ENTREVISTA ENTREVISTA D. Antonio Arredondo Sanabria Capitán Farmacéutico en la Base Aérea de Armilla “Para trabajar en una farmacia militar no sólo basta con la vocación profesional, la castrense es esencial” D. Antonio Arredondo Sanabria lleva tres años al frente de la farmacia de la Base Área de Armilla, pero a sus espaldas tiene ya una gran experiencia dentro del mundo farmacéutico militar habiendo trabajado en Madrid y Málaga durante años. Su doble condición de farmacéutico y castrense le ha dado la oportunidad de conocer diferentes boticas del Ejército del Aire y, además, participar en misiones especiales en Afganistán y en Galicia con el desastre del “Prestige”. Aunque nunca pensó que su vida acabara dedicada a las Fuerzas Armadas, después de 20 años en ellas reconoce estar muy satisfecho con su desarrollo profesional dentro del cuerpo militar. TEXTO: CAROLINA RODRÍGUEZ FOTOS: J. OCHANDO Pregunta.- ¿Cómo accedió al cuerpo de farmacéuticos militares? Respuesta.- Era una opción que nunca había 32 Granada Farmacéutica barajado, a pesar de que Ceuta, ciudad en la que nací, se vive mucho el ambiente militar. Terminé mi carrera y decidí hacer el servició militar en la escala de complementos dentro del Ejército del Aire. Directamente, comencé de alférez alumno la instrucción en la Base Aérea de Armilla como farmacéutico y me gustó la experiencia, a pesar de no haber tenido vivencias previas en el ejército. De tal manera que decidí seguir en el cuerpo. Curiosamente, después de haber pasado por Madrid y Málaga, pasados los años he vuelto a Granada. Nº14 • julio / agosto 2008 P.- ¿Qué características distinguen a una farmacia ordinaria de una militar, al margen de los usuarios? R.- Por una parte, al margen de la población a la que atiendo que forma parte del cuerpo militar y del personal civil que trabaja para el Ministerio de Defensa, tenemos tres centros de producción propia especializados en Burgos, Córdoba y Madrid que asisten a las farmacias militares. Pero hay otras diferencias. En este tipo de farmacia hay dos ramas: la asistencial, relacionada con la atención al público, y la logístico-operativa en la que se realizan funciones de mantenimiento y abastecimiento de todos los recursos sanitarios (medicamentos y todo tipo de material de cura y aparatos) que necesiten las distintas unidades. En este caso, Armilla abastece a tres unidades: Armilla, Motril y Málaga. P.- ¿Es diferente la relación farmacéuticopaciente dentro de la base aérea? R.- Me imagino que no. Yo cumplo mi función farmacéutica igual que si estuviera en una farmacia civil y mi relación es muy buena con los usuarios. Un rasgo característico de este colectivo es la demanda de productos militares y no porque cuesten menos, sino por la fe que tienen en ellos. Vamos, que algún día no tienes antigripales militares y aunque les ofrezcas de otra marca, no lo quieren. “He tenido la suerte de colaborar en operaciones de las que te traes recuerdos profesionales y personales” el equipo de trabajo del colegio. Sin duda, el contar con servicios como el Centro de Información del Medicamento (CIM) y poder contactar con ellos para cualquier problema, es una garantía. P.- ¿Qué planteamientos de futuro tiene en esta farmacia? R.- Me gustaría terminar de adaptar la farmacia a mi forma de trabajo y organización. La rebotica quiero adaptarla a nuestras necesidades reales. Por lo demás, no nos podemos quejar, contamos con nuestra parte de venta y con laboratorio en el que trabajamos haciendo análisis de agua y otro tipo de cuestiones. En general, la farmacia está bien equipada y atiende sin problema las necesidades de nuestros usuarios. P.- ¿Cómo valora a las nuevas generaciones farmacéuticas que llegan a las fuerzas armadas? R.- Para ser farmacéutico del ejército se tienen que dar dos condicionantes: que te guste la farmacia y que tengas vocación militar. En mi caso yo entré por obligación porque tenía que hacer el servicio, pero después me ha gustado la vida castrense y estoy feliz. Valoro las amistades, el servicio que hacemos y mi trabajo. Pero hay aspectos más duros como la disciplina o la movilidad. En este tiempo he conocido a pocos farmacéuticos jóvenes, sólo a una, porque también dependen de las plazas, pero llegan bien preparados. Apoyo colegial P.- ¿Tiene relación con el Colegio? R.- Comencé teniendo relación estrecha con el colegio farmacéutico de Málaga y cuando llegué a Granada también me puse en contacto con el de Granada. La verdad es que mantengo una buena relación profesional y personal con “Un rasgo de mis usuarios es la fe ciega que tienen hacia los productos médicos de producción militar” Nº14 • julio / agosto 2008 Granada Farmacéutica 33