¿QUÉ DE LA TEOLOGIA DE LA PROSPERIDAD? ¿Es necesario levantar una voz de protesta contra esta forma de hacer teología? Por Luis Eduardo Cantero Usado con permiso INTRODUCCIÓN Hay una sola teología que es la madre de todas las formas de hacer teología, esa es la teología de la Palabra de Dios. Pero, el enemigo de ésta Palabra Sagrada, en este caso el diablo, trata continuamente de pervertirla. Un ejemplo de esto lo encontramos en la Epístola a los Gálatas, ellos estaban yendo en pos de otra teología. El teólogo San Pablo se da cuenta de esto y los amonesta diciéndoles que no hay otro mensaje, sino que algunos los estaban perturbando con un mensaje falso. Lo que ocurre con un mensaje falso es que desnaturaliza a los oyentes. De más, son innumerables las formas de hacer teologías [teología del pacto, teología de la siembra, etc] que han mal interpretado el texto de la Palabra de Dios. Esta es una de las guerras más intensa que vive la iglesia del Señor. Me podía referir a estas teologías mencionadas que en ves de construir corrompen a los oyentes. Pero en este artículo disertaré solo una: La teología de la prosperidad, anunciada por los medios de comunicación cristiana. 1. ¿QUÉ ES LA TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD? La teología de la prosperidad tiene un mensaje que despista al ingenuo y lo lleva a conclusiones falsas; además tuerce los pasajes bíblicos, aplicándolos incorrectamente. Pero no solo eso, sino que crea un falso concepto de la fe en Jesús y su verdadera misión. Quienes propagan este mensaje son los grupos de la Tercera Ola, entre ellos carismáticos, neopentecostales y también ha penetrado este mensaje algunas denominaciones tradicionales, entre ellas, bautistas, presbiterianas, metodistas, etc. Desde la década de los sesenta del siglo pasado, esta “teología falsa” ha ido ganando seguidores, principalmente en los Estados Unidos, pero, ha tenido gran acogida en los países tercer mundistas: América Latina, África, Asia y en algunos países de Europa. El contenido de esta teología es algo repetido hasta que se forme una actitud mental al respecto. Los seguidores de la teología de la prosperidad predican con una autoridad que no es de Dios la pobreza. Es lo contrario de la teología latinoamericana que dice que no es Divino la riqueza: Pobreza vs Riqueza. Ellos argumentan que entre los ricos de la Biblia estaban Abraham y todos los patriarcas del Antiguo Testamento, así como David, Job y muchos otros. Lo que ellos no dicen es que hay una lista aun mayor de hombres y mujeres en la antigua dispensación que no son clasificados de ricos. Entre ellos menciono a Elías, Samuel, Sansón, Débora, todos los profetas menores, incluyendo a Amós quien era campesino y boyero. También, enseñan que Jesucristo era muy rico porque los reyes del oriente le trajeron oro. Según ellos, la caravana de estos visitantes orientales venía repleta de oro. Oro, que ellos ratifican, dejó a Jesús muy rico para el resto de su ministerio. Ahora es bueno preguntarnos ¿qué función cumplió las tres mujeres que sostenían el ministerio del Maestro? Aquellos que desconocen la verdad aceptan estas falsas interpretaciones con muchos amenes y glorias a Dios. La teología de la prosperidad enseña que todos los cristianos deben ser ricos. Que aquellos que no son adinerados no lo son porque no tienen fe, desconocen la voluntad de Dios y por su falta de confianza en él no siembran a las mafias de esta red. De acuerdo a este mensaje, los creyentes pobres son unos ignorantes dignos de lástima. Parece que estos predicadores no han leído algunos pasajes bíblicos que nos informan de cómo san Pablo tuvo que trabajar con sus propias manos para financiar sus propios viajes misioneros. Tampoco han leído de lo pobre que era la iglesia en Jerusalén, al punto de necesitar ofrendas de otras congregaciones. El apóstol Pablo nos habla de los tiempos de hambre y necesidad que él pasó en su ministerio. Sus palabras a los corintios al respecto debieran abrirle los ojos a cualquiera que desea conocer la verdad. 2. ¿QUIÉNES SON LOS IDEÓLOGOS DE ESTA FORMA DE HACER TEOLOGÍA? Los principales ideólogos de esta forma de hacer teología son las teleevangelistas norteamericanos, quienes sí se han enriquecido con las semillas de fe que continuamente están exigiendo de sus televidentes. Entre ellos se encuentran: Kenneth Haggin, Kenneth Copeland, Moris Cerrullo, Rob Parsley, Benny Hinn, Yiye Avila, Frederick Price, Avanzini, Marylin Hickey, Paul Crouch [dueño de la cadena TBN], Oral Roberts, el ministerio de Siembra y Pacto de la cadena ENLACE, entre otros. La mayoría de los ya mencionados son discipulos que repiten como loros lo que sus maestros han predicado y enseñado. Estos predicadores se glorían del despliegue de sus riquezas, de sus joyas que exhiben; ya que en sus mentes entenebrecidas por la corrupción de esa teología, ellos creen que es una señal inequívoca de su fe en Dios. Tristemente por la necesidad del pueblo latinoamericano, hay muchos pastores, evangelistas, misioneros y del común quienes se han unido al bum de la prosperidad. En sus programas de televisión y radio en América Latina, estos predicadores aconsejan a sus seguidores a pactar y a sembrar por fe. Con el argumento de que Dios devuelve un ciento por uno, estos soñadores corruptos, que engañan de lo que su dios parece ser el vientre, juegan con la fe ciega de sus oyentes y televidentes, quienes naturalmente quieren también un pedazo para salir de la pobreza, entregándolo todo. Lo triste es que algunos pierden todo lo invertido aumentando sus necesidades y deudas. Aquellos que alcanzan alguna bendición terrenal, no es por causa del mensaje que ellos siguen, sino por las misericordias tan grandes de Dios, quien le da a los buenos y a los malos según el puro afecto de su beneplácito. 3. UNA TEOLOGÍA CON UN MÉTODO FALSO De acuerdo al contenido de la teología de la prosperidad, su método es el siguiente: El primer paso: el seguidor debe visualizar lo que él quiere; el segundo paso: debe formarlo en la mente; tercer paso: debe reclamarlo y cuarto paso: debe confesarlo. De los ideólogos ya mencionados, uno se destaca como el profeta de esta nueva forma de hacer teología, él es Kenneth Haggin. Y es de éste señor, precisamente, que los demás han tomado prestado la plataforma doctrinal en la cual hoy se paran. Aunque todos tratan de ser originales, la verdad es que ellos son hijos del profeta Haggin. Él ha dejado un legado de confusión y falsas enseñanzas regadas en Estados Unidos y otros países. Según sus creencias, “un cristiano todo lo que tiene que hacer es escribir su propio plan” si tiene la fe. Él afirma que Cristo se le apareció, a tan sólo tres pasos de él, y le dio el método fantástico para hacer teología cristiana de: “visualízalo, fórmalo en tu mente, reclámalo y confiésalo”. Ahí está, estimado lector ¡qué fácil y atractivo! ¡Podemos tener todo lo que queramos con esos cuatro pasos del método de la teología de la prosperidad! Jesús nos advirtió que muchos vendrían diciendo que él habría de aparecer, aquí y allá, pero que no lo creyéramos (Mt 24:23). Conocemos las promesas del Señor y él prometió que: ...todo lo que pidiereis en oración, creyendo lo recibiréis Mt 21:22. Y también nos encontramos con muchas otras promesas. Pero, esto no incluye deseos codiciosos. Aquellos que están bajo esta teología, van por las calles poniendo sus manos sobre automóviles que desean. O se paran frente a lujosas mansiones y las reclaman para ellos. Pues, se supone que las riquezas de los pecadores sean traspasadas a los mismos con muebles, etc. La triste realidad es que los que terminan prosperados con este mensaje son los que lo predican. Pues, hay un punto muy fino que es el gatillo de esta arma religiosa y es el que muchos no quieren ver. Es que para que todo esto funcione la persona tiene que sembrar semilla de fe para cosechar la bendición, la prosperidad. Esto, claramente, significa enviar cantidades de dinero al ministerio o programa del predicador [ENLACE, TBN]. Sin esto, los cuatro pasos no caminan. 4. UNA VOZ DE PROTESTA CONTRA EL AVANCE DE ESTA TEOLOGÍA Les pregunto a mis lectores, ¿es necesario levantar una voz de protesta contra esta teología? La respuesta debe ser afirmativa. Los países latinoamericanos en toda la historia han caído en manos de diversas teologías, entre ellas: la teología de la conquista, creciendo en gracia, de la prosperidad, entre otras. Es decir, han caído bajo el abuso religioso el cual termina rompiendo en pedazos los sueños de los pobres creyentes. Muchos son los que han terminado presos del desencanto y la incredulidad. Como ejemplo tenemos los seguidores de la teología de la liberación en Nicaragua. Por mal interpretar los textos bíblicos tomaron las armas para liberar de la opresión al pueblo nicaragüense y terminaron muertos y privados de la libertad, generando un mal sabor entre el pueblo cristiano conservador. Volviendo al tema, la pobreza no es señal de espiritualidad, ¡pero tampoco lo es la prosperidad financiera! Debemos ser diligentes en nuestros asuntos y negocios. Debemos ser emprendedores y generadores de empresas. Si el Dios nos bendice financieramente, lo agradecemos. Nos alegramos y usamos esa bendición, no sólo para nuestro bien personal, sino también para aquellos que nos rodean. Así cumplimos el lema: bendecidos para bendecir, especialmente la congregación local y la expansión del Reino de Dios en otros lugares. No usamos nuestros bienes para enriquecer a líderes religiosos corruptos que tergiversan el texto bíblico para el bienestar de ellos. La prosperidad financiera no puede ser un fin último del cristiano. Ni tampoco es pensar solamente que la voluntad de Dios es nuestro enriquecimiento material, aunque lo ocupe como un medio para satisfacer sus necesidades. Las palabras del apóstol san Pablo al joven pastor Timoteo deben alentarnos a levantar una voz de protesta contra esta ola de corrupción: Así que teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque, los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazos, muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición. (1 Ti. 6:8-9)) El fin de un cristiano debe ser el reino de Dios y su justicia. La prosperidad financiera, material llegará si somos buenos administradores de lo que él nos da a través de nuestra profesión u oficio. El fin a perseguir también es señalado por el mismo apóstol: Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echando mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado (1 Ti 6:11-12). No leemos, los muchos consejos paulinos de ningún empuje hacia la prosperidad financiera; pero, sí nos dice: Sigue, echa mano, pelea y como vemos todo está relacionado a lo espiritual. Con lo que acabo de afirmar, no es excusa para ser holgazanes, irresponsables, descuidados y personas sin ambición. Agrego que la prosperidad financiera no puede ser un fin a perseguir, ni tampoco algo que se busca para estar en la voluntad de Dios. EN RESUMEN: Después de haber disertado acerca de la teología de la prosperidad hemos visto que para ellos tener prosperidad material y financiera es probar si un cristiano tiene fe. La fe no es exhibida por medio de ganancias terrenales, sino por la entrega total de nuestra vida a Dios y la constancia en ser obedientes a sus llamados. La mejor prueba de caminar en el Espíritu es el fruto mismo del Espíritu. El contenido de esta teología es descalificado como palabra de Dios para hoy porque no pasa el escrutinio de la Palabra de Dios. Falla porque no se une al mensaje del evangelio enseñado y vivido por Jesús. Cae porque contradice el mensaje de Cristo. Es amenazado por desviar a los cristianos del fin verdadero que estos deben seguir. Y ese fin no es ni aun las cosas de Dios, sino la presencia de Dios. Si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy 1 Co. 13:2. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.