bendijo los panes y los peces. La Escritura dice que “...tomó
los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo los
alimentos, y partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos
a la multitud” (Mat. 14:19b).
Sed fecundos
y multiplicaos,
y llenad las
aguas en los mares,
y multiplíquense
las aves
en la tierra.
Cuando los hijos de Israel se preparaban para entrar a la Tierra
Prometida, Dios les ofreció la oportunidad de decidir qué calidad de vida
querían. Moisés les dijo que escogieran entre la obediencia, que resultaría
en su bendición, o la desobediencia, que resultaría en su maldición.
Encontramos una lista de esas bendiciones en Deuteronomio: “Bendito
serás en la ciudad, y bendito serás en el campo. Bendito el fruto de tu vientre,
el producto de tu suelo, el fruto de tu ganado, el aumento de tus vacas y las
crías de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa. Bendito serás
cuando entres, y bendito serás cuando salgas” (Deut. 28:3-6). Dios es un
Dios de bendición, y desea bendecir nuestras vidas con todo tipo de bien, y nos creó según
Su imagen para bendecirle a Él y a los que nos rodean.
Bendiciones Patriarcales
Unos años atrás, mi esposo Tom fue a América para estar con su padre, quien
se encontraba muy enfermo. Tom sabía que podría ser la última vez que lo viese
vivo. Papa Brimmer se desgastaba rápidamente. Dormía casi todo el tiempo, y
casi no se podía comunicar. Tom había estado leyendo acerca de la bendición
patriarcal en la Biblia, y tenía el profundo deseo de que su padre lo bendijera.
Tan pronto despertó su papá, Tom le pidió la bendición. Le dijo: Papá, es posible
que necesites un tiempo para pensarlo, pero realmente deseo que me bendigas.”
Tom se sorprendió cuando respondió de inmediato: “No necesito pensarlo. Estoy
listo para hacerlo ahora.” Luego, Tom anotó cada palabra de la bendición de su
padre. Papá Brimmer nunca recuperó de su condición, y ya lleva varios años de
estar con el Señor. Sin embargo, sus palabras de bendición todavía animan y
fortalecen a Tom.
Poco tiempo después, mi hermana Sandy y yo fuimos a ver a nuestros padres,
y les dijimos: “El papá de Tom le dio la bendición, y nosotras queremos que
ustedes también nos den su bendición. Ellos escribieron su bendición especial,
y valoramos esos manuscritos como a un tesoro. Yo guardo la mía sobre mi
escritorio, donde la puedo leer a menudo. Mi papá recién falleció este verano, y
esa bendición es aún más preciosa ahora.
Tom & Becky Brimmer
Padres, abuelos, tíos y tías, ustedes tienen el asombroso privilegio de impartir
bendición a la vida de sus familiares. Le animo a que escoja bendecirles en lugar
de maldecirles. Estará haciendo una inversión incalculable en cuanto a la salud
y bienestar de su familia por toda la eternidad.
La Bendición
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Bendiciones en la Vida Judía
La palabra hebrea para “bendición” es b’rajá (‫)ברכה‬, derivada de la raíz (‫)ברכ‬,
que significa bendecir, adorar, postrar en adoración. Esa raíz y sus derivados
aparecen 415 veces en la Biblia. En hebreo, bendecir también implica ser investido
de poder para alcanzar el éxito, la prosperidad, la fecundidad y una larga vida. Rolf
Garborg, en su libro titulado ‘The Family Blessing’ (La Bendición Familiar), ofrece
la siguiente definición: “La acción intencional de impartir el favor y el poder de
Dios a una vida a menudo es acompañado por el gesto de la imposición de
manos sobra la persona. Ese es el tipo de bendición usado por Isaac con su
hijo Jacob, y a su vez por Jacob con sus hijos. Es el tipo de bendición que
usó Jesús con Sus discípulos (Lucas 24:50) y con los niños.”
‫ישמף‬
‫אלהים‬
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‫וכמנשה‬
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Dios te
haga como
a Efraín
y Manasés
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Los Estudios de Israel • Agosto 2007
En el judaísmo, hay una bendición para todo. Las primeras palabras
siempre son las mismas: “Baruj atá Adonai Eloheinu Melej ha olam,” que
literalmente significa “Bendito seas Tú, Señor y Dios nuestro, Rey del
universo.” El ciclo de vida es marcado por eventos especiales que traen
bendición. El año contiene ciertas fiestas bíblicas, cada una con su
propia bendición. La semana es coronada con la bendición del shabat
(sábado), y el día se divide en tres servicios de oración en que el
judío ortodoxo bendice a Dios. Entre medio de esos tres servicios,
bendice a Dios por casi cualquier persona o cosa que le acontezca.
Eso incluye bendecir a Dios por los placeres recibidos de la comida,
la bebida, el olfato y otros sentidos, al escuchar alguna buena
noticia, al presenciar una tormenta eléctrica, al ver las maravillas
de la naturaleza, al comprar una casa o ropa, etc. También hay
bendiciones para demostrar que ciertas
prácticas religiosas son por ordenanza
divina, y para expresar la idea de que
todos los eventos privados en la vida,
sean trágicos o alegres, provienen de Dios
(Birnbaum).
Los padres judíos (y a veces las
madres) ponen sus manos sobre los
hijos durante la cena de shabat para
bendecirlos. Declaran sobre el varón:
“Dios te haga como a Efraín y Manasés”
(Génesis 48:20), y sobre la niña: “Dios
te haga como a Sara, Rebeca, Raquel y
Lea” (Rut 4:11). Terminan con la
bendición sacerdotal. También hacen
esa bendición durante el momento de la
boda de su hijo o hija, y cuando están
cerca de la muerte. Cuando aún viven
los abuelos, es tradicional recibir sus
bendiciones también, especialmente en
Yom Kipur, o Día de Arrepentimiento,
y antes de la ceremonia nupcial
(Enciclopedia Judaica).
Cada cena de shabat, el padre de la
familia también bendice a su esposa,
incluso frente a todos los huéspedes
e hijos, con el Eshet Jayil, pasaje de
la mujer virtuosa de Proverbios 31.
Cuando una pareja judía se casa, parte
integral de la ceremonia son las Siete
Bendiciones recitadas por familiares y
amistadas cercanas.
.
.
1. Bendito seas, Señor nuestro Dios, soberano del mundo, quien creó todo para Su gloria.
2. Bendito seas, Señor nuestro Dios, soberano del mundo, creador del hombre.
3. Bendito seas, Señor nuestro Dios, soberano del mundo, quien creó el hombre a Su imagen, según Su semejanza, y proveyó para perpetuar su género. Bendito seas, Señor nuestro Dios, creador del hombre.
4. Que la ciudad estéril se regocije y se alegre con la feliz reunión de sus hijos. Bendito seas, Señor, quien hace que Sion se regocije con sus hijos.
5. Que la pareja amorosa se alegre, así como alegraste Tu creación en el Jardín del Edén hace tanto tiempo atrás. Bendito seas, Señor, quien hace que el novio y la novia se alegren.
6. Bendito seas, Señor nuestro Dios, soberano del mundo, quien creó el gozo y la celebración, el novio y la novia, el regocijo, el júbilo, el placer y el deleite, el amor y la hermandad, la paz y la amistad. Que pronto se escuche, Señor nuestro Dios, en las ciudades de Judea y las calles de Jerusalén, el sonido del gozo y los sonidos de celebración, la voz del novio y la voz de la novia, los gritos jubilosos de los novios en su boda y de jóvenes en sus fiestas de canto. Bendito seas, Señor, quien hace que el novio y la novia se regocijen juntos.
7. Bendito seas, Señor nuestro Dios, soberano del mundo, creador del fruto de la vid.
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Durante el funeral judío, acostumbran hacer una bella oración llamada
kadish, frecuentemente llamada la oración de luto. Es interesante notar que
la oración no enfoca al enlutado ni al que acaba de morir, sino que se centra
totalmente en Dios.
Glorificado y santificado sea el exaltado nombre de Dios en todo el mundo,
al cual ha creado según Su voluntad.
Que establezca Su reino durante el tiempo de tu vida y durante tus días, y
de toda la casa de Israel, rápidamente y pronto; y digan todos, amén. Que
Su exaltado nombre sea bendecido para siempre y por toda la eternidad.
Bendecido y alabado, glorificado y exaltado, elogiado y honrado, adorado
y loado sea el Nombre del Santo Dios, bendecido sea, más allá de toda
bendición y cántico, adoración y consolación que jamás se exprese en este
mundo; y todos digan, amén.
Que haya abundante paz desde el cielo, y vida para nosotros y todo Israel;
y todos digan, amén.
El que hace la paz en los lugares celestiales, que traiga la
paz a nosotros y a todo Israel; y todos digan amén.
En la cultura judía, cuando una persona fallece, se menciona su nombre
seguido por la frase, “de bendita memoria.” Mi padre, el Dr. David Allen
Lewis, de bendita memoria, falleció el 2 de junio. Durante su funeral,
muchos hablaron acerca de cómo les había bendecido. Recibimos muchas
flores, cartas y tarjetas expresando cuánta bendición había sido mi padre
durante su vida. Mi hermana y yo preparamos libros conmemorativos para
nuestra madre, sus hijos y sus nietos. Esos libros cuentan la historia de una
vida bendecida, y así continúa bendiciendo a otros, aunque haya dejado este
mundo y ahora disfruta su recompensa celestial.
La Bendición
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La Bendición Sacerdotal
En tiempos bíblicos, los sacerdotes daban su bendición
cada mañana. Abraham Chill, autor del libro The Mitzvot
(Los Mandamientos), lo describe así: “Los sacerdotes subían
a la plataforma, levantaban sus manos sobre las cabezas y
extendían sus dedos de la manera tradicionalmente prescrita.
El sumo sacerdote no levantaba sus manos más arriba de su
frente, donde tenía el ‘tzitz,’ la mitra donde estaba grabado
el nombre de Dios…En el Templo, el Tetragrámaton, la
palabra de cuatro letras que componía el nombre de Dios
[ ‫]יהוה‬, era empleado durante la Bendición Sacerdotal, eso es,
se pronunciaba según estaba escrito. Fuera del
Templo, era prohibido pronunciar el nombre de
Dios. Sólo se pronunciaba como ‘Adonai.’”
www.israelimages.com/Hanan Isachar
Al día de hoy, el pueblo judío pronuncia la
bendición sacerdotal en los servicios de sinagoga
y en situaciones familiares. El nombre de Dios
[ ‫ ]יהוה‬no lo pronuncian en lo absoluto. Muchos
cristianos pronuncian ese nombre sagrado de Dios
como Jehová o Yahvé, pero eso incomoda mucho
a los judíos. Ellos simplemente dicen Adonai
(Señor) o HaShem (El Nombre). El Tetragrámaton
no ha sido pronunciado en tanto tiempo que creen
que la manera correcta de hacerlo ha quedado en
el olvido.
¿A Quién Bendice Dios?
Hay muchos lugares en la Biblia donde leemos que Dios
bendice a la gente en base a sus decisiones. “El bendecirá a
los que temen al SEÑOR, tanto a pequeños como a grandes”
(Sal. 115:13). La palabra traducida aquí como “temer” viene
del hebreo yiré [‫]יראה‬, lo que implica miedo, terror, respecto,
reverencia y piedad.
En este mundo moderno, a menudo nos acercamos a
Dios de manera muy casual, como si fuera nuestra “pana.”
Sí, Dios quiere que tengamos una relación de confianza con
Él, pero de ninguna manera estamos a nivel de igualdad. No
debemos perder nuestro asombro ante el Poderoso Creador,
quien siempre debe ser reverenciado. Nuestras acciones
entonces van a reflejar si le tememos verdaderamente o no.
Isaías 66:2 dice que Dios mira con favor al “que tiembla
ante mi palabra.”
“Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día del
mal el SEÑOR lo librará” (Sal. 41:1). En Puentes para la Paz,
diariamente ministramos a los pobres, y reclamamos esa
promesa del Señor por la fe. ¿Cuántos buenos cristianos
no miran al otro lado cuando ven un mendigo en la calle,
sin responder en su auxilio, y quizás hasta piensan que su
pobreza es por culpa propia?
“¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en
el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los
pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino
que en la ley del SEÑOR está su deleite, y en su ley medita
de día y de noche!” (Sal. 1:1-2). Dios también bendice a los
que aman Su Palabra y dedican valioso tiempo en leerla,
meditar en ella y aplicarla.
“Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos
habiten juntos en armonía…Es como el rocío de Hermón, que
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Los Estudios de Israel • Agosto 2007
unidad
desciende sobre los montes de Sion; porque allí mandó
el SEÑOR la bendición, la vida para siempre” (Sal.
133:1, 3). La bendición de Dios se hace presente
cuando habitamos en unidad y armonía unos con
otros. A la inversa, cuando estamos en discordia,
no podemos esperar que Dios bendiga nuestras
vidas. Pero las bendiciones de Dios están accesibles
a nosotros. La decisión está en nuestras manos.
Si decidimos temerle, obedecer Sus mandamientos
y pasar tiempo con Él en oración y en la Palabra,
amarle y amarnos los unos a los otros, Él
promete bendecirnos.
Bendigamos a Israel
Dios prometió a Abraham, el primer hombre hebreo, que
bendeciría a quienes lo bendigan y maldeciría a quienes lo
maldigan (Génesis 12:3a). Vemos que esa promesa está en efecto
hoy día. Las naciones y los individuos que bendicen a Israel
disfrutan de bendiciones espirituales y materiales. Cuando Tom y
yo primero solicitamos sostén económico para nuestro ministerio en
Israel, una familia comenzó a apoyarnos. Ese matrimonio tenía muchos
hijos y poco dinero, pero decidieron bendecirnos mensualmente porque
creían en esa promesa. Luego de un año, nos escribieron y dijeron que
antes casi no les alcanzaba su limitado salario, pero que desde que
comenzaron a dar para bendecir a Israel, se asombraron de la forma
en que Dios les bendijo financieramente. Hemos escuchado ese
tipo de testimonio muchas veces, porque Dios verdaderamente
bendice a quienes bendigan a los hijos de Abraham. El Salmo
122:6 dice: “Orad por la paz de Jerusalén: Sean prosperados los
que te aman.” ¿Recuerda la historia de Balaam? Él era un profeta
que trató de maldecir a Israel, pero Dios sólo le permitió bendecirlo. De
hecho, Balaam declaró la misma promesa de Dios a Abraham: “Benditos
los que te bendigan, y malditos los que te maldigan” (Núm. 24:9b). Decida
bendecir a Israel, y usted también experimentará la bendición.
Bendiga al Señor
La Biblia está repleta del mandato, “bendecid al Señor.” Nuestras vidas deben
ser caracterizadas por nuestra alabanza, adoración y exaltación del Señor, el Dios
Todopoderoso. Mucha música cristiana nos ayuda a alabar y adorar a Dios. Tales
canciones son realmente oraciones a Dios, al igual que los Salmos: “Te exaltaré mi
Dios, oh Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. Todos los días te
bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre. Grande es el SEÑOR, y
digno de ser alabado en gran manera; y su grandeza es inescrutable…SEÑOR, tus
obras todas te darán gracias, y tus santos te bendecirán. La gloria de tu reino dirán, y
hablarán de tu poder” (Sal. 145:1-3, 10-11).
poder
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La Bendición
7
Aplique esas Verdades
Hoy,
!
escoja
y
abundante
bendición
vida!
Todos tomamos decisiones a diario.
Decidimos bendecir o maldecir a nuestros
seres queridos por nuestras palabras.
Determinamos ser una bendición en sus
vidas, o los herimos insensible y egoístamente.
Decidimos vivir una vida reverente a Dios,
o vivimos una vida irreverente. Decidimos
obedecer a Dios o desobedecerle. Decidimos
adorarlo de todo corazón o simplemente
de boca. Decidimos bendecir a Israel o
maldecirlo.
En Deuteronomio 27 y 28, leemos acerca
de la opción que Dios dio a los hijos de
Israel para escoger entre la bendición o la
maldición. Dios les describió claramente
cuáles serían los beneficios de la bendición
y las consecuencias de la maldición. Aún
hoy día, tenemos esa misma opción. Escoja
la bendición y la vida abundante. Nunca es
tarde escoger los caminos de Dios. Aún si
ha tomado unas decisiones equivocadas,
usted puede tornar atrás. Dios es siempre
el Dios de segundas oportunidades. Escoja
Sus caminos y comience a caminar en Sus
bendiciones.
Por Rebecca J. Brimmer,
Presidenta Internacional y CEO
.
Bibliografía
Bally, Sherlock. Establishing Generational Blessings, Rhine, Georgia: Sherlock Bally Ministries, 2007.
Birnbaum, Philip. Encyclopedia of Jewish Concepts, Rockaway Beach, New York: Hebrew Publishing, 1993.
Cardozo, Arlenee Rossen. Jewish Family Celebrations, New York: St. Martin’s Press, 1982.
Chill, Abraham, The Mitzvot, The Commandments and Their Rationale, Jerusalem, Israel: Keter Books, 1990.
Donin, Rabbi Hayim Halevy. To Be a Jew, New York: Basic Books, 1972.
——. To Pray As a Jew, New York: Basic Books, 1980.
Encyclopaedia Judaica, 2nd edn., 22 vols., New York: MacMillan Reference USA, 2006.
Garborg, Rolf. The Family Blessing, Tulsa, OK: Harrison House, 2001.
Harris, R. Laird; Archer, Gleason L. Jr; Waltke, Bruce K. Theological Wordbook of the Old Testament, Chicago: Moody Bible Institute, 1980.
Heller, Abraham Mayer. The Vocabulary of Jewish Life, New York: Hebrew Publishing, 1942.
Strand, Robert. The B Word, the Purpose and Power of the Blessing, Mobile, Alabama: Evergreen Press, 2005.
Wilson, Marvin R. Our Father Abraham: Jewish Roots of the Christian Faith, Grand Rapids, MI: William B. Eerdmans Publishing, 1989.
Traducido por: Teri S. Riddering
Las citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMÉRICAS. Derechos Reservados
©1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation. Usada con permiso, www.LBLA.com .
M
8
uchos pastores, maestros bíblicos y personas laicas han escrito preguntando si pueden utilizar estas
notas para sus mensajes y clases. La respuesta es un enfático, ¡sí! Por tal razón enviamos estos Estudios de Israel. Es mi esperanza que la información contenida en ellos pueda ser dise-minada vez tras
vez, ya sea oralmente o por medio de copias fotostáticas. “Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén
la palabra de Jehová.” (Is. 2:3)
Los Estudios de Israel • Agosto 2007
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