PREVENCIÓN DE TRASTORNOS PSICOSOCIALES

Anuncio
Título: PREVENCIÓN
ADOLESCENCIA
DE
TRASTORNOS
PSICOSOCIALES
EN
LA
Autor: Prof. Dra. Carmina Saldaña
Universidad de Barcelona
Introducción
Los problemas de los adolescentes son el primer paso hacia la prevención y la forma
mas adecuada para evitar consecuencias que algunos casos podrían ser nefastas .La
adolescencia es una etapa en la que los chicos y chicas son mas vulnerables ante
diferentes problemas que, d no abordarse, podrían ser causa de gran malestar y
sufrimiento.
El objetivo de esta obra es proporcionar a los profesionales en contacto con los
adolescentes una guía d detección y actuación en problemas tales como la ansiedad y las
fobias, la depresión, los trastornos del comportamiento alimentario, la conducta
antisocial, el consumo de drogas y la delincuencia, la esquizofrenia y los trastornos de
personalidad.
La autora ofrece su experiencia en ele estudio y tratamiento psicológico de los
problemas que afectan a los adolescentes para que educadores, psicopedagogos y
psicólogos puedan detectarlos y prevenirlos en el aula.
Desarrollo
Adolescencia etapa de vulnerabilidad y riesgos
Los adolescentes constituyen un subgrupo poblacional muy importante desde la
perspectiva de salud pública porque su estado de salud, su comportamiento y sus
hábitos actuales, tendrán una enorme repercusión en su estilo de vida y salud futura.
La edad de la adolescencia es en sí misma, un período de especial vulnerabilidad. La
inestabilidad emocional con sus cambios bruscos de humor, el predominio de la acción
sobre la reflexión, el preceptismo y la preferencia por la gratificación inmediata tienen
una gran importancia. Igualmente la minusvaloración de las consecuencias futuras de su
conducta, cierto sentimiento de invulnerabilidad, el rechazo de los patrones de
pensamiento asociado a la niñez, que conlleva además el rechazo a las normas adultas
explicadas por unas nuevas necesidades de autoconstrucción y autoafirmación, hacen de
esta etapa de la vida un momento especialmente crítico para el desarrollo de conductas
de riesgo, problemas y trastornos del comportamiento.
Durante esta época de la vida, se logra un importante crecimiento y desarrollo físico y
se alcanzan los objetivos psicosociales necesarios en la evolución del adolescente a la
edad adulta como son: adquirir una independencia respecto a los padres, tomar
conciencia de la imagen corporal y aceptación del cuerpo, relación con los amigos
(intimidad) así como adopción de estilos de vida y establecer una identidad sexual,
vocacional, moral y del yo.
Ante una determinada conducta se debe valorar, la edad, nivel de desarrollo, el contexto
y la frecuencia. Lo que es normal en un estadio puede no serlo en otro, así un
adolescente en la fase tardía de la adolescencia, no debe tener dificultad para ser
independiente de los padres y amigos. La evaluación del desarrollo y de la conducta se
realizará viendo el funcionamiento del joven en casa, escuela y con los amigos y si ha
ido adquiriendo los diferentes objetivos con un adecuado apoyo del entorno. Si esto no
ha sido así, pueden desarrollarse muchos problemas: alteración del comportamiento, de
la personalidad, depresión, e ideas suicidas entre otras.
Es necesario tener en cuenta que la adolescencia no es una época de “psicopatología
normal”, los problemas psicológicos y del comportamiento deben ser tratados con la
misma gravedad que los de niños y adultos y el “ya se le pasará, es propio de la edad”
no es una respuesta adecuada por parte del profesional.
¿En qué consisten los trastornos del comportamiento?
Se considera que un adolescente sufre un trastorno del comportamiento cuando presenta
un patrón de conducta por el que vulnera los derechos de otras personas así como las
normas de convivencia y/o reglas socialmente aceptadas para su edad. Generalmente
son comportamientos muy difíciles de manejar para las personas cercanas en su entorno
y conducen a un deterioro progresivo y significativo tanto a nivel personal,
escolar/laboral y de relación con el entorno.
Los trastornos del comportamiento comprenden un amplio abanico de conductas que
van desde la desobediencia y mentira hasta el robo e incluso el homicidio. Incluyen tres
aspectos importantes: desafío a la autoridad, agresividad, y violación de los derechos de
la gente, propiedades y personas.
Es importante tener presente que ninguno de estos aspectos por ejemplo el desafío a la
autoridad, son propiamente patológicas por sí mismas; últimamente se están observando
también en clases medias altas. En preadolescentes, los Trastornos de comportamiento
son 5 veces más frecuentes en niños que niñas, aunque en la adolescencia los
porcentajes se igualan. Una posible explicación es que los instrumentos de medida
tienen más en cuenta síntomas característicos de los chicos, como agresividad explícita,
que los modos de actuar femeninos como la agresividad encubierta (falsos testimonios,
rumorear, humillar) y de esta forma se pueden tener una falsa apreciación de que los
Trastornos de comportamiento son más frecuentes en los niños durante la infancia.
Los trastornos del comportamiento pueden ser un trastorno en sí mismos, presentándose
como una entidad psiquiátrica aislada, o ser un síntoma que acompaña a otros
trastornos: trastorno por déficit de atención con hiperactividad, patrón alterado de
apego, trastorno emocional: depresión, ansiedad, trastorno de personalidad entre otras.
Actualmente los TC constituyen el problema más frecuente de demanda de atención en
los centros de salud mental de niños y adolescentes y son también objeto de atención
por parte de instituciones educativas, judiciales y sociales. El retraso del diagnóstico y
el consecuente retraso del tratamiento son factores que condicionan una peor evolución
del problema, con mayor posibilidad de cronificación. No hay que olvidar que hasta el
40% de los niños con trastornos del comportamiento pueden evolucionar en adultos con
trastorno antisocial de la personalidad.
Según las clasificaciones internacionales y (OMS) se distinguen dentro de los
Trastornos de comportamiento: el trastorno negativita desafiante, y el trastorno disocia
o trastorno de la conducta de hecho, la desobediencia y las conductas destructivas
ocasionales forman parte del desarrollo normal del joven. Por ello el diagnóstico sólo
debería hacerse cuando el comportamiento es persistente y continuo dándose de forma
reiterada en casa y en el colegio o en la comunidad.
Además debe tener una intensidad importante, como para producir una alteración en el
funcionamiento del chico, o ser inadecuado para su edad. Una rabieta en un adolescente
que se acompaña de rotura de objetos, agresividad a personas y pataleos, difícilmente
podrá considerarse normal.
Es esencial establecer el límite entre lo normal y lo patológico.
Se debe evitar atribuir a causas psiquiátricas comportamientos o situaciones que forman
parte de la vida y de procesos de adaptación normales. No todo comportamiento
antisocial justifica una consideración psicopatológica o un tratamiento psiquiátrico. Sin
embargo, no identificar un proceso patológico a tiempo privará al paciente del beneficio
de un tratamiento adecuado con las posibles complicaciones.
Conclusiones
1. Dado la complejidad de los trastornos de comportamiento y sus consecuencias,
es preciso una actuación temprana y un tratamiento multidisciplinar; por parte
del coordinador entre los diferentes recursos asistenciales: educadores, padres,
servicios sociales, psicólogos, y psiquiatras.
2. En conclusión, ya que la familia es un entorno importante para fomentar los
factores de protección su natural capacidad de socialización, la cercanía diaria de
los padres y su motivación para educar a los hijos es de gran importancia.
Bibliografía
1. Steiner H. Practice parameters for the assesment and treatment of children and
adolescents with conducut disorder. American Academy of Child and Adolescnt
Psychiatry. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry 1997; 36 (10 suppl.): 122S-139S.
2. Bolufer-Vigrana N. Trastornos del comportamiento. En: Castellano-Barca G,
Hidalgo-Vicario MI, Redondo Romero AM. Medicina de la Adolescencia.
Atención Integral. Cap 60. Madrid: Ed. Ergon; 2004. p. 430-5.
3. Javaloyes-Sanchís MA, Redondo Romero AM. Trastorno del comportamiento:
Trastorno negativista desafiante, trastorno disocial y otros trastornos del
comportamiento. Curso de formación continuada en psiquiatría infantil. Pediatr Integral
2005; 6: 27-37.
Descargar