Reacciones de los obreros contra la automatización de la producción: ludismo, sabotaje. Alumno:. Asignatura: Historia Económica Mundial. Grupo: . La Revolución Industrial fue un punto de inflexión en la vida cotidiana de la civilización, ya que propició un fuerte crecimiento de la producción de bienes gracias a las invenciones de las nuevas máquinas, que fueron capaces de trabajar el algodón, uno de los principales iniciadores del cambio industrial, donde algunos lo catalogan como la materia que fue la base de la transformación hacia una sociedad nueva, la capitalista industrial, que se basaba en una nueva forma de producción organizada, la fábrica. La R.I. también originó el uso de nuevas energías, de la cual se destaca el carbón mineral, que substituyó al carbón vegetal, dándole más protagonismo a la siderurgia, que gracias al nuevo tipo de carbón pudo reducir los costes de obtención del hierro, aumentando así las cantidades de hierro y haciendo de la siderurgia un sector tanto o más importante que el sector textil algodonero. Ya que gracias a las nuevas energías, se pudieron fabricar más maquinarias y así poder contribuir en el aumento de producción a gran escala. La innovación más importante de la Revolución Industrial, es sin duda alguna, la máquina de vapor, que inventó James Watt, con dicha máquina se podía producir energía a partir de la potencia calorífica que desprendía el carbón y la fuerza de expansión del agua transformada en vapor. Fue muy importante, ya que con la nueva energía, ya no hacía falta estar al lado de un rio para aprovechar la energía hidráulica que producía, ahora ya se podía establecer en puntos claves, como fueron las zonas próximas a las minas y los puertos por donde llegaba el algodón. La máquina de vapor tenía ciertas ventajas respecto a las energías ya existentes, ya que gracias a su gran obtención de energía, se podían hacer fábricas más grandes. La máquina de vapor posteriormente fue aplicada en el transporte, creando el ferrocarril, que causó grandes expansiones de comercio y un tránsito de mercancías permanente, que creó posteriormente mercados importantes. El resultado de la aplicación de todas estas innovaciones fue el incremento de la productividad, pero también un cambio repentino en el ámbito del trabajo. El pleno apogeo industrial contrastaba con la mísera situación de la clase obrera que generó un seguido de citicas y análisis del sistema capitalista, que acabaron desembocando en protestas alternativas de organización de la sociedad y de la economía, más justas y solidarias. Durante la primera mitad del siglo XIX, el movimiento obrero estaba caracterizado por una gran desorganización, pero pese a esa mala gestión logró crecer bastante. Cuando las fábricas inglesas se dotaban del mayor número posible de máquinas textiles, los obreros y los artesanos protestaron, destrozando con indignación las máquinas y las herramientas de trabajo, únicas responsables, según ellos, del paro existente de aquel entonces y el paro que causaban las máquinas, ya que relacionaban la maquinaria como competentes directos de las personas y causantes directos de que los obreros se quedaban sin trabajo. El movimiento obrero empezó en 1811 y cogió el nombre del líder, Ned Ludd, llamando al movimiento obrero por el nombre de Ludismo. Los ludistas o luditas se posicionaban en contra de los cambios que produjo la Revolución Industrial. Por momentos el movimiento fue muy fuerte, tan fuerte que causo enfrentamientos en una manifestación de trabajadores en Nottingham, los cuales pedían trabajo y un salario más justo, el ejército respondió cargando y acabó disolviendo violentamente a los manifestantes, y estos respondieron quemando, esa misma noche sesenta máquinas de tejer medias. Por momentos, estos focos destructivos de obreros indignados, se fueron extendiendo por las zonas más industrializadas del momento Lancashire y Yorkshire, dónde los obreros exigían la retirada de las máquinas. Las medidas gubernamentales fueron contundentes, ejecutaron a dieciocho obreros. España, se encontraba bajo la Regencia de María Cristina y dentro de la Primera Guerra Carlista, en ese momento fue cuando se incorporaron las máquinas de vapor a las fábricas, que causaron las primeras revoluciones ludistas en nuestro territorio, los principales movimientos conocidos son, las revuelta de Alcoy en el 1820 y la destrucción de la planta de vapor Bonaplata en Barcelona el 1835. El movimiento ludista fue decayendo por su propio peso, la masa enfervorecida ya no centraba sus fuerzas en quemar máquinas, los mismos obreros y artesanos se dieron cuenta de que el foco de su problema no recaía en el engranaje de la maquinaria sino en los encargados, los empresarios, los propietarios. Esa unión de obreros en contra de los empresarios originó los primeros sindicatos obreros. Personalmente veo ridículo el intentar destruir la tecnología que nos rodea, pensando que esta es la culpable de nuestra situación. En tiempos actuales de crisis financiera, es impensable que los obreros de empresas de los diferentes sectores, se pongan a destruir las cintas transportadoras, las fresadoras y los diferentes componentes de las fábricas o empresas. En el futuro, las máquinas realizaran el trabajo físico, dejando a las personas el trabajo mental, de forma consecuente se producirá un mayor bienestar y salud de la clase trabajadora. Está claro que en el futuro diferentes oficios irán desapareciendo, a medida que avance la tecnología, como por ejemplo los dependientes de tiendas (cosa que en algunos supermercados ya ha ocurrido), y sí, este es el futuro, todo automático, todo informatizado pero al igual que esos oficios desaparecerán, se crean otros derivados tal actividad automática, sin ir más lejos los programadores, mecánicos especializados, empresarios que se encarguen de la gestión y del márquetin, creando así otro tipo de empleo.