EL CINEASTA COMO RECOLECTOR Agnès Varda

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EL CINEASTA COMO RECOLECTOR
Agnès Varda
El cine como recolector es la forma de entender el
cine como “arte de espigar planos” y de hacer con
ellos una suerte de bricolaje que les otorgue un
nuevo sentido.
La combinación de la textura documental con un
desarrollo narrativo (tan utilizado en el cine realista
actual) puede
ser uno de
lo
rasgos más
característicos de esta forma documental, lo
mismo que la irrupción de la subjetividad del autor (por medio de la voz en
off, de la presencia física, del metalenguaje) en el universo objetivo que se
retrata.
Su máximo exponente, Agnès Varda comenta: “Ser cineasta es ser espigador
o espigadora por excelencia, aquel o aquella que recoge todos los trocitos de
lo real, las briznas de realidad y que, después, tras el bricolaje operado por la
cámara y el montaje, debe devolverlos, listos para ser empleados de nuevo,
con un nuevo sentido. Cada imagen se presenta entonces como un talismán
inestimable que hay que preservar” 1
1
André Roy: “Agnès Varda. El arte de espigar y el bricolaje de la
realidad”. 24 imágenes. nº 123 (septiembre 2005).
La dama de la Nouvelle Vague ha encontrado una segunda juventud después
del éxito internacional de su documental Los espigadores y la espigadora
(2000), compendio de su forma de entender el cine como “arte de espigar
planos” y de hacer con ellos una suerte de bricolaje que les otorgue un nuevo
sentido.
La combinación de la textura documental con un desarrollo narrativo (tan
utilizado en el cine realista actual) puede ser el rasgo más característico de
su extensa obra, lo mismo que la irrupción de la subjetividad del autor (por
medio de la voz en off, de la presencia física, del metalenguaje) en el
universo objetivo que se retrata.
Las casi cuarenta piezas que ha dirigido -entre cortometrajes, documentales
y largos de ficción- pueden discurrir por alguna de las tres corrientes entre las
que creo que bascula su obra, si bien se puede predicar del conjunto una
unidad y coherencia en base a su intencionalidad, a la libertad de tono en el
rodaje y en el montaje, y al instinto o astucia de la Varda para captar los
pequeños detalles de la realidad que la circunda, producto de su previa
formación en la fotografía. En junio y julio del 2006 la Filmoteca Española
proyectó casi todas las películas de esta extraordinaria dama francófona, que
deleitó con su presencia comentando la exposición fotográfica De-Ci De-la y
participando en una mesa redonda con motivo de la proyección de su obra.
Las primeras películas de Agnès Varda reflejan el profundo impacto que en la
joven directora belga provocó la renovación que del cine proponían los
franceses de la Nueva Ola. Cleo de 5 a 7 (1961), es sin duda su mejor
película de esta etapa: se rodó al año siguiente de Al final de la escapada
(J.L. Godard) y dos más tarde que Los cuatrocientos golpes (F. Truffaut). Los
paseos por las calles de París de Corinne Marchand, mientras espera los
resultados de un análisis médico, casi en tiempo real, son un extraordinario
ejercicio de estilo de la directora y una muestra de su exquisita sensibilidad
con las preocupaciones del ser humano. Siete años antes la realizadora de
origen belga había filmado su primera película, La pointe courte, en la que las
huellas del maestro Rosellini son evidentes.
Sin duda el bloque de películas menos interesantes de Varda, y las que peor
han soportado el paso del tiempo, son aquellas en las que se contagia del
espíritu de optimismo que precedió al Mayo del 68. La felicidad (1965), Las
criaturas (1966), Lion´s Love (1969), son obras menores, en las que se busca
concitar un estado de ánimo y poner en solfa algunas de las rígidas leyes de
la sociedad burguesa. La más divertida entre ellas quizás sea Una canta, otra
no (1977), por su estilo jovial y desenfadado, y su hallazgo al transformar las
luchas feministas en una danza de colores kitsch. En todo caso, todas le
sirvieron para experimentar con su estilo, y para encontrar soluciones que
más tarde explotaría de manera magistral. A caballo entre el documental y la
ficción está su película más celebrada, Sin techo ni ley (1985), protagonizada
por una jovencísima Sandrine Bonnaire, que da vida a una vagabunda que
sobrevive sometida al azar, como el plan de trabajo de esta película casi
improvisada, en la que cohabitaron actores y personas del lugar, y que es
germen de toda una corriente de cine realista contemporáneo, encabezado
por los hermanos Dardenne y Ken Loach. Decir que también ésta película ha
envejecido, lo que no puede decirse de ninguna más de las muestras de no
ficción que ha dejado para la posteridad Varda.
Black panthers (1968), Daguerréotypes (1975), Murs, murs (1980), Jane B.
par Agnès V. (1987), Cinévardaphoto (2004), por no hablar de Los
espigadores y la espigadora y su secuela Dos años después (2002), son
pequeñas obras maestras del género, a la par que valiosísimos testimonios
históricos y del paso del tiempo. En estos documentales, despliega Agnés
Varda toda su inteligencia creativa, fijándose en esas pequeñas cosas que
hacen enorme al conjunto: en Daguerréotypes retrata a las personas,
edificios y ambientes de la manzana de Daguerre, en la que vivía, en Murs,
murs, los modelos de un mural de Nueva York se acercan a la cámara hasta
que el volumen de lo representado sustituye a la representación, en Los
espigadores y la espigadora la cineasta retrata sus propias manos, se
presenta a sí misma y agradece el invento a su pequeña cámara digital. Puro
talento artístico y metarreflexivo, sólo emulado en su sencillez y lirismo por
Abbas Kiarostami en el cine comparado.
Mención aparte, por la ternura, respeto y rigor que se desprenden de ellos,
merecen todos los filmes que la directora francesa dedicó a su difunto marido
Jacques Demy, y a su maravilloso legado. Jacquot de Nantes (1991), son “los
sueños de un niño que quiere ser director de cine”. L´Univers de Jacques
Demy (1995) es un documental imprescindible, con entrevistas y fragmentos
de las películas del director de Los paraguas de Cherburgo y Lola. Su
ejemplo debería ponerse en las escuelas para demostrar cómo han de
respetarse en la recopilación cada uno de los formatos originarios de
grabación para enriquecer (por variedad y fidelidad a la composición) el
visionado. Les demoiselles ont eu 25 ans (1993) quizás sea el más
emocionante de todos: se trata de la filmación del homenaje que la ciudad de
Rochefort hizo a la película de Demy con motivo del 25 Aniversario de su
estreno. En la atmósfera de las imágenes, flota la presencia de dos
fantasmas: el de Demy, hacia el que su antigua esposa siente devoción, y el
de Françoise Dorléac, la hermosa hermana de Catherine Deneuve.
Obras destacadas
Les plages d'Agnès (2008)
Los espigadores y la espigadora: dos años después (Les glaneurs et la
glaneuse... deux ans après) (2002)
Los espigadores y la espigadora (Les glaneurs et la glaneuse) (2000)
Las cien y una noches (Les cent et une nuits de Simon Cinéma) (1995)
Kung-Fu Master (1987)
Sin techo ni ley (Sans toit ni loi) (1985)
Jacquot de Nantes (1991)
Una canta, la otra no (L'une chante, l'autre pas) (1977)
Daguerréotypes (1975)
Contestación de mujeres (Réponse de femmes) (1975)
La felicidad (Le bonheur) (1965)
Cleo de 5 a 7 (Cléo de 5 à 7) (1961)
La Pointe Courte (1956)
Fuente
VISIONARY FILM avant-garde / cinema experimental film [en línea]. <http://visionaryfilm.blogspot.com/2007/05/la-forma-que-piensa-tentativas-en-torno.html> [Consulta: 10 mayo 2010].
FONT, Domènec. Jean-Luc Godard y el documental -Navegando entre dos aguas-. Universitat Pompeu
Fabra. [pdf en línea]. http://www.raco.cat/index.php/Analisi/article/viewFile/15087/14928 [Consulta: 10
mayo 2010].
BAZUCA.COM [en línea].
<http://www.bazuca.com/pelicula-7346578-Jean-Luc-Godard:-Histoire%28s%29-du-Cin%C3%A9ma-%28PAL-Edici%C3%B3n-Zona-2%29> [Consulta: 10 mayo 2010].
BIOGRAFÍAS Y VIDAS [en línea] <http://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/godard_jean_luc.htm>
[Consulta: 10 mayo 2010].
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