Yo tan sólo soy yo, pero, con todo, soy alguien. No puedo hacerlo todo, pero puedo hacer algo. Precisamente porque no puedo hacerlo todo, no me permitas no hacer nada. Acción Católica General Sector de Infancia www.accioncatolicageneral.es 11 DE MARZO III DOMINGO DE CUARESMA No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre En aquel tiempo se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: - Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre. Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «el celo de tu casa me devora». Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: - ¿Qué signos nos muestras para obrar así? Vamos a ver de que manera cada uno de nosotros nos tomamos las cosas de Dios como algo importante. Ahí van las preguntillas de esta semana, amigos y amigas. Unas preguntillas para pensar y comprometerse ... Jesús contestó: - Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Los judíos replicaron: - Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días? ¿Quién es para ti Dios? Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la Palabra que había dicho Jesús. Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre. Cuándo tienes que tomar una decisión importante, ¿piensas en lo que haría Jesús si estuviese en tu mismo lugar? Juan 2, 13-25 Jesús no quiere que se convierta “en un mercado la casa de su Padre”. En la época de Jesús se hacían ofrendas y sacrificios a Dios, y para ello se utilizaban animales. Hoy en día eso ya no lo hacemos, pero eso no quiere decir que a veces la casa de Dios la convertimos en un mercado o en otras cosas. En el fondo lo que Jesús nos quiere decir es que las cosas de Dios nos la tenemos que tomar en serio, que le tenemos que dar mucha importancia. Con alegría, con esperanza, pero con la importancia que merece. Cosas como dedicar un ratito al día a rezar, estar siempre dispuesto a ayudar al que lo necesita o ir descubriendo lo fundamental de ser cristiano, son tres cosas por las que nos daremos cuenta de que nos tomamos en serio las cosas del Padre de Jesús, de Dios, nuestro Padre también. Toma un compromiso en tu vida que sea reflejo de que te tomas en serio las cosas de Dios, que para ti, Jesús es alguien importantísimo en tu vida.