Nos asomamos a la Obra Pontificia DE LA PROPAGACION DE LA FE

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Nos asomamos a la
Obra Pontificia DE LA PROPAGACION DE LA FE
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¿Para qué el DOMUND?
El 37% de la Iglesia católica
lo constituyen los 1.100 terrritorios de misión, que dependen de la entrega de los
misioneros y de la solidaridad de las Iglesias consolidadas.
¿Cómo se distribuye el dinero?.
Cada año los Directores Nacionales
de OMP se reúnen en Roma para
determinar la distribución del dinero recaudado entre proyectos que
han sido solicitados por los misioneros.
Paulina Jaricot,
impulsora de esta Obra Universal
Nació en el año 1799 en el seno de una familia de ricos fabricantes de seda , formada por el matrimonio Antoine Jaricot, Jeanne Latier y sus 6 hijos.
Antes de cumplir 17 años, Paulina decidió renunciar a todo tipo de riquezas y vivir en sencillez.
Conocía las inmensas necesidades de las misiones del Asia oriental por su hermano
Fileas, seminarista en París. Sintió deseos de hacer algo. Así, una tarde de invierno en la
que sus padres estaban jugando a las cartas, tomó una de la mesa y con genio creador empezó a escribir las líneas generales de una asociación a favor de las misiones.: hizo grupos de diez personas, cada una de las cuales se tenía que comprometer a formar un nuevo
grupo de diez, cada diez grupos de diez formaron un grupo de cien, y cada diez grupos de
cien uno de mil; la cuota semanal era de cinco céntimos por persona y había un jefe de
grupo cada diez miembros. Su plan tuvo un gran éxito, más de lo previsto.
Implicó a todo el que tenía cerca, y creó grandes ramificaciones de solidaridad. Fue
precisamente con los más necesitados de su época, los obreros de las fábricas, con los
que quiso compartir su experiencia religiosa y con los que organizó colectas, rompiendo
todo tipo de barreras sociales y de clase. Pobres que ayudan a pobres, gentes de culturas
y naciones diferentes en comunión, con la idea de traspasar fronteras y crear cadenas de
oración y solidaridad.
Necesitaba desarrollar algo fundamental. Le faltaba una apertura y finalidad universal, que aunque estaba de forma implícita, no alcanzaba la ruptura de límites sociales
y geográficos con los que ella soñaba.
Lo que había sido concebido para ayudar a Asia Oriental tenía que ampliarse hacia
una cooperación misional abierta a todo el mundo y a los misioneros de todos los países.
Para ello, un grupo de sacerdotes y seglares se reunieron el Lyon. Decidieron que fuera la
comunidad católica la que sostuviese las misiones y decidiese a qué misioneros socorrer;
que fueran las gentes buenas que tienen fe en el Dios de justicia, libertad, fraternidad
y amor para el mundo, las que ayuden material y espiritualmente al apostolado misionero.
Murió en el año 1862 en la más absoluta de las miserias, traicionada por un administrador que se quedó con todo el dinero y generó una serie de deudas.
En el año 1922, el movimiento iniciado por paulina , fue declarado por el papa Pío XI
como Obra Pontificia. Hoy, esta obra, sigue eliminando fronteras, con el propósito de responder a las necesidades de una misión universal que se empeña en regalar la Buena Noticia del Evangelio a los pueblos más necesitados, para ponerla a su servicio y contribuir con
su luz a la construcción de un mundo más justo y humano, plenamente acorde con los designios de Dios.
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