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Congreso Internacional de la AREV
Gran Ducado de Luxemburgo
8-9 de mayo de 2014-05-13 Intervención de Jean-Paul BACHY
Presidente de la AREV
¡Bienvenida a todos a Luxemburgo!
Desde siempre se consideró a este país como el corazón de Europa y de su historia. También es la
sede de numerosas instituciones europeas.
Bienvenida en este 9 de mayo. Esta fecha no se eligió al azar. El 9 de mayo de 1950, Robert Schuman,
entonces de Ministro francés de Relaciones Exteriores, propuso, a instancias de Jean Monnet,
Consejero Superior del gobierno francés, de crear una comunidad Europea del Carbón y del Acero.
Este acto marcaba la voluntad de los países que se habían enfrentado durante 3 guerras de
reconciliarse y construir juntos el porvenir de su economía.
Dicha llamada quedaba abierta a todos aquellos otros países deseos de adherir. Se trataba del primer
acto fundacional de la unión europea. Conmemoramos hoy su aniversario.
Muchas gracias a nuestros amigos luxemburgueses que nos acogen, y ante todo a Aly Leonardy,
primer Vicepresidente de la AREV, así como a todos aquellos quienes le ayudaron a organizar este
congreso.
Gracias también al conjunto de los delegados aquí presentes. Vienen de 14 países, lo que atestigua
su diversidad.
Gracias a todas las personalidades que aceptaron participar en nuestros trabajos: Dr. Etgen, Ministro
de agricultura de Luxemburgo, Sr. Robert Ley, Director del Instituto de la Vid y del vino, Sr. Juban,
Director Suplente de la OIV, Florence Roja que representa a la Organización Mundial de la Propiedad
Intelectual (OMPI).
Y gracias a Astrid Lulling, Presidenta del Intergrupo vino del parlamento europeo, por su presencia
aquí. Le rendiremos un homenaje en ocasión del presente congreso por el considerable trabajo que
ella lleva más de 25 años realizando para la defensa de la viticultura europea.
Al abrirse esta sesión, Europa está en el centro de las preocupaciones. La reforma de la PAC se inició,
las elecciones al Parlamento europeo tendrán lugar en algunos días y han empezado las
negociaciones comerciales Europa/EE.UU. Más que nunca está la defensa y la promoción de las
regiones vitícolas en el orden del día. Nuestro compromiso colectivo, el peso de nuestros
argumentos, respaldados por las conclusiones del informe del Profesor Montaigne, nos permitieron
evitar lo peor, socavar el dogmatismo de los ultra liberalismos y llevar a la razón a la Comisión de
Bruselas. No fuimos los únicos. Numerosas organizaciones, numerosos diputados han sumado sus
esfuerzos a los nuestros.
Conseguimos mantener, en su principio, el sistema de control de los derechos de producción, que
son los garantes de la calidad, las denominaciones. Pero se impone la vigilancia en cuanto a la
finalización de los reglamentos de aplicación y actos delegados. Eso es cierto en particular por lo que
se refiere a dos puntos:
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Aseguramos que no surjan divergencias entre productores y negociantes. Controlar el
mercado no significa mostrar conservadurismo y rechazar cualquiera evolución. Lo esencial
es dirigirla de manera inteligente. En cualquier caso, tenemos que seguir ejerciendo presión
sobre la Comisión europea.
Se va a crear grupos técnicos consultivos. La AREV a de formar parte de ellos. Las
divergencias que tuvimos en cierta época con algunos funcionarios de la Comisión puede
conllevarlo a querer excluir a los políticos elegidos de nuestras regiones. Pero la AREV
dispone de un colegio profesional. Sus miembros ostenta toda la legitimidad come para
poder asistir a dichos grupos técnicos. Es lo que vamos a solicitar del Comisario Ciolos.
La prioridad dada a los problemas ligados a la regulación del mercado interior europeo nos habías
hecho desviar un poco de la necesidad de posicionarnos en otro debate que se está abriendo hoy: las
negociaciones sobre el libre intercambio EE.UU./Europa. Aquí también será necesario demostrar
firmeza, es esencial para el provenir de la viticultura y agricultura europeas. El paradojo de los EE.UU.
es que el país que se presenta como el campeón del libre intercambio es, de hecho, uno de los países
más proteccionistas del mundo. A ello viene a añadirse la sistematización de las prácticas desleales.
No resulta aceptable que los Estadunidenses desvíen a su provecho de manera fraudulenta las
menciones y las denominaciones tradicionales de los vinos europeos. Sin hacerle acusaciones falsas o
bloquear la negociación, ya llegó para nosotros el tiempo de marcar nuestro terreno.
Es éste el objeto de la resolución que le somete la Mesa. Se recogió por el CEPV (Consejo Europeo
Profesional del Vino). Deseo que les reúna a todos y que sea adoptada a la unanimidad. También
deseo que podamos difundirla le más ampliamente posible a nuestros gobiernos, diputados
nacionales y futuros diputados elegidos del Parlamento europeo.
Nuestro trabajo interno debe seguir adelante, en especial sobre 3 temas:
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Cierto número de plagas envenenan la vida de nuestros viñedos. Es el caso de la flavescencia
dorada. El CEPV tuvo una larga discusión al respecto. La AREV debe crear las condiciones de
un intercambio de prácticas para armonizar mejor las modalidades de lucha y de prevención
de la enfermedad.
También debemos seguir promoviendo una viticultura sostenible, respetuosa del
medioambiente. Ello supone también acciones innovadoras para valorizar subproductos de
la vid. Entre destilación sistemática o empleo en exceso de los subproductos para la
fertilización natural de los suelos, no ha de ser tan rígido la alternativa. Múltiples otras
formas de valorización existen, en la cosmética, la farmacia, el desarrollo de las energías
renovables… Hay que trabajar en este sentido.
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La viticultura de pendiente fuerte: el CEPV acordó confiarle este asunto a Ettore Ponzo,
Vicepresidente. Yo sé que podemos confiar en él.
Estimados colegas
Asumo la presidencia de esta Asamblea desde hace 6 años. Espero haber estado a la altura de esta
gran responsabilidad. Mi deseo era dejar la función en ocasión del presente congreso. Primero por
motivo de las incertidumbres del calendario electoral en Francia. Luego porque la renovación
siempre es útil. Lamentablemente, ningún otro colega presentó su candidatura. Bajo reserva de su
aprobación, acepto seguir provisionalmente con mi mandato. Mi deseo, a corto plazo, consiste en
fijar tres objetivos:
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Es indispensable dotar finalmente la viticultura europea y sus Regiones con una herramienta
fiable de análisis y de seguimiento del mercado.
Le propusimos al Comisario Ciolos crear un observatorio europeo del vino. Hasta la fecha, no
recibimos respuesta por parte suya; quizás no fuimos lo suficiente insistentes o precisos en nuestras
actuaciones. Por tanto hay que reiterarlas. Además, nada nos impide interpelar a los representantes
de nuestros gobiernos en la OIV para que nos den acceso a sus informaciones disponibles.
Tratándose de la OIV, a continuación del mandato que me dieron, obtuvimos que, a partir de 2015,
nuestra cotización como observador se reduzca de mitad. Ese era el objetivo. Debemos poder
encontrar con la OIV nuevos medos para trabajar eficientemente. Eso supone que nos impliquemos
más aún.
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También, desde hace 3 años, resolvimos profundizar una reflexión sobre el enoturismo.
Se levantó un inventario que muestra una gran disparidad en cuanto al nivel de equipo y de
organización de las Regiones adherentes. A partir de dicha constatación, quisimos ir más adelante y
ver cuáles pueden ser las herramientas que nos permitan valorizar mejor nuestros vinos y nuestros
terroirs. La apuesta es más global. La estrategia de la AREV siempre fue defensiva y se resume a una
pregunta: ¿Cómo proteger el mercado europeo de la vid contra el gran viento del ultra liberalismo?
Ahora se trata de volvernos ofensivos. Nos dotamos de las herramientas de protección. Debemos
tener la ambición de encontrar también las herramientas de promoción. Hay que reconocerlo: las
luchas llevadas a cabo y ganadas, para preservar las reglas del mercado europeo, no nos impidieron
perder terreno. Desde hace 15 años, la parte de la viticultura europea sobre el mercado mundial
pasó de >60% a menos de 50%/Hay que sacar las consecuencias o, mejor dichos, las conclusiones.
Frente a la evolución de los modos de consumo y a la competencia de los nuevos países productores,
la viticultura europea necesita especialmente imagen e identidad. Nuestros vinos son únicos,
nuestros terroirs son únicos. Pero hay que darlo a conocer. Ya que muchos de ellos siguen
desconocidos sobre los grandes mercados líderes al otro extremo del planeta. Sera necesario para la
AREV ir regularmente a Bruselas para recordar sus deberes a los miembros de la Comisión. Pero hay
que entender que los retos del mercado se han vuelto mundiales. No se debe solamente luchar
dentro de Europa. La lucha no es solamente jurídica. Ahora se lucha sobre el terreno del lobbying,
del marketing y de la comunicación. ¿Qué imagen queremos dar de los vinos europeos? ¿Cuáles su
especificidad? ¿Cuáles son nuestros valores propios? Si queremos vender más, ¿cuáles son los
argumentos, cuáles son las fortalezas inherentes a los vinos europeos que los diferencian de los vinos
del Nuevo Mundo? ¿Es el principio de “cada uno por su cuenta” la buena respuesta para
enfrentarnos con la situación? Desarrollar el turismo y la acogida en nuestros terroirs para dar a
conocer mejor la diversidad, los paisajes, el patrimonio ¿es una solución?
Cierto es que la AREV no tiene la capacidad de llevar una etiqueta, que ante todo es una herramienta
de control y de puesta en conformidad reglamentaria. Sin embargo, en mi opinión, tiene vocación
para poner a la disposición de sus adherentes, una plataforma y herramientas de promoción y de
marketing que les permita ser visibles y darse a conocer mejor antes sus clientes y el gran público.
Son pocos nuestros viñedos que disponen de una notoriedad mundial. ¿Hay que satisfacerse de esta
situación? ¿No tendría también la AREV también por objeto de darle a la mayoría la capacidad de
salir del anonimato al crearse su propia imagen de marca, fundada sobre el valor del patrimonio de
su terroir? Tal es el objetivo de la reflexión abierta por el Gabinete Outremer, haciendo referencia al
Gabinete al pliego de condiciones fijado por la Comisión enoturismo y la Mesa de la AREV, reunidos
el 08/05/2014 en Remich.
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Ser más fuerte, ampliar la influencia de la AREV para abrir más ampliamente sus puertas, …
tal es el 3er objetivo acerca del cual deseo también sensibilizarles. Hay que permanecer
lúcidos: por las exigencias presupuestarias y la escasez de fondos públicos, la cotización de
nuestros adherentes se hace más pesada hoy y ciertas Regiones están perdiendo impulso.
Tenemos que volver a movilizarlas. Pero quedo convencido que numerosas regiones están
dispuestas adherir. Ello es el caso, en especial, en los países que acaban de adherir a la UE o
que están dispuestas a hacerlo. Les sugiero que nos fijemos por objetivo la adhesión de unas
nuevas 10 Regiones para el año próximo.
Las contingencias de política interior no permitieron celebrar en Voivodina la reunión de las Regiones
de Balcanes que teníamos previstos a principio del año. Debemos volver a tomar la iniciativa.
Se dice que Europa conoce una crisis. Cierto es que no está protegida de los desequilibrios que
atormentan al resto del mundo. Pero la construcción de Europa siguen siendo un rumbo y un
horizonte por el cual vale la pena seguir luchando. Si Europa fuese tan mala, ¿por qué desean tantos
países adherir a ella? Pero ¿qué Europa queremos? No la Europa de la jungla económica que no
beneficia sino a las multinacionales. Tampoco la Europa de las tecnocracias, cada vez más distantes
de los problemas cotidianos de las poblaciones. La Europa a la que queremos es aquella de la
democracia, de la descentralización, de las Regiones. Es la Europa de la juventud, de la creación, de la
información… Pero también la Europa de los terroirs, de la calidad de vida, del patrimonio que se
transmite de siglo en siglo. Como bien se sabe el vino fue promotor de civilización desde los Griegos y
los Romanos. También le corresponde a la AREV difundir este mensaje. Un mensaje no solo cargado
de historia, sino también prometedor para el porvenir.
Jean-Paul BACHY.
Presidente de la AREV.
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