¿Hipérboles De Jesús? (III)

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 ¿Hipérboles De Jesús? (III)
Tercer Servicio
Apóstol Sergio G. Enríquez O.
Guatemala, 24 de abril del Año De La Abundancia
Por medio de estos estudios hemos estado explicando la diferencia entre una parábola y una
hipérbole. En la Biblia, notamos que el Señor Jesús hablaba por medio de parábolas, las cuales en
muchas ocasiones pueden ser interpretadas como imposibles o exageradas debido a su contenido,
pero Jesús nunca tuvo necesidad de hablar con exageraciones. El siguiente versículo es un buen
ejemplo de una parábola que puede ser catalogada como una hipérbole, pero obviamente no lo es:
Marcos 11:23 (LBLA) En verdad os digo que cualquiera que diga a este monte: "Quítate y arrójate
al mar", y no dude en su corazón, sino crea que lo que dice va a suceder, le será concedido.
Sabemos que una persona, literalmente, se puede parar frente a un monte y decirle que se mueva;
sin embargo, esto vendría a ser un milagro contundente que no todos van a creer. Ahora bien, al
leer este versículo de una manera espiritual, notamos que en las Escrituras se mencionan montes
que parecen ser obstáculos en nuestra vida y que es nuestro deber pararnos frente a ellos y
decirles que se quiten y se vallan a la mar. En esto consiste este tema. Anteriormente ya hemos
mencionado varios montes que necesitamos desarraigar de nuestra vida para que no interfieran en
nuestra relación con Dios. Dentro de los montes que ya hemos visto están los siguientes:
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El Monte de la Derrota (2 Samuel 15:30)
El Monte de la Maldición Ancestral (2 Samuel 21:9)
El Monte de la Entrega de los Hijos (1 Reyes 11:7)
Continuemos estudiando a este respecto:
El Monte de la Incredulidad
2 Reyes 2:16 (LBLA) Y le dijeron: He aquí, ahora hay con tus siervos cincuenta hombres fuertes;
te rogamos que los dejes ir a buscar a tu señor; tal vez el Espíritu del SEÑOR lo ha levantado y lo
ha echado en algún monte o en algún valle. Y él dijo: No los enviéis.
Para entender este versículo bíblico y cómo se relaciona con la incredulidad, pasemos a ver el
contexto del mismo. Las Escrituras narran que el Profeta Eliseo, sabiendo que le quedaba poco
tiempo junto al Profeta Elías, antes que fuera arrebatado de la Tierra, decide acompañarle al río
Jordán. Atravesando el río, el Profeta Eliseo es testigo de cómo aquel varón es levantado de esta
Tierra en medio de un torbellino. Después el Profeta Eliseo regresa y se encuentra con sus siervos
y con los cincuentas hombres fuertes, quienes no creyeron que el Profeta Elías había sido
arrebatado.
Conforme a lo expuesto, entendemos que en ocasiones, nuestra incredulidad no nos permite ver la
mano de Dios obrando, y peor aun, podemos caer en el error de pensar que Dios no es lo
suficientemente poderoso como para hacer lo que nos ha prometido; un ejemplo lo vemos a través
de la Biblia pero más específicamente cuando Jesús resucita y se le presenta a los discípulos, a
ellos les costó creer que tenían al Señor frente a ellos, pese a que Jesús ya les había dicho que Él
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¿Hipérboles De Jesús? (III)
Tercer Servicio
Apóstol Sergio G. Enríquez O.
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iba a resucitar. Esto nos lleva a entender, que en ocasiones podemos ser muy analíticos; sin
embargo, es el deseo del Señor Jesucristo el que tengamos la fe de un niño, quien no cuestiona lo
que se le dice, sino que cree en todo lo que sus padres le dicen sin dudarlo. De la misma manera,
tenemos que creer y confiar en nuestro Padre Celestial sin cuestionarle, y siempre atribuyendo a
Dios confianza y fe.
El Monte de la Codicia
2 Reyes 5:24 (LBLA) Cuando llegó al monte, los tomó de sus manos y los guardó en la casa,
luego despidió a los hombres y ellos se fueron.
Al leer el contexto de este versículo, entendemos que Naamán, capitán del ejército del rey de
Aram, tenía lepra; razón por la cual una de sus siervas le aconseja que vaya y se presente delante
del Profeta Eliseo, sin embargo, no le recibe, sino que envía a su siervo Giezi a que le diere la
instrucción de sumergirse en el río Jordán siete veces. Naamán, enfurecido porque el Profeta no le
recibió personalmente, da media vuelta y se va. Pero sus siervos se le acercaron y le hablaron,
diciéndole que obedeciera la instrucción; y al hacerlo, queda sano de la lepra. En vista de ello,
decide regresar con el Profeta para ofrecerle presentes, el varón de Dios no se los recibió.
Después de esto, Giezi va tras Naamán y bajo engaño le pide un talento y dos mudas de ropa que
al final las esconde en su casa, en la región montañosa de Efraín. Basándonos en esto, podemos
concluir que el monte de la codicia forma parte de los montes que debemos desarraigar para que
podamos avanzar como creyentes y alcanzar los verdaderos tesoros espirituales y no permitir que
aquello que tuvo Giezi, se arraigue en nuestro corazón.
En resumen, no podemos ser cristianos incrédulos o codiciosos, sino que debemos ser fieles
creyentes a las promesas de nuestro buen Dios, confiando siempre que Él nos sustentara en todo
lo que necesitemos. En este día, pidámosle al Padre que nos auxilie para que estos montes
puedan ser desarraigados y no nos estorben más el camino. Creamos que Dios, de una manera
sobrenatural, y por medio de nuestra fe, hará que estos montes se muevan a la mar para que
podamos seguir adelante en nuestra jornada con Cristo Jesús.
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