Discurso del Canciller Ricardo Patiño Aroca con motivo del 60 aniversario del asalto al Cuartel Moncada Santiago de Cuba, 26 de julio de 2013 Queridas y queridos compañeros y compañeras de la causa revolucionaria Querido comandante Raúl Castro, En nombre del pueblo ecuatoriano y de su Presidente, Rafael Correa, reciban todas y todos un caluroso abrazo desde la mitad del mundo. ¡Cómo expresar con palabras la emoción de estar aquí y de conmemorar, junto a sus protagonistas, una gesta histórica de tan alto significado para todos nosotros! Esta querida Cuba, la tierra de Martí, Fidel, Raúl, Camilo, el Che, Abel Santamaría, Frank País, Maceo y muchos más, constituye una fuente de inspiración para el pensamiento y la praxis revolucionarias de todo el continente, y del mundo entero. Hoy, 26 de julio de 2013, se cumplen 60 años desde que la teoría se puso en práctica; seis décadas desde que un grupo de jóvenes –muy jóvenes- visionarios cubanos decidieran asaltar el símbolo de la tiranía batistiana: el Cuartel Moncada. En términos tácticos, como sabemos, aquel 26 de julio de 1953 significó un revés para el recientemente constituido Movimiento Revolucionario. Pero, la guerra por la liberación del pueblo cubano contra el yugo de aquel régimen apoyado por el 1 imperialismo estadounidense, recién había empezado. Sólo unos pocos años después, aquella “chispa” del Moncada se tornó, en apenas seis años, en un fuego liberador, en una lección de vida que nos enseñó, a aquellas generaciones que venimos después, a tener fe en nosotros mismos; a creer en la acción colectiva de los pueblos organizados. Esta ceremonia muestra, y de manera contundente, que aquel asalto puso en marcha una marea revolucionaria imparable, que desbordó Cuba, para volcarse al Caribe, a Centro América y al Sur, sobre el Continente. Se volcó generosamente hacia un pueblo que padeció durante siglos por la acción de distintos sepultureros de la Humanidad; primero, bajo la servidumbre colonial, después, en la República, en virtud de una antipatriótica alianza entre la oligarquía nacional y el imperialismo. La historia de América Latina puede entenderse mejor si establecemos un antes y un después del asalto al Cuartel Moncada y de su necesario correlato, la Revolución Cubana. Cuántos de nosotros entramos a engrosar las filas del socialismo y de la justicia social con la lectura de “La historia me absolverá”. El asalto al Cuartel Moncada sembró la primera semilla del internacionalismo que después practicó y practica Cuba con el mundo. Siempre recordaremos con admiración y gratitud las misiones cubanas que han ofrecido su mano amiga para la liberación mundial de los oprimidos, siguiendo el ejemplo del Che, símbolo ahora inmortal de la causa antiimperialista. 2 Con el asalto al Cuartel Moncada se encendió una chispa en América Latina. Una chispa que ya no se volvería a apagar, a pesar de las sangrientas dictaduras y posteriores recetas neoliberales que los pueblos de América tuvimos que soportar. Por el contrario, muchos fueron los movimientos sociales revolucionarios que, imbuidos del espíritu de esta gesta y del definitivo triunfo de 1959, empezaron a emerger en cada rincón de nuestra América, a través de una resistencia armada contra el terrorismo estatal que se implantaba. Algunos de esos jóvenes combatientes, aquí presentes, y más jóvenes que antes ahora dirigen los destinos en sus países desde las más altas funciones del Estado, estado que ahora sí trabaja por el progreso, la justicia social y los intereses de las grandes mayorías. El triunfo de la Revolución del 59, nutrida de las gestas de Santiago y Bayamo, marcó el inicio de un proceso de liberación nacional, pero sobre todo, lanzó un mensaje a los pueblos oprimidos del continente. El mensaje de que los sueños de emancipación pueden hacerse realidad, si realmente se lucha por ellos. Compañeras y compañeros de Cuba, Saben ustedes que, desde el Ecuador y desde toda la América Latina y Caribeña, seguimos y apoyamos sus luchas y sus sueños. Ante la memoria de los héroes cubanos del Moncada y ante la presencia universal de Fidel, condenamos el ilegal 3 e inhumano bloqueo perpetrado por parte de la potencia más poderosa del mundo contra Cuba. Si existe algún consenso a nivel mundial, que se haya visto plasmado en las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas de las últimas décadas con mayor contundencia, ese es el consenso en torno a la condena contra el bloqueo. ¿Qué consecuencias ha tenido esta condena unánime? ¿Acaso los Estados Unidos han sido sancionados por la comunidad internacional ante semejante atropello? El día en que eso ocurra, será señal de que ha comenzado a imponerse la justicia a nivel global, y, en consecuencia, la convivencia pacífica entre las naciones y los pueblos, como proclama la Carta Fundacional de las Naciones Unidas. Este bloqueo terminal contra Cuba tendrá que terminar. Por otro lado, asombra el cinismo con el que el gobierno campeón del terrorismo mundial, se atreve a incluir en su lista de países “terroristas” a aquel pueblo que no hace más que ofrecer asistencia en salud, educación y tantas otras acciones a favor de los derechos humanos. A esa Cuba solidaria, el gobierno de los Estados Unidos se atreve calificarla de financiar el terrorismo. Ahora, a diferencia de antes, actuamos en bloque cuando países poderosos burlan el derecho internacional para amedrentarnos. Así sucedió este 12 de julio en la cumbre presidencial del MERCOSUR en Montevideo. Allí, los Estados resolvimos condenar el abusivo e ilegal espionaje practicado por el Gobierno de los Estados Unidos en todo el mundo, así como el agravio cometido contra el presidente Evo Morales en su vuelo de regreso de Moscú a La Paz. Y quienes inicialmente se hacían los desentendidos, han tenido que ofrecer las disculpas al 4 compañero Presidente indígena suramericano. Lo hemos anunciado: el patio trasero de los Estados Unidos ya no está más en Latinoamérica. Si otros se ofrecen a serlo, allá ellos, para eso, no cuenten con nosotros. “La historia me absolverá”, presagió Fidel cuando cayó preso bajo las garras del tirano. La historia no sólo que ya lo absolvió, sino que ahora le rinde merecido tributo; a él y a todo su pueblo. “Fidel, Fidel, qué tiene Fidel, que los americanos no pueden con él”. Fidel tiene dignidad, coraje, grandeza, liderazgo universal, está repleto de amor por su pueblo. ¡Viva la Revolución cubana! ¡Viva la Revolución Latinoamericana y Caribeña! ¡Patria o Muerte! ¡Venceremos! 5