Diario de León: Premio Empresario Leonés del Año

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LUNES, 12 DE NOVIEMBRE DEL 2012
Diario de León
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LEÓN
José Luis Gómez
EMPRESARIO DEL AÑO DE LA FELE 2012
Trabajo y prudencia para salir adelante, mucho más ante las dificultades. Y respuesta rápida
a las exigencias del mercado. Para ver crecer su negocio el Empresario del Año contó siempre
con la «raza» emprendedora de su mujer, Victorina; y desde hace dos décadas con el empuje y
la juventud de sus hijos. Hoy cree que la base del negocio familiar está «muy consolidada»
«Nunca he visto el dinero fácil, la empresa
tiene que confiar en sus propios recursos»
MARÍA J. MUÑIZ | LEÓN
■ José Luis Gómez nació en Por-
queros hace 75 años, y pronto se
dio cuenta de que su primera vocación, policía armada, no era lo
suyo. Dio un golpe de timón a
su vida, retomó el espíritu del
negocio familiar («una tienda
en el pueblo donde había de todo») y se instaló en la entrañable sidrería El Llagar en Julio del
Campo. Unos años después dejó
el establecimiento a su hermano
pequeño y se entregó al negocio
de la patata. En esa actividad sigue su empresa, aunque nada es
igual que entonces. Por el camino han quedado triunfos y fracasos, como su fallida aventura
en Poliplastic, que estuvo a punto de llevarse por delante la empresa de patatas y que le hundió
en un desánimo del que salió
arrastrado por el empuje de su
esposa. Hoy vive el orgullo de
ver cómo sus hijos han multiplicado por ocho en una década el
volumen de mercancía que mueven (llegarán a las 40.000 toneladas el próximo año); y cómo
mantienen su filosofía empresarial: «Los pies en la tierra, hacer las cosas bien, tener un contacto personal con los clientes y
proveedores, mantener el control de todo el proceso y, sobre
todo, apostar firmemente por la
calidad del producto». Jubilado,
no hay día en el que no pase por
la empresa que tiene La Huerta
de Doña Rogelia como marca de
referencia.
—El mercado de la patata hoy
tiene muy poco que ver con el
de hace unos años. ¿Cómo ha
dirigido esta evolución?
—Ya en 1995 vimos que la proyección era importante, pero hacía
falta un cambio radical del concepto. Desde el 2002 nos hemos
posicionado como referente en
el sector, y nuestro crecimiento
es constante, en torno a un 10%
al año. La base es hacer bien las
cosas y no caer en excesos que
pudieran debilitar la base de la
empresa.
—Han sido pioneros en nuevas fórmulas de presentación
y cuentan con un avanzado laboratorio. ¿La incorporación
de sus hijos ha sido clave para
afrontar estos procesos?
—Desde luego, sin ellos todo
hubiera acabado hace tiempo.
Además desde hace algo más de
una década los cambios de producen a una velocidad vertiginosa. Ha sido su juventud y su
entusiasmo los que han sabido
reaccionar con rapidez a las nuevas exigencias del mercado. Ca-
José Luis Gómez, ayer en las instalaciones de su empresa en Onzonilla. RAMIRO
«Mi mujer, Victorina,
ha sido el alma de la
empresa, la que nos ha
arrastrado para seguir
siempre adelante»
«El empuje de la
llegada de mis hijos a
la empresa permitió
adaptarnos con
rapidez a los cambios»
«La apuesta por la
calidad en el
laboratorio y la
logística son dos
pilares del negocio»
da día seguimos reuniéndonos
los tres y consensuando qué hacer, pero la evolución se debe
a ellos. Ha habido dos pilares
fundamentales: la investigación
a través del laboratorio, en una
apuesta clara por conseguir los
máximos estándares de calidad
hasta extremos que hace 20 años
eran impensables; y el controlar
hasta el final nuestro proceso a
través de una red logística que
permite mantener un contacto
muy directo con los clientes.
—Su empresa ha vivido un relevo generacional en dos fases,
¿cuál es el secreto de la supervivencia de la empresa familiar?
—Mis dos hijos han mamado
la empresa desde pequeños, y
pueden mandar porque antes
han hecho cada uno de los trabajos. Con mi mujer han hecho
de todo, desde tirar de sacos
de 50 kilos hasta viajar a Francia para controlar la compra de
la mejor materia prima. Pero el
verdadero secreto es definir estrictamente cuál es la misión de
cada uno en la empresa, y no permitir injerencias externas, sobre
todo del resto de la familia. Sé
que mi carácter ha sido a veces
difícil, pero ellos son ahora hermanos y socios. No sé cómo será el futuro, pero los cimientos
hoy son sólidos.
—¿Cuál es la receta para crecer en tiempos de crisis?
—La patata es un alimento de
primerísima necesidad, aunque
también ha tenido tiempos de
menos consumo. Puede parecer que la crisis no le afecta, pero muchas empresas de nuestro
sector también han cerrado. No
hay más secreto que estar encima de todo el proceso, desde el
cultivo a la selección, la producción, la distribución,... Y tener
una relación directa con todos
«La banca cortó de
repente un crédito que
es indispensable, pero
se invertía mucho más
allá de lo necesario»
«Las empresas tienen
que gestionar sobre
sus propios recursos,
no hay que funcionar
con las subvenciones»
«En su momento
decidimos volcarnos
en un producto que
conocíamos bien para
fortalecer el negocio»
los eslabones de esta cadena.
—¿Puede vivir una empresa al
margen de la situación de dificultad general?
—Por supuesto la crisis nos
afecta, nuestros clientes directos son las grandes distribuidoras, que tienen una competencia
feroz. La guerra de ofertas adelgaza nuestros márgenes, hay que
hilar muy fino todo el año para
que el balance final sea positivo. Pero los problemas de muchas empresas son sus cargas financieras y las amortizaciones.
Nosotros siempre hemos sido
prudentes, eso nos permite seguir ahora.
—¿Reciben las empresas suficiente apoyo de las administraciones?
—Hoy todo es difícil, porque las
empresas no pueden funcionar
sin crédito y las dificultades de
la banca lo han cortado de repente. Es lamentable ver cómo desaparecen compañías que crecían
y generaban empleo porque no
han podido soportar esta falta de
financiación. La situación se desbordó sobre todo por culpa de la
banca, pero muchos se dejaron
llevar e invirtieron mucho más
de lo que necesitaban. Tampoco puede esperarse todo de las
subvenciones. Si vienen, bienvenidas; pero la empresa tiene
que gestionar sus propios recursos, saber bien qué hacer en cada
momento, no precipitarse ni sobredimensionarse. Yo nunca he
visto el dinero fácil.
—¿Cómo se siente creando
empleo en un momento en el
que la mayoría lo destruye?
—Muy orgulloso, y siempre
muy cerca de nuestra plantilla,
en la que tenemos familias enteras. Y más orgulloso de crear
empleos en una provincia tan
castigada como esta.
—¿Qué receta propondría para salir de la crisis?
—Hace años que esto se veía
venir, y va a ser largo recuperarse. En su día apostamos por volcarnos en un mercado en el que
éramos muy profesionales, y no
abordar aventuras, aunque nos
las ofrecieron. Seguimos siendo
una pequeña empresa familiar,
pero sabemos dónde nos movemos. ¿Qué habría que hacer? Por
ejemplo controlar la economía
sumergida. Si realmente en este
país hubiera casi seis millones
de parados aquí habría ya una
guerra civil.
—¿Cuál es el futuro de Hijos de
José Luis Gómez? ¿Han pensado en la diversificación?
—Hemos valorado entrar en el
mercado de cuarta gama, pero el
consumo de la patata en fresco
tiene aún mucho recorrido. Tenemos las ideas muy claras, hay
que seguir innovando y mejorando en este campo y fortalecer el
músculo financiero de la empresa. Ni siquiera nos fijamos objetivos de crecimiento de ventas,
simplemente seguimos nuestra
filosofía empresarial y gracias a
ella seguimos creciendo.
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