Racismo, la herencia colonial que se mantiene:

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Lunes 11 de mayo de 2015
ENTREVISTA
Racismo, la herencia colonial que se mantiene:
Eduardo Restrepo
L
Víctor Rivera
a discriminación racial proviene directamente de
una herencia colonial, argumenta el doctor Eduardo Restrepo, especialista de la Pontificia Universidad Javierana de Colombia y coordinador del
Centro de Estudios Afrodescendientes, quien estudia casos
como los pueblos indígenas en América Latina y los despojos a sus tierras. Sobre los recientes hechos ocurridos en los
Estados Unidos, con los casos de Ferguson y de Baltimore,
donde cuerpos policiales ultimaron a jóvenes afroamericanos, Restrepo comenta que es parte de esa misma superioridad blanca que se sembró durante los años donde el continente americano era dominado por colonias europeas y que
se convirtió en un estereotipo arraigado que le permite seguir nutriendo el racismo. En el marco de la Cátedra de Interculturalidad que se llevó a cabo en la Biblioteca Pública
Juan José Arreola, Eduardo Restrepo dictó una conferencia
donde marcó su postura acerca del racismo a nivel global,
en el que defiende la premisa de que “parte importante de
la manera como nos relacionamos con los otros está atravesada por una herencia colonial”.
¿Si el colonialismo quedó en el pasado, por
qué se siguen dando innumerables episodios
de discriminación racial?
El pensamiento colonial no es algo que se quedó en el pasado, sino que es algo que está en el presente y que define muchas de las cosas de acuerdo a cómo nosotros nos vemos y
de la forma en la que vemos a los otros. Esto particularmente en la racialización y la discriminación racial es una de las
improntas del colonialismo que todavía definen las experiencias y las subjetividades de nuestra contemporaneidad.
¿Cómo definiría el racismo hacia los pueblos
indígenas?
Yo siento que mucho del desprecio —porque creo que esa
es la palabra que hay que usar—, del desprecio a los indígenas, al igual que a los afrodescendientes, tiene un origen
frente al colonialismo, y se ha mantenido a través de la historia endiosando a la modernidad, endiosando a Europa, a
Estados Unidos, y al mismo tiempo despreciando y desconociendo a las poblaciones indígenas. Y con un grado incluso de desprecio hacia nosotros mismos como lo que somos,
para querer ser otra cosa, que es precisamente esa idea de la
cultura, del Occidente, de la modernidad.
¿Son las mismas causas las que provocan el
racismo en los diferentes países?
Yo diría con lo que pasa en Estados Unidos, en México, en Colombia y en todos los países que aparece esto, es que tienen
particularidades por la propia historia que tienen estas naciones y estos países, pero comparten una matriz colonial que
precisamente naturaliza esa inferiorización de unas poblaciones con respecto a otras, y ese es nuestro gran reto actualmente.
MIRADAS
foto: José María Martínez
El pensamiento colonial no es algo que
se quedó en el pasado, sino algo que está
en el presente y que define muchas de las
cosas de acuerdo a cómo nos vemos y de
la forma en que vemos a los otros
¿La llamada globalización tecnológica ha
aportado algo para combatir la situación
del racismo a nivel mundial?
La globalización es un fenómeno que tiene muchas aristas y tiene muchas dimensiones. Hay una dimensión de profundización
de la exclusión de la racialización, de reificación de lo que signi-
fica la tradición moderna occidental, blanca. Ahí hay una arista,
y es cierto, pero también permite que gente que antes no se podía conocer o conectar, se conectara. Pero hay unas inequidades,
y una suerte de profundización de esas desigualdades. Pero yo sí
creo que no es sólo negatividad, y que también nacen posibilidades esperanzadoras de tropelear en otros términos y por otros
canales, y de hecho yo creo que hay una rearticulación de luchas
que pasan por estas nuevas maneras de estar en el mundo.
¿Cuál sería la opción alterna al racismo? ¿El
multiculturalismo?
Yo no plantearía que la opción al racismo es la multiculturalidad;
la opción es la descolonización. La única forma de estar en una
sociedad que esté más allá del racismo, es una sociedad descolonizada. Nuestro gran problema no es el reconocimiento de las
diferencias culturales, sino que la desigualdad y la inequidad están articuladas racialmente. Eso es poscapitalismo. El problema
es el capitalismo y el colonialismo, y hay que acabar con ellos,
y no que el estado reconozca ciertas expresiones folclóricas. ©
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