En homenaje a Manuel Marulanda.

Anuncio
En homenaje a Manuel Marulanda.
Un combatiente legendario forjado en la historia de la violencia colombiana.
¡Mataron a Gaitán, mataron a Gaitán!, fue el grito que sorprendió a Pedro Antonio Marín en
Ceilán, Valle, el viernes nueve de abril de 1948. Estaba en el pueblo en desarrollo de su papel
de mayordomo de la finca de su tío Ángel Marín, había amarrado las mulas a un árbol ubicado
en el centro del pueblo y entregado en una tienda del comercio local dos cargas de queso. En
pocas horas los liberales se amotinaron con machetes, palos y escopetas, clamando venganza y
buscando conservadores para cobrarla. Muchos conservadores fueron sacados de sus casas y
sus negocios y asesinados; se tomaron la estación de policía y posteriormente la Alcaldía
Municipal; un resultado previsivo en un pueblo de mayoría liberal.
Su tío era gaitanista y dirigente liberal local y a él adjudicaron la inspiración de la revuelta sin
lograr agarrarlo. Pedro Antonio sólo miraba, no comprendía muy bien el trasfondo político de
los acontecimientos, según sus cuentas, tenía apenas 18 años; fue su primer encuentro con la
violencia. Esa violencia que iniciada con el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán,
partiera en dos la historia de Colombia y produjera no sólo un Bogotazo de grandes
consecuencias, sino un Colombianazo tras el cual Colombia no volvería a ser la misma.
Después vendría la conformación de las guerrillas liberales a las cuales Pedro Antonio Marín
se incorporaría con sus primos para combatir la violencia conservadora, que en las tierras del
Quindío como en el resto del país impulsaban “Los Chulavitas” al grito de “¡Viva Cristo Rey y
mueran los Cachiporros!”.
Atrás comenzaban a quedar las épocas de su niñez en que acostumbraba jugar al trompo y
elevar cometas embelesado con su vaivén y también los tiempos en que con su hermana Rosa
Elena se ocultaba en los caminos para no ir a la escuela, a pesar de ser un inteligente estudiante
de primaria.
En las guerrillas liberales.
Las guerrillas liberales alcanzaron un fuerte desarrollo y se extendieron por todo el país,
particularmente por los Llanos Orientales, donde Guadalupe Salcedo comandó un ejército de
millares de hombres. Llegada la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla, en 1.953 arranca el
proceso de entrega de las huestes guerrilleras y los liberales “limpios”, entregados al Gobierno,
persiguen a quienes como Pedro Antonio no se entregan sino que se repliegan convertidos en
grupos de autodefensa campesina hacia el sur del Tolima, Marquetalia, Riochiquito, El Pato,
Guayabero y Sumapaz. El país ingresa al Frente Nacional, un modelo político de exclusión que
establece por períodos de cuatro años a lo largo de 16 en total, sucesivos gobiernos liberales y
conservadores, quedando excluidas las demás corrientes de pensamiento político.
El surgimiento de las FARC.
Pedro Antonio Marín, quien entonces ya había tomado el nombre de Manuel Marulanda, un
dirigente sindical asesinado, y a quien por su puntería comienzan a apodarlo Tirofijo, dirige el
movimiento campesino. La irrupción de las FARC como nueva guerrilla se produciría en 1964
como respuesta a la instrumentalización del Plan Laso en el gobierno de Guillermo León
Valencia, cuando con el señalamiento de que se trataba de repúblicas independientes fuera
lanzada contra Marquetalia una operación que integró a 10 mil unidades del Ejército en un
marco de tierra arrasada. Los campesinos organizados adoptaron la estrategia de guerrilla
móvil y proclamaron públicamente, a través de la voz de Jacobo Arenas, un programa agrario.
De 48 hombres en armas, en la época de Marquetalia, las FARC pasaron a ser con los años un
ejército revolucionario de más de 20 mil hombres.
Manuel Marulanda dirigió las FARC desde su nacimiento, hasta que producto de un infarto
cardiaco perdiera la vida el 26 de marzo del 2.008. El líder guerrillero, convertido por los
campesinos en una leyenda, sobrevivió a la confrontación armada tras 14 gobiernos y
sucesivos anuncios de su muerte que engrandecieron su leyenda. Le apostó a la paz pactando
acuerdos importantes como el alcanzado en 1.984 con los acuerdos de La Uribe en el gobierno
de Belisario Betancur, que dio origen a la Unión Patriótica, el acuerdo que facilitara la
liberación de militares retenidos por la guerrilla en la Macarena, y conversaciones como las de
Cravo Norte, Caracas, Tlaxcala y El Caguán.
Manuel Marulanda, fue un producto histórico de la realidad colombiana, un hombre construido
con el acero del conflicto interno y pasará a la historia como un guerrillero legendario, cuyo
nombre estará inevitablemente unido al clamor de los colombianos por encontrar una solución
política a 44 años de confrontación armada.
Trascrito de la edición del día 28 de mayo del 2008, del diario colombiano Voz. La verdad del
Pueblo.
Descargar