80 Atenea · Número 27 B I O G R A F Í A por Luis F. Domínguez Mora Hernan Cortes, conquistador y politico Uno de los personajes más incomprendidos por la Historia FOTO: MUSEO NACIONAL DE HISTORIA DE MÉXICO Hay personajes históricos cuya memoria es absorbida por la obra fundamental de sus vidas. Así por ejemplo, el descubrimiento de América opaca cualquier otro aspecto de la vida de Colón, o la figura de Gutenberg es engullida por su imprenta. A Hernán Cortés le sucede algo similar con la conquista de México E n ocasiones, pareciera que contar la historia de Cortés, equivale a contar la historia de su conquista. Sin embargo, por más grande que haya sido la campaña de la conquista de México, reducir a un personaje tan complejo como Cortés a una campaña militar de un par de años, es un grave error que no le hace justicia. Hernán Cortés es uno de los personajes más incomprendidos por la Historia. La etiqueta que siempre irá unida a su nombre es la de conquistador de México. Sin embargo, el rol de conquistador no abarca la totalidad de su obra histórica y me atrevería a decir que ni siquiera es su principal característica. Los conquistadores pocas veces afrontan el reto de convertirse en constructores de una nueva civilización, puesto que, una vez realizada la conquista, continúan con sus campañas de guerra o vuelven a su lugar de origen. Las extraordinarias condiciones de la conquista de América abrieron esta posibilidad a los encargados de realizarla, aunque en principio se contentaran con crear en las islas antillanas una copia burda de la sociedad castellana del siglo XVI y un sistema de explotación que terminó por exterminar a los nativos. No sería hasta 1521, con la caída de México-Tenochtitlán, cuando llegaría alguien con la voluntad y la capacidad para afrontar el reto de construir una civilización nueva, un verdadero Nuevo Mundo. Lo primero que hizo Hernán Cortés al entrar en las ruinas de la antigua capital azteca fue organizar su reconstrucción, dejando en claro que él no había venido sólo a destruir y explotar, sino también a construir y desarrollar. Este cambio de actitud frente al mundo conquistado transformó radicalmente la dinámica española en Atenea 81 00 FOTO: MUSEO NACIONAL DE HISTORIA DE MÉXICO Número 27 · América y fue el primer intento por otorgarle una identidad propia al continente. HACIA AMÉRICA En la ciudad extremeña de Medellín nació Hernán Cortés en 1485. Tras una infancia y juventud con continuos problemas de salud, a los 16 años se dirigió a Salamanca con la intención de hacerse letrado. Aunque el destino de Cortés sería otro, su estancia en el centro intelectual de la Castilla de su tiempo lo marcaría de por vida. El humanismo español ya se desarrollaba en la Universidad, con un fuerte acento erasmista, y en los textos que Cortés escribirá posteriormente se alcanzan a percibir estas influencias inte- lectuales que lo distinguen del grueso de los conquistadores. En 1504, el espíritu inquieto de Cortés lo lleva, casi inevitablemente, al otro lado del mundo, cuando la visión española de las Indias Occidentales se encuentra ya muy alejada de las iniciales y disparatadas creencias de Colón y mucho más cercana a la realidad. El 13 de abril desembarca en La Española, donde permanecería hasta 1511 cuando se une a la expedición de Diego Velázquez para la conquista de Cuba. Es allí donde Hernán Cortés logra establecerse tanto social como económicamente, pero su espíritu todavía no estaba conforme. El tiempo corría y las expediciones seguían su marcha; ya Núñez de Balboa Visión de la lucha que precede a la fusión entre españoles y aztecas en los murales de David Alfaro Siqueiros del Museo Nacional de Historia de México, en el castillo de Chapultepec. En pugna, lo mejor de cada lado: un español con armadura y a caballo, y un ‘cuauhpipiltin’, o caballero águila azteca. 82 Atenea · Número 27 B I O G R A F Í A el asombro “Y desde que vimos tantas ciudades y villas pobladas en el agua, y en tierra firme otras grandes poblaciones, y aquella calzada tan derecha y por nivel cómo iba a México, nos quedamos admirados, y decíamos que parecía a las cosas de encantamiento que cuentan en el libro de Amadís, …, y aun algunos de nuestros soldados decían que si aquello que veían si era entre sueños, … porque hay mucho que ponderar en ello que no sé cómo lo cuente: ver cosas nunca oídas, ni aun soñadas, como veíamos...”. Bernal Díaz del Castillo Historia Verdadera de la Nueva España había descubierto el Mar del Sur (Océano Pacífico) en 1513, ya se habían recorrido las costas de Yucatán y Veracruz. Un continente comenzaba a mostrarse. El gobernador de Cuba, Diego Velázquez, promovía expediciones y se congraciaba con el rey por descubrimientos que él se limitaba a financiar. Juan de Grijalva nombraba el río que todavía lleva su nombre, pero fue incapaz de ir a más, a pesar de las numerosas muestras de que aquella costa que bordeaban escondía mucho más que todo lo antes descubierto. La gloria sería para alguien más. Hernán Cortés ya preparaba su expedición aun antes de que volviera Grijalva a Cuba. Velázquez buscaba quien dirigiera la siguiente expedición y la posición económica de Cortés fue decisiva para obtener tal nombramiento. Cortés había tenido suficiente tiempo de estabilidad, necesitaba aventuras y las historias que llegaban a la isla no podían más que acrecentar su interés por ellas. A Velázquez le vino de maravilla que Cortés participara económicamente en la expedición, veía su riesgo minimizado y, como gobernador, seguía manteniendo los derechos sobre lo conseguido por los expedicionarios. El momento de Cortés por fin había llegado. LA CONQUISTA La Conquista de México es una de las campañas militares más fascinantes de la Historia, pero imposible de contar en este espacio de manera detallada por lo que haremos un rápido recorrido por algunos de sus detalles más extraordinarios: la fortuna de encontrar al náufrago español Gerónimo de Aguilar en las costas de Yucatán, quien en mancuerna [en alianza] con la indígena Malinche permitieron la comunicación fluida con los naturales del continente; la audacia cortesiana de destruir las naves, cortando de tajo con las dudas de la expedición e impulsándola siempre hacia adelante; el genio político del conquistador al percatarse de las rivalidades entre los diversos pueblos nativos y el resentimiento hacia los poderosos mexicas del emperador Moctezuma; el mito aún discutido sobre el regreso del dios Quetzalcóatl, blanco y barbado, quien prometió un día regresar por el oriente; la majestuosidad de una ciudad mágica, de dimensiones jamás oídas, construida en medio de una laguna; las sanguinarias matanzas de Cholula y Tlatelolco; el desembarco de Pánfilo de Narváez en las costas veracruzanas con la orden expresa de arrestar a Cortés y mandarlo de regreso a Cuba; el golpe de estrategia de Cortés ganándole la partida a Narváez y uniendo sus hombres a la expedición conquistadora; la trágica Noche Triste y la pérdida del tesoro de Moctezuma en las aguas del lago; la recuperación española y la exótica imagen de bergantines transportados pieza por pieza a través de volcanes nevados, a espaldas de miles de indígenas; y, finalmente, el inevitable y heroico sitio de Tenochtitlán. A lo largo de los dos años que duró la conquista de México, Hernán Cortés fue reconociendo a la civilización a la que se Número 27 · Atenea 83 00 El valor que otorga al nuevo territorio queda también muy claro en el nombre: Nueva España. El pensamiento político de Cortés se dispara y percibe antes que nadie que el futuro de España radicaba en América, por lo que América debía ser respetada. Comenzará entonces Cortés su odisea personal por imponer su visión del Nuevo Mundo e implementarla en los dominios por él conquistados. Los años en México tras la Conquista encuentran al Cortés más pleno y maduro. Es un hombre completo, exitoso y poderoso. Ya no es víctima de la necesidad, ahora sólo responde a sus ideas y tiene el Las tropas de Cortés, además de caballos, tenían superioridad total en armamento: espadas y armaduras de acero, ballestas y armas de fuego. FOTOs: MUSEO MARÉS (barcelona, españa) Y MUSEO NACIONAL DE HISTORIA DE MéXICO MÉXICO Era LA NUEVA ESPAÑA poder para llevarlas a cabo. Reconstruye magníficamente la Ciudad de México, promulga leyes, reconoce el país, realiza exploraciones y no deja de buscar el estrecho que conecte los océanos y haga posible el ansiado comercio con las Indias. Es el Cortés político, estadista, moderno. Por un momento, parece que la visión cortesiana de América se establecerá en México. Sin embargo, comete un par de errores: despacha como soberano en un territorio de la Corona Española, dando lugar a las intrigas y envidias que lo perseguirán hasta su muerte y abandona la Ciudad de México por un absurdo viaje a Las Hibueras (la actual Honduras), © julián de velasco enfrentaba, al territorio que conquistaba y las posibilidades que se ofrecían. Es en este momento histórico, en el que el choque de civilizaciones ocurre con mayor nitidez, Cortés encuentra en Moctezuma a un interlocutor de un nivel cultural inexistente en las islas del Caribe y comprende que la civilización mesoamericana no debe correr la misma suerte que la antillana. Aquí es cuando esos años en Salamanca le inflaman ese espíritu renacentista, esa curiosidad científica, esa valoración objetiva del “otro” que expresa inequívocamente en su Segunda Carta de Relación a Carlos I: “porque he deseado que vuestra alteza supiese las cosas de esta tierra, que son tantas y tales que, se puede intitular de nuevo emperador de ella, y con título y no menos mérito que el de Alemaña…”. Atenea · Número 27 B I O G R A F Í A Partes de la panoplia de los guerreros aztecas, correspondiente a una cultura lítica. FOTO: MUSEO ETNOLÓGICO. VIENA EXPLICACIÓN DEL ESCUDO de hernán cortés àel águila negra de dos cabezas en campo amarillo: las armas imperiales de Carlos V. àel león de oro en campo rojo: el esfuerzo de Cortés en la conquista. àlas tres coronas de oro en campo negro: el vencimiento de Moctezuma, Cuetaoacín y Guauctemocín. àla ciudad de Tenochtitlán sobre el agua: en memoria de haberla ganado. àen orla: los señores de siete provincias rendidas, con cadena y candado. àen escusón: las armas del linaje Rodríguez de las Varillas. àEl lema: El Señor los juzgó en sus actos y fortaleció mi brazo. Al volver del desafortunado viaje, Cortés se encuentra con que se le ha abierto un juicio de residencia para investigar diversas acusaciones que contra su persona se hacen. Entonces, decide viajar a España y entrevistarse con el rey, quien le reconoce sus derechos, le premia nombrándole Marqués del Valle de Oaxaca y le otorga un escudo de armas, mas no le devuelve el poder de gobernar la Nueva España, administrada ya por una Audiencia. Estos años se le pasarán en luchas por sus derechos, exploraciones por el Pacífico y vueltas entre México y España. Cuando por segunda vez vuelve a España, participa en la malograda batalla de Argel contra los berberiscos y persigue al rey por media España. Tras arreglar sus asuntos, intenta volver a América, pero no se lo permiten con el pretexto del interminable juicio de residencia que le siguen. La verdadera razón son las sospechas de que pudiera “levantarse con la tierra”. De esta manera, lejos de la tierra donde pidió ser enterrado, Hernán Cortés muere en Sevilla el 2 de diciembre de 1547. Sus restos tardarían en llegar a la Nueva España, aunque finalmente lo hicieron, sólo para ser exhumados una y otra vez, pues la figura del conquistador se convirtió en un símbolo político manoseado por demasiadas causas. Sin embargo, su visión americana no murió con él, si bien la realidad política, intelectual y administrativa de la época no estaba aún preparada para adoptar las controvertidas ideas de Cortés. Su aprecio por la tierra que conquistó modificó completamente la perspectiva española sobre América y su idea de que América podía ser por sí misma, sin perder su identidad hispana, es la que subyace detrás de cada nación hispanoamericana. n El gran tocado de plumas de quetzal del emperador Moctezuma. FOTO: COCOJORGEFALCON JUICIO DE RESIDENCIA FOTO: MUSEO NACIONAL DE HISTORIA DE MÉXICO perdiendo de facto un poder que nunca logrará recuperar. En la calle Corregidora de México, Cortés tiene el título de Fundador de los Ayuntamientos de América continental. FOTO: DEL AUTOR 84 Los pueblos mesoamericanos habían alcanzado un gran desarrollo arquitectónico.