Consejo de la Magistratura RESOLUCION N° 676/07 En Buenos Aires, a los 8 días del mes de noviembre del año dos mil siete, sesionando en la Sala de Plenario del Consejo de la Magistratura del Poder Judicial de la Nación “Dr. Lino E. Palacio”, con la Presidencia del Dr. Pablo Mosca, los señores consejeros presentes, y VISTO: El expediente 310/06, caratulado “Scarimbolo Martín c/ Dr. Jorge Ferro (int. de la Cámara Federal de Apel. de Mar del Plata)”, del que RESULTA: I. La denuncia de los Dres. Martín Scarimbolo y Fernando Martín Scarimbolo, en carácter de apoderado y patrocinante –respectivamente- de empleados de la Lotería Nacional Sociedad de Estado “que prestaron tareas en el Casino Central de Mar del Plata (…) y en distintos Casinos Anexos en el interior del país”, contra el Dr. Jorge Ferro, por su actuación en diversos expedientes en trámite ante el Juzgado Civil, Comercial y Laboral Federal N°2 de Mar del Plata, y su intervención posterior en la Cámara Federal de Apelaciones de dicha Ciudad (fs. 37/40). Indican haber “iniciado en el año 1990 el reclamo de 620 empleados del Casino Central de Mar del Plata, que fueron incluidos en 31 expedientes”, muchos de ellos radicados ante el citado juzgado, cuyo titular era en aquella oportunidad el Dr. Jorge Ferro. Sostienen que en los autos “Ragnoli Hugo y otros c/ Estado Nacional-Lotería Nacional s/ laboral”, el magistrado “intervino en la sustanciación del expediente en Primera Instancia, dictando sentencias interlocutorias a fs. 135/136 y a fs. 146 resolviendo la admisión y/o rechazo de las excepciones opuestas por la parte demandada en el expediente”, destacando “que intervino (…) desde su inicio hasta casi el final de la etapa probatoria”. 1 Expresan que, en el año 1993 el magistrado fue nombrado Juez de la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata. Refieren que, en el expediente indicado “ut supra”, se dictó una sentencia en primera instancia, y al ser remitido a la Cámara de Apelaciones, ese Tribunal –integrado entre otros por el Dr. Ferro como juez de Cámaradictó sentencia a fs. 677/688 rechazando íntegramente la demanda, dictando también tres sentencias interlocutorias, una de ellas denegando el recurso extraordinario incoado por la parte actora (fs. 770/1); la resolución de fs. 864/866 que determinó la base arancelaria a los fines regulatorios considerando los montos incluidos en la pericia contable, cuando en el expediente se rechazó íntegramente la demanda, y finalmente, la obrante a fs. 1075/76 que determinó los honorarios proceso, de los omitiendo profesionales a su intervinientes criterio, aplicar la en el actual jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, demostrando a su entender, un desconocimiento inexcusable de la misma. Agregan que la intervención del Dr. Ferro como juez de primera instancia y como juez de cámara, fue cumplida por el magistrado tanto en el citado expediente como en las siguientes causas: “Barbieri Carlos Jordan y otros c/ Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos (Hoy Lotería Nacional S.E.) s/ laboral”; “Benvenutti Fabián Horacio y otros c/ Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos (Hoy Lotería Nacional S.E.) s/ laboral”; “Bonserio César y otros c/ Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos (Hoy Lotería Nacional S.E.) s/ laboral”; “Constable José y otros c/ Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos (Hoy Lotería Nacional S.E.) s/ laboral”; “Diarte José Alberto y otros c/ Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos (Hoy Lotería Nacional S.E.) s/ laboral”; “Hernando Luis Saúl y otros c/ Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos (Hoy Lotería Nacional S.E.) s/ laboral”; “Jensen Carlos Mario y otros c/ Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos (Hoy Lotería 2 Consejo de la Magistratura Nacional S.E.) s/ laboral”; “Lupo Carlos Roberto y otros c/ Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos (Hoy Lotería Nacional S.E.) s/ laboral”; “Namur Vicente José y otros c/ Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos (Hoy Lotería Nacional S.E.) s/ laboral”; “Rey Rodolfo José y otros c/ Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos (Hoy Lotería Nacional S.E.) s/ laboral”; “Sernia Miguel Ángel y otros c/ Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos (Hoy Lotería Nacional S.E.) s/ laboral”; “Stessens Juan y otros c/ Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos (Hoy Lotería Nacional S.E.) s/ laboral”; “Yancovich Eristo y otros c/ Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos (Hoy Lotería Nacional S.E.) s/ laboral”, todos en trámite ante el Juzgado Federal de Primera Instancia N° 4 de Mar del Plata – Secretaría ad hoc-. Consideran que el “ordenamiento legal exige al magistrado que actúa en una instancia excusarse si tuviera que intervenir en ulteriores instancias”, toda vez que ello conllevaría preservar la garantía constitucional del debido proceso y del derecho de defensa en juicio, como así también que el tribunal de alzada esté compuesto por jueces distintos a los de la instancia anterior que emitieron pronunciamientos sustanciales. Exponen que “(n)o entenderlo así por un juez en funciones demuestra un notorio desconocimiento de los principios, garantías y derechos elementales consagrados en nuestra Constitución Nacional”. Estiman, demostrado que en “el consecuencia, Dr. Jorge que se encontraría Ferro ha incumplido reiteradamente la Constitución Nacional y las normas legales y reglamentarias, al intervenir en todos los expedientes detallados supra como Juez de Primera Instancia y como Juez de Cámara al haber actuado y dictado fallos de extrema trascendencia procesal en autos como Juez de Primera Instancia, y ha incumplido dicho deber como Juez de Cámara conforme le obliga el art. 30 del CPCCN, y dictó sentencias y fallos definitivos en autos como Camarista rechazando siempre todos los planteos opuestos por [sus] mandantes”. 3 Posteriormente, amplían su denuncia indicando que en los autos caratulados “Mantello, Nicolás y otro c/ Empresa de Ferrocarriles Argentinos” se habría producido la misma circunstancia denunciada en el escrito inicial, remitiéndose a la misma en esgrimidos. A cuanto tal a los efecto, fundamentos acompañan y copias argumentos de partes procesales del citado expediente (fs. 44/170). II. El 4 de julio del corriente año, se presenta el Dr. Ferro a efectos de efectuar su descargo, expresando diversas apreciaciones respecto de las circunstancias acaecidas en las diferentes causas en las que su intervención fue cuestionada. Señala en forma preliminar que, toda denuncia impone la necesidad que se efectúe con una argumentación seria, sólida y concreta respecto de lo que se imputa, lo cual no se habría cumplido -a su criterio- en la presente. Indica que los denunciantes plantearon un disímil y ambiguo encuadramiento en su actitud, debido a la confusión, escasa claridad y precisión de las imputaciones efectuadas, por cuanto, por un lado hablaron de una conducta irregular en su actuación en la causa “Ragnoli” por un supuesto alzamiento a la jurisprudencia de la Corte Suprema en materia de honorarios. Por otro lado, el planteo de su actuación en ambas instancias judiciales, dictando interlocutorios en la primera instancia y en la segunda rechazando la demanda y otras resoluciones, cuando por ello habría debido excusarse de actuar en esta última a tenor de lo dispuesto por el art. 32 del CPCCN, como si todo ello por sí solo fuera veraz y causal de mal desempeño y eventual destitución. Sostiene en lo atinente al cuestionamiento de la supuesta omisión de aplicar la actual jurisprudencia de la Corte Suprema en materia de honorarios en la causa “Ragnoni Hugo E. y otros c/ Lotería Nacional Soc. del Estado s/ laboral”, que ello sólo ameritaría una breve explicación de tal circunstancia, para demostrar lo desacertado y erróneo 4 Consejo de la Magistratura de tal imputación. Refiere que los denunciantes señalaron que el magistrado no habría acatado ni respetado, la actual jurisprudencia de la CSJN relativa a la no inclusión de los intereses en el capital reclamado para determinar los emolumentos a los desconocimiento profesionales, inexcusable de demostrando la actual y así un reciente jurisprudencia del máximo tribunal, lo que no resultaría exacto. Señala, en primer lugar, que desde siempre el Tribunal por él integrado respetó la doctrina de la Corte Suprema, en cuanto a que los intereses no deben ser computados a los fines regulatorios cuando se desestima la demanda, aplicándose en su caso, el índice de precios al consumidor, nivel general hasta la fecha de corte (01/04/91) y a partir de allí, la tasa pasiva Comunicado 14.290 del Banco Central de la República Argentina, a fin de mantener vigente el monto oportunamente reclamado, con el objeto de respetar el derecho de propiedad de las partes intervinientes, letrados, peritos, etc., y su labor profesional. Explica que, en el caso en cuestión, no se varió el criterio antes referido, habida cuenta que en los autos citados la causa fue por monto indeterminado y sujeto a la prueba pericial a realizarse en el trámite del proceso, arrojando la misma un importe de $3.079.869,36, monto al que se llega de aplicar a las sumas liquidadas el índice de precios al consumidor y la Comunicación 14.290 del BCRA, lo que demostraría que no existió cambio de criterio alguno, no vulnerando ni desconociendo la jurisprudencia de la CSJN. Agrega, al margen de lo expuesto, que cabría enfatizar otra circunstancia que evidenciaría la sinrazón del Dr. Scarimbolo en cuestionar aspectos de la causa, cuando su propia conducta procesal dimanaría lo contrario. Sostiene que, el Tribunal por él integrado, se expidió con fecha 10 de febrero de 2004, decidiendo que a los fines de regular honorarios se debía tomar la pericia del proceso, revocando de esta manera la decisión del a quo. 5 Luego, en la instancia de grado, los peritos practicaron la liquidación correspondiente, y el juez, con fecha 15 de junio de 2004, aprobó la base regulatoria propuesta, reguló honorarios y notificó dicha resolución, entre otros, al Dr. Sarimbolo, siendo dicho decisorio consentido por el letrado, quedando demostrado a criterio del magistrado, que el letrado denunciante conocía la base regulatoria y la consintió. Aclara que posteriormente se elevó a la Cámara sólo por la apelación de honorarios. Destaca, asimismo, que el recurso extraordinario planteado por dicho letrado sólo abordo los porcentuales de los honorarios, como quedaría demostrado con la documental acompañada. Expresa que tales extremos permitirían vislumbrar las inconsistentes, acusaciones que frágiles pretenden injustas endilgarle, e inexactas los letrados denunciantes, como así también lo infundado de expresar que ostentaría un desconocimiento inexcusable de la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, cuando, a su criterio, lo manifestado demostraría lo contrario, al pretender ir contra sus propios actos y endilgar una responsabilidad a quien está totalmente al margen de ella. Expone en el mismo orden de ideas que, no obstante ello, los denunciantes debieron tener presente además, que el cuestionamiento de las decisiones judiciales adversas sólo pueden ser materia de los recursos que autoriza el ordenamiento legal y pasible de los remedios pertinentes, pero nunca de una imputación a un magistrado por mal desempeño, aún cuando la resolución haya sido errónea, toda vez que lo contrario importaría juzgar a un juez por el contenido de sus decisiones, lo cual es inverso a todo fundamento jurídico y a la pacífica y reiterada jurisprudencia sobre la cuestión. Sostiene que los denunciantes también le habrían injustamente imputado “la causal de mal desempeño contemplada en el art. 32 del ritual civil, que refiere a la falta de excusación para actuar como Juez de Cámara por estar impedido de hacerlo y a sabiendas, h[a] dictado 6 Consejo de la Magistratura resoluciones que no son de mero trámite” (fs. 185). En tal sentido, relata que actuó “en 1° instancia como Juez Federal, en ejercicio de [sus] funciones, (…) en los expedientes que citan los Dres. Scarimbolo y provey[ó] determinados pedidos de mero trámite, conforme el estado procesal en que presentaban tales causas; sin embargo, las únicas providencias interlocutorias que dict[ó] fueron: a) decidir una excepción de competencia, b) postergar otra excepción, como la de prescripción y dilatar su tratamiento hasta el momento de sentenciar, c) proveer las pruebas ofrecidas por las partes y d) tomar algunas audiencias testimoniales y de absolución de posiciones” (fs. 185/185vta). Pone de resalto respecto al tratamiento de las excepciones planteadas, que las mismas fueron interpuestas por la demandada y que en todos los casos, tales pronunciamientos sobre la competencia fueron favorables, por ajustarse a la ley y a las constancias de la causa, a la posición que defendía precisamente el abogado denunciante Dr. Scarimbolo, y que en el caso de la excepción de prescripción, que resultaba vital para la continuación del juicio civil, solo difirió su tratamiento, sin emitir opinión alguna al respecto, no dictando sentencia en ninguna de las causas referidas por los denunciantes ni haber resuelto incidencia alguna más allá de las reconocidas precedentemente. Indica que en los autos caratulados “Ragnoli, Hugo Ernesto y otros c/ Lotería Nacional Sociedad del Estado s/ laboral” los denunciantes habrían argumentado “que el mal desempeño que [le] adjudican fue por la intervención reiterada del suscripto como Juez Federal de 1° Instancia y seguir actuando como Juez de Cámara y añaden que ‘un magistrado que actúa en una instancia debe excusarse si tuviere que intervenir en ulteriores instancias’ y finalmente dice que ‘…incumplió con dicho deber de excusarse como lo obliga el art. 30 del CPCCN”. (fs. 185vta.). Refiere que tales afirmaciones resultan 7 desacertadas, a la luz de la doctrina que ha señalado que el juez sólo debe excusarse cuando ha dictado resoluciones decisorias como sentencia, pero nunca cuando se trata de providencias simples (Fenochietto Carlos, Código Procesal Civil y Comercial, T.1 pag. 124 y sig.); extremo éste que habría ocurrido en las causas por las que fue denunciado, puesto que las decisiones adoptadas no importaron adelanto de opinión alguna, ni demostraron parcialidad. Señala que “(l)a inteligencia del art. 32 del CPCCN, tiende a sancionar a un Juez cuando por razones legales no debía actuar pues se afecta la garantía del justiciable de ser juzgado por los jueces naturales y cuando viola el deber de los magistrados de cumplir con las funciones para las que fueron designados” (fs. 186vta). Afirma que, el instituto de la excusación “es un mecanismo de excepción, de interpretación restringida, con supuestos taxativamente establecidos en la ley, teniendo en cuenta que su aplicación provoca el desplazamiento de la legal y normal competencia de los jueces y la consecuente alteración del principio constitucional del juez natural” (fs. 186vta.). Sostiene que, “conforme el sistema de la enumeración taxativa de los motivos que hacen procedente la recusación, tales causales deben ser de interpretación restrictiva; de ahí que no puedan ser ampliadas ni cabe respecto de ellos una interpretación analógica” (fs. 186vta.). En tal contexto, manifiesta no encontrar cual resultaría la causal en la que estaría involucrado para excusarse “motu proprio”, toda vez que no habría existido prejuzgamiento alguno en su actuación en primera instancia, dictando no sólo providencias simples y de mero trámite, sino a favor de la competencia de la justicia federal marplatense. En consecuencia, resultaron beneficiados los letrados denunciantes, contra la pretensión de Lotería que pretendía la justicia federal de Buenos Aires, no pudiéndose considerar como prejuzgamiento postergar el tratamiento de la excepción de prescripción para el momento de la sentencia, ya que de ello no se podría inferir adelanto de opinión 8 Consejo de la Magistratura alguno, no encontrándose por ende y a su criterio, dentro de las previsiones taxativas del art. 17 del CPCCN. Agrega que, sin perjuicio que lo expuesto para desvirtuar la falsa imputación en su contra, existiría otro argumento de índole procesal referido a la oportunidad formal para plantear la recusación del mismo en aquellos expedientes en los cuales denuncia su actuación en ambas instancias judiciales, lo cual debió ocurrir “ab initio”. En términos genéricos, la primera presentación o actuación de la parte interesada. Expone que la recusación debe plantearse al entablar la demanda, o en el caso de un tribunal de Alzada cuando se efectúa la primera presentación de la parte recusante, lo que no habría ocurrido en los autos referidos por los Dres. Scarimbolo, toda vez que se dictó sentencia, se concedieron recursos ordinarios y se denegaron recursos extraordinarios, etc., no existiendo cuestionamiento alguno respecto de los letrados denunciantes, consintiendo la intervención de los magistrados actuantes, para luego de forma totalmente extemporánea pretender introducir la recusación, lo cual posteriormente resultó rechazado “in limine” por el Tribunal convocado para resolver tal cuestión. Agrega que, “arribadas todas las causas a la Alzada, teniendo un conocimiento objetivo los denunciantes de [su] designación desde 1992 en la Cámara Federal de Mar del Plata, tanto por haberse publicado [su] designación en el Boletín Oficial como por una profusa difusión pública en la ciudad por tratarse de la inauguración y habilitación de una Cámara Federal”, debiendo los denunciantes, “si sospechaban de su falta de ecuanimidad en el ejercicio de [su] labor profesional, incoar oportunamente un incidente de recusación, cuestión procesal que no la ejercieron, ni plantearon en el momento procesal adecuado” (fs. 187vta.). A su vez, el magistrado se refiere en forma particular a cada una de las causas citadas por los denunciantes, a fin de dejar esclarecida su función judicial en las instancias en que se desempeñó. 1°) Respecto a su actuación en los autos “Ragnoli, 9 Hugo Ernesto y otros c/ Lotería Nacional Soc. del Estado s/ laboral”, indica que la misma “fue iniciada el 24 de mayo de 1990 y la actuación que [le] cupo como juez federal de 1° instancia, consistió en rechazar la excepción de incompetencia incoada por la demandada y diferir para el momento de la sentencia, la excepción de prescripción planteada por dicha parte y tomar algunas declaraciones de absolución de posiciones y testimoniales”, sin dictar en ningún caso resoluciones de mérito que le impidieran posteriormente, juzgar en la instancia de cámara (fs. 188vta.). Expresa que “las sentencias interlocutorias de extrema importancia como las que obran a fs. 135/136 y a fs. 146 de autos (…) como lo marcan los denunciantes, fueron a favor de sus intereses, lo cual deviene en un razonamiento absurdo e inexplicable y atenta contra los principios de la figura de los actos propios y persigue (…) el único fin de apartar[lo] de las causas” (fs. 188vta./189). Manifiesta que “ya en la instancia de Cámara, donde ingresaron es[os] autos con fecha 15 de noviembre de 2004, el 30 de diciembre del mismo año, se confirmaron sus honorarios” de los letrados denunciantes, sin existir hasta ese momento cuestionamiento alguno por parte de los Dres. Martín y Fernando Scarimbolo (fs. 189). Señala que con fecha 4 de marzo de 2005, los letrados interpusieron posteriormente plantearon un recurso recusación, extraordinario la cual y resultó desestimada. 2°) Respecto del expediente “Barbieri, Carlos Jordan y otros c/ Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos s/ laboral”, expresa que “jamás tuvo actuación en primera instancia toda vez que conforme se desprende de la fotocopia de la presentación de la demanda, ésta ocurrió en el Juzgado Federal N° 2 el 22 de abril de 1993 a las 9,31 hs. fecha en la cual estaba desempeñando [su] función de camarista federal”, motivo por el cual no existió actuación en ambas instancias como habrían señalado los denunciantes (fs. 190). 10 Consejo de la Magistratura 3°) En relación con la actuación que le cupo en los autos “Benvenutti Fabián y otros c/ Lotería Nacional Soc. del Estado s/ laboral”, sostiene que rechazó en primera instancia la excepción de incompetencia incoada por la demandada y difirió para el momento de la sentencia una excepción de prescripción, sin dictar resoluciones de mérito que le impidieran juzgar en la instancia superior. Ya en segunda instancia, refirió haber adherido como tercer votante a los fundamentos de quien llevó la voz en el acuerdo, el entonces camarista Dr. Luis Longhi, por la revocación de la sentencia, no habiendo sido hasta dicha oportunidad, recusado por los letrados denunciantes. Agrega que, posteriormente, y en voto conjunto con el Dr. Tazza, declararon inadmisible un recurso extraordinario incoado por la parte actora. 4°) En el expediente “Bonserio César y otros c/ Lotería Nacional Soc. del Estado s/ laboral”, explica que su actuación en primera instancia, como en otras causas similares en su carácter de juez de primera instancia, consistió en el rechazo de una excepción de incompetencia efectuada por la demandada y diferir para el momento de la sentencia la de prescripción. En segunda instancia, dictó sentencia rechazando la demanda, la cual fue compartida, por fundamentos análogos, por su colega Dr. Alejandro Tazza, sin ser hasta esa oportunidad objetada su actuación por el Dr. Scarimbolo. Agrega que a fs. 775 proveyó favorablemente un recurso ordinario ante la Corte Suprema de Justicia, y posteriormente, la sala declaró por unanimidad inadmisible un recurso cuestionado extraordinario, su sin intervención en que las tampoco se haya actuaciones de referencia, luego de lo cual, el Dr. Scarimbolo recusó al Dr. Ferro, sin perjuicio de que posteriormente a la desestimación del recurso extraordinario, no hubo actuación suya en los autos, excepto la remisión correspondiente a la instancia de grado. 5°) En relación con la causa “Constable José y 11 otros c/ Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos (hoy Lotería Nacional S.E.) s/ Laboral”, indica que, la actuación que le cupo fue, conforme su reiterado criterio sobre tal cuestión, rechazar la excepción de incompetencia introducida por la demandada y diferir para el momento de dictar sentencia la de prescripción planteada por Lotería, sin dictar en ningún momento resoluciones que hicieran caer su futura imparcialidad y que le impidieran juzgar en segunda sentencia de primera instancia. Señala que, dictada la instancia por el ex juez Dr. Sirochinsky, su función en la alzada consistió en revocar la sentencia de primera instancia, rechazando la demanda, compartiendo el Dr. Tazza el criterio sustentado. Luego de ello, habría proveído favorablemente un recurso ordinario interpuesto por los actores que fue declarado mal concedido por la Corte Suprema de Justicia, y posteriormente, declaró inadmisible un recurso extraordinario junto al Dr. Tazza. Relata, asimismo, que con motivo de incidencias respecto de la base regulatoria fijada en primera instancia, el juez de grado actuante, Dr. López, rechazó las mismas y elevados los autos al Superior, éste revocó tal decisión con fecha 4 de febrero de 2005, siendo devueltos los autos al Juzgado de Primera instancia, sin existir hasta dicha oportunidad, cuestionamiento alguno por parte del Dr. Scarimbolo hacia su persona. 6°) En los autos “Diarte José Alberto y otros c/ Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos s/ laboral”, refiere que su intervención como juez de primera instancia consistió en firmar providencias simples o de mero trámite, dictar resolución relativa a las excepciones planteadas y fallar conforme los reiterados criterios, es decir, desestimar la excepción de incompetencia y postergar la de prescripción, proveer la prueba ofrecida por las partes y tomar algunas audiencias testimoniales. Ya en segunda instancia, reseñó que el tribunal por él integrado, revocó la sentencia de grado y desestimó 12 Consejo de la Magistratura la demanda, desestimando así también un recurso extraordinario planteado por la parte actora sin objetarse su actuación. Agrega que luego de ser devueltos los autos a primera instancia y en virtud de diversos recursos relacionados con las regulaciones de honorarios practicadas en primera instancia, tuvo una nueva intervención como juez de alzada, dictando junto al Dr. Tazza la resolución de fecha 30 de septiembre de 2005, resolviendo confirmar parcialmente el fallo recurrido, no siendo objeto de critica su intervención tampoco en esta oportunidad por parte de los denunciantes. 7°) Respecto de su actuación en los autos “Hernando Luis Saúl y otros c/ Lotería Nacional S.E. s/ laboral”, indica que su actuación en primera instancia consistió en dictar resoluciones simples o de mero trámite y proveer la prueba ofrecida por las partes, ya que, la excepción planteada en dichos autos fue decidida por un juez subrogante, tal el entonces defensor oficial Dr. Alberto Cangiani. Apelada la sentencia dictada en primera instancia, explica que el Tribunal de Alzada revocó el pronunciamiento, no mereciendo hasta ese momento recusación alguna de los denunciantes, por su actuación en la instancia anterior. Posteriormente, su actuación junto con el Dr. Tazza consistió en desestimar el recurso extraordinario intentado, consintiendo el Dr. Scarimbolo su actuación en segunda instancia. Agrega que, tras ser devueltas las actuaciones al juzgado correspondiente se remitieron otra vez los autos a la Cámara a fin de resolver una cuestión relativa Tribunal, a honorarios, se revocó la y conforme resolución jurisprudencia recurrida y del fueron devueltos los autos a fin de proseguir su trámite, sin existir aún recusación o cuestionamiento por parte de los presentantes. 8°) En el proceso caratulado “Jensen Carlos M. y otros c/ Lotería Nacional S.E. s/ laboral” expone que su actuación en primera instancia radicó en el dictado de providencias simples, proveer la prueba ofrecidas por las 13 partes, tomar algunas audiencias testimoniales y fallar conforme a los reiterados criterios, rechazando la excepción de incompetencia y difiriendo la de prescripción para el momento de la sentencia. Luego de apelada la sentencia, el Tribunal revocó la sentencia y rechazó la demanda, adhiriendo como tercer votante a los fundamentos de quien llevó la voz en el acuerdo. Posteriormente, los Dres. Longhi y Tazza concedieron un recurso ordinario ante la Corte Suprema. Interin, se presentó el Dr. Martín Scarimbolo peticionando el préstamo de la causa lo cual se concedió, no cuestionando su actuación en esa instancia en oportunidad de devolver la causa a la Cámara y observar su intervención, consintiéndola. Finalmente, los autos fueron elevados en dos oportunidades más al Superior sin existir por parte de los denunciantes cuestionamiento respecto de la actuación del magistrado, hasta que finalmente, y en virtud del incidente de recusación efectuado por el Dr. Scarimbolo, el Dr. Ferro decidió excusarse, con fecha 20 de febrero de 2007. 9°) En relación con su actuación en los autos “Lupo Carlos y otros c/ Lotería Nacional S.E. s/ laboral” señala que su actuación en primera instancia solo consistió en dictar resoluciones simples o de mero trámite, proveer la prueba ofrecida por las partes y decidir las excepciones planteadas por la parte demandada de la misma forma que en las demás actuaciones en las que intervino. Apelada la sentencia dictada en primera instancia por el Dr. Sirochinsky, el Tribunal de Alzada revocó la sentencia y rechazó la demanda, adhiriendo como tercer votante a los fundamentos dados por el Dr. Tazza. Luego se concedió un recurso ordinario ante la Corte Suprema y se rechazó el recurso extraordinario intentado por la actora, sin merecer hasta dicha oportunidad, cuestionamiento alguno por parte de los letrados denunciantes. 10) En la causa caratulada “Rey Rodolfo José y otros c/ Lotería Nacional S.E. s/ laboral”, explica que su actuación consistió en la instancia de grado, en dictar 14 Consejo de la Magistratura providencias simples o de mero trámite, proveer la prueba ofrecida por las partes y resolver las excepciones planteadas por la parte demandada conforme los reiterados criterios, rechazando la de incompetencia y difiriendo la de prescripción para el momento del dictado de la sentencia, tomando asimismo algunas audiencias de absolución de posiciones. Apelada que fuera la sentencia, expone que el Tribunal conformado por los Dres. Tazza y Longhi, revocó la sentencia y rechazó la demanda, no participando el dicente de tal resolución por encontrarse en uso de licencia. Indica que, posteriormente, el Dr. Tazza concedió un recurso ordinario, el cual resultó desestimado por la Corte Suprema, mientras que el recurso extraordinario incoado por la actora fue declarado inadmisible por el Dr. Tazza y el suscripto, consintiendo los denunciantes su actuación ante la falta de cuestionamiento. Agrega que, al año y tres meses de haber sido elevada por primera vez las actuaciones a la Cámara, luego de fallar en cuestiones relacionadas con la aplicación de las leyes 23.982 y 25.344, los Dres. Scarimbolo lo recusaron con causa, en tanto habría actuado en ambas instancias obviando actuar conforme el art. 32 del CPCCN. Asimismo, señala que los denunciantes manifiestan que habría actuado irregularmente en la causa “Mantello N. c/ Ferrocarriles Argentinos s/ daños y perjuicios” por haber supuestamente dictado una resolución firmada en forma unipersonal cuando debería haber sido firmada por el Tribunal. En virtud de ello, y pese a que el letrado denunciante habría consentido con anterioridad su actuación en la Cámara, conforme su reiterada actitud en base a las razones expuestas en los autos “Scarimbolo s/ incidente de recusación”, el 20 de febrero de 2007, resolvió excusarse de seguir entendiendo en las actuaciones. 11) Respecto de su intervención en el proceso caratulado “Sernia Miguel Ángel y otros c/ Lotería Nacional S.E. s/ laboral”, destaca que su actuación se limitó al 15 dictado de resoluciones simples o de mero trámite y proveer la prueba ofrecida por las partes, siendo las excepciones planteadas por la demandada resueltas por el Dr. Alberto Cangiani, juez subrogante en aquella oportunidad. Expresa que apelada la sentencia de primera instancia, el Tribunal conformado por los Dres. Tazza y Vázquez, revocó el pronunciamiento de grado y rechazó la demanda, desestimando posteriormente la misma integración, el recurso extraordinario planteado por el Dr. Scarimbolo. Aclara que recién intervino como juez de cámara el 31 de julio de 2006, a fin de ordenar el procedimiento de las actuaciones, no existiendo luego de ello actuación alguna de su parte. 12) En los autos caratulados “Stessens Juan C. y otros c/ Lotería Nacional S.E. s/ laboral”, describe que su actuación en primera instancia radicó en el dictado de providencias simples o de mero trámite, proveer la prueba ofrecida por las partes, absolución de posiciones reiterado criterio, la tomar y algunas desestimar, excepción de audiencias conforme a de su incompetencia, difiriendo la de prescripción para el momento del dictado de la sentencia. Apelada la sentencia, sostiene que el Tribunal integrado por los Dres. Tazza y Longhi revocaron y rechazaron la demanda, no participando él mismo por encontrarse en uso de licencia. Luego de ello, agrega que el Dr. Tazza admitió un recurso ordinario, el cual fue declarado mal concedido por la Corte Suprema, en tanto el recurso extraordinario interpuesto por la actora, fue declarado inadmisible con su intervención, Scarimbolo, no siendo excusándose esto objetado posteriormente de por el Dr. intervenir, conforme su reiterada actitud en base a las razones expuestas en los autos “Scarimbolo s/ incidente de recusación”. 13) En relación con las actuaciones caratuladas “Namur Vicente José y otros c/ Estado Nacional (Lotería y Casinos) s/ laboral”, sostiene que su actuación en primera 16 Consejo de la Magistratura instancia consistió, como en tantas otras, en firmar providencias simples o de mero trámite, proveer las pruebas ofrecidas por las partes, tomar algunas audiencias testimoniales, resolver la excepción de incompetencia y diferir el tratamiento de la de prescripción. Destaca que llegadas las actuaciones a la Alzada y al analizar su actuación en la instancia anterior, advirtió que previo a la acción principal, tuvo una activa intervención en un incidente de diligencias preliminares solicitado por la parte actora, tendiente a que se realizaran diligencias probatorias, tales entre otras, a comprobar si en oportunidad que los Casinos eran explotados por manos privadas existían perfectamente definidos dos tipos de tareas: la rama juego y la incidencia que sobre ellos lleva la “propina o caja de empleados”; y la rama típicamente administrativa cuyos integrantes no participan de aquel concepto y sólo perciben haberes normales. Refiere que en dicho contexto, admitió tales diligencias e hizo saber a los actores que deberían iniciar la acción correspondiente dentro de los 30 días, bajo apercibimiento. Agrega que, posteriormente, y a pedido de los demandantes, asintió la ampliación de un interrogatorio, luego proveyó favorablemente otra extensión temporal respecto de un informe respecto a la categoría que poseían determinados agentes, y posteriormente, previo a resolver y teniendo en cuenta que existían en juego derechos de las partes, libró otro oficio concediendo un plazo ampliatorio para evacuar el informe requerido por los actores. Entiende que tal activa participación en dicho incidente, con producción y convalidación de pruebas que tenían directa relación con el objeto de la causa principal, sumado el apercibimiento impuesto a los actores, podían comprometer su objetividad e invocando el art. 30 del CPCCN se excusó y dejó que sus colegas decidieran tal petición, lo que sucedió admitiendo la excusación en los términos de la norma citada. Concluye destacando que por tal circunstancia no 17 existió participación suya en segunda instancia. 14) En los autos caratulados “Yancovich Eristo y otros c/ Estado Nacional” indica haber, en primera instancia, suscripto providencias simples o de mero trámite, tomado algunas audiencias testimoniales, dictado resoluciones relativas a las excepciones planteadas y fallar conforme los reiterados criterios, desestimando la de incompetencia y postergando la de prescripción. Explica que, sin embargo, no proveyó la prueba ofrecida por las partes, lo cual fue realizado por el juez subrogante Dr. Cangiani. Asimismo, sostiene que, cuando llegó dicho expediente a la Alzada conjuntamente con los autos “Namur Vicente José y otros c/ Estado Nacional” inadvertidamente pensó que remitido sólo los terceros cuerpos de ambos expedientes a su despacho, eran similares en cuanto a la producción del incidente de medidas preliminares y al poseer la misma fecha, el mismo modo de redacción y contenido del proyecto del excusación, nada le hizo pensar lo contrario y firmó un despacho idéntico al firmado en los autos “Namur”, de ahí entonces que procedió a excusarse involuntariamente, lo cual fue admitido por sus colegas. Expresa que, por ello, no tuvo intervención alguna en segunda instancia. 15) Finalmente, sostiene que en los autos caratulados “Mantello Nicolás y otros c/ Ferrocarriles Argentinos y otros s/ daños y perjuicios” la actuación que le cupo en primera instancia se limitó al dictado de providencias simples o de mero trámite. Sobre su actuación en segunda instancia, señala que apelada la sentencia, el Tribunal conformado por él y el Dr. Tazza rechazó el recurso de apelación, confirmó la sentencia de la instancia anterior y condenó a las demandadas el día 19 de octubre de 2000, desestimándose, asimismo, el recurso extraordinario planteado por el actor sobre aspectos puntuales de la sentencia. Relata que a fs. 806 y 823 se presentó el Dr. Martín Scarimbolo, peticionando al Superior se confirmen 18 Consejo de la Magistratura determinadas resoluciones sobre regulación de honorarios, sin ser cuestionado en tal oportunidad la integración del Tribunal. Agrega que a fs. 834 el Dr. Scarimbolo solicitó la elevación de las actuaciones al Superior y arribados los autos al Tribunal, luego de excusarse el Dr. Tazza por la intervención de su mujer en el proceso como letrada, se constituyó la integración de la Sala con la intervención del Dr. Farah, lo cual fue cuestionado por el Dr. Scarimbolo, pero consintiendo hasta dicha oportunidad la intervención del Dr. Ferro. Expresa que, luego de ser desestimadas ciertas peticiones del letrado denunciante, éste, lejos de plantear los recursos que podrían ser procesalmente viables, cuestionó su intervención, por lo cual y en forma coherente con su reiterada actitud, pese a haber sido consentida su intervención como camarista en el proceso, se excusó de seguir entendiendo en el proceso. Concluye sosteniendo que la presente denuncia como tal, permitiría inferir una conducta parcial que perseguiría a su criterio, su separación de las causas referenciadas precedentemente. Asimismo, acompaña copias de diversas actuaciones referentes a las causas en cuestión, por lo que se procede a formar el anexo correspondiente. III. En función de las medidas preliminares, se procedió a compulsar las causas reseñadas, en trámite ante el Juzgado Federal N° 4 de Mar del Plata, de las que se obtuvieron copias certificadas de las partes pertinentes, las que obran como anexo de las presentes actuaciones. CONSIDERANDO: 1°) Que las facultades disciplinarias del Consejo de la Magistratura, al igual que antes las de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se limitan a lo estrictamente administrativo, no pudiendo inmiscuirse, directa o indirectamente, en la competencia jurisdiccional. En otros 19 términos, las sanciones disciplinarias apuntan a que este Cuerpo “logre disciplina en el cumplimiento de reglas ordenatorias para la administración del universo de conflictos, no para la decisión de un conflicto determinado ni, consecuentemente, para imprimir una determinada línea a los actos procesales” (Kemelmajer de Carlucci, Aída, “El Poder Judicial en la Reforma Constitucional”, en AAVV, “Derecho Constitucional de la Reforma de 1994”, Mendoza, Instituto Argentino de Estudios Constitucionales y Políticos, 1995, T. II, pág. 275). Así se ha entendido que existe responsabilidad administrativa cuando media inobservancia de los deberes inherentes a la calidad de magistrado, ejercicio impropio de las funciones judiciales, descuido voluntario, falta de asiduidad en el cumplimiento de estas funciones o actos que perjudiquen el “‘responsabilidad servicio público. administrativa’ y De modo que ‘responsabilidad disciplinaria’ son conceptos sinónimos” (Marienhoff, Miguel S., “Tratado de Derecho Administrativo”, Ed. Abeledo Perrot, 1994, T. III- B, pág. 369). Sobre esas bases, el artículo 14 de la ley 24.937 y sus modificatorias, prevé expresamente los supuestos que constituyen faltas disciplinarias y que, por ello, dan lugar a la responsabilidad de esa índole de los Magistrados del Poder Judicial de la Nación. Por su parte, el art. 53 de la Constitución Nacional prevé las causales que constituyen mal desempeño y, como consecuencia, ameritan la remoción de los jueces del Poder Judicial de la Nación, estableciendo el art. 114 de la Carta Magna, dentro de las atribuciones de este Consejo de la Magistratura la de decidir la apertura de dicho procedimiento de remoción cuando los hechos denunciados fueran los previstos en el referido art. 53 (cfr. ley 24.937 y sus modificatorias). 2°) Que los denunciantes cuestionan la actuación del Dr. Jorge Ferro, por considerar que su intervención en diversos procesos como juez de primera instancia, y 20 Consejo de la Magistratura posteriormente, como juez de cámara, afecta las garantías constitucionales del debido proceso y del derecho de defensa en juicio. Habiendo a su criterio, dictado fallos de “extrema trascendencia procesal” en ambas instancias y haciendo caso omiso de las disposiciones establecidas en el art. 30 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, incurriendo por ende en la causal prevista en el art. 32 del citado Código, al no haberse excusado de actuar en la Alzada. 3°) Que corresponde “prima facie” examinar si las alegaciones brindadas por el Dr. Ferro en oportunidad de formular su descargo permiten arribar a conclusiones coincidentes con su tesitura o, por el contrario, debe instarse una imputación. En tal sentido, cabe referir que, de la compulsa efectuada a las causas señaladas, surge que el Dr. Ferro tuvo en primera instancia una intervención similar en la mayoría de ellas, esto es, dictar algunas providencias simples o de mero trámite, proveer la prueba ofrecida por las partes y llevar adelante audiencias testimoniales y de absolución de posiciones. En cuanto a las resoluciones interlocutorias obrante en los procesos y que fueran suscriptas por el magistrado en la instancia de grado, ellas corresponden en todos los casos al rechazo de la excepción de incompetencia planteada por la demandada y en diferir para la oportunidad del dictado de sentencia la de prescripción, planteada por la misma parte. Respecto de su actuación como Juez de Cámara en dichos procesos, en la mayoría de los casos consistió en participar -en ocasiones como magistrado preopinante y en otras por adhesión a los fundamentos de sus colegas- en las sentencias definitivas dictadas por la Alzada, como así también en la concesión de recursos ordinarios y denegación de recursos extraordinarios ante la Corte Suprema de Justicia, entre otras resoluciones. Asimismo, se constató que en los autos caratulados “Barbieri Carlos c/ Lotería Nacional s/ laboral”, el Dr. 21 Ferro no tuvo intervención alguna en primera instancia, y que en las causas caratuladas “Namur Vicente c/ Estado Nacional s/ laboral” y “Yancovich Eristo c/ Estado Nacional s/ laboral”, el magistrado, encontrándose ya en funciones como juez de Cámara, decidió excusarse por haber intervenido previamente como juez de primera instancia en incidentes de diligencias preliminares correspondientes a los nombrados procesos. Ello, por entender que tal activa participación en dichos incidentes y los que a su criterio tenían directa relación con el objeto de la causa principal, podrían comprometer su objetividad. 4°) Que en este contexto, es necesario determinar si el Dr. Ferro se encontraba inmerso en algunas de las causales de excusación establecidas en el Código de rito al momento de intervenir como juez de Cámara o si, en cambio, su proceder se ajustó a derecho. Cabe dejar sentado que, la ley procesal impone al juez el deber de apartarse espontáneamente del conocimiento del asunto cuando se hallare comprendido en alguna de las causas de recusación establecidas en el art. 17 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, acordándole, asimismo, el derecho de hacerlo "cuando existan otras causas que le impongan abstenerse de conocer en el juicio, fundadas en motivos graves de decoro o delicadeza (art. 30 CPCCN). En cuanto al primero de los aspectos aludidos, es dable poner de resalto que dichas causales resultan taxativas y de interpretación restringida, teniendo en cuenta que su aplicación provoca el desplazamiento de la legal y normal competencia de los jueces y la consecuente alteración del principio constitucional del juez natural. En lo que atañe al derecho de abstención, la ley adopta una fórmula flexible que, remitiendo fundamentalmente a las motivaciones subjetivas del juez, tiende a respetar todo escrúpulo serio que éste manifieste en orden a una posible sospecha sobre la objetividad de su actuación. Sentado ello, y analizadas que fueron las actuaciones en las cuales intervino el magistrado, no se 22 Consejo de la Magistratura advierten motivos que justifiquen una actitud distinta a la asumida por el Dr. Ferro en los expedientes referenciados. En efecto y como ya fuera señalada, la actuación del Sr. Juez interviniente en los distintos procesos constituyó, dentro de su función como juez de primera instancia, en la gran mayoría de los casos, en el dictado de providencias simples o de mero trámite, el proveído de las pruebas ofrecidas por las partes, la celebración de algunas audiencias testimoniales y confesionales y, el dictado de resoluciones rechazando la excepción de incompetencia y difiriendo el tratamiento de la excepción de prescripción opuestas por la parte demandada. Tales intervenciones realizadas por el Dr. Jorge Ferro no permiten vislumbrar parcialidad o adelanto de opinión alguna, toda vez que las mismas siempre fueron tendientes a hacer avanzar el proceso, no existiendo en ningún caso prejuzgamiento de su parte. Tal como sostuvo el magistrado en su descargo “el juez sólo debe excusarse cuando ha dictado resoluciones decisorias como sentencia, pero nunca cuando se trata de providencias simples, extremo éste que ocurrió en las causas (…) puesto que las decisiones adoptadas no importaron adelanto de opinión alguna”. En tal sentido, se observa que las resoluciones dictadas en los expedientes no tuvieron otro fin que el de darle continuidad al trámite procesal de los mismos, sin adelantar opinión alguna sobre el fondo de la cuestión. Ello es así por cuanto decidir una excepción sobre la competencia del juzgado, no afecta la imparcialidad del juzgador, ni permite inferir detalle alguno sobre la decisión final a dictarse en las etapas procesales oportunas, ni implica en manera alguna prejuzgamiento puesto que, el ejercicio de la facultad jurisdiccional no importa adelanto de opinión. Menos aún puede catalogarse como prejuzgamiento o imparcialidad, el hecho de haber diferido para el momento procesal oportuno, el tratamiento de las excepciones de prescripción interpuestas por los demandados en los procesos 23 en los cuales eran parte. Por ende, no encontrándose el Dr. Ferro comprendido en ninguna de las causales de excusación que taxativamente impone el art. 30 del CPCCN y no existiendo -como fue sostenido por el magistrado en su descargo- motivos graves de decoro o delicadeza que lo hicieran excusarse voluntariamente de los procesos al momento de intervenir como juez de Cámara, habrá de propiciarse la desestimación de la presente denuncia. 5°) Que, sin perjuicio de lo expuesto, y a mayor abundamiento, cabe destacar que los denunciantes consintieron en todo momento la actuación del Dr. Ferro en la instancia superior en todas las causas por ellos indicadas, planteando en muchos casos recusaciones –que fueron rechazadas- luego de que el magistrado efectuó numerosas intervenciones, entre las cuales se encontraba el dictado de la sentencia definitiva, sin objetar en el momento procesal oportuno lo que aquí intentan introducir, violentando de esta manera, la teoría de los actos propios. A su vez, cabe resaltar que el magistrado, en aquellas causas en las cuales tuvo una mayor participación en el trámite del proceso (causas “Namur” y Yancovich”) decidió excusarse de intervenir, por considerar que su actividad en primera instancia podría comprometer su objetividad. 6°) Que analizadas las constancias aportadas y teniendo en cuenta las manifestaciones brindadas por el Dr. Ferro, no se advierte irregularidad alguna susceptible de reproche por parte de este Cuerpo. Es dable señalar el hecho que, desde el punto de vista sancionatorio, la conducta de quien ha vulnerado un deber que le es propio, no sólo debe evaluarse en cuanto a su resultado sino, y principalmente, a partir de la existencia de aquéllas condiciones fácticas que le hubiesen posibilitado un comportamiento distinto. Así, cualquiera sea el ámbito jurídico de que se trate, el análisis de la conducta que se considera disvaliosa 24 Consejo de la Magistratura ha de partir de la existencia del presupuesto material de infracción de la norma, sumado a una condición objetiva de punibilidad, cuya traducción en los hechos, se da en la existencia de ese conjunto de circunstancias que la harían exigible. Tan elementales requisitos, no se encuentran presentes en la actuación del Dr. Ferro en el trámite de los expedientes en cuestión. Así entonces, sin la convicción necesaria y positiva de la responsabilidad del magistrado de adecuar su comportamiento a la debida diligencia, no es posible atribuirle una responsabilidad del tipo disciplinaria, toda vez que en el presente caso, no sería exigible al magistrado un comportamiento diverso a aquel que le es imputado. En consecuencia, teniendo en cuenta tales circunstancias, corresponde desestimar la presente denuncia por resultar improcedente. 7°) Que en virtud de lo expuesto, y toda vez que no surge de la actuación del magistrado ninguna irregularidad que sea causal de remoción conforme lo dispuesto por el artículo 53 disciplinarias de la Constitución establecidas en Nacional, la ley ni 24.937 faltas y sus modificatorias, corresponde –con acuerdo a lo propuesto por la Comisión de Disciplina y Acusación (dictamen 401/07)desestimar la presente denuncia. Por ello, SE RESUELVE: 1°) Desestimar la denuncia formulada contra el Dr. Jorge Ferro, integrante de la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata. 2°) Notificar al denunciante y al magistrado denunciado, y archivar las actuaciones. Regístrese y notifíquese. Firmado por ante mí, que doy fe. Fdo.: Pablo Mosca – Pablo Hirschmann (Secretario General). 25