versificacion - InterClassica

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V E R S I F I C A C I O N
I,a métrica clásica, tan variada, tan rica en número de clases de
versos, tan amplia y fluida dentro del metro, consecuepcia de unos esquemas inteligentemente trazados, sencilla y el~gantea la vez, debido a
que el griego es una lengua con predominio de vocales, lo que confiere
una claridad pocas veces lograda, y a que el latín, pese a s u rudeza inicial, pasó por las manos de los ilustres artífices de la lengua, y quedó
ccnvertido en un instrumento útil y capaz de producir belleza, influye
en la métrica de las lenguas romances, aunque el paso es más directo
desde el latín que desde el griego.
De todas formas, sufre una serie de variaciones. Ya dentro de la misma métrica latina ' se advierten diferencias, ya se trate de poesía arcaica,
clásica propiamente dicha, o tardía.
Lo primero que observamos es que la métrica clásica se basa en la
sucesión de largas y breves; la española, sin embargo, es acentual, basada en las sílabas tónicas y átonas. El problema de la cantidad para Echarri es clarísimo. Nos dice ' : ((El testimonio de los sentidos, las experiencias quimográficas, nos dicen que hay cierta reciprocidad, casi constante,
entre tónicas y largas, átonas y breves. Mejor aún, que en igualdad de circunstancias y siempre que no intervengan factores de diversa índole,
que dejen en suspenso esta ley, las vocales que llevan acento son más
largas que las que no lo llevan)).
Es cierto que hay una correspondencia, pero la solución de Echarri
Criisius Mdricri latina, pág. 13.
Diez Echarri (Emiliario), Teorias metricas
XLVII. pág. 145.
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del
Siglo
de
Oro.
Madrid. 1949. R.F.E. Anejo
El tema de Hero y Leandro en la literatura española
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es un poco simplista; el ~ r o b l e m aestá en el paso de larga a tónica, las
causas que han intervenido, el por qué a veces no hay adecuación, etc.
Respecto al acento métrico y p-osódico, afirma Echarri que Gonzalo
de Correas es el primero que en Arte grande de la lengua castellana (Salamanca 1626) se da cuenta del valor del acento. Desde luego, añade
Echarri, hay que reconocerle el mérito de haber establecido con más
claridad que nadie antes que él la difere~lciaentre el acento rítmico y el
prosódico. También se adelanta a todos en lo de asignar a determinadas
palabras compuestas doble acento métrico. El elemento esencial del verso
es para Correas el acento, pero el acento que llama ((versa1 o rídmico)),
que radica en el tono principalmente, y que no siempre coincide con el
otro que llama ( m e n t o natural».
En la métrica española, además, encontramos casi siempre la rima,
ya en asonante, ya en consonante, y que en latín clásico no aparece; solamente en un latín tardío, medieval.
No pueden explicarse bien las causas del paso de una métrica a otra,
ni mucho menos fijar el momento en que sílabas tónicas sustituyen a largas, y átonas a breves, ni tampoco fijar cuándo aparece la rima.
Sigamos un poco el proceso. E n latín tardío continúan los mismos
metro; clásicos, si bien haciendo uso de una serie de licencias y libertades
que rompen la tradición y el gusto de los mejores autores, y que empiezan con la extraña versificación de Comodiano.
' , es
Una d:: ellas por ejemplo (recogemos los ejemplos de Norberg 1
la siguiente: en el hexámetro leonino es obligatoria la cesura pentemímeres, y sin embargo Engelmo, de 178, tiene 10 hexámetros que no cienen esta cesura, y sí la triemímeres y heptemímeres.
.Por otra part?, sr da a menudo una coincidencia del acento e ictus,
una de las causas del paso a tónicas de las sílabas largas.
Escriben dímetros yámbicos a la manera clásica, aunque cpn licencias,
Aureliano de Arles, San Benito, Paulo Diácono, Prudcncio, se&&,
etc.
El metro anacronteo
- E-_?es empleado por Marciano Capella,
San Próspero de Aquitania, etc.
Pero, sin embargo, Teodulfo escribe ya sáficos acentuales en vez de
cuantitativos. Además se daba ya, aún en los metros que seguían los esquemas clásicos, un gusto grande por la asonancia. Ya en la época imperla], bastante retórica, S- siente una inclinación especial hacia la rima,
asonancia v otras figuras. Se da, pues, un cierto amaneramiento, que
luego subsiirirá.
.,--,
Ecliarri, op. cit., pag. 8 6 .
Norherg, Introdi~ction a I'elude
k l i o l m - U p s a l ; ~ . 1958: p l : .
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65.
(Ir Iu ivrsifirnliori Iiilirte n~i'ilii~i~nle.
-Alinqriist-Wiksell, Stoc-
Versificación
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Por tanto, primero se da la conjunción de métrica clásica (largas, breves) y rima, figuras, etc. El segundo paso consiste en una evolución por
la que la versificación se libera de la cantidad en el verso.
Hay que repetir que se ignora cuándo y cómo se produjo, pero habrá
que suponer, con Norberg, que el ((canto)) tuvo en ello un papel importante.
Se supone que la más antigua poesía rítmica es el salmo de San
Agustín contra los donatistas. No sabemos si le precedió algún otro modelo. ((La técnica de la poesía rítmica consiste en una riqueza de variantes
no sujetas a fórmula))'.
Todo lo dicho tendría que influir para dar lugar al cambio total de
una poesía cuantitativa a una acentual.
Pero después de esta no breve introducción, lo que nos interesa notar
es la correspondencia de nuestra poesía castellana con sus modelos griegos
y latincs, mucho más tratándose de un mismo tema, el de Hero y Leandro, visto desde distintas épocas y desde distintos puntos de vista.
Hay que partir de la adecuación de género literario y clase de poesía
empleada, adecuación que tan rigurosamente seguían nuestros clásicos.
Los géneros literarios, esas categorías supremas creadas por los griegos,
puesto que partieron de la nada, nos hablan de una ligazón, de una mecesidad interna)) que diría Schmid, entre lo dicho y la manera de decirse.
E n griego es más rigurosa esta necesidad, debido a la existencia de dialectos, identificados con géneros literarios. Así, la épica está escrita en
jónico-épico, en eolio la lírica monódica de Alceo y Safo, en dórico la
lírica coral, etc.
En latín, la carencia de dialectos lleva al empleo de la misma lengua
en todos los géneros.
Pero sin embargo, tenemos el metro, hay unos versos adecuados a
uncs temas determinados. Y así, la épica, lo solemne, está escrito en el no
menos solemne hexámetro, las partes dialogadas de la tragedia en trímetros vámbicos, que parecen acercarse más a la prosa, las partes líricas
en anapestos, sáficos, etc., y también largas tiradas de cola con sólo una
sucesión de largas y breves y una responsión entre la estrofa y la antístrcfa; los temas amorosos, más ligeros, se sirven del dístico elegíaco.
Así pues, podemos ya centrarnos en las composiciones estudiadas.
Museo empIea el hexámetro, Ovidio en sus Epístolas el dístico elegiaco.
En español, las trriducciones, como ya vemos en el capítulo dedicado
a ellas, están, en endecasílabos sueltos las que traducen a Museo, y en
tercetos la traducción de los dísticos.
Norherg, op. cit., pig. 137.
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El tema de Hsro y Leandro en la literatura espafiola
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L o ideal de la traducción sería traducir en verso, con una correspondencia en número entre el original y lo traducido, y a ser posible manteniendo el ritmo ecentual, con la sustitución largas-tónicas, etc. Navarro
Tomás en Métrica española, hablando del hexámetro, dice : «El Pinciano dedicó varias páginas en su FilosofZa antigua (1.596) a demostrar la posibilidad de imitar el hexámetro clásico mediante la correspondencia d e
las sílabas fuertes y débiies del español con largas y breves de los
pies latinos. Su método consistía en sumar en cada verso seis grupos
silábicos de dos o tres unidades con acento en la primera, a los cuales
atribuía respectivamente, dentro de su carácter acentual, valor equivalente al de los espondeos y dáctilos cuantitativos)) '.
Villegas también defieLde el empleo de un ritmo similar al latino
en la poesía castellana. Y respecto a los disticos, Rengifo, como dice N.
Tomás, trata de ilustrar la adaptación dl castellano del dístico clásico.
N o obstante, esta adaptación que muchos preconizan, no tuvo ni apenas tiene éxito en castellano, y lo normal es mantener una cierta adecuación entre el metro del original y el empleado en la traducción, pero
éste suele ser verso castellano.
Los hexámetros se traducen en endecasílabos, metro bastante capaz
de acercarse al hexámetro; estas traducciones son hechas con más o menos fortuna, ya que depende del talento y vena poética del traductor. Estos endecasílabos no están sujetos a rima, son versos sueltos.
El endecasílabo suelto, sin rima, nació -dice N. Tomás
del intento renacentista de asemejar la versificación romance a la latina. El
verso suelto imprimía a la poesía cierto aspecto clásico. Los poetas italianos del XVI io utilizaron para la traducción de poesías latinas y griegas. Hoscán f u e el primero que lo introduce en España.
((Por no ligarse con alguna lei de números en
De él dice Herrera
el último asiento, se llaman sueltos en el vulgar italiano: si no tienen ornamento, que supla el defecto dc la consonancia, no tienen con qué agradar v satisfacer ... Son de invención moderna, paréceme del Trissimo y
griego y latino, porque los hallan convinientes para ello, por la compoquieren los toscanos que estos versos se usen para represmtar el eroyco
sición de muchos versos juntos)).
Según Highet ', ((el verso dramático moderno, que ha producido tantos de los más sublimes momentos de nuestro teatro, se creó para emular
la elocuencia del drama griego v romano. El. verso de las obras teatrales
de la Edad Media tenía más bien un acento lírico o un tono de farsa o
"
'
Navarro TornAs. Metricrt espnñola. p i # . 2 5 8 .
Navarro Tornis. Mefrica cspnfiolíi, pAg. 191.
Recogido por Echarri, up cit., p á g . 2 6 0 .
Higliet, Lu trarlici61i < ~ l a s i c o .1. 1. p3g. 2 0 8 .
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Versificación
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de copla de ciego, y las primeras emulaciones del teatro clásico se escribieron en metros totalmente in.adecuados. Fue tal vez una verdadera
imitación del principal metro de la tragedia griega y romana -verso
yámbico de 12 sílabas- lo que dio origen al moderno verso blanco)).
Así pues, piensa Highet que el verso blanco es capaz de imitar felizmente el trímetro yámbico clásico. Además añade en otra oc.asión : ((El
verso blanco fue inventado para expresar el efecto del flujo continuo y
el amplio aliento del trímetro ~ á m b i c oy el hexámetro latino)) l o . Amplía
aquí la capacidad del verso blanco como equiparable al ahexámetro)).
Según Menéndez Pelayo " ((el verso suelto es la más generosa y libre
forma de la poesía moderna, y la que puede dar más aproximado trasunto d: la belleza antigua)). Boscán fue el primer artífice castellano, aunque sus versos son generalmente pésimos por la monotonía y flojedad de
la acentuación, por el andar desgarbado y prosaico, y sobre todo por la
entera dislocación, que no independencia, de cada verso.. . Pero siempre
tendrán el mérito de haber sido los primeros.
Reconoce, no obstante, ~VenéndezPelayo la dificultad que entraña
medirse ((cuerpo a currpo)) con un poeta griego; reconoce la superioridad
de los helenos y la necesidad de ser muy buen poeta para traducirlos. Sí,
es necesario ser un poco ((clásico)),sentir del todo el clasicismo.
Los dísticos de Ovidio son traducidos por tercetos; al hablar de la
traducción de Mexía, hacemos unas consideraciones acerca de este metro.
Parece ser bastante adecuado, y logra reproducir casi el ritmo cortado del
dístico. Segúri Navarro Tomás, el terceto, después de la Divina Comedia,
queda establecido como forma propia de la poesía didáctka en diser-taciones, epístolas y elegías. Boscán es el que introduce el metro italiano,
y Garcilaso lo emplea en dos Elegías ".
Pero el tema también es tratado con otras formas métricas; así, es
ingente el número de sonetos. Habla Echarri de la perenne virtualidad
del soneto, y dice: ((Es la estrofa más lograda de la métrica postlatina.
Un soneto perfecto señala el clímax, no sólo del arte, sino también de
la inspiración poética)) 1 3 .
Recoge también Echarri lo dicho por Sánchez Lima : (~Versodificilísimo porque exige una materia muy suave que ha de encerrarse en
((perpetuo i pequeño espacio)) . . .Por esto es dino de ser preciado en mayor estimación que otro alguno)).
Los sanetos se componrn de catorce endecasílabos, ya no sueltos, sino
sujetos a una rima. Los diversos autores recogen una parte de la historia
IDHighrt.
La trnilic'irin cla.sii'a,
t . 1, pág. 181.
" M . Pelayo, Antologia d e portas liricos, t .
" N . Tomas, MPlrica espaiiola, pag. 188.
'" Diez Echarri, o p . c i t . , p i g . 2 4 4 .
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X I I I , pig. 237.
El t e m a de Hero y Leandro e n la literatura espafiola
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de los amores de Hero y Leandro. Se adecúa, pues, aunque resume mucho; mantiene la grandeza del tema, y es capaz de manifestar los más
elevados sentimientos de amor, de deseo, de tristeza ante la muerte cercana, de esperanza, de nostalgia. .. Sí, el soneto es lo suficientemente flexible y bello para poder con gran señorío expresar ideas y sentimientos,
igual que lo pueda hacer un metro clásico, pese a ser moderno, por mejor
decir, renacentista.
Una gran majestuosidad, tal vez cercana al hexámetro, tiene la octava real, en la que está escrito el Poema de Bocángel.
E n su primitiva forma siciliana, dice Navarro Tomás 14, los ocho endecasílabos de la octava real tenían una alternancia en el simple orden de
la octava conocida por la lírica latina medieval. Bocaccio (XIV) influye
en la posterior octava moderna ABABABCC. Empleada por Boyardo,
Bembo y Ariosto. E n italiano servía para poemas épicos, líricos y bucólicos. Boscán la introdujo en Octava Rima., y Garcilaso se sirvió de ella en
su Egloga 111. Ercilla la consagró como estrofa épica.
Lleva en sí gravedad, majestuosidad, que la hace apta para traducir el
épico hexámetro. Bocángel elige este metro para su poema heroico de tono
jaureguista que es su Hero y Leandro. Es fácil lograr la elevación temática con estas estrofas, y nuestro autor sabe hacerlo.
Un tono más ligero, más frívolo, tal vez más cercano a Ovidio que a
Museo, lo tenemos en los romances. El verso por excelencia del romance
es el octosílabo, del que dice Navarro Tomás '' ([es sin duda el verso
más antiguo de la poesía española. Aparece en algunas de las jarchyas
mozárabes del XI y XII. Figura en gran proporción en los hemistiquios
del verso amétrico de los cantares de gesta. Es empleado en refranes,
proverbios.. .N.
El fluir rápido del romance, sencillo, alegre (como en los burlescos)
le acerca a Ovidio, aunque poco tenga que ver el romance con el dístico
elegiaco. El romance sólo suele pretender marrar)) y ofrecer la historia
al mayor número de lectores.
Igual podría decirse del romance heptasilábico de Luzán; la métrica
de esta obra es muy bella; la versificación es dulce, armoniosa, con una
g a c i a peculiar.
Sucesión no ordenada de endecasílabos y heptasílabos nos ofrece la
obra de Medrano y Barrionuevo; la rima, totalmente libre, no sigue modelos ni norm.as preestablecidas; no es demasiado feliz la composición.
También estaría más cerca del dístico po,r el «corten que a veces supone el
'4
N. Toinis, op.
cit.. pág. 186.
'V.ToiiiQs, op. cit., pág. 4 5 .
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Versificación
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he~tasílabo,equiparable de algún modo al pentámetro del dístico. La
correspondencia con el contenido se logra fácilmente.
El poema de Scarron está escrito en unas elegantes redondíllas, también fáciles y ligeras como corresponde al carácter burlesco de la composición.
Y por fin, la comedia de Mira de Amescua está casi toda en versos
octosilábicos, cuyo empleo es normal en las comedias del Siglo de Oro,.
A veces encontramos bonitos romances. El verso utilizado está totalmente de acuerdo con la temática de la obra, es decir, con la manera concreta, dramática, de ser presentada.
Siempre, gues, existe o debe existir una correspondencia entre el
fondo y la forma de toda obra literaria, y por eso es imprescindible el
estudio de la métrica, que es sin duda uno de los aspectos más importantes a tratar de un buen comentario de texto.
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