Lectura del Evangelio según san Juan 2,13

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REFLEXIONES CATÓLICAS SOBRE LA BIBLIA
Arquidiócesis de Miami - Ministerio de formación cristiana
9 de noviembre de 2008
Dedicación de la Basílica de Letrán (Ciclo A)
La Archibasílica de San Juan de Letrán es la Catedral de Roma, donde se encuentra la sede episcopal del
Obispo de Roma, el Papa. Está dedicada a Cristo Salvador, sin embargo es más conocida con el nombre de
san Juan de Letrán porque tanto Juan Evangelista como Juan Bautista indicaron al Salvador. Es la más antigua
y la de rango más alto entre las cuatro basílicas mayores o papales de Roma, y tiene el título honorífico de
"madre y cabeza de todas las iglesias de la ciudad de Roma y de toda la tierra”.
Lectura del Evangelio según san Juan 2,13-22
En aquel tiempo se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén.
Encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y también a los
cambistas, sentados detrás de sus mesas. Hizo un látigo con cuerda y los echó a
todos fuera del Templo con ovejas y bueyes, y derribó las mesas desparramando el
dinero por el suelo. A los que vendían palomas les dijo: “Saquen eso de aquí y no
hagan de la casa de mi Padre un lugar de negocios”. Sus discípulos se acordaron de
lo que está escrito: “Me devora el celo de tu casa”. Los jefes judíos intervinieron:
“¿Qué señal milagrosa nos muestras para justificar lo que haces?” Jesús respondió:
“Destruyan este templo y yo lo reedificaré en tres días”. Ellos contestaron: “Cuarenta y seis años demoraron en la
construcción de este templo. Y tú, ¿piensas reconstruirlo en tres días?” En realidad Jesús hablaba de este otro Templo
que es su cuerpo. Solamente cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos recordaron lo que él había dicho y
creyeron tanto en la Escritura como en estas palabras de Jesús.
Comentario breve:
Los tres evangelios sinópticos colocan este pasaje al final de la vida de Jesús; sin embargo,
Juan lo narra al comienzo de su vida pública. Esto destaca que la lucha entre Jesús y los judíos
influye todo su evangelio. El Templo de Jerusalén era el corazón de la nación judía y a él afluían
las ofrendas y los dones de la comunidad. Por esta razón, "el templo" ha despertado muchas
ambiciones a través de la historia. Los profetas habían denunciado los abusos y Zacarías había
anunciado esta purificación que Jesús realiza a su manera (Zac 14,21). En ese tiempo los
apóstoles no podían comprender las acciones de Jesús, pues para ellos no había cosa más
sagrada que el Templo y la Escritura. Pero con el tiempo comprenderían sus acciones proféticas.
Jesús resaltó que el templo de piedra no era el que agradaba a Dios, sino el Reino del amor. El
nuevo templo era Jesús, en él se había encarnado la Palabra de Dios y revelaba a Dios con más
claridad que el templo de piedras.
La lectura de hoy nos presenta tres ideas importantes:
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Dios habita en su Hijo, en cada persona, en el pueblo de Dios.
Del templo no quedará piedra alguna. En cambio Jesús crucificado, resucitó y está vivo.
San Pablo asegura en sus cartas que nosotros somos templos vivos de Dios.
Para la reflexión personal o comunitaria:
Después de una pausa breve para reflexionar en silencio, comparta con otros sus ideas o sentimientos.
1.
¿Cuándo te has sentido molesto por algún comportamiento en la Iglesia? Explica.
2.
¿Cómo explicas la ira de Jesús cuando sabemos que la ira puede ser un pecado?
Lecturas recomendadas: Catecismo de la Iglesia Católica, párrafos 575; 583-586; 994.
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