La meseta de Pachamama en la región sur del Ecuador: Aporte arqueológico de un sitio olvidado The Pachamama plateau in Ecuadorian south region: Archaeological contribution of a forgotten site Juan Pablo Vargas Díaz*- Miguel Ángel Novillo Verdugo** *Arqueólogo del Ministerio de Cultura Ecuador. [email protected] **Investigador de CERES, Centro Regional de Estudios Socioculturales y de la Universidad de Cuenca. [email protected] Fecha de recepción: 26/03/2015 Fecha de aceptación: 22/11/2015 Resumen: El presente artículo describe y caracteriza materiales arqueológicos recuperados en la meseta de Pachamama y zonas aledañas, con el fin de discutir y aportar nuevos elementos conceptuales-teóricos que permitan comprender el establecimiento de sociedades prehispánicas en el austro ecuatoriano. Por ello se matiza el área de estudio a partir de datos geológicos, geográficos, arqueológicos, que conforman el escenario propicio para el desarrollo de flora y fauna, pues el recurso hídrico en la zona es permanente y se presenta en toda la extensión de la meseta. Esta característica es perceptible por los diferentes momentos en que ésta fue ocupada, donde se construyeron sistemas de terracería y caminos que conectan un área con otra, constituyendo una red vial. Finalmente, se propone el empleo de estrategias cohesionadoras, como la comida y la fiesta, en un territorio que, constantemente, estaba en disputa. Con ello se evidencia a la meseta de Pachamama como un sitio de interés arqueológico en el sur del país. Palabras clave: Pachamama, caminos, terrazas, entierro, basurero. Abstract: The following article and characterises archaeological materials recovered from the Pachamama plateau and surrounding areas with the intention of discussing and contributing to new conceptual theories in order to understand the establishment of prehispanic societies in the Ecuadorian Austro region. This area of study can be approached through geological, geographic and archaeological data which contribute to form the favourable climate from the development of flora and fauna as well as due to the water source which is a permanent feature of the whole plateau. The noticeable characteristic throughout the different times in which this area was occupied is that dirt road and track systems were built, connecting on area with another, leading to the construction of a traffic network cross the region. Finally, it suggests the employment of ISSN: 1139-9201 ArqueoWeb, 17, 2016: 80-98 unifying tactics such as food and festival in a territory which was constantly in dispute. This makes the plateau region of Pachamama an archaeological sight of interest at the south of the country. Keywords: Pachamama, roads, terraces, burials, garbage dump 1. La meseta de Pachamama: Referencias para su estudio establecer con precisión el alcance y magnitud del mismo. Parte de la zona austral (Azuay y Cañar) constituye un escenario idóneo para la investigación arqueológica debido a la riqueza material que se dispone en la misma, representada por asentamientos prehistóricos, que van desde el Precerámico (11000 a.C.) hasta la ocupación inca (mediados del siglo XV), y que son parte de la conformación cultural en la región. En este sentido, los estudios arqueológicos registran varios asentamientos dispersos en la hoya de Cuenca-Azogues, donde sobresalen vestigios como Pumapungo y Todos Santos, que a decir de Max Ulhe (1922) y otros investigadores, correspondería al centro administrativo de Tomebamba. Cabe destacar que los variados informes de intervención arqueológica no respaldan esta concepción de Tomebamba, pues los restos materiales se presentan nulos o escasos, considerando la constante remoción de suelos y perturbación del espacio. Sin embargo, el estudio arqueológico de la zona ha sido esquivo con esta bastedad material, pues, estos se han concentrado en resaltar, interpretar e inferir un sitio en específico, Tomebamba, dejando de lado otras áreas que por sus características contribuirían a un entendimiento mayor de la historia en la región austral. En este sentido, la meseta de Pachamama y sus zonas circundantes (objeto del presente artículo), constituirán el área que aporte al conocimiento arqueológico desde una perspectiva espacial y temporal (Vargas, 2011), pues el abandono, descuido y paulatina destrucción de sus diferentes zonas hacen imperativo un estudio de mayor envergadura. Así, este texto constituye un primer acercamiento hacia la comprensión, registro, entendimiento y difusión de esta área cultural. Geográficamente, la meseta de Pachamama (2800msn) está ubicada en el límite provincial entre Azuay y Cañar (a 17 km de Cuenca). Ésta constituye una formación natural que fue ocupada en diferentes etapas históricas, siendo visibles los restos materiales tanto de cerámica, lítica, arquitectura, entre otros, que se distribuyeron en zonas altas como en las zonas bajas inmediatas a la meseta (figura 1). Aprovechando la localización y morfología de la meseta, la zona ha sido objeto de propuestas alejadas del campo académico y del conocimiento, siendo de esta manera postulada, años atrás, como sitio propicio para ubicar el relleno sanitario (basurero de la ciudad). Posteriormente se pretendió ver la factibilidad de este lugar para la construcción de un aeropuerto y finalmente hubo la pretensión de construir un parque de diversiones, entre los diferentes usos que se da en la actualidad a este espacio. Bajo estas características, los estudios etnohistóricos y arqueológicos en la región toman como primicia la denominada Tomebamba. Así, la etnohistoria desarrolla el argumento de un gran asentamiento incaico no pudiéndose 81 Novillo Verdugo, M. A. y Vargas Díaz, J. P. La meseta de Pachamama… Figura 1: Distribución espacial de zonas arqueológicas en la meseta de Pachamama. Dichas propuestas surgieron de un desconocimiento, y sobre todo, del poco interés que se dio a la noción arqueológica en la región.1 Es así que los antecedentes de estudio de la zona es exiguo, destacando pocas referencias como por ejemplo el trabajo de John Hyslop (1981),2 quién recorrió y registró el denominado Cápaq ñan3 en las provincias de Cañar y Azuay, cubriendo en su recorrido la meseta de Pachamama. Para 1995, Ken Heffernan realizó una breve investigación del sitio, a pedido de Antonio Carrillo 4 , donde se reconocieron estructuras arquitectónicas de origen prehispánico. Fue Antonio Carrillo quien investigó continuamente la meseta, al mismo tiempo que alertó a las autoridades sobre la presencia de vestigios arqueológicos y su constante destrucción (1999). Finalmente, estos someros estudios permitieron que en el 2008, por medio del de- 1 El presente artículo es producto del trabajo investigativo que se realizó en el 2011, como parte de un estudio integral en la meseta de Pachamama y las áreas circundantes, mismo que contó con el aval del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC-R6). 2 John Hyslop (1945-1993), fue un investigador que dedicó muchos años de su vida a estudiar la red vial denominada como Cápac Ñan en sudamérica. 3 En este artículo no se discute si la designación de Cápac Ñan es acertada o no, más bien se prefiere utilizar la denominación de caminos prehispánicos. 4 Primer arqueólogo responsable de los trabajos de investigación arqueológica en la meseta de Pachamama, y gracias a los resultados obtenidos durante su trabajo las acciones de destrucción al mismo se detuvieron, pues demostró el potencial arqueológico del área. 82 ISSN: 1139-9201 ArqueoWeb, 17, 2016: 80-98 afloran en una superficie extensa de la zona (Erazo, 2007). creto de emergencia propuesto por el gobierno ecuatoriano, se registre el sitio como bien patrimonial arqueológico . En este espacio, también, se localizan sedimentos de origen volcánico, aglomerados y tobas blanco amarillentas del volcanismo Llacao, compuesto por piroclastos de color plomizo, cementadas con ceniza volcánica de aspecto arenoso de la misma naturaleza (Erazo, 2007), que rellenaron los valles durante el periodo terciario e inicios del cuaternario. En general, la meseta de Pachamama y sus zonas aledañas representa un área de sumo interés para la arqueología, que debe ser analizado a partir del contexto espacial y con sustento teórico que genere nuevas interpretaciones de los asentamientos prehispánicos en la región. 2. Aspectos geológicos y geográficos Geomorfológicamente la zona presenta sectores anegados distribuidos en las partes bajas de la meseta, además se localizan ciénegas y lagunas como; Jacarín, Chuya y Guabizhun. En sí, la meseta de Pachamama y su área de influencia, por su ubicación geográfica, dispone una singular geomorfología, donde priman planicies alimentadas por brazos hídricos que fluyen por amplios espacios (figura 2). Geológicamente la meseta de Pachamama es producto de formación en la era terciaria. Constituida por estratos de conglomerados, areniscas de color café claro, lutitas esquistosas verdosas y rojizas, que contienen algunos mantos fosilíferos y capas de carbón. Están compuestos de varias formaciones con características litológicas bien definidas, que Figura 2: Mapa hídrico de la meseta de Pachamama. 83 Novillo Verdugo, M. A. y Vargas Díaz, J. P. La meseta de Pachamama… Un recurso fundamental para el desarrollo de la sociedad está constituido por el agua, ya que sirve para satisfacer funciones básicas y vitales de los seres humanos. Así, el recurso hídrico en la zona obedece a dos especifidades: agua obtenida de lagunas y arroyos, y otras formadas a partir de temporadas estacionales, donde el agua circula por quebradas perfectamente reconocibles en el área. Respecto a la fauna se encuentran especies como: búho o cuscungo (Buho Sp), conejo (Lupus Sp), perdis (Altaguis y cryturus Sp), zorro (Mephitis Sp), añas (Mustelide Sp) y gavilán (Accipiter nisus). En términos generales, los aspectos geográficos de la meseta de Pachamama favorecieron –y favorecen–, el surgimiento de una amplia variedad de flora y fauna constituyendo un ecosistema propicio para el ser humano. De las quebradas estacionales se reconocen: Portete, Aurín, Pangal, Pailahualco, Sigsipamba, Tasqui, Cachihuaycu, Salado, quebrada Negra, Guabizhun, San Sebastián, Quichul, Chacapamba, Yolón, Tuñe, quebradas que en su trayecto receptan aguas de otras, hasta desaguar y conformar brazos hídricos. 3. Evidencias arqueológicas en la meseta de Pachamama A partir del trabajo arqueológico realizado en la meseta de Pachamama y sus áreas circundantes se determinó la presencia de restos materiales que por sus características y contextos son de origen prehispánico. Entre estos tenemos: terrazas, estructuras habitacionales, caminerías, complejos arquitectónicos, cerámica, lítica, entre otros. El relieve de la zona está representado por elevaciones que sobrepasan los 2.800 msnm., donde están inmersos valles. En las partes altas se localizan planicies, mismas que presentan pendientes pronunciadas que propician la erosión. Los caminos prehispánicos5 registrados en la zona de Pachamama presentan diversas características y están distribuidos en una extensión que permite conectar varios sectores, tanto de norte a sur como de este a oeste y viceversa, respectivamente (figura 3). Las características geológicas y geomorfológicas influyen sobre la flora y fauna desarrollada en la zona. De esta manera, la vegetación está representada por especies nativas y otras introducidas: carrizo, sig-sig (Arudo nítida), chilca (Bacharis latifolia), zhadan, (Baccharis polyantha), altamiso (Artemisa vulgaris), poleo (Mentha pulegium L.), guandug o floripondio (Burgmansia insignes), Shiran (Bidens leucantha), aliso (Alnus jorulensis), retama (Spartium junccum), pumamaqui (Oreopanax ecuadorensis), penco (Agave americana), guaba (Inga edulis), nogal o tocte (Juglans neotropica), capulí (Prunus serótina), maíz (Zea maíz), fréjol americano (Phaseolus vulgaris y manus), papa (Solanum tuberosum), zapallo (Cucurbitacéas fam), haba (Vacia faba), eucalipto (Eucaliptus globulus), entre otras. El primer camino registrado atraviesa la meseta de Pachamama, comunicando diferentes sectores como Tablamachay, Cruz de Zinn, Quichul, Tulunjutu, Portete, Tablón, Chonta Cruz, cerro de Guabizhun, trayecto que sigue el 5 Son escasas las investigaciones arqueológicas realizadas sobre el sistema de caminería prehispánica. De acuerdo a la investigadora Olsen aún falta mucho “acerca de la organización del intercambio a larga distancia y la comunicación entre entidades culturales en el Ecuador antiguo” (2010). En el caso de nuestro país, investigadores como Humbolt al reportar segmentos de camino los describe como “una hermosa calzada de grandes losas” con estructuras arquitectónicas asociadas. Uhle, fue otro investigador que observó y describió los caminos construidos sobre todo en territorio cañari. 84 ISSN: 1139-9201 ArqueoWeb, 17, 2016: 80-98 de contención de 90cm de alto x 38cm de ancho. filo de cuchilla hasta empalmar con otro camino prehispánico denominado Capac-ñan, en el sector de Zinin. En ciertos tramos el camino prehispánico desaparece debido a construcciones contemporáneas, por ello se pierde el rastro y direccionalidad, sin embargo el trayecto es retomado en otros puntos donde no ha sido intervenido la caminería. Así, desde el sector La Caldera, el camino nuevamente asciende en dirección a la comunidad de Animaspamba, donde existe un graderío (8 peldaños) labrado sobre la roca. De aquí el registro del camino se disipa dada la construcción de una carretera, pero la dirección del mismo es hacia Cojitambo. En la extensión del camino se reconocen estructuras arquitectónicas, superficies aplanadas a manera de plataformas donde priman restos cerámicos y líticos. Otro camino prehispánico visible se localiza desde el pueblo de Llacao, subiendo por las faldas de la meseta de Pachamama, en dirección a El Calvario y la comunidad de Borma. Este camino tiene una plataforma de 2.80mts a 3mts de ancho, y en algunos tramos presenta un talud Figura 3: Caminos prehispánicos en la meseta de Pachamama. Cabe destacar que en el trayecto del camino prehispánico sus estructuras constitutivas varían, dependiendo de las condiciones geográficas de la zona, así por ejemplo, en algunos lados los taludes desaparecen, o se aprovechan formaciones naturales, además de variar la dimensión de las plataformas. 85 Novillo Verdugo, M. A. y Vargas Díaz, J. P. La meseta de Pachamama… Un tercer camino está emplazado cerca al cerro de Guabizhun. Direccionado hacia el norte atraviesa un área de aproximadamente 1 km. Este camino presenta una plataforma de canto rodado y posee dos muros de contención. En su trayecto cruza sectores con abundante cerámica, que debido a la actividad humana han sido destruidos. Así, los pisos de ocupación y sus materiales son perceptibles durante el trayecto. arenisca. El muro de contención está orientado en sentido este-oeste y mide 8,30m de largo, 80cm de alto, 60cm de ancho. Aledaño a este espacio, en el tramo que comprende La Caldera-El Calvario, existe un sistema de terrazas de cultivo donde se siembra maíz y alfalfa. En el sector de Tuñe se registró una hondonada donde se encuentra un conjunto de pequeñas terrazas asociadas a viviendas dispersas, actualmente abandonadas. Una de las terrazas registradas presenta los siguientes componentes: plataforma de 25mts de ancho por 18mts de largo, muro de contención construido con bloques de piedra arenisca de mediano y gran tamaño, canal de desagüe de un humedal que se sitúa a 20mts en la parte más alta. Existen otros caminos considerados de herradura que conectan diferentes puntos, pero que por sus características son considerados secundarios. Respecto a la terracería, este elemento es visible en las zonas aledañas a la meseta de Pachamama. Por las características geográficas y condiciones geológicas del área, para el uso y aprovechamiento del terreno fue común desarrollar actividades agrícolas en base al sistema de terrazas. En el cruce de Borma y Jacarín se registró un muro que integra la base de una terraza de cultivo, que mide de largo 44.50mts, de alto 1,30mts. La plataforma que define la terraza mide 36mts de ancho, y actualmente se encuentra en uso con cultivos de maíz. En este sentido, las terrazas sirvieron como estructuras idóneas para la agricultura, además que mitigaban deslizamientos en zonas de pendiente y quebradas, aprovechando diferentes terrenos.6 En el sector de Jacarín, cercano a la laguna, se identifica un conjunto te terrazas construidas con muros de piedra arenisca asociadas a cultivos de maíz. Dicha terraza mide de largo 130mts con una altura que varía entre los 90cm hasta 1,20mts (figura 4). Como se ha podido evidenciar la presencia de sistemas de cultivo se encuentran en la mayoría de los espacios de la zona. Quizás el aprovechamiento del paisaje por parte de los antiguos habitantes del sector permitió que su nivel de ocupación sea favorable. Los componentes culturales reconocidos y registrados en el área de Pachamama fueron catalogados como terrazas y caminerías, sin embargo, existen sectores donde la evidencia arquitectónica y cerámica son abundantes, por ende representan indicadores de ocupación de las áreas. Estas características fueron corroboradas por medio de excavación donde la cerámica fue un elemento frecuente en cada unidad. De esta forma se reportan varios sectores, donde destacan los siguientes (figura 5): En la comunidad de La Caldera se encuentra un área rodeada de elevaciones en torno a una explanada y una terraza construida con piedra 6 En determinados sectores dentro del área de estudio ha pervivido este tipo de saber ancestral del manejo y uso de suelos con inclinación, basado en el sistema de terracería o andenes, pudiendo mantenerse mediante el sistema de chacras en distintas alturas una significativa variedad de cultivos, a la vez que retiene el limo arrastrado por la lluvia y renueva el suelo. Es aprovechado como fertilizante. 86 ISSN: 1139-9201 ArqueoWeb, 17, 2016: 80-98 Figura 4: Terrazas a) Tablamachay.- Este sector está ubicado en el noreste de la meseta de Pachamama. Presenta un conjunto arquitectónico con nueve estructuras, que se han construido sobre plataformas rectangulares y también en semicircunferencia 7 . Además presenta un camino de acceso, el cual está empedrado y cuyo ancho de plataforma es de 3,80 y 4,50 mts. Entre sus estructuras destaca el denominado ushnu 8 . La cerámica se encuentra a nivel de superficie, producto de la constante erosión de suelos. un camino que va a filo de cuchilla, y que en su parte alta se encuentran tres plataformas, mismas que superficialmente presentan gran cantidad de cerámica y piedras esparcidas por toda su extensión. d) Chonta Cruz.- denominado también como Manzanopanteón, Manzanojalo, Machay y Mangán9. Se localiza al costado este del Cerro de Guabizhun. En dicho lugar la presencia de vestigios arqueológicos es notable, pues existe una estructura de forma rectangular (corral) construida con piedra de tipo canto rodado, cuyas paredes miden 70mts de largo, 1,10mts de alto y 1,60mts de ancho, aproximadamente. Asociado al corral, en dirección sur, se encuentra una estructura circular con 6, 30m de radio (posible collca)10 (figura 6). b) Cruz de Zinn.- esta área se localiza a 600 metros en dirección suroeste de Tabla Machay. Superficialmente se reconocen cimientos de una estructura cuadrangular. Por medio de unidades de sondeo se encontraron dos fragmentos de huesos asociados a carbón, además de lascas y cerámica. c) Cerro de Guabizhun.- se localiza en el extremo oeste de la meseta. Está atravesado por 7 Posiblemente silos o lugares de almacenamiento, para entender este espacio más a fondo se debería de proponer una temporada, de trabajo de campo en este sitio. 8 El ushnu es parte de la arquitectura inca, en forma piramidal y relacionada con aspectos rituales. 9 Este espacio es considerado por los moradores como un Machay o cementerio. 10 Estructuras circulares que sirvieron para el almacenamiento de recursos. 87 Novillo Verdugo, M. A. y Vargas Díaz, J. P. La meseta de Pachamama… 88 Figura 5: Mapa general de sitios registrados en pachamama ISSN: 1139-9201 ArqueoWeb, 17, 2016: 80-98 Figura 6: Estructura rectangular en Manzanopanteón (corral). Figura 7: Entierro secundario en Quichul. 89 Novillo Verdugo, M. A. y Vargas Díaz, J. P. La meseta de Pachamama… e) Quichul.- Este sitio se trata de una colina ubicada al extremo oeste de la meseta de Pachamama. En la parte superior de la colina se encuentran una serie de piedras de gran tamaño alineadas a manera de cimientos. Mediante las unidades de sondeo se registró la presencia de piedras (canto rodado) las mismas que pudieron estar constituyendo basamentos de estructuras. La cerámica se presenta en gran cantidad y frecuencia en las diferentes unidades de excavación. También se recuperó restos óseos pertenecientes a camélidos y material lítico, sean lascas producto del trabajo en piedra, así como artefactos íntegros: golpeadores, percutores, núcleos, manos y bases de moler, y por último, tres piedras agujeradas (posibles taptanas). 11 Quichul representa un sitio de mucha importancia para la investigación, pues en este espacio se registró un enterramiento secundario (figura 7), con materiales como: flauta de hueso (pinkullo), fusayolas, cerámica decorada, vasija con huesos de cobayo en su interior, entre otros. destaca la disposición del entierro, por debajo de una capa volcánica. De la misma forma, a pocos metros del mismo se localizó un basurero el cual contenía fragmentos de cerámica utilitaria y también decorada (13000 fragmentos, aproximadamente), que cronológicamente pertenece al periodo Formativo Medio (2000 a.C.) (Almeida, 1991) y al Desarrollo Regional (500 a.C.-500 d.C.). En este basurero se depositaron, también, puntas de flecha de cuarzo lechoso, ópalo y dos fragmentos de obsidiana, huesos de camélidos hasta terminar en la toba volcánica (figura 8 y figura 9). rojo zonal, bandas rojas sobre crema, el pulido como acabado de superficie) ésta correspondería al periodo Formativo (2000 a.C.) (Almeida, 1991). Por su forma corresponden, en su mayoría, a vasijas globulares de cuello corto (figura 10). f) La Púcara.- este asentamiento se encuentra a una altitud de 2685 msnm. El sitio se localiza al oeste de la parroquia Solano. Los restos materiales se disponen hasta los 60 cm de profundidad medidos bajo nivel de superficie. Por las características de la cerámica (engobe En este sentido, a partir de los datos expuestos surgen varios temas a discusión, poniendo énfasis en el sitio de Quichul y La Púcara. Finalmente, en Pachamama y sus zonas circundantes existe una amplia evidencia arqueológica que denota una ocupación permanente en toda el área, con periodos que van desde el Formativo hasta la actualidad. De esta forma, los sectores de Quichul y La Púcara representan los sitios de mayor interés arqueológico, pues los materiales recuperados dotan de nuevas interpretaciones para el conocimiento arqueológico, como por ejemplo, un sitio Formativo no registrado hasta el momento, y la elaboración de grandes fiestas o banquetes en Quichul. 4. Discusión En la práctica arqueológica se juntan una serie de elementos conceptuales que pretenden argumentar una idea o análisis, desde el más simple hasta el más complejo; dichos argumentos conceptuales resultan de varios factores analíticos, tal es el caso de la concebida y muy necesaria teoría (Gándara, 2011). Quizás este elemento es el menos elaborado por los investigadores, pues su trabajo en muchas de las ocasiones va encaminado a describir, presentar y analizar datos, y de manera inconsciente no se aborda una perspectiva teórica, esto hace que el arqueólogo agrupe de forma automática todas y cada una de los criterios conceptuales. El sector de Quichul fue un escenario donde se realizaron prácticas funerarias y aparentemente ceremonias acompañadas de comida a gran escala. Esto lo demuestran las evidencias 11 Artefacto utilizado como ordenador de números.. 90 ISSN: 1139-9201 ArqueoWeb, 17, 2016: 80-98 registradas por medio de excavación. El primer elemento corresponde a un enterramiento secundario anexo a una estructura cuadrangular, aparente unidad habitacional. Aledaño a éste se emplaza un basurero (figura 11) con gran cantidad de cerámica, de carácter utilitario y también cerámica decorada. Figura 8: Material arqueológico recuperado en Quichul Conceptualmente, la unidad habitacional se considera al espacio y casa donde vivió una familia o grupo de gente, constituyendo una unidad doméstica donde los miembros que la ocupan comparten múltiples actividades (trabajo artesanal y ritualidad colectiva) (Manzanilla, 2007). Esta organización, en ocasiones, puede conformar una entidad mayor: familia extensa o linaje (Cabrero, 2005). Esta apreciación es corroborada por un número considerable de fusayolas, al igual que restos de camélidos (lana), que infieren una actividad artesanal específica: el tejido. Por otro lado, la variedad lítica, con materiales exóticos como puntas de flecha de cuarzo lechoso, ópalo y obsidiana, manos de moler, punzones, percutores, asociados en basureros a restos de huesos de camélidos. 91 Novillo Verdugo, M. A. y Vargas Díaz, J. P. La meseta de Pachamama… Figura 9: Material arqueológico recuperado en Quichul. 92 ISSN: 1139-9201 ArqueoWeb, 17, 2016: 80-98 Figura 10: Cerámica recuperada en Quichul, correspondiente al Formativo. 93 Novillo Verdugo, M. A. y Vargas Díaz, J. P. La meseta de Pachamama… Figura 11: Basurero arqueológico localizado en Quichul. En esta línea, se encuentran fragmentos de piedras, posibles taptanas, que de forma ritual fueron rotas y depositadas en el basurero. La asociación de basureros conformados por cerámica utilitaria y suntuaria está relacionada con las actividades ceremoniales realizadas en torno a una estructura específica (Timothy et al., 2002), además que los artefactos y residuos asociados con una actividad particular se depositan en o muy cerca del lugar de ejecución (Williams, 1994) (figura 12). políticas y sociales que permitían mantener cohesionado a la sociedad cañari. De esta forma, se propone la celebración de comidas rituales, que fomentaban la ideología y el ritual. Estos elementos en algunas sociedades es utilizada como un mecanismo o estrategia propicia para fomentar la identidad grupal y con ello consolidar el control sobre una estructura gubernativa, en diferente escala (Jennings, 2003; Bray, 2002; Junker, 1999, Hayden, 2001; Hastorf, 2003, Novillo, 2015). Hasta el momento se piensa que la sociedad cañari estaba representada por una serie de cacicazgos, señoríos étnicos (Ontaneda, 2011) o jefaturas (Almeida, 1991), que se extendieron desde el sur del Chimborazo hasta el sur del Azuay, donde dichos grupos mantenían una afinidad cultural a partir de elementos compartidos como la lengua; sin embargo, existían diferentes momentos de confrontación y paz entre éstos, ante amenazas externas o internas. Por lo cual, necesariamente debieron existir estrategias La construcción de la identidad a través de las prácticas de consumo se da por: distinciones espaciales (grupales o individuales), diferencias temporales (calendarios y orden de consumir o servir), distinciones cuantitativas (cantidades de bebida), distinciones de comportamiento (comportamiento corporal durante y después de beber) (Dietler, 2006; Dietler y Herbich, 2006), dichas distinciones pueden ser manipuladas y promover inclusión o exclusión en el consumo (Dietler, 2006; Dietler y Herbich, 2006). 94 ISSN: 1139-9201 ArqueoWeb, 17, 2016: 80-98 Figura 12: Material arqueológico recuperado de basurero, Quichul. 95 Novillo Verdugo, M. A. y Vargas Díaz, J. P. La meseta de Pachamama… Por lo expuesto se teoriza el empleo de grandes comidas para mantener cohesionado al grupo (Blanton, 1996), que se asentó en la meseta de Pachamama y las zonas circundantes. 5. Conclusión El análisis de los materiales recuperados permiten postular una cronología relativa del área. Así, el sitio de La Púcara pertenecería al Formativo, mientras que las demás áreas conciernen al Desarrollo Regional. En determinados sectores la cerámica de factura inca es nula, sin embargo las estructuras relacionan a esta cultura con la ocupación del espacio, tal es el caso de Tabla Machay. Respecto al sitio Formativo denominado como La Púcara, se infiere que este lugar fue contemporáneo a Chaullabamba. Por medio de una lectura del paisaje (ver figura 1) se percibe que los sitios conformados en la meseta de Pachamama y su área de influencia, están dispuestos en torno a La Púcara, por ende se interpreta que este constituyó un centro de ocupación y posterior dispersión hacia las zonas registradas en la meseta. Un factor que pudo ser determinante para la ocupación constante del área se vincula a la geomorfología, pues se presenta propicia para el aprovechamiento del recurso hídrico, que permitieron el empleo de este recurso en la agricultura (componente que se manifiesta, en la actualidad, por terrazas distribuidas en el área), y con ello el mantenimiento de flora y fauna que pudo ser aprovechada para el sustento de la población. A partir de la toponimia, la designación de La Púcara vincula al sitio con una posible ocupación cañari e inca, sin embargo los restos materiales descartan este nexo, siendo el sitio ocupado, explícitamente, en el periodo Formativo. Elemento que puede ser contrastado con la zona de Quichul, donde existen fragmentos de cerámica Formativa y también del Desarrollo Regional en un mismo contexto: el basurero. En otro aspecto, los caminos prehispánicos en la zona denotan una fuerte concurrencia y circulación por el área, lo que contribuye a pensar una ocupación constante en las áreas, conectando un sector con otro, fundamental para la comunicación, principalmente con Cojitambo. Es decir se forma una compleja red vial que podía servir para un intercambio de bienes considerable. Es así que los materiales dispuestos en el basurero pudieron ser producto de la ritualidad, donde los artefactos de mayor antigüedad tienen un valor especial y –como se ha observado en casos etnográficos y arqueológicos– estos son “sacrificados” y depositados a manera de ofrenda en el sitio donde se realiza la ceremonia. Por ello, se abre la posibilidad que dicha cerámica formativa fue localizada y extraída del sitio La Púcara hacia Quichul. Por lo expuesto se puede pensar en este espacio como un referente para futuras investigaciones arqueológicas, con nuevas perspectivas y enfoques que permitan ahondar en el conocimiento pasado de la región. 96 ISSN: 1139-9201 ArqueoWeb, 17, 2016: 80-98 Referencias bibliográficas Almeida, N. (1991): Nuevos Estudios Sobre El Azuay Aborigen. Universidad del Azuay, Serie de publicaciones sobre investigaciones, N°1, Cuenca-Ecuador. Blanton, R. E. et.al. (1996): Una teoría procesual dual para la evolución de la civilización Mesoamericana. Current Anthropology 37(1): 1-17. Bray, T. (2002): The Archaeology and Politics of Food and Feasting in Early States and Empires. Kluwer Academic Publishers New York, Boston, Dordrecht, London, Moscow. Cabrero, T. (1995): La muerte en el Occidente prehispánico. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Antropológicas, México. Carrillo, A. 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