ddiplomado de acupuntura

Domingo 6 de Junio del 2010 - E L NORT E
go que tenía tres hijos en edad
escolar.
Allá conoció a Ernesto Bolaños, quien sería su esposo, y
con quien procrearía tres hijos:
Adrián, Andrés y Miguel. Además
de criar a Glen, su ahijado.
“Nos conocimos en un concierto. Yo estudiaba un posgrado
en economía y nos comunicábamos en inglés”, platica Ernesto.
“Nos hicimos amigos. Ella regresó a Suiza. Yo fui a verla y finalmente nos casamos aquí, el 10
de junio de 1967”.
Poco a poco aprendió a hablar español y a tolerar el calor
que la hacía llorar en los primeros veranos.
“Úrsula es una persona entregada a la educación y a su familia;
muy firme en su concepto de integración.
“Bromeo y le digo que es tan
congruente que se integró con un
mexicano, ja, ja”.
María Luisa Medellín
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perfIlesehIstorIAs
Editora: Rosa Linda González
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La vocacIón
de ÚrsuLa
Con una propuesta innovadora, basada en el constructivismo,
Úrsula Werren pasó de unas clases de música en su hogar a la creación
del Colegio Formus, que ahora integra a mil 300 alumnos
Úrsula recuerda que a una de
“Pero ahí estaba Úrsula con
su claridad meridiana, mostrando
aquellas sesiones acudió Lety, la
que era posible educar con amor,
mamá de un alumno, que traía
a otro de sus hijos con síndro- en libertad y con responsabilidad;
contagiando a propios y extraños
me Down.
David estaba en su regazo, pe- que lo mejor a lo que podemos aspirar es a que nuestros niños sean
ro seguía atento la clase. Su mamá
incluyentes, autónomos, responlo percibió y a la semana volvió
con un grupo de amigas con hi- sables, inquisitivos, creativos, empáticos y felices.
jos en esa misma condición.
“Querían clase de música para
“Ella es fundamentalmente tíellos”, dice Werren, delgada y de
mida, pero no menos firme cuancabello corto castaño. “Les pedí
do se trata de hacer o defender altiempo. Necesitaba saber en qué
go en lo que cree”.
nivel de comprensión estaban, sus
Y justo por lo que se le critinecesidades y buscar una forma
caba, las miradas se dirigen desde
de que participaran”.
hace tiempo hacia Formus, ahora
“La vivencia fue importantí- ya con primaria y secundaria.
sima. A vuelta de año iban dos
“Muchos papás sienten que
horas semanales, una para desa- la diversidad es un valor, no una
rrollar sus habilidades
desventaja. En Canadá,
VIDEO
y otra con los demás nipor ejemplo, se ha loelNorte.CoM
ños”.
grado la integración, no
Al palpar los proexisten escuelas de edugresos, estas señoras le ofrecie- cación especial”, sonríe Úrsula y
ron apoyo para abrir un jardín
trae a la memoria el caso de Emde niños.
ma, una niña con espina bífida.
“Encontramos un lugar en
“Ella necesitaba andador para
Contry, en el 88. Seguimos ahí
caminar, pero en Formus dejó de
con educación musical e instala- usarlo porque siempre había bramos el jardín de niños basado en
zos en qué apoyarse. Era más reto
los principios del constructivis- atreverse a andar al lado de estos
mo, ligado a la vivencia, la inves- niños de 4, 5 años y, sin embargo,
tigación, el análisis; aunque fue di- la hacían sentirse segura”.
fícil que otras personas entendieLa editorialista Rosaura Baran el concepto de integración”, rahona ve en Werren a una figura
cuenta Úrsula encogiéndose de
de la educación contemporánea
hombros.
en la Ciudad y subraya su audacia
Al explicar que en cada sa- al abrir un colegio constructivista
lón habría algunos pequeños con
en una comunidad tan conservanecesidades especiales, no faltó
dora, además de sembrar las sequienes dijeran que no deseaban
millas de un equipo docente que
enviar a sus hijos a una escuela
ha diseminado sus frutos.
especial, agrega en su pequeña
“Si queremos seres humanos
oficina, cuyos muros y estantes
bien preparados, tolerantes, cohelucen dibujos, trabajos escolares
rentes con lo que predican y consy fotografías familiares.
cientes de que jamás se deja de
Son las instalaciones actua- aprender, debemos buscar opcioles de Formus, en La Estanzuela. nes como la que Úrsula y su ForAlrededor hay salones, áreas de
mus trajeron a Monterrey”.
juego, corredores y jardines. Mevv
lodías con acentos de flautas corren por el aire.
Úrsula nació el 3 de marzo de
Ariadna Ramírez, madre de
1940, en Interlaken, Suiza, una
familia Formus, menciona que esa
entrada directa a Los Alpes.
propuesta educativa, a la que hoy
Fue la mayor de cuatro herotros llaman de vanguardia, era
manos y desde pequeña jugaba a
realmente transgresora en ese en- ser maestra.
tonces.
Pese a los años aciagos de la
Segunda Guerra Mundial, no recuerda las carencias con amargura, sino con la aceptación de una
pequeña que no necesitaba más
que a sus padres, las verduras que
la tierra les daba para comer y los
amigos con quienes compartía infinidad de juegos.
Su papá, Werner Werren, era
jardinero y cuidaba una casa de
ancianos. Su madre, Hedwig Uebersax, se ocupaba del hogar y hacía arreglos florales.
“Era una vida austera, muy ligada a la naturaleza y a la música; to-
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dos cantaban y tocaban instrumentos en la familia de mi padre”.
Aunque por las noches debían cubrir las ventanas y apagar
las luces, era como si el país entero desapareciera, porque los aviones alemanes cruzaban justo sobre Suiza hacia Italia. Entonces
percibía la tensión en los rostros
de los adultos.
Úrsula dice que tanto en casa
como en la iglesia había que obedecer sin cuestionar, y para ella
fue un shock encontrarse a los 16
años en la Normal de Maestros,
Omar Valdez
nició en casa, en 1973, como
un proyecto de educación
musical, con unas sillas, una
mesa y cinco niños dispuestos a aprender.
Ellos eran Andrés y Adrián,
hijos de Úrsula Werren, la impulsora del proyecto, y tres amigos.
Luego, llegaron otros ocho
vecinos y, de pronto, había chiquillos en la cochera, la lavandería y
hasta en el techo. Fue necesario
construir otro piso y entrenar un
equipo de profesores.
Antes de emprender la aventura, Úrsula se dedicaba a su familia, así lo había decidido desde
que vino a Monterrey para casarse, ya que ella ejercía el magisterio en Suiza, donde nació.
Pero al no encontrar un método de aprendizaje para sus hijos
como el que había experimentado en su país, tomó la iniciativa.
“Se trata de una enseñanza
activa, con un engranaje entre la
música y las necesidades físicas,
cognitivas, afectivas y sociales en
las distintas etapas de la vida del
niño”, detalla con voz suave, de leve acento extranjero.
“En una clase se empieza cantando, porque las melodías tienen relación con la vida afectiva.
Luego vienen los ejercicios o juegos físicos, ya que el ritmo musical no es otra cosa que el ritmo
corporal: al hablar, en los latidos
del corazón”.
Esta mujer de tez blanca y
ojos vivaces, quien hoy tiene 70
años, explica que la exploración
de los sonidos es lúdica, en función de la curiosidad científica
del niño, que crece con su instrumento y un nuevo código entrelazado a la experiencia musical y
vivencial.
Ése fue el germen de Formus,
Formación Educativa y Musical,
A. C.
V I DA
Úrsula Werren ha construido
un aprendizaje con autonomía
intelectual y sensibilidad artística.
de Thun, Suiza, con un mundo
abierto a la crítica y a las ideas
contemporáneas, como el constructivismo.
“El doctor Müller era el director. De él aprendí que se puede tener una relación entre adultos y niños de mucho más diálogo, de no sólo seguir reglas, sino
de elaborarlas juntos.
“La otra cosa magnífica fue
que podíamos estudiar uno o más
instrumentos. Ahí estudié el órgano tubular”.
Una escuela comunitaria en
Saxeten, en los Alpes Berneses;
un internado para niños con graves discapacidades, en Wabern; y
un plantel cerca de Berna, donde los padres seleccionaban a los
maestros y había libertad para explorar caminos creativos en la enseñanza, fueron las primeras experiencias de Úrsula en las aulas.
Viajó después a Philadelphia,
Estados Unidos, para auxiliar a
la hermana enferma de un ami-
Cuando los padres de familia animaron a Úrsula a abrir la primaria, algunos vecinos se opusieron
a que se instalara junto al jardín
de niños.
“Un año volvimos a dar clases
en mi casa, mientras veníamos a
este terreno de La Estanzuela”,
menciona Úrsula, evocando esos
días difíciles.
“Aquí me reencontré con la
naturaleza. Llegamos en el 92 y
comenzamos con la secundaria
en el 98”, explica esta abuela de
siete nietos, cariñosa, paciente y
preocupona.
Hoy, dice, atienden a mil 300
alumnos, incluida la escuela de
educación musical, en Contry.
Sus hijos Adrián, Andrés y
Miguel, con maestrías y estudios
en el extranjero, se sumaron al
proyecto educativo, en las finanzas, el área académica y el crecimiento en infraestructura.
Adrián la describe visionaria,
positiva, humanista y en constante aprendizaje.
Cuando Úrsula camina por
Formus, los niños la llaman por
su nombre. Algunos se acercan a
abrazarla. Otros le piden que firme un compromiso para hacer
una prepa.
Ella suelta la carcajada. No
está en sus planes. Desea que los
jóvenes echen a volar sus conocimientos en otros escenarios.
Mientras tanto, Úrsula sigue
nutriendo la fórmula de un aprendizaje en el que música, naturaleza e integración contribuyan a
formar líderes más humanos.