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Memorias del futuro, por Octavio Vinces
Octavio Vinces · Friday, September 27th, 2013
A propósito de Días malditos (Un diario de la
Revolución), de Iván Bunin
¿Obedece la Historia (con mayúscula) a leyes inexorables o es la conducta del ser
humano, en última instancia, la que explica su devenir? Cuenta Dostoievski una
anécdota de la India en la que un cerdo, aterrado ante la inminencia del duelo que
debía enfrentarlo con un león, se revolcó en un chiquero justo antes de acudir a la
cita. Asqueado por el hedor que despedía el cerdo, el león decidió marcharse. Luego el
cerdo, con gesto envanecido, iba a jactarse de que su presencia estremeció de tal
manera al león que éste sólo atinó a huir. Dostoievski asegura que si cambiamos el
personaje del león por el del hombre decente, el resultado será idéntico.
En estas páginas de Iván Bunin (Borónesh, 1870 – Paris, 1953), cada uno de los
bolcheviques y partidarios de la Revolución (Gorki y Maiakovski, de manera
preeminente) ocupa el rol del cerdo. El duelo es del todo desigual porque el ciudadano
decente rehusará revolcarse en el chiquero, mientras que los cerdos están dispuestos
a cualquier cosa con tal de aplastar al enemigo y prevalecer; eso sí, alegando que
ayudan a que la Historia cumpla sus leyes o algún dislate parecido. En tales
condiciones, un vapor de guerra francés anclado enfrente de la costa de Odessa se
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convierte en un elemento tranquilizador para quienes sufren las invasiones bárbaras
provenientes de su propia tierra. El Caballo de Troya puede ser una metáfora de lo
inquietante, pero también de lo esperanzador, como nos enseña Ismail Kadare. Los
hombres tienden a mentirse a sí mismos cuando encaran la desgracia inminente, o a
creerse inverosímiles vaticinios de una ayuda externa que jamás llegará a hacerse
efectiva. En Moscú y Odessa se anhelaba la intervención alemana, o incluso el triunfo
de un general del ejercito blanco que había ingresado a Siberia desde Alaska.
Todo esto tendría que sonar a cuento conocido a quienes padecieron —y siguen
padeciendo— las desgracias y sinsabores provocados por diversos proyectos políticos
a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI. Proyectos comandados por cerdos
embarrados en estiércol, y cuya fuerza y estabilidad están vinculadas a la capacidad
de aprovecharse del resentimiento, esa fuerza incontenible que, canalizada de forma
adecuada, se convierte en el mejor capital político. Más allá de su valor testimonial,
Días malditos (Un diario de la Revolución), de Iván Bunin, quien tuvo el indudable
honor de merecer el primer Nobel de las letras rusas, puede ser también leído en
clave de profecía o ensayo futurológico.
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on Friday, September 27th, 2013 at 10:00 am and is filed under Perspectivas
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