TAEKWONDO: LA HAZAÑA OLIMPICA LA HORA DE LOS VALIENTES: RIO 2016 Hemos sido testigos de una nueva gesta olímpica que nos ha hecho felices un rato. Un sueño real. ¡Enhorabuena deportistas! La familia del taekwondo no olvidará tampoco el mes de agosto de 2016. Dos medallas en los Juegos Olímpicos de Río de tres posibles. Gran éxito. Audiencia millonaria. Medio país pendiente de los espectaculares combates donde la aplicación de la tecnología ayuda a mostrar la belleza visual de cada movimiento en esa pista octogonal. Sabemos que es una ocasión especial. Excepcional. Pero demasiada efímera. Eso convierte el solemne acontecimiento en algo aún más destacable. ¡Gracias Eva, Joel y Jesús! Habéis hecho historia por segunda vez. El deporte patrio llevaba acumulando más diplomas que el despacho de un fisioterapeuta y, tras el descontento inicial y el estrepitoso fracaso de los llamados deportes rey, tales como el fútbol, el tenis o el atletismo (con la incombustible cántabra Ruth Beitia y poco más) sólo nos daban un respiro las mujeres como hace cuatro años: Mireia, Lydia, Maialen, Carolina… junto a dos conocidos tenistas profesionales, piragüistas y poco más. Aquella explosión que supuso Barcelona´92 para el deporte español se iba diluyendo como un azucarillo en el agua y contemplábamos con resignación una debacle tras otra, respetando siempre el esfuerzo de los deportistas españoles. Como siempre resignados en la segunda página de la clasificación por países con unas pocas medallas de botín en unos juegos donde no subir al podio constituye un fracaso. Digan lo que digan. Pero no perdíamos la confianza. Se necesitaba dar una patada en la mesa y llegó el momento esperado: la participación de los/las taekwondistas. Casi diez minutos de esfuerzo por combate que disparan la euforia de miles de aficionados y aficionadas. Ese deporte minoritario y desconocido que sale en la palestra televisiva y ocupa páginas enteras en los diarios deportivos sólo y exclusivamente en los juegos olímpicos desde que fue incluido en la carta olímpica hace más de veinte años. Ortega hace casi noventa años hizo una acertada premonición: “el mundo es ciertamente un balón, pero con algo más que aire dentro”. Quiso decir que, además del espectáculo futbolero que se extiende por todos los rincones del universo mundo, hay otra serie de disciplinas culturales y deportivas minoritarias -pero selectas- que tienen también sus practicantes y aficionados. Si entendemos un poco sus reglas básicos éstas llegan a ser tan espectaculares o más que el todopoderoso balompié. …/… …/… De bien nacidos es ser agradecidos y detrás de ese éxito histórico del taekwondo hay decenas de deportistas que ya demostraron años atrás que somos una potencia mundial. Esta siempre en la memoria la medalla de plata lograda por el navarro Gabriel Esparza en Sydney, y aquellas ya lejanas olimpíadas de Seul y Barcelona donde el taekwondo “demostró” a todos estar en lo más alto. Ahora “sólo” hay que esperar otro cuadrienio para que taekwondo y otras disciplinas deportivas den fe de su existencia y que, además, resultan atractivas para el neófito espectador. Los Juegos Olímpicos de Río nos han regalado momentos memorables aprovechando el periodo de asueto veraniego de los futboleros recalcitrantes. Ha sido un efectivo anestésico social. Ese abanico de modalidades deportivas sirve para olvidar momentáneamente el trasiego de los/las políticos de un país que lleva demasiado tiempo gobernado en funciones, además de los diversos problemas que irremediablemente nos agobian a diario. Nos tenemos que quedar con el momento histórico y con la memorable página que han escrito excelentes competidores y competidoras, auténtico ejemplo de superación que más de uno debería de imitar en sus quehaceres públicos. Hay que pensar que esas medallas o preseas (término utilizado por el locutor de TVE) colgadas del cuello en el podio de nuestros deportistas animen a muchos niños y niñas a practicar taekwondo y que sepan que hay algo más que la mejor liga del mundo. Cada modalidad deportiva es apasionante. Se trata de buscarla, encontrarla y disfrutarla en cada momento de la vida. El tiempo pasa demasiado rápido y llegarán los Juegos de Tokio para que las noticias sobre taekwondo se alejen provisionalmente de las esquinadas gacetillas y ocupen un lugar privilegiado en los medios de comunicación con titulares de triunfos ibéricos. Lo malo que sólo será durante unas horas. Abandonaremos resignados ese escaparate universal de deportes para regresar, como castigados, al rincón ya que, desgraciadamente, por estos lares europeos los gustos de la hinchada multicolor no son muy polideportivos que digamos. Ante una oferta tan amplia como atractiva esperaremos un progresivo cambio en el futuro. Estaremos atentos. Alberto Ibáñez 2016