EL PRESAGIO DE LOS BUENDIA BASADO EN LA LECTURA DE “CIEN AÑOS DE SOLEDAD” Escrito por: Maritza Rodezno Carolina Larios ESPAÑOL GENERAL SECCIÓN 1800 Sigo aquí no me he perdido, para mí es el mismo día, la vista se me congela en el vagón del tren, el tren de los recuerdos, los tres mil muertos no son mucha compañía. Sigue siendo el mismo día, bajo la sombra de los árboles perecen mis errores y se me dificulta expresarme, si me quedo aquí un poco más corro el riesgo de convertirme en Amaranta. Paso por el callejón de las begonias donde nada cambia, nada ocurre, sólo se escucha el sonido de las pasiones y se sienten las miradas de la envidia…siguen siendo ellos… Pero las mariposas amarillas van contigo en el aire, ese aire que huele a tristeza; no se ven muchos espacios sólo los pensamientos bajo la cama que provoca la avaricia, la lluvia sólo ocurre, gotea y cae sin reflejos; sin embargo, siguen siendo ellos la estirpe de los Buendía, los que se mantienen de generación en generación los que su nombre muchos heredan. Macondo era su sede, allá en una sierra, invitándome a guerras contra el Estado y a fabricar pescaditos de oro, hasta que pasen cien años, en mi soledad. José Arcadio y Úrsula me incitan a observar el hielo, en aquella soledad que nunca se terminará…Mientras el presagio de que entre la familia, un niño con cola de cerdo nacerá, eso me persigue…