04 NACIONAL MARTES 19 DE SEPTIEMBRE DE 2006 juventud rebelde Pacto secreto de libertadores La singular y poco explorada relación entre Eloy Alfaro —el patriota ecuatoriano a quien se le acaba de inaugurar un monumento en La Habana—, con José Martí, Antonio Maceo y la causa de la independencia cubana por LUIS HERNÁNDEZ SERRANO [email protected] fotos ROBERTO SUÁREZ y CORTESÍA DEL ENTREVISTADO EL prócer de Ecuador Eloy Alfaro Delgado sintió una particular inclinación hacia nuestra Patria desde que conoció la historia del joven ecuatoriano-cubano, al que Sucre, el Mariscal de Ayacucho, rindió póstrer tributo. En ello basa el joven Regino Sánchez Landrián, especialista del Museo Fragua Martiana, de Ciudad de La Habana, la temprana gratitud que sintió el patriota ecuatoriano Eloy Alfaro Delgado por sus amigos Martí y Maceo, y por la independencia de Cuba. «De ahí que en sus dos períodos consecutivos como Presidente ayudara al movimiento revolucionario de Cuba y de América Latina». HOMENAJE DE SUCRE «Influyeron mucho en él, de niño, las narraciones épicas que le contara su madre, María Natividad Delgado, en las noches de la localidad ecuatoriana de Montecristi, en la provincia de Manabí, su región natal. «Un habanero ilustre, Francisco Calderón, emigró a Ecuador en 1780 y tuvo que ver después con aquel primer grito emancipador del 10 de agosto de 1809 en Latinoamérica. El hecho despertó en Eloy Alfaro sentimientos de admiración y gratitud que se incrementaron al saber que ese cubano era el padre del abanderado de la histórica Batalla de Pichincha: Abdón Calderón de Garaycoa». Sánchez Landrián revela que Abdón nació en Cuenca, Ecuador, el 31 de mayo de 1804 y que murió el 25 de mayo de 1822, un día después de la batalla que condujo el mismo Sucre. «Aquel joven cayó siendo oficial del Batallón de Yaguachi, perteneciente a las tropas del referido Mariscal. Con 17 años, escaló las faldas del Pichincha con el estandarte de la emancipación en sus manos, y cuando sintió la metralla enemiga en su pecho, les gritó a sus compañeros que siguieran avanzando con él para conquistar la cima del monte, fuerte plaza de los españoles y realistas». Sucre enseguida dictó disposiciones oficiales como homenaje póstumo al temerario joven con genes de cubano y ecuatoriano: «Para honrar debidamente la memoria de Abdón Calderón de Garaycoa, no se nombrará otro Capitán a la Primera Compañía del Batallón de Yaguachi. En lo sucesivo pasará revista el expresado Calderón como si estuviese vivo; y cuando en las de Comisario sea llamado por su nombre, toda la Compañía responderá: “Murió gloriosamente en Pichincha; pero vive en nuestros corazones”. A la madre de Calderón (Manuela de Garaycoa y Llaguno) se le pagará mensualmente el mismo sueldo de que hubiera disfrutado su hijo en la clase de Capitán, a que fue ascendido después de su muerte por su extraordinario valor. Mariscal Antonio José de Sucre». ALFARO Y EL APÓSTOL Nuestro entrevistado, licenciado en Historia en 2003 en la Universidad de La Habana, participó en el concurso ¿Qué sabe usted sobre Eloy Alfaro?, auspiciado por la Embajada de Ecuador en La Habana, la Oficina del Programa Martiano y el Comité Eloy Alfaro de Centro Habana, y obtuvo Primera Mención con su trabajo: Alfaro, en una vida, la historia de Ecuador. «Lo primero que hallé fue la singular y poco explorada relación entre Alfaro y Martí. En la página 77 del libro De Paula 41 al Museo General Eloy Alfaro Delgado. José Martí. Casa Natal José Martí, de Mary Nieves Díaz Méndez, publicado en La Habana por la editorial Letras Cubanas en 1988, se dice: «Jipi-japa legítimo obsequio del prócer ecuatoriano Eloy Alfaro a José Martí, como motivo del homenaje que le fuera ofrecido al Maestro por un grupo de amigos latinoamericanos, como el propio Alfaro, el colombiano José María Vargas Vila, el venezolano Juan Pérez Bonalde, el peruano Patricio Jimeno y otros en el afamado restaurante Delmónico, de Nueva York, en 1894». Aclara Regino que ahí al menos hay una imprecisión. El onomástico 41 del Apóstol ese año 1894 no se celebró allí, sino en la casa de huéspedes de Carmen Miyares, sita en 57 Street, entre 8va. y 9na. avenidas, Nueva York. «Por otra parte aunque el Maestro celebró su último cumpleaños —el 42— en el reservado del restaurante Delmónico, en enero de 1895, los participantes en esa ocasión fueron Gonzalo de Quesada y Aróstegui, Rodolfo Luis Miranda, Ramón Luis Miranda, Gustavo Govín y el propio Martí». sacado, arrastrado por las calles de Quito, descuartizado y quemado, de ahí el título de La hoguera bárbara. De los contemporáneos, el joven museólogo consultó la Tesis Doctoral de Enrique Ayala Mora, prestigioso intelectual de Ecuador que trabajó la revolución liberal ecuatoriana, donde Alfaro es el centro. Otros autores como Malcolm Deas y Hernán Malo, ambos de Ecuador, hablan de la influencia de Martí en Alfaro, sin explicar por qué ni cómo. «Tuve la suerte de encontrar una carta escrita el 22 de octubre de 1902, del mismo Alfaro a José Peralta, ecuatoriano residente en Perú a principios del siglo XX, comentando cómo había conocido a José Martí. Fue a través de Bartolomé Mitre, director de La Nación, de Buenos Aires, quien le envió con Alfaro el pago a Martí por sus colaboraciones. «El 24 de octubre de 1890, en la casa de huéspedes de Carmen Miyares, conoció a Martí y le entregó el importe con la carta con que Mitre los presentó a los dos. Así comenzó la fecunda amistad que cultivaron en numerosos encuentros y diálogos. Alfaro le obsequió el primer sombrero de jipi-japa. El otro se lo dio en 1894. «Ambos se encontraron también entre los días 7 y 10 de junio de ese año en San José, Costa Rica. Martí fue con Panchito Gómez Toro, según asegura Pareja Diezcanseco, en la página 182 de la obra citada. «El día 11 de junio se vieron de nuevo, en unión de Panchito Gómez, en la casa que ocupaba Alfaro, antigua residencia de su madre, María Natividad Delgado, en Alajuela, localidad de unos 4 000 habitantes, según censo de la época». Todo lo anterior, unido a la relación MaceoAlfaro, y Alfaro-Máximo Gómez, le hace suponer a Regino Sánchez que existió un pacto secreto entre esos luchadores, incluido Martí, para la independencia de Cuba y, además, para la refundación de Ecuador. «Un ejemplo de esto es la carta que Maceo le envía a Alfaro desde Tapia, Pinar del Río, el 12 de junio de 1896, en la que le expresa su complacencia ante la noticia de que este había cumplido lo que le tenía ofrecido en cuanto a colaborar con la causa cubana. ¿PACTO SECRETO? Comenta el joven investigador que estos detalles los tomó de la sesión de la Academia de Historia de Cuba efectuada el 28 de enero de 1959, en La Habana. El doctor Gonzalo de Quesada y Miranda pronunció un discurso llamado Los natales de Martí, que esclarece estos aspectos. «En los más de 20 libros que consulté, la relación Alfaro-Martí se ha abordado solo como contactos amistosos y protocolares, sin fecha ni lugares concretos. En Cuba el historiador que más trabajó la personalidad de Alfaro fue Emeterio Santovenia, pero no precisó nada al respecto, solo que ambos se habían encontrado en 1890 y 1891. «Indagué en muchas obras sobre Alfaro, hasta llegar a su biógrafo más completo: Alfredo Pareja Diezcanseco, también ecuatoriano. Su libro La hoguera bárbara, publicada por la Nueva Editora, Casa de la Cultura ecuatoriana, Quito, 1986, tampoco dice cómo se conocieron ambos pensadores, ni en qué circunstancias». Enfatiza Sánchez Landrián que Alfaro fue encarcelado, asesinado a balazos en su celda, «Además, Alfaro, a fines de 1895, se atrevió a escribirle una carta a la Reina Regenta de España para que concediera la independencia de Cuba. Ese mismo año organizó una expedición que desde Ecuador vendría a la Isla bajo las órdenes del comandante ecuatoriano León Valle Franco, intento que se frustró por la negativa del gobierno colombiano a que cruzase por su territorio». En el Congreso Americano que propuso Alfaro para efectuarse en México, en agosto de 1896, uno de los temas fue la necesidad de la Independencia de Cuba. Igualmente brindó gran ayuda al representante del Partido Revolucionario Cubano, Arístides Agüero, y al emigrado cubano Miguel Alburquerque. «Desde la década de 1890 hay un grupo de latinoamericanos comprometidos con refundar también la Gran Colombia Bolivariana. Se inspiraron en el proyecto del colombiano José María Torres Caicedo, al que Martí conoció mediante Vargas Vila, pero esta vez desde el Río Bravo hasta el Amazonas. Entre ellos aparecen los firmantes del Pacto de Amapala: Santos Zelaya (nicaragüense); Joaquín Crespo (venezolano); Benjamín Herrera (colombiano), y por supuesto Eloy Alfaro y José Martí, este último como ideólogo y gestor de esa suerte de propósito secreto. «El ecuatoriano Enrique Ayala Mora, en la página 81 de su libro Historia de la Revolución Liberal Ecuatoriana, de 1994, dice: “(...) para él —alude a Alfaro— como para muchos líderes liberales de su época, debía formarse una especie de internacional revolucionaria de América Latina destinada a la coordinación de esfuerzos y al auxilio mutuo”. Se conoce que entre varios dirigentes se suscribió este pacto que justamente tenía ese objetivo. Los hechos posteriores probaron que la solidaridad existía». Y añade Regino: «Gustavo Humberto Rodríguez R. en la página 109 de su obra Benjamín Herrera en la guerra y la paz, Editorial Ciencia y Derecho, Bogotá, 1994, dijo que era un anhelado proyecto que antes, en 1895, había esbozado el presidente ecuatoriano, General Alfaro, quien tampoco logró sacarlo adelante, a pesar de que entonces, en 1897, contó con el apoyo de los liberales de los países grancolombianos». Regino Sánchez Landrián, joven investigador de la Fragua Martiana. juventud rebelde MARTES 19 DE SEPTIEMBRE DE 2006 NACIONAL 05 El día feliz que está llegando Restan solo 19 días para que la Organización de Pioneros José Martí descorra las cortinas de esa gran fiesta de conciencia y alegría que tendrán los niños y adolescentes cubanos los días 7 y 8 de octubre por DORA PÉREZ SÁEZ fotos ROBERTO MOREJÓN AQUEL que alguna vez haya tenido que preparar unos quince, una boda o hasta un sencillo cumpleaños, sabe que el ajetreo no es nada fácil, especialmente los últimos días antes de la fecha. Mucho trabajo se requiere para que todo salga bien, por eso la familia entera está pendiente del más mínimo detalle, y hasta los buenos amigos se acercan a preguntar en qué pueden echar una mano. Es eso lo que ahora sucede en la Organización de Pioneros José Martí, donde sus funcionarios andan en un constante «corre-corre», dando los toques finales a la gran fiesta de conciencia y alegría que tendrán los pioneros cubanos los días 7 y 8 de octubre. «Estamos en una fase intensiva. Y creo que podemos dividirla es tres líneas: las escuelas, los delegados y la organización del evento como tal», explicó en diálogo con este diario Keila Estévez, vicepresidenta de la OPJM. «A nivel de colectivo, hay todo un movimiento que implica evaluar nuevamente los planteamientos que hicieron los pioneros en las aulas. Se trata, desde la propia estructura adulta nuestra (los guías que atienden a los niños en las escuelas) de analizar, revisar y discutir con los factores de la comunidad y con los organismos, la respuesta a esos planteamientos. Y por supuesto, evaluarlos nuevamente con los estudiantes. «También existe un movimiento para declarar las escuelas Colectivo cuarto congreso pioneril, en las próximas semanas y antes del congreso. Para ello deben cumplir varios requisitos, como tener el claustro completo, una buena asistencia de los pioneros a clases, el desarrollo de la emulación, el uso correcto del uniforme, entre otros. «El Ministerio de Educación declaró durante los meses del verano el movimiento Centro listo para iniciar el curso escolar. Nosotros hemos dicho que el principal requisito de un Colectivo cuarto congreso es que haya sido declarado listo por el MINED. —También habrá un reconocimiento por parte de los CDR... —Así es. A nivel de comités, vamos a declarar la Casa del delegado, con una actividad en su cuadra. El 21 de septiembre, pegaremos en las 900 casas de los pioneros una pegatina que dirá: «Aquí vive un delegado». Ese suceso se convertirá en una gran fiesta de los vecinos de esa calle con ese pionero. Eso lo queremos hacer coincidir con nuestra guardia pioneril, como un homenaje a los cederistas en su aniversario 46. La sede principal será en Artemisa, en La Habana. —¿Qué están haciendo ahora los delegados? —Un grupo importante fueron electos de grados terminales: de sexto y noveno grado. Nosotros hemos mantenido un sistema de prepara- Keila Estévez. ción con ellos, para que adquieran nuevos conocimientos y afiancen otros. Han visitado muchos lugares históricos y de importancia social, y han intercambiado con personalidades. En esto se han concentrado durante los dos últimos meses. «Este mes de septiembre, en cada territorio, los organismos, bajo la dirección del Partido, se han estado reuniendo con los pioneros. Nosotros hemos explicado que los delegados deben dominar todos los contenidos de las asignaturas de su grado, saber conversar sobre la historia de su municipio, sobre todo la de su localidad y también tener dominio de lo cultural y lo social a partir de la integración con todos los programas de la Revolución en cada rincón del país». —¿Cómo tienen concebido el Congreso? —Va a ser un congreso apretado en tiempo en el sentido de que todos los participantes van a estar constantemente en actividades, sin descanso alguno. Vamos a aprovechar mucho la discusión de las comisiones, a partir de lo que ya habíamos evaluado en los destacamentos y en los municipios. Las actividades colaterales están dirigidas a la conmemoración de fechas históricas. El día 6 es el aniversario 30 del crimen de Barbados, y el 8 de octubre es un día que la Organización, desde hace mucho tiempo, se lo ha dedicado a Ernesto Che Guevara. «A partir del 7 de octubre comenzará el trabajo en las comisiones. Ese día inauguraremos una exposición dedicada a la obra de Fidel con los niños, y tendremos un encuentro con los familiares de los Cinco, para conocer acerca de la infancia de estos héroes cubanos. Incluso vamos a presentar una edición especial de la revista Zunzún, dedicada a nuestros compatriotas. Y no podía faltar una gala cultural en el Gran Teatro de La Habana, en esta ocasión con la presentación de Lizt Alfonso». —¿Cómo se dividió el trabajo de las comisiones? —Son cinco comisiones. La primera analizará todo lo relacionado con la Enseñanza Primaria, que incluye la calidad de la educación, quiénes son nuestros maestros, cómo se completan las aulas, qué aporte ha brindado que un profesor atienda solamente a 20 pioneros, qué significa para un niño de Primaria tener un televisor, un video, una computadora... y por supuesto, el funcionamiento de la organización en esa enseñanza. «La segunda comisión es la de Enseñanza Secundaria, y trabajará sobre esa misma base: el aporte de las aulas para 15 alumnos, la llegada del PGI, la merienda escolar. «Una tercera, que es la de formación vocacional, discutirá la principal vocación que debe tener un pionero, que es la de revolucionario, y desde esta posición, qué actividades podemos hacer en función de la orientación profesional, el uso de las instalaciones pioneriles... «La cuarta comisión está dedicada a la cultura, el deporte y la recreación, y cómo influyen en la formación de valores; y una quinta, que es muy especial para nosotros, porque versará acerca del funcionamiento de la estructura adulta de la organización». —¿Cuáles de los problemas planteados por los pioneros se han resuelto o están próximos a hacerlo? —Aunque fue un congreso muy crítico, en esencia, en los debates de cada una de las asambleas de los diferentes niveles, se hicieron sugerencias de cómo mejorar cada una de las acciones que se desarrollan en las escuelas. «Hemos efectuado un proceso de discusión de estos planteamien- tos con los organismos. Está, por ejemplo, el tema de los instructores de arte. El criterio va encaminado al anhelo de los pioneros de que en sus escuelas haya profesionales de este tipo. Pero vamos por dos graduaciones de instructores de arte, y aunque no hemos podido llegar a todas las escuelas, hacia allá nos dirigimos. «Hubo criterios sobre las construcciones de las escuelas, la reparación, y también acerca de cómo hacer una mejor vida dentro de la propia escuela desde el punto de vista recreativo, incluso fuera del horario de clases. A todos los problemas que llevan respuestas locales e inmediatas, se les ha ido dando prioridad. Nuestros pioneros han analizado criticamente, no solo la actuación de quienes tenemos, que atenderlos y de sus maestros sino la de ellos mismos: cómo estudian, cómo pueden aprovechar mejor los recursos que hay en la escuela, que a veces no utilizan óptimamente. «Lo esencial es cómo el país ha creado un espacio respetado desde 1991, año del primer congreso, para escuchar a los pioneros, atender sus sugerencias y a partir de ahí mejorar métodos de trabajo, sobre todo a nivel de escuela». —Sé que un tema muy abordado por los pioneros fue el del Movimiento de Pioneros Exploradores. —Los pioneros exploradores ocupan un lugar importante dentro de los movimientos de la Organización. Es de los que más agradecen ellos, porque los hace relacionarse con la naturaleza y les enseña mucho para la vida. En ese sentido, un tema muy reclamado fue el estado de nuestras instalaciones, y cómo pueden visitarlas con más frecuencia. «Hoy no contamos con lugares en todo el país para que todos puedan asistir. Y esto es un pedido que ellos hacen. A pesar de que el Movimiento ha tenido muchos resultados a nivel de las competencias, los pioneros piden mayor preparación, más actividades, mayor vinculación con la naturaleza». —¿Cuál es la situación actual de los palacios de pioneros? —Estamos en un momento en que incluso el propio Comandante nos ha llamado a convertir cada escuela en un palacio de pioneros. Esto no significa que llevemos los círculos de interés al plantel, sino que este sea un lugar donde el niño se sienta bien, donde se quiera recrear, porque los palacios de pioneros son espacios donde el niño cambia de actividad, aprende y al mismo tiempo se divierte. «Aunque contamos con 227 palacios de pioneros en el país, todos los municipios no cuentan con uno. Hoy la política que tenemos es la de trabajar, de evaluar con cada territorio que no se cierre un palacio más, pero también identificar realmente cuáles están funcionando, que círculos de interés tienen, hasta dónde llegar, y no concentrarnos en círculos de interés específicos sino en una formación para la vida más general, más integral a partir de todas las transformaciones que el país viene desarrollando». —¿Cómo definirías este congreso? —Será un evento donde los pioneros seguirán dando su apoyo a la Revolución y a la Proclama del Comandante en Jefe. Un congreso donde pasaremos revista a las transformaciones educacionales, y a cómo se ha beneficiado la educación en estos años. «Es esencial recordar que en la clausura del Tercer congreso, aún estos programas que hoy están fortalecidos no existían o apenas comenzaban. Entonces había un televisor por cada cien pioneros y las computadoras no habían llegado todavía. Y mira hoy cuántos tenemos. En aquel momento Fidel anunciaba muchas de estas cosas. Por eso vamos a hacer un balance de lo que se ha hecho desde entonces, de la respuesta que se ha dado en estos seis años».