La memoria a corto plazo (MCP), es un almacén de capacidad y duración limitadas y tiene también una función operativa y otra de ejecución de tareas complejas. El sujeto puede retener la información en la MCP durante un tiempo máximo aproximado de 15 seg. y la cantidad de información oscila entre 7 más menos dos unidades de información. Estas unidades de información no son unidades físicas sino psicológicas, de modo que en función de la persona o del tema en cuestión cada uno puede almacenar en cada unidad cantidades diferentes de datos. La MCP también interviene en la ejecución de tareas complejas como la lectura (Gimeno, 1983) o el cálculo matemático, y prueba de ello es que cuando el sujeto está resolviendo este tipo de tareas reduce su capacidad de almacenamiento a corto plazo.