24 Circular propuesta de nuevo calendario escolar

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Federación de la Comunidad de Madrid
de Asociaciones de Padres
y Madres del Alumnado
“Francisco Giner de los Ríos”
LA FAPA INFORMA
Circular 24 – Curso 2015- 2016
Mayo de 2016
Sobre la propuesta de la Consejería de Educación de un nuevo calendario
escolar llevando los exámenes extraordinarios al final del curso escolar
El Consejero de Educación ha trasladado una propuesta de nuevo calendario escolar para la
educación secundaria que se basa en llevar los exámenes de septiembre a los días siguientes
a la finalización de cada curso escolar. A los sindicatos docentes se lo trasladó en la Mesa
Sectorial de Educación, donde se negocia con ellos el calendario de cada curso escolar, y a la
FAPA se nos comentó en la última reunión de la Mesa de Padres y Madres, espacio que se
está convocando de forma periódica para abordar diferentes temas.
En la reunión de la Mesa de Padres y Madres mencionada, el Consejero explicó la propuesta
que ellos habían configurado con la intención de ponerla en marcha de cara al curso que viene,
entregándonos copia de la propuesta para el curso 2016-2017 y también para el 2017-2018.
(Se adjuntan las propuestas de ambos cursos). El cambio no es posible llevarlo a cabo en un
sólo curso escolar, dado que éste en el que estamos se tienen previstos los exámenes
extraordinarios para el mes de septiembre. No obstante, finalmente es más que probable que
este cambio se retrase un curso escolar, ya que los sindicatos docentes, al parecer, han
expresado que trabajarán la propuesta pero que veían muy precipitado abordarla de cara al
próximo, ya que el calendario se tiene que aprobar en los próximos días y no hay casi tiempo.
Para la FAPA, tampoco es un problema abordarlo con calma, al contrario, como así ha sido
comentado con el Consejero de Educación, siempre que lo abordemos para intentar mejorar un
calendario escolar que, como el actual, es tremendamente dañino para el alumnado. Nuestra
reiterada petición de abordar un debate serio sobre los tiempos escolares, de los que el
calendario escolar forma parte de manera muy importante, ha quedado registrado en las actas
del Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid y en cientos de charlas y asambleas con las
APAS federadas, así como en innumerables mesas redondas donde se ha tocado este asunto.
Llevar los exámenes extraordinarios a la finalización del curso escolar, en lugar de hacerse
justo antes del inicio del siguiente, en el mes de septiembre, supondría que, desde la
finalización de los exámenes ordinarios de junio, en los centros educativos se realizarían clases
de apoyo y repaso para todo el alumnado que debiera enfrentarse al examen extraordinario,
clases que se darían en su centro educativo. La idea es que se aborde todo aquello que no
quedó superado en la evaluación ordinaria, que tiene carácter continuo, y que el examen
extraordinario forme parte de dicha evaluación continua, en lugar de ser una simple prueba que
no cumple con dicho enfoque y que, al hacerse sin ayuda de los centros, es un muro casi
insalvable que deja en muchos casos sin oportunidades de continuar estudios al alumnado.
El cambio tendría efectos en el primer curso escolar que se abordara, que consistirían en llevar
los exámenes de forma excepcional al mes de julio, dado que los 175 días de curso escolar
marcados por la normativa vigente y las fechas de inicio de ese curso impedirían hacerlo de
otra forma, ya que sería muy importante que hubiera al menos menos dos semanas entre los
exámenes ordinarios y los extraordinarios para que esas clases de apoyo y repaso puedan
lograr su cometido. El siguiente curso, que ya no se iniciaría con exámenes extraordinarios en
septiembre, permitiría empezarlo antes y acabar estos exámenes extraordinarios dentro del
mes de junio.
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e-mail: [email protected] • www.fapaginerdelosrios.es
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Por tanto, ciertamente, en el primer curso escolar del cambio se tendrían que utilizar unos
pocos días de julio para poder realizarlo, eso sí, sólo con aquel alumnado que necesitara acudir
a las pruebas extraordinarias. El resto terminaría el curso escolar en las mismas fechas que se
terminarán en éste y que se han terminado siempre en los anteriores. En el segundo año, el
curso empezará antes y terminará también antes. De esa manera, los meses de julio y agosto
serían de vacaciones reales para todo el mundo, evitando que los directores tengan que
empezar a trabajar en los últimos días de agosto para preparar el inicio del curso escolar, los
docentes también para preparar los exámenes, las familias no vean hipotecadas sus
vacaciones y el alumnado no tenga que estar todo el verano estudiando para unos exámenes
que pueden quedar resueltos en junio y con mayores garantías de superarlos adecuadamente.
Sabemos que este cambio necesitará la implicación de una parte importante del profesorado,
pero se pueden y deben establecer medidas consensuadas con sus representantes para
hacerlo posible sin restringir sus derechos laborales. Es más, si esta actividad aumentara de
forma global las horas de trabajo de las plantillas de los centros educativos, al menos en el
primer curso que se realice el cambio, lo adecuado sería que dichas plantillas aumentasen para
evitar que ese incremento tenga que ser absorbido por el profesorado actual. Desde la FAPA
siempre hemos demandado el aumento de las plantillas docentes y no dejaremos de hacerlo
también en esta ocasión.
Por tanto, estamos llamados a consensuar un nuevo calendario escolar. No será fácil porque,
como dijimos en un nota de prensa emitida hace pocos días, nos encontraremos con
resistencias de quienes entienden que los exámenes extraordinarios deben realizarse en
septiembre, fuera de la evaluación continua que se hace durante el curso, a los que se manda
al alumnado a enfrentarse con toda la materia porque se concibe dicha prueba como un castigo
y no como una oportunidad para el alumnado. Reivindican la pervivencia de una evaluación
sumativa que sea una barrera para ir expulsando al alumnado de las aulas, en lugar de
potenciar una evaluación formativa, que es la única que permite al que tiene dificultades de
aprendizaje que dicha evaluación le ayude en su proceso educativo. En realidad el debate
debería ser ¿exámenes en la evaluación obligatoria? ¿Para qué? La obsesión de nuestro país
por hacer exámenes constantes es una anomalía que llama la atención en nuestro entorno
europeo, anomalía que viene dada porque se confunde examinar con evaluar, siendo dos
cosas diferentes. La evaluación continua es un proceso mucho más complejo que la mera
realización de exámenes. Los países más avanzados en educación lo tienen muy claro, el
nuestro también va por detrás en este asunto. Necesitamos un salto cualitativo en educación.
Dado que, salvo sorpresa, tendremos todo un curso escolar para debatir sobre este posible
cambio, os animamos a empezar el debate en las APAS para que podamos entre todos buscar
el mejor calendario escolar posible, que no es otro que aquel que beneficie en lo máximo al
alumnado de nuestra Comunidad Autónoma, nuestros hijos e hijas. La propuesta de la
Consejería, caminando a nuestro parecer en la buena dirección, es mejorable, así se lo dijimos
al Consejero de Educación en la reunión mantenida. Configuraremos una propuesta propia.
Dentro de pocos días llegará al Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid la propuesta de
calendario escolar del próximo curso, que será casi con toda probabilidad igual a la del actual
(se adjunta), y tendremos ocasión de empezar el debate en el seno de dicho órgano educativo,
mejor dicho de continuarlo, porque la FAPA lleva muchos años diciendo que el actual es muy
negativo desde múltiples puntos de vista. Hasta ahora se nos ha impuesto a los padres y
madres, negociándose sólo con los sindicatos. Falta saber si somos capaces de una vez por
todas de separar el calendario laboral de los docentes, que deben negociar los sindicatos, del
calendario escolar del alumnado, sobre el que nos corresponde a las familias, de manera muy
especial, actuar y decidir, porque está en juego el presente y el futuro de nuestros hijos e hijas.
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