Literatura de la República: El Costumbrismo

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I.E.P. MARÍA DE NAZARET
CAJAMARCA
Literatura de la República: El Costumbrismo
El Perú inició su vida republicana entre constantes guerras civiles. Las épocas de
anarquía se alternaban con los gobiernos caudillistas; por ello, durante los
primeros años de República, el territorio se vio envuelto en un torbellino con sabor
a fervor patriótico; los cantares y coplas pro emancipadoras dieron paso a las
proclamas de caudillos y a los efervescentes oradores, más políticos que literarios.
Dos pensamientos opuestos conviven en la época y se confrontan: el
conservador y el liberal. El primero apostaba por un gobierno fuerte y autoritario;
el segundo, en cambio, pretendía fortalecer las instituciones republicanas.
EL COSTUMBRISMO
Se conoce por costumbrismo a la corriente que intenta reflejar las costumbres
regionales tanto en la literatura como en las demás disciplinas artísticas.
El costumbrismo español aparece teniendo en cuenta el colorido local, lo
pintoresco, con un predominio moral y educativo. Este costumbrismo es el que
pasa al Perú, continuándose con un “Colonialismo literario” como lo llama José
Carlos Mariátegui.
El costumbrismo en el Perú se manifiesta como una reacción a la situación política
y social que se vivía en esos momentos. Se expone lo vivido, la desolación, la
injusticia. Algunas veces en tono indagador, otros nostálgicos y muchas veces
satírico y mordaz.
En otras palabras, el costumbrismo es una corriente intermedia entre el
Neoclasicismo y el Romanticismo que vendría después.
El costumbrismo mantuvo los siguientes rasgos:
- Gusto por los géneros clásicos siguiendo a los autores grecolatinos se
utilizaron la oda y la fábula.
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Intención moralista. Los costumbristas como los neoclásicos buscaron
que la literatura sea un medio de enseñanza; es decir, pretendieron que
sirviera para formar espiritual e intelectualmente a las personas, los
costumbristas tenían una marcada inclinación al juicio crítico.
Y en el Perú –a diferencia de España-está actitud crítica se encaminó
generalmente a través de la sátira o la ironía, y como resultado de la
particular situación político-social que vivíamos, manifestó una tendencia
del realismo.
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Gusto por lo pintoresco. La apreciación del colorido local y las
costumbres y escenas típicas de la región.
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Contraste de atmósfera y situaciones. Mediante estos contrastes podían
cumplir mejor su intención moralista.
Principales escritores costumbristas peruanos:
Los principales escritores costumbristas peruanos fueron: Felipe Pardo y Aliaga,
Manuel Asencio Segura, Narciso Aréstegui, Manuel Anastasio Fuentes y
Flora Tristán.
Nuestra corriente costumbrista tiene varias tendencias:
a) La corriente pasadista (*). Que satiriza el presente con cierta nostalgia del
pasado y con ánimo de formar un gobierno fuerte, frente a la tendencia
parlamentaria de los liberales, como en el caso de Felipe Pardo y Aliaga.
b) La corriente futurista. Presenta desoladamente aspectos del presente, pero
mirando el porvenir con ánimo de superar la realidad dentro de la organización
republicana y democrática, como Narciso Aréstegui.
c) La corriente colorista. Con visión popular de los cuadros típicos de la
sociedad, como Manuel Ascencio Segura. Estas mismas tendencias las ha
clasificado Luis Alberto Sánchez como costumbrista, criollista o anticriollista.
FELIPE PARDO Y ALIAGA
(1806 - 1868)
Reseña biográfica
Don Felipe Pardo y- Aliaga nace en Lima, el 11 de junio de 1806. Sus padres
fueron don Manuel Pardo y doña Mariana de Aliaga. Su padre pertenecía al grupo
de funcionados virreinales Contrarios a la Independencia del Perú, por dicho
motivo, al declararse ésta, la familia Pardo y Aliaga se embarca rumbo a España.
Felipe recibe allá una esmerada educación, siendo discípulo del sacerdote Alberto
Lista, de ideas liberales y afrancesadas. Por este tiempo conocerá a José de
Espronceda y a Ventura de la Vega.
En 1828, terminada su educación, decide regresar al Perú, era el gobierno del
mariscal Gamarra, que había derrocado a La Mar.
Escribe su “Oda de un peruano” al regresar a su patria, poema en el que alaba la
libertad. Colabora con La Miscelánea y se dedica a observar los Sucesos de su
época. Es estudiante de Derecho.
El 6 de agosto de 1829 estrena su obra “Frutos de la educación”, en la cual
censura el baile de la zamacueca por licencioso y atentar contra la moral. Nos
pinta en la obra a una pareja de novios que rompen su compromiso, porque la
novia bailó zamacueca en una reunión social.
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En 1830 ocupa el cargo de secretario de Legación en Bolivia.
Cuando Salaverry toma el poder lo nombra embajador en Bolivia. Ocupa también
misiones diplomáticas en España y Chile.
Luego de la muerte de Salaverry, Pardo y Aliaga es destituido de su puesto por
orden de Santa Cruz, lo que lo lleva a componer una gran cantidad de letrillas y
epigramas en donde lo hace blanco de sus burlas, muchas de ellas son publicadas
en el diario chileno El Intérprete.
De regreso al Perú intenta restaurar el teatro nacional y continúa su fructífera
labor, publicando en El espejo de mi tierra, insertando allí numerosos artículos y
relatos como el Niño Goyito.
Su obra se torna copiosa y variada. Al final de sus días queda ciego y paralítico,
pero continúa creando, dictándole sus apuntes a su hija Paca. Fallece el 24 de
diciembre de 1868.
Reseña literaria
Felipe Pardo y Aliaga se dedica a la literatura desde muy joven, cantándole a la
libertad con juvenil ideal y fervoroso sentimiento nacional, después poco a poco irá
adoptando la sátira como una forma de corregir los defectos que ve en los
momentos que vive el país, y empieza a componer comedias y letrillas, que
resultan una amplia galería de costumbres en donde mostrará su afición por lo
criollo. La sátira se hacía en ese tiempo de una manera muy informal,
generalmente entre amigos, en el café. Pardo la convierte en un género literario,
elegante y clásico.
Un hecho que dejó huella en su espíritu y se manifestó en su obra fue su
participación en la Confederación Perú-Boliviana y el fusilamiento de Salaverry.
Pardo ataca duramente a Santa Cruz por este hecho, letrillas y epigramas son el
vehículo de su sátira, haciéndolo blanco de sus burlas le compone “Jeta del
guerrero”.
“Lleva caballos, cañones;
Lleva cinco mil guanacos;
Lleva turcos y polacos,
Y abundantes municiones;
Pero, lo que más inquieta
Su marcha penosa y larga
es la carga
de su jeta”.
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Su obra demuestra ingenio y talento, sus ideales conservadores se manifiestan en
sito poesías, que aunque satíricas y festivas dejan entrever un dejo melancólico
romántico y agresivo.
El desorden de la administración pública, la mala economía doméstica y los
empleados pedigüeños están presentes en sus letrillas.
“Esto se lo lleva el diablo
el desorden que se nota
no lo ataja ni San Pablo.
La hacienda está en bancarrota.
Y o no sé yo lo que hablo,
o hace este gobierno idiota
del país un cementerio.
Este quiere un ministerio”.
(El ministro y el aspirante)
Su obra en prosa nos muestra una literatura costumbrista de alto valor, su crítica
fina, su lenguaje vistoso demuestra su personalidad.
Destierra de sus obras la palabrería vulgar y la soez expresión.
Sus obras en prosa se pueden agrupar en:
1. Comedias. En donde presenta una selección de personajes y escenas de la
época con una clara Intención moralizadora, poniendo en el tapete el contraste
que existía entre las costumbres tradicionales mantenidas por la aristocracia
colonial y las costumbres criollas surgidas entre la juventud. Pertenecen a este
grupo: Frutos de la educación, en la que ataca al baile zamacueca por
considerarlo pecaminoso y licencioso, que atenta contra las buenas costumbres y
decencia de las damas.
Una huérfana en Chorrillos; Don Leocadio y el aniversario de Ayacucho, piezas de
costumbres en donde hábilmente se critica y enjuicia una época de la vida
republicana.
2. Artículos en El Espejo de mi Tierra, periódico de costumbres en donde publica
artículos en prosa de corte social costumbrista, crítico y satírico. Desde su
aparición fue motivo de crítica y polémica. En sus páginas se publicaron: Un viaje,
El Paseo de Amancaes, Constitución política.
OBRAS
Podemos agruparlas en:
a) Letrillas y epigramas:
- El ministro y el aspirante
- A mi levita
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- Qué guapo chico
- El paraíso de Sempronio
- Constitución política
b) Comedias teatrales:
- Frutos de la educación, 1829, sátira contra la zamacueca.
- Una huérfana en Chorrillos, 1833, crítica de costumbres locales.
- Don Leocadio y el aniversario de Ayacucho, 1833, es una observación burlona a
la joven república.
c) Periodismo: fundó y dirigió:
El Espejo de mi Tierra, en donde publicaría: El Paseo de Amancaes, El carnaval
de Lima Un viaje
UN VIAJE
El niño Goyito está de viaje. El niño Goyito va a cumplir cincuenta y dos años; pero
cuando salió del vientre de su madre le llamaron niño Goyito, y niño Goyito le
llaman hoy y niño Goyito le llamarán treinta años más, porque hay muchas gentes
que van al panteón como salieron del vientre de su madre.
Este niño Goyito. en cualquiera otra parte sería un don Gregorión de buen tamaño,
ha estado recibiendo por tres años enteros cartas de Chile en que le avisan que es
forzoso que se transporte a aquel país a arreglar ciertos negocios interesantísimos
de familia, que han quedado embrollados con la muerte súbita de un deudo. Los
tres años los consumió la discreción gregoriana en considerar cómo se
contestarían estas cartas y cómo se efectuaría este viaje. El buen hombre no
podía decidirse ni a uno ni a otro. Pero el corresponsal menudeaba sus instancias;
y ya fue preciso consultarse con el profesor, y con el médico, y con los amigos.
Pues, señor, asunto concluido: el niño Goyito se va a Chile.
La noticia corrió por toda la parentela, dio conversación y quehaceres a todos los
criados, afanes y devociones a todos los conventos; y convirtió la casa en una
Liorna. Busca costureras por aquí, sastre por allá, fondista por acullá. Un
hacendado de Cañete mandó tejer en Chincha Cigarreras. La Madre
Transverberación del Espíritu Santo se encargó en un convento de una parte de
los dulces; Sor María en Gracia, fabricó en otro su buena porción de ellos; la
madre Salomé tomó a su cargo en el suyo las pastillas: una monjita recoleta
mandó de regalo un escapulario: otra, dos estampitas, el Padre Florencio de San
Pedro corrió con los sorbetes, y se encargaron a distintos manufactures y
comisionados sustancias de gallina, botiquín, vinagre de los cuatro ladrones para
el mareo, camisas a centenares, capingo (don Gregorio llamaba capingo a lo que
llamamos capote), chaqueta y pantalón para los días fríos, chaqueta y pantalón
para los días templados, chaqueta y pantalón para los días calurosos. En suma, la
expedición de Bonaparte a Egipto no tuvo más preparativos.
Seis meses se consumieron en ellos, gracias a la actividad de las niñas (hablo de
las hermanitas de don Gregorio. la menor de las cuales era su madrina de
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bautismo), quienes, sin embargo del dolor de que se hallaban atravesadas con
este viaje tomaron en un santiamén todas las providencias del caso.
Vamos al buque. Y ¿quién verá si este buque es bueno o malo? ¡Válgame Dios!
¡Qué conflicto! ¿Se acudirá al inglés don Jorge, que vive en los altos? Ni pensarlo;
las hermanitas dicen que es un bárbaro capaz de embarcarse en un zapato. Un
catalán pulpero, que ha navegado de condestable en la Esmeralda, es por fin, el
perito. Le costean el caballo, va al Callao, practica su reconocimiento y vuelve
diciendo que el barco es bueno, y que don Goyito Irá tan seguro como en un navío
de la Real Armada. Con esta noticia calma la inquietud.
Despedidas. La calesa trajina por todo Lima. ¿Con que se nos va usted? ¿Con
que se decide usted a embarcarse?... ¡Buen valorazo! Don Gregorio se ofrece a la
disposición de todos: se le bañan los ojos en lágrimas a cada abrazo. Encarga que
le encomienden a Dios. A él le encargan jamones, dulces, lenguas y cobranzas. Y
ni a él le encomienda nadie a Dios, ni él se vuelve a acordar de los jamones, de
los dulces, de las lenguas ni de las cobranzas.
Llega el día de la partida. ¡Qué jarana! ¡Qué bulla! ¡Qué Babilonia! Baúles en el
patio, cajones en el dormitorio, colchones en el zaguán, diluvio de canastas por
todas partes. Todo sale, por fin, y todo se embarca, aunque con bastantes
trabajos. Marcha don Gregorio, acompañado de una numerosa caterva, a la que
pertenecen también, con pendones y cordón de San Francisco de Paula, las
amantes hermanitas, que sólo por el buen hermano pudieron hacer el horrendo
sacrificio de ir por primera vez al Callao. Las infelices no se quitan el pañuelo de
los ojos, y lo mismo le sucede al viajero. Se acerca la hora del embarque, y se
agravan los soponcios. ¿Si nos volveremos a ver?... Por fin, es forzoso partir; el
bote aguarda. Va la comitiva al muelle: abrazos generales, sollozos, los amigos
separan a los hermanos: “¡Adiós hermanitas mías!”
“¡Adiós, Goyito de mi corazón! La alma de mamá Chombita te lleve con bien”.
Este viaje ha sido un acontecimiento notable en la familia; ha fijado una época de
eterna recordación; ha constituido una era, como la cristiana, como la de la Hégira,
como la de la fundación de Roma, como el Diluvio Universal, como la era de
Nabonasar.
Se pregunta en la tertulia:
- ¿Cuánto tiempo lleva Fulana de casada?
- Aguarde usted. Fulana se casó estando Goyito para Ir a Chile.
- ¿Cuánto tiempo hace que murió el guardián de tal convento?
-Yo le diré a usted; al padre guardián le estaban tocando las agonías al otro día
del embarque de Goyito. Me acuerdo todavía que se las recé, estando enferma en
cama de resultas del viaje al Callao...
- ¿Qué edad tiene aquel jovencito?
-Déjeme usted recordar. Nació en el año de... Mire usted, este cálculo es más
seguro, son habas contadas: cuando recibirnos la primera carta de Goyito estaba
mudando de dientes. Conque, saque usted su cuenta...
Así viajaban nuestros abuelos, así viajarían si se determinasen a viajar muchos de
la generación que acaba, y muchos de la generación actual, que conservan el tipo
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de los tiempos del Virrey Avilés, y ni aun así viajarían otros, por no viajar de
ningún modo.
Pero las revoluciones hacen del hombre, a fuerza de sacudirlo y pelotearlo, el
mueble más liviano y más portátil; y los Infelices que desde la infancia las han
tenido por atmósfera, han sacado de ellas, en medio de mil males, el corto
beneficio siquiera de una gran facilidad locomotiva. ¿La salud, o los negocios, o
cualesquiera otras circunstancias aconsejan un viaje? A ver los periódicos.
Buques para Chile.
-Señor consignatario. ¿Hay camarote?
-Bien. -¿Es velero el bergantín?
-Magnífico. -¿Pasaje? -Tanto más cuanto.
-Estamos convenidos. -Chica, acomódame una docena de camisas y un almofrez.
Esta ligera apuntación al abogado, esta otra al procurador. Cuenta, no te
descuides con la lavandera, porque el sábado me voy. Cuatro letras por la
imprenta, diciendo adiós a sus amigos. Eh: llegó el sábado. Un abrazo a la mujer,
un par de besos a los chicos, y agur. Dentro de un par de meses estoy de vuelta.
Así me han enseñado a viajar, mal de grado, y así me ausento, lectores míos,
dentro de muy pocos días.
Este y no otro es el motivo de daros mi segundo número antes que paguen
sueldos.
No quisiera emprender este viaje pero es forzoso. No sabéis bien cuánto me
cuesta el suspender con esta licencia mis dulces coloquios con el público. Quizás
no sucederá otro tanto a la mayor parte de vosotros, que corresponderéis a mi
amistosa despedida exclamando ¡Mal rayó te parta y nunca más vuelvas a
incomodarnos la paciencia! En fin, sea lo que fuere, los enemigos descansad de
mi insoportable tarabilla: preparad vuestros viajes con toda la calma que queráis,
hablad de la ópera como os acomode; idos a Amancaes como cuando os parezca;
bailad zamacueca a taco tendido, a roso y velloso, a troche y moche, a banderas
desplegadas: haced cuanta tontería os venga a las mientes: en suma, aprovechad
estos dos meses. Los amigos y amigas tened el presente artículo por visita o
tarjeta de despedida, y rogad a Dios me dé viento fresco, capitán amable, buena
mesa y pronto regreso.
Tema: El absurdo sin fin de preparativos para un breve viaje del niño Goyito.
¿Quién es el niño Goyito? Es un niño bien engreído de cincuentaidós años, que
en cualquier parte sería don Gregorión de buen tamaño.
Sabías que “Un viaje” una obra en la que se trata de reflejar las
costumbres y debilidades de la aristocracia peruana.
Felipe Pardo en sus obras desarrolló un lenguaje culto y elegante,
propio del Anticriollismo al que representó.
Además no olvides, que Pardo mantuvo dura polémica con Manuel
Asencio Segura, ambos utilizaron sus periódicos para responderse
mutuamente.
Pardo es tradicionalista y aristocrático; mira las cosas de lo alto, vive
en el salón, practica la política pero busca aires extranjeros.
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