EMPIRISMO_HUME

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EMPIRISMO – HUME
INTRODUCCION
Mientras que el racionalismo afirmaba que la razón conoce sin ayuda de la
experiencia, el empirismo sostiene que todo conocimiento deriva en última instancia
de la experiencia sensible, sin ella no se lograría saber alguno.
IMPRESIONES E IDEAS
Todo conocimiento al provenir, en última instancia, de la experiencia, se puede decir
que de la experiencia externa, la que proviene de los sentidos (como la vista, el oído).
Por eso es que su análisis lo centra en las percepciones del espíritu (donde
“percepción” es sinónimo de cualquier estado de conciencia).
A las percepciones que se reciben de modo directo se las denomina impresiones y
Hume las divide en impresiones de la sensación (las que provienen del oído, tacto, la
vista, etc) e impresiones de la reflexión (las de nuestra propia interioridad).
Por otra parte las Ideas, son las percepciones menos vivaces de que somos conscientes
cuando reflexionamos sobre cualquiera de esas sensaciones o movimientos antes
mencionados. Además, tanto las Ideas como las Impresiones, pueden ser Simples o
Complejas según se las pueda descomponer o no.
La principal diferencia entre las Ideas y las impresiones es que las primeras se originan
a través de las segundas. Es decir, una idea no es nada más que una reflexión de
nuestra experiencia pasada. En otras palabras, la gran diferencia entre impresión e
idea está dada por la intensidad y la vivacidad, puesto que no puede compararse la
percepción inmediata de algo (dolor, frío, calor, etc.) con su mero recuerdo, es decir,
con el resultado de una reflexión sobre una sensación.
En conclusión, todos nuestros conocimientos derivan directa o indirectamente de
impresiones. Toda idea deriva en definitiva de alguna impresión, pero para que la idea
tenga valor objetivo es preciso que copie o represente exactamente una impresión, es
decir, que le corresponda una impresión con el mismo significado que posee la idea.
EJEMPLO: me puedo hacer la idea de una montaña de oro y podría creer que se trata
de un hecho originario de mi mente, pero no es difícil darse cuenta de que no se trata
de una percepción originaria, sino que es simplemente el resultado de una
combinación operada por mi espíritu, que ha unido la idea de oro, de un lado, y la idea
de montaña, por el otro, ideas que poseía ya de antes y que derivan en impresiones.
Según esto, entonces, el espíritu humano no tiene otra posibilidad como no sea la de
mezclar o componer, dividir o unir los materiales que las impresiones suministran. Y en
esta actividad el espíritu no responde a otra legalidad que a la de las leyes de
asociación, la de semejanza, la de contigüidad en el tiempo o en el espacio, y la de
causa o efecto.
IDEA DE CAUSALIDAD - ¿CUAL ES LA RELEVANCIA DE LA IDEA DE CAUSALIDAD? ¿SE
TRATA DE UNA SIMPLE O COMPLEJA Y POR QUE? ¿CUAL ES LA CRITICA DE HUME A
LA IDEA DE CAUSALIDAD?
Como filósofo empirista, Hume afirma que nuestros razonamientos acerca de los
hechos se encuentran enlazados por una relación de causa y efecto. Y a su vez, que
alcanzamos el conocimiento legitimo de dicha relación mediante la experiencia.
En otras palabras, para Hume, todo conocimiento surge enteramente de la
experiencia. De este modo debe aclararse que la experiencia es siempre singular y
admite excepciones, por lo que puede distinguirse de la ciencia que busca la
universalidad. En consecuencia, el empirismo utilizara como método de deducción, el
inductivo: a partir de premisas particulares buscara alcanzar conclusiones generales
(aunque siempre queda abierta la posibilidad de que pase otra cosa, la excepción).
Podemos deducir entonces, la relevancia de la idea de causalidad, ya que ella es la
idea básica del conocimiento científico. Mediante la idea de causalidad debe
fundamentarse el conocimiento que resulta de la experiencia al analizar la relación de
causa y efecto de los hechos.
Para Hume la idea de causalidad es una idea compleja. Esto significa que esta
conformada por un conjunto de ideas simples, siendo una idea simple legítima aquella
que responde a una única impresión sensible. Entonces debemos reconocer las
distintas ideas simples que la componen para verificar que todas partan de
impresiones sensibles, para demostrar finalmente, que la idea de causalidad es en sí
misma legítima y puede cumplir con su función.
Pasamos a considerar la idea de causalidad compuesta por cuatro elementos:
1.
2.
3.
4.
Causa.
Efecto.
Sucesión temporal.
Conexión necesaria.
La causa es aquella que impulsa necesariamente a que se produzca el efecto, y de esta
manera siempre lo precede. Sin embargo la conexión necesaria entre la causa y el
efecto no puede deducirse a partir de ninguna impresión sensible, o sea, no hay nada
que garantice ni verifique mediante alguna experiencia dicha relación. Entonces no
tenemos conocimientos de esa conexión: la idea de causalidad es por lo tanto una
idea ilegítima.
Corresponde que si la ciencia se basa en la idea de causalidad y ésta es ilegítima
entonces no puede haber conocimiento legítimo. Esto convierte a Hume en un
escéptico, y aceptando tal condicionamiento va a introducir una crítica a la idea de
causalidad: la crítica que propone Hume conforma lo que se denomina la solución
escéptica.
Dicha solución propone que podemos “agregar un vínculo necesario”: el hábito, la
costumbre, la confianza, pueden brindarnos la conexión que supone la idea de
causalidad, aunque sus predicciones no sean concluyentes. Al utilizar la practicidad de
dicha idea podemos advertir los efectos; partiendo de que la experiencia nos habilita a
creer que podemos esperar efectos similares a partir de causas similares, para Hume
resulta lógico utilizar la idea de causalidad como instrumento para tomar la
experiencia pasada y usarla para el futuro aunque no determine un conocimiento
técnicamente legitimo.
ENTENDIMIENTO – CAPACIDAD DE ASOCIACION
El entendimiento es "el conjunto de las propiedades generales y más constantes de la
imaginación". Su funcionamiento es una mera cuestión de hábito y de asociación.
La capacidad de la mente para combinar ideas parece ilimitada, nos dice Hume. Pero
por poco que nos hayamos detenido a reflexionar sobre la forma en que se produce
esta combinación de ideas podremos observar cómo "incluso en nuestras más locas y
errantes fantasías, incluso en nuestros mismos sueños", esa asociación se produce
siempre siguiendo determinadas leyes: la de semejanza, la de contigüidad en el
tiempo o en el espacio, y la de causa o efecto.
Cuando la mente se remonta de los objetos representados en una pintura al original, lo
hace siguiendo la ley de semejanza.
EJEMPLO: Si alguien menciona una habitación de un edificio difícilmente podremos
evitar que nuestra mente se pregunte por, o se represente, las habitaciones contiguas;
del mismo modo, el relato de un acontecimiento pasado nos llevará a preguntarnos
por otros acontecimientos de la época; en ambos casos está actuando la ley de
asociación por contigüidad: en el espacio, el primer caso; y en el tiempo, en el segundo
caso. El caso de pensar en un accidente difícilmente podremos evitar que venga
nuestra mente la pregunta por la causa, o por las consecuencias del mismo, actuando
en este caso la ley de la causa y el efecto.
COMPARACION DE LOS EJEMPLOS DEL TROZO DE CERA DE DESCARTE Y LAS BOLAS DE
BILLAR DE HUME Y QUE CONSECUENCIAS SACAN ESTOS AUTORES A CADA UNO DE
ELLOS.
Tanto Hume como Descartes hacen uso de situaciones cotidianas como ejemplos
argumentativos para apoyar su postura y hacer entendible su argumento. Dos de ellas
son: el trozo de cera, utilizado por Descartes, y las bolas de billar por Hume.
En la segunda Meditación Metafísica, donde Descartes se propone encontrar algún
principio certero, aquello que sea claro y evidente, de lo que no se pueda dudar para
poder edificar sobre ello, utiliza el ejemplo de los cambios que experimenta un trozo
de cera al ser calentada como muestra de la contrariedad de nuestros sentidos. Al
ser calentado el trozo de cera, éste sufre una completa modificación en cuanto a su
textura, aroma, color. La única información que nos pueden dar los sentidos es que
estamos ante la presencia de una sustancia completamente diferente, y si no
supiéramos de antemano que se trata de un trozo de cera, dudosamente
distinguiríamos el objeto en cuestión. Resulta evidente para Descartes que los sentidos
son engañosos y no se puede fiar de ellos para encontrar algo verdadero. Entonces,
Descartes señala que este objeto puede haber cambiado en su forma física pero no en
su esencia, pues no se puede negar que posee extensión. Solo a través de la razón y el
entendimiento podremos llegar a comprender este concepto, que en definitiva denota
que la idea de extensión es innata, y por ello es clara y evidente.
Por otro lado, Hume utiliza el ejemplo de las bolas de billar para refutar la teoría
racionalista. Cómo máximo exponente del empirismo, no hay que dejar de vista que
sostiene que el origen del conocimiento es la experiencia y que no hay conocimientos
a priori. Al presentársele un obstáculo que podría opacar su teoría, presenta el
ejemplo antes mencionado. Una bola choca a la otra y ese movimiento lo podemos
percibir a través de nuestros sentidos y también podemos predecir que es lo que va a
pasar cuando una bola choque con la otra. Ahora bien, según la teoría empírica, no
existe conocimiento legítimo que no esté respaldado por una impresión que provenga
de los sentidos. La razón por la cual generalmente se asocia que cuando una bola
choca a otra esta última se mueve, es porque se tiene presente la idea de causalidad.
Para comprobar si esta idea es legítima o no, al ser una idea compleja, se la debe
descomponer en sus partes simples e identificar si les corresponde alguna impresión
sensible. De esta manera, la idea de causalidad se disgrega en: causa, efecto, sucesión
temporal y conexión necesaria. Sensorialmente podemos distinguir el movimiento de
la primera bola (causa), el choque a la segunda bola y su desplazamiento (efecto),
vemos que hay una sucesión de eventos (sucesión temporal), pero al llegar a la
conexión necesaria notamos que no podemos establecer alguna impresión que la
determine. Entonces, la idea de causalidad es ilegítima.
Sólo podremos saber lo que ocurrirá si tenemos un conocimiento previo, dado por la
experiencia y no por conocimientos a priori, ya que las inferencias derivadas de la
experiencia son efecto de la costumbre y no del razonamiento a priori, pues, alguien
que solo haya visto este choque entre dos bolas de billar, nunca podría predecir que
todos los demás cuerpos se moverán después de recibir un impulso igual. A este
planteo que realiza Hume lo denomina “solución escéptica”. Este escepticismo
determina que podemos predecir ciertos efectos gracias al hábito, principio por el cual
un acto en particular que tiene la propensión de renovar otro acto específico produce
una costumbre en el individuo. Señala que éste es un principio de la naturaleza
humana que es reconocido por todos y bien conocido por sus efectos.
En otras palabras, uno sabrá cual es el efecto que le sigue cuando la primera bola
choque con la segunda porque son inferencias derivadas de la experiencia, por lo
tanto, efectos de la costumbre y no del razonamiento. Así ratifica y enriquece la
teoría empirista.
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