Pirosis, gastritis y úlcera péptica

Anuncio
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
Farmacia
Salud
Farmacia Comunitaria
Atención farmacéutica en
enfermedades prevalentes (III)
Pirosis, gastritis y úlcera péptica
LAURA PÉREZ RONCERO. PALOMA GÓMEZ LÓPEZ-TELLO
Farmacéuticas comunitarias. COF Bizkaia.
Los trastornos digestivos generan muchas consultas, tanto en el mostrador
de la oicina de farmacia como en la consulta del médico de atención
primaria. La acidosis, la gastritis y la úlcera péptica, en concreto, son
problemas de salud de alta prevalencia y una correcta atención farmacéutuica
en este ámbito puede mejorar los resultados de los tratamientos
L
as enfermedades que principalmente afectan al tubo digestivo (esófago
y estómago) están relacionadas con la
secreción gástrica de ácido (HCl) y pepsina. En condiciones normales, en un
individuo sano, el contenido ácido del
estómago no produce daños a órganos
anejos ni síntomas generales, ya que
existen unos mecanismos de defensa
intrínsecos que impiden que los jugos
gástricos salgan del estómago durante el proceso digestivo. Cuando estas
barreras fallan y se produce el relujo
del contenido gástrico hacia el esófago
pueden aparecer síntomas como la pirosis, comúnmente conocida como ardor
o acidez, que si ocurre con frecuencia
(presente dos o más veces por semana)
e intensidad moderada puede desencadenar la denominada enfermedad por
relujo gastroesofágico (ERGE). Esta enfermedad cursa con síntomas molestos
y/o complicaciones que pueden llegar a
afectar la calidad de vida del paciente.
En ocasiones puede acompañarse incluso de lesiones de la mucosa esofágica
40
Farmacia Profesional
debido a que ésta no se encuentra preparada para soportar el contenido ácido
del estómago; se hablaría entonces de
ERGE con esofagitis o ERGE erosiva.
El estómago es capaz de soportar el
poder abrasivo de los jugos gástricos debido a la existencia de una capa protectora que impide el contacto de las sustancias ácidas con la pared gástrica. La
protección de la mucosa se realiza por
medio de la secreción de moco y bicarbonato, estimulados por la generación
local de prostaglandinas. Si se ven alterados estos mecanismos de defensa, se
pueden producir enfermedades como la
gastritis o la úlcera péptica.
Gastritis
La gastritis es una inlamación de la
mucosa del estómago que se presenta
con síntomas como ardor o dolor en
el epigastrio acompañados de náuseas,
vómitos, hipo, distensión abdominal o
pérdida de apetito, entre otros. También
se pueden observar vómitos con sangre
de color negro o deposiciones del mismo tono. La gastritis puede ser:
si se presenta de forma rápida
y provoca inlamación transitoria de la
mucosa.
• Aguda,
• Crónica, si se mantiene en el tiempo
sin producir erosiones visibles pero llegando a provocar la atroia del epitelio
glandular del estómago.
Puede ser causada por irritantes locales como el ácido y la pepsina gástricas,
el exceso de tabaco o alcohol, la utilización de ciertos medicamentos como
la aspirina y otros antiinlamatorios, la
presencia de vómitos crónicos o la ingestión de sustancias corrosivas o cáusticas. También puede aparecer como
consecuencia de enfermedades autoinmunes o por el relujo de bilis hacia
el estómago, aunque su causa más frecuente es una infección bacteriana provocada por Helicobacter pylori.
Vol. 25, Núm. 3, Mayo-Junio 2011
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
Úlcera péptica
La úlcera péptica es la enfermedad que
se desencadena cuando los irritantes
anteriormente mencionados provocan
lesiones en estómago y/o duodeno por
un desequilibrio entre los elementos
agresivos y defensivos de la mucosa gastroduodenal.
Vol. 25, Núm. 3, Mayo-Junio 2011
Aproximadamente un 10% de la población presenta síntomas de úlcera
péptica en el transcurso de su vida y al
menos en un 25% de los casos tienen lugar complicaciones graves, que requieran asistencia hospitalaria en muchos
casos. Por otra parte, en un 50-80% de
los casos de hemorragias digestivas atendidos en los hospitales hay antecedentes
de uso reciente de antiinlamatorios no
esteroideos (AINE).
Papel del farmacéutico
La alta prevalencia de estas enfermedades hace que el farmacéutico desempeñe
un importante papel, puesto que puede
41
Farmacia Profesional
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
FARMACIA COMUNITARIA.
Pirosis, gastritis y úlcera péptica
ayudar a prevenirlas y disminuir así el
número de urgencias médicas hospitalarias que ocasionan.
El farmacéutico puede intervenir a
distintos niveles, teniendo en cuenta
que estas enfermedades presentan fases
agudas y crónicas:
• Prevenir la aparición de daños en el
estómago provocados por algún medicamento (sobre todo AINE utilizados
de manera prolongada).
• Ayudar al paciente en la detección de
alguna de estas enfermedades y aconsejarle que acuda a su médico cuando
proceda.
• Realizar una correcta indicación farmacéutica, cuando se requiera un tratamiento para alguna de estas afecciones
para las que existen medicamentos que
se pueden dispensar sin receta médica.
• Proporcionar información al paciente
que va a la farmacia a por su tratamiento prescrito por el médico.
• Llevar a cabo un seguimiento farmacoterapéutico del paciente crónico, para
que realice un buen cumplimiento del
tratamiento y evitar complicaciones.
Actuaciones
con pacientes
no diagnosticados
Una consulta muy frecuente en la oicina de farmacia es la relacionada con las
causas y el tratamiento de la acidez de
estómago o pirosis. Es un síntoma deinido por el paciente como sensación
de dolor o quemazón en el esófago que
puede, en ocasiones, llegar hasta el cuello. Nuestro papel como farmacéuticos
sería averiguar si se trata de un síntoma
aislado que podría aliviarse con medicamentos de indicación farmacéutica o
nos encontramos ante un proceso crónico que podría desencadenar la aparición de condiciones más graves como la
enfermedad por relujo gastroesofágico
(ERGE), la gastritis o la úlcera.
Si el paciente reiere ardor y pesadez
de estómago producidos por la ingesta
excesiva de alimentos de forma ocasional, deberíamos recomendarle una serie
de medidas higienicodietéticas en las
que además de intentar evitar esos excesos se incluiría limitar el consumo de
sustancias que favorezcan la aparición
42
Farmacia Profesional
de relujo como son bebidas alcohólicas,
café y té entre otras. Como es un síntoma de aparición aislada podríamos aliviarlo con el uso de medicamentos que
no requieren prescripción médica pero
abdominal irradiado a espalda, hombro o
zona inferior de abdomen, dolor que le
despierta por la noche) u otras enfermedades relacionadas con el tracto digestivo
(hernia de hiato, enfermedad inlamato-
Se deben remitir al médico a los niños menores
de 6 años y a las personas mayores de 80,
aunque sus síntomas sean leves
sí una adecuada intervención farmacéutica en su dispensación.
En caso de que la pirosis apareciera
de forma regular, dos o tres veces por semana, viniera acompañada de un sabor
ácido amargo en la boca por la regurgitación y apareciera principalmente después de las comidas, deberíamos sospechar la existencia de complicaciones
como la ERGE que deben ser valoradas
por el médico.
Puede ocurrir también que nos llegue
a la farmacia un paciente comentando
que presenta hace unos días molestias
estomacales, que no había experimentado en otras ocasiones y que aparecieron
después de iniciar el tratamiento prescrito por el médico para su dolor articular.
En ese caso, deberíamos sospechar de un
efecto adverso producido por AINE, por
lo que sería conveniente que el médico
revisara el tratamiento y llevara a cabo la
actuación más adecuada. Hoy día el consumo de este tipo de medicamentos está
muy extendido y también puede ocurrir
que produzcan inlamación (gastritis) o
incluso lesiones de tipo ulceroso (úlcera
péptica) debido a su uso continuado.
Los dolores de estómago que se calman al comer pero vuelven al cabo de
2 o 3 h y/o hacen que el paciente se
despierte de madrugada con la necesidad de comer o beber algo son síntomas
indicativos de enfermedad ulcerosa. En
este caso, se debe derivar al paciente a
su médico de cabecera para que pueda
diagnosticar si se trata de gastritis o úlcera péptica y si se ve implicado o no el
Helicobacter pylori.
También se deben remitir al médico a
los niños menores de 6 años y a las personas mayores de 80, aunque sus síntomas
sean leves, a quienes presenten síntomas
que nos hagan sospechar de otras complicaciones a nivel gástrico (heces negras
o sangre en heces, pérdida de peso, dolor
ria intestinal, enfermedades de vesícula)
y a quienes utilicen otros medicamentos
capaces de producir efectos adversos gastrointestinales (bifosfonatos, sales de hierro…). Aunque a todos ellos se les pueden
recomendar una serie de medidas higienicodietéticas y en algunos casos incluso
prescribir un medicamento para aliviarle
los síntomas hasta que acuda al médico.
En cualquier caso, le advertiremos que no
siga el tratamiento durante más de 15 días
y si las molestias persisten que acuda al
médico para que le realice alguna prueba
diagnostica si fuera necesario.
Es importante llevar a cabo una buena actuación farmacéutica, por lo que
antes de dispensar un medicamento, ya
sea sin receta o bajo prescripción médica, debemos tener claro quién es la persona a la que va dirigido, si tiene alergias
o problemas de salud que nos puedan
resultar de interés y si toma medicamentos que puedan interaccionar con
los que nosotros vamos a dispensar. Una
vez conocido esto, el segundo paso es
informar al paciente acerca de los medicamentos suministrados, sobre su uso y
sus posibles efectos adversos.
Tratamiento
farmacológico
A continuación vamos a analizar algunos de los medicamentos que se pueden
dispensar en la oicina de farmacia sin
necesidad de receta médica:
Antiácidos
Son ampliamente utilizados en el tratamiento de la hiperacidez gástrica, aunque
también pueden usarse en situaciones de
dispepsia. En ocasiones, los pacientes
con úlcera péptica, gastritis o esofagitis
Vol. 25, Núm. 3, Mayo-Junio 2011
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
FARMACIA COMUNITARIA.
por relujo los utilizan para aliviar la acidez que caracteriza a estos procesos.
Actúan neutralizando la secreción
ácida del estómago e inactivando las sales biliares y la pepsina, de manera que
controlan de forma concreta los síntomas esporádicos de la enfermedad. Algunos ejemplos de estas sustancias son:
• Almagato. Es un antiácido derivado de
aluminio y magnesio, del que se recomienda tomar de de 1 a 1,5 g, tres
veces al día, preferentemente de media
a una hora después de las principales
comidas. Puede tomarse otra dosis antes de acostarse sin exceder de 8 g al
día.
• Bicarbonato sódico. La dosis habitual
en el tratamiento de la hiperacidez es
una cucharadita de polvo, 1 sobre o
1 comprimido (500 mg) después de
las comidas o cuando se presenten las
molestias. Algunos autores recomiendan de 1 a 4 tomas diarias de 0,3 a 2 g
cada una.
• Carbonato cálcico. No se dispone de
ningún medicamento que contenga
calcio carbonato como único principio activo y se use para el tratamiento
de la hiperacidez, pero sí existen presentaciones en las que se combina éste
con otros antiácidos. Se usan 1,5 g/
8 h hasta un máximo de 8 g al día.
• Carbonato magnésico. Es un antiácido
que al igual que el anterior se encuentra asociado a otros compuestos en algunos medicamentos empleados para
aliviar las molestias gástricas.
• Hidróxido de aluminio (algeldrato). Sólo
existe una presentación que contenga
hidróxido de aluminio como único principio activo, por lo que se debería tomar
a una dosis de 233 a 466 mg/6 h para
el tratamiento de la acidez y duplicarla
en caso de úlcera péptica. Suele producir estreñimiento con mucha frecuencia
por lo que se suele formular asociado al
hidróxido de magnesio y evitar así los
efectos adversos indeseables.
• Hidróxido de magnesio. La dosis de 2,4 g/
24 h es la recomendada para aliviar la
pirosis puesto que a dosis superiores
el hidróxido magnésico puede producir diarrea. Esto hace que sea un medicamento también usado en el tratamiento del estreñimiento.
• Magaldrato. Es también un compuesto derivado de aluminio y magnesio,
Vol. 25, Núm. 3, Mayo-Junio 2011
Pirosis, gastritis y úlcera péptica
Medidas higienicodietéticas generales
Los consejos sobre estilos de vida y medidas higienicodietéticas deben individualizarse e
ir orientados a los factores de riesgo que presente cada paciente, valorando la respuesta
clínica a los cambios inducidos. Algunas de estas medidas son:
• Establecer una dieta variada y equilibrada, preferiblemente fraccionada, con cinco o
seis comidas al día.
• No realizar comidas copiosas, ricas en grasas, ni ingerir bebidas gaseosas.
• Evitar el consumo de sustancias que favorezcan la aparición de relujo y/o su empeoramiento, como son bebidas alcohólicas, café, té, tabaco y alimentos con cierto
poder irritante como: chocolate, tomate, cítricos, menta, hierbabuena, cebolla cruda,
ajo o vinagre.
• No acostarse inmediatamente después de comer o de cenar, sino dejar transcurrir al
menos 1 h.
• Dormir sobre el lado izquierdo o elevar la cabecera de la cama de 15 a 30 cm.
• Perder peso en pacientes obesos o con sobrepeso.
• Practicar ejercicio físico moderado.
• Evitar, si es posible, el uso de fármacos ulcerogénicos como ácido acetilsalicílico, antiinlamatorios, corticoides, reserpina y potasio.
• Vigilar el color de las heces.
pero en este caso se usa en dosis de
0,4 a 2 g/8 h. Es posible una toma adicional por la noche. No se debe exceder los 8 g al día.
Se recomienda administrar los antiácidos de media a 1 h después de las
comidas para que su efecto se prolongue
durante unas 3 h, puesto que si se toman
en ayunas son efectivos tan sólo durante
20 a 60 min. Se debe evitar tomarlos con
leche en el caso de las sales de aluminio
y separar la administración de antiácidos
con otros fármacos al menos 2 h para
evitar interacciones medicamentosas. Las
más comunes se producen con tetraciclinas, digoxina, hierro, ácido acetilsalicílico, quinidina e isoniazida.
Son medicamentos que conviene evitar en caso de insuiciencia renal grave
porque pueden alterar el equilibrio electrolítico. El bicarbonato sódico tampoco
debe utilizarse en casos de insuiciencia
cardíaca e hipertensión arterial. El hidróxido magnésico se debería evitar en
caso de obstrucción intestinal o diarrea
crónica. Los productos con aluminio se
han relacionado con la enfermedad de
Alzheimer por lo que no deberían utilizarse el hidróxido de aluminio, almagato y magaldrato en pacientes con este
trastorno.
Durante el embarazo es preferible recomendar el uso almagato y magaldrato,
que se consideran categoría B, ya que
el resto de antiácidos se clasiican en la
categoría C (el carbonato cálcico y el hidróxido de magnesio se incluyen en la
D si se utilizan de manera prolongada).
No se deberían recomendar estos medicamentos a menores de 6 años, aunque
algunos antiácidos (almagato, bicarbonato sódico, hidróxido de aluminio,
magaldrato) se pueden usar en niños de
entre 6 y 12 años a dosis inferiores a las
empleadas en adultos.
Los antiácidos son medicamentos que
no suelen presentar efectos adversos
graves. La mayoría se produce en el tracto gastrointestinal aunque el bicarbonato sódico, debido a su absorción sistémica, puede causar hipertensión y edemas.
Conviene citar el «efecto secundario»,
que se produce con el bicarbonato sódico y el carbonato cálcico, que consiste en un aumento de la acidez debido a
una elevación excesiva del pH gástrico al
administrar el antiácido.
Antagonistas de los receptores H2
Son fármacos que inhiben la secreción
ácida por bloqueo competitivo y reversible de los receptores H2 de la histamina
de las células parietales. Su principal indicación es el tratamiento de la enfermedad por relujo gastroesofágico y la úlcera péptica, por eso son habitualmente
dispensados bajo prescripción médica.
43
Farmacia Profesional
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
FARMACIA COMUNITARIA.
Pirosis, gastritis y úlcera péptica
Se recomienda administrar los antiácidos de media a 1 h
después de las comidas para que su efecto se prolongue
durante unas 3 h, puesto que si se toman en ayunas son efectivos
tan sólo durante 20 a 60 min
Aun así, existen algunos medicamentos
que no requieren prescripción médica,
presentados a dosis menores.
Para el tratamiento de la
hiperacidez gástrica se usan 75 mg/
12 h.
Tratamiento de la
gastritis, úlcera péptica
o gastropatías inducidas
por AINE
• Ranitidina.
Se usan 10 mg cada vez
que aparezcan los síntomas hasta un
máximo de 20 mg/día.
• Famotidina.
Inhibidores de la
bomba de protones
Son un grupo de medicamentos altamente efectivos en el tratamiento de la
ERGE y la úlcera péptica. También se
utilizan con frecuencia en pacientes que
consumen AINE y presentan riesgo de
desarrollar estas enfermedades. Actúan
inhibiendo de forma irreversible la enzima H/K ATPasa impidiendo así la secreción ácida en el estómago. Hasta ahora
no se disponía de ninguna presentación
que se pudiera dispensar sin receta médica, pero recientemente ha salido al
mercado una especialidad de indicación
farmacéutica formulada con pantoprazol a dosis de 20 mg/día que se puede
utilizar en pacientes con síntomas de
hiperacidez.
Si tras el tratamiento con alguno de
estos fármacos durante una o dos semanas como máximo no han desaparecido los síntomas, debemos aconsejar al
paciente que acuda a su médico por si
fuera necesario realizarle alguna prueba
diagnóstica.
Actuaciones al principio
del tratamiento
El papel del farmacéutico como profesional sanitario se centra en llevar a cabo
una buena dispensación informada de
los medicamentos que suministra a los
pacientes. Por ello, vamos a analizar a
continuación los tratamientos más utilizados en estas enfermedades.
44
Farmacia Profesional
Este tipo de lesiones son el resultado de
un desequilibrio entre los factores agresivos (HCl y pepsina) y los factores defensivos de la mucosa gástrica (regulados
por prostaglandinas). Actualmente se
piensa que en este desequilibrio desempeñan un papel importante factores ambientales, entre los que destacan la infección por Helicobacter pylori y el uso
de AINE, incluso a bajas dosis, a corto,
medio y largo plazo.
En el caso de los AINE, las lesiones
en la mucosa gastroduodenal se producen por un efecto tóxico local dependiente de las propiedades isicoquímicas del fármaco y por un efecto tóxico
sistémico tras la absorción y activación
hepática del fármaco debido a la inhibición de la síntesis de prostaglandinas (PG). Estas PG tienen un efecto
citoprotector de la mucosa gástrica, ya
que aumentan la secreción de mucus
y de bicarbonato, el lujo sanguíneo y
la restauración epitelial. Por tanto, la
inhibición de su síntesis altera los mecanismos de protección y permite que
los ácidos biliares, la pepsina y el HCl
ataquen a la mucosa.
El objetivo del tratamiento es aliviar
los síntomas, cicatrizar la lesión y disminuir las recidivas utilizando fármacos
que disminuyan o neutralicen la secreción ácida y fármacos que favorezcan la
protección de la mucosa.
Inhibidores de la bomba
de protones
Actualmente los inhibidores de la bomba
de protones (IBP) son los fármacos más
utilizados por su rapidez y eicacia en el
control sintomático y en la cicatrización
de las lesiones ulcerosas. Se suelen tomar una vez al día, preferiblemente por
la mañana en ayunas (30-60 min antes
del desayuno). En caso de necesitar una
segunda toma, se recomienda efectuarla por la noche, 30-60 min antes de la
cena. Las dosis recomendadas de cada
uno de ellos son:
• Omeprazol, de 20 a 40 mg/día (es el
principal representante de este grupo).
• Pantoprazol, de 40 a 80 mg/día.
• Lansoprazol, de 15 a 30 mg/día.
• Rabeprazol, de 10 a 20 mg/día.
• Esomeprazol, de 20 a 40 mg/día.
A parte de los casos de hipersensibilidad a estos fármacos, la única contraindicación es el uso de lansoprazol en casos
de insuiciencia renal grave. Se clasiican
en la categoría B para su uso en embarazo
(excepto el omeprazol que pertenece a la
C) y no se recomienda su administración
a niños menores de 12 años.
Se metabolizan a través del citocromo P450, así que puede prolongar la
eliminación de otros fármacos que se
eliminan por oxidación hepática como
diazepam, fenitoína y anticoagulantes
orales. También pueden disminuir la
absorción de inhibidores de proteasas
(indinavir, atazanavir, saquinavir), ketoconazol e itraconazol. No se recomienda tomar omeprazol con Ginkgo biloba
o hipérico porque se ha visto que estas
sustancias pueden disminuir los niveles
plasmáticos del antiulceroso.
Los efectos adversos son, en general,
leves y transitorios. Los más comunes
son cefaleas y trastornos gastrointestinales como náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarreas.
Actualmente, este grupo de medicamentos también se emplea en la prevención de la úlcera péptica en casos de
tratamientos con AINE.
Antagonistas
de los receptores H2
Actúan disminuyendo la secreción ácida
por bloqueo de los receptores H2 de la
histamina. Se pueden tomar con o sin
alimentos y las dosis recomendadas son
las siguientes:
• Ranitidina, 300 mg/día.
• Famotidina, 40 mg/día.
• Cimetidina, 800 mg/día.
• Nizatidina, 300 mg/día.
• Roxatidina, 150 mg/día.
Vol. 25, Núm. 3, Mayo-Junio 2011
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
FARMACIA COMUNITARIA.
Todos ellos pueden administrarse en
una o dos tomas diarias. En caso de realizar una sola toma, se recomienda que
se haga antes de acostarse.
Son fármacos que presentan pocas
contraindicaciones. Así, además de los
casos de hipersensibilidad, solo está
contraindicado el uso de ranitidina en
pacientes con poriria y el de roxatidina en insuiciencia renal grave o anuria.
Son bastante seguros para su uso en el
embarazo (categoría B) y la cimetidina
y la ranitidina están indicadas también
en niños.
Los antagonistas H2 pueden disminuir la absorción de fármacos como el
ketoconazol y el itraconazol (necesitan
pH ácido para su absorción). La cimetidina, mediante la inhibición del CYP,
puede disminuir el metabolismo de
fármacos que se eliminen por esta vía
(anticoagulantes orales, antidepresivos
tricíclicos, teoilina, fenitoína o diazepam, entre otros), por lo que puede
incrementar los efectos y/o toxicidad de
estos medicamentos; también puede aumentar los efectos mielosupresores de la
carmustina, por lo que debe evitarse su
asociación.
Los efectos adversos son poco frecuentes y reversibles con la suspensión
del tratamiento. Pueden producir diarreas, náuseas, vómitos, dolor y distensión abdominal, latulencia y mareos. Se
han visto casos de hipersecreción ácida
de rebote por la interrupción brusca del
tratamiento y confusión en ancianos.
ciación del epitelio tras una agresión.
Presentan efectos muy breves así que
se han comercializado análogos sintéticos como el misoprostol (análogo de
PGE1) con mayor duración de acción.
Se usan en proilaxis de la úlcera gastroduodenal en pacientes que están
tomando AINE a dosis de 200 mcg/612h después de las comidas. Produce
con frecuencia reacciones adversas
como dolor abdominal y diarrea y no
se puede usar en embarazo porque
puede inducir abortos.
Es una sal básica de aluminio, que casi no se absorbe por la
mucosa gastrointestinal. Actúa formando un gel sobre la base de la úlcera, creando una barrera de defensa
e impidiendo la difusión de ácido y
pepsina. Además inactiva la pepsina
y estimula la síntesis de prostaglandinas. Se suele usar 1 g/4-6 h, en ayunas
para que no se una a las proteínas de
la dieta. Es necesario separar la toma
de otros medicamentos (al menos 2 h)
ya que puede modiicar la absorción
de fármacos como: ciproloxacino,
fenitoína, digoxina, quinolonas, levotiroxina. Es un fármaco bastante seguro debido a que no se absorbe pero
puede producir diarrea, estreñimiento
y malestar gástrico en algunas situacio-
• Sucralfato.
Pirosis, gastritis y úlcera péptica
cuente es la coloración de las heces
y el oscurecimiento de la lengua. No
conviene emplearlo de manera prolongada en pacientes con insuiciencia
renal o durante el embarazo.
• Acexamato de cinc. Actúa por un doble
mecanismo. Por un lado produce una
disminución de la secreción de ácido
al inhibir la liberación de histamina a
partir de los mastocitos de la mucosa
gástrica y al inhibir la producción de
pepsinógeno. Por otra parte estimula la
síntesis de prostaglandinas, aumentando así la protección de la mucosa. Las
dosis son de 300 mg/día en la prevención de la gastropatía por AINE y de
300 mg tres veces al día en el tratamiento de la úlcera péptica. Está contraindicado en insuiciencia renal grave y en
niños. Pertenece a la categoría C para su
uso en embarazo y puede desencadenar
molestias gástricas durante su uso aunque son muy poco frecuentes.
Tratamiento de la
úlcera péptica producida
por Helicobacter pylori
Se ha demostrado que la infección por
H. pylori actúa modiicando la secreción
de ácido por el estómago. Este microor-
Antiácidos
Es muy importante mentalizar al paciente de la importancia del
cumplimiento absoluto del tratamiento, tanto en lo que se reiere
a la adherencia a la terapia farmacológica como al seguimiento
de las recomendaciones higienicodietéticas
Estos medicamentos se toman a las mismas dosis que hemos mencionado en el
apartado anterior, ya que se pueden dispensar sin receta médica.
nes. Se puede administrar durante el
embarazo (categoría B) y también está
indicado en niños.
• Fármacos protectores de la mucosa.
Dentro de este grupo nos encontramos
con fármacos que por distintos mecanismos protegen la pared gástrica de
las agresiones ácidas y consiguen así la
cicatrización de las lesiones ulcerosas.
Estas
sustancias actúan como vasodilatadores, incrementan la producción de
moco y bicarbonato y estimulan los
fenómenos de proliferación y diferen-
• Análogos de prostaglandinas.
Vol. 25, Núm. 3, Mayo-Junio 2011
Se encuentra comercializado el citrato de bismuto, que
forma una película protectora sobre la
mucosa. Tiene los mismos efectos que
el sucralfato y además actúa como
bactericida sobre el Helicobacter pylori, aunque por sí solo no es capaz de
eliminarlo. Se usa en la terapia combinada, de hecho está comercializada
también la ranitidina con el citrato de
bismuto para la erradicación del H.
pylori. El efecto secundario más fre-
• Sales de bismuto.
ganismo coloniza la mucosa del estómago, donde causa una disminución de la
población de células D (productoras de
somatostatina), por lo que se pierde el
efecto inhibitorio sobre la gastrina, con
la consiguiente hipergastrinemia, que
origina un aumento de células parietales
y un incremento de la secreción ácida.
Las pruebas diagnósticas más usuales
para detectar el Helicobacter se realizan
mediante métodos invasivos (endoscopia) y no invasivos, como son las pruebas serológicas –en las que se determina
si hay anticuerpos frente a la bacteria–,
la detección de antígeno bacteriano en
heces y la prueba del aliento de urea
45
Farmacia Profesional
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
FARMACIA COMUNITARIA.
Pirosis, gastritis y úlcera péptica
marcada con carbono-13 (isótopo natural y estable no radiactivo). Esta última
se basa en que en pacientes infectados
la enzima ureasa gástrica cataliza la
conversión de la C13-urea a amoníaco
y dióxido de carbono y este último es
transportado a los pulmones y exhalado
con el aire espirado. Así pues el cociente entre los isótopos 13C/12C en el CO2
espirado aumenta signiicativamente si
el H. pylori está presente en el estómago.
El H. pylori muestra una elevada susceptibilidad in vitro frente a muchos de
antibióticos, sin embargo, la eicacia in
vivo es baja y el uso de antibióticos en
régimen de monoterapia no es efectivo.
La pauta recomendada es la terapia triple que asocia dos antibióticos y un IBP.
La función de éste es lograr valores de
pH intagástricos inferiores a 5, que permiten alcanzar las concentraciones de
antibiótico requeridas para ejercer una
correcta acción bactericida. Los antibióticos más utilizados son: amoxicilina,
claritromicina, metronidazol o tinidazol
y tetraciclinas. Y las pautas a seguir son:
(20 mg omeprazol, 30 mg lansoprazol o 40 mg pantoprazol) cada 12 h
+ amoxicilina 1 g cada 12 h + claritromicina 500 mg cada 12 h, durante un
mínimo de 7 días.
• IBP:
• Ranitidina citrato de bismuto: 400 mg
cada 12 h + amoxicilina 1 g cada 12 h
+ claritromicina 500 mg cada 12 h,
durante un mínimo de 7 días.
En caso de alergia a la penicilina se
sustituirá la amoxicilina por metronidazol 500 mg cada 12 h. Si no se lograra la
erradicación con estas pautas se realizará la terapia de rescate, que será:
(es el más habitual aunque también pueden emplearse otros
IBP): 20 mg cada 12 h + tetraciclina
500 mg cada 6 h + bismuto 120 mg
cada 6 h + metronidazol 250 mg cada
8 h, también durante 7 días.
• Omeprazol
Es relevante en estos casos:
• Insistir en la importancia de la adherencia al tratamiento.
• Descartar la existencia de una enfermedad maligna de base.
• Controlar la posible aparición de re46
Farmacia Profesional
Conclusiones
Es importante realizar un seguimiento a las personas que toman frecuentemente antiinlamatorios, ya que éstos son uno de los principales causantes de la úlcera péptica.
Se debe hacer hincapié en que los tomen después de las comidas y que no se tumben
hasta media hora o una hora después de haberlos tomado. Si han de realizar un tratamiento prolongado, puede ser útil consultar con el médico para valorar la administración de un protector de la mucosa gástrica.
En tratamiento para la erradicación del H. pylori, se debe insistir especialmente a los
pacientes en que lo principal es cumplir el tratamiento, sobre todo porque de lo contrario puede haber problemas de resistencias.
No se debe recomendar tomar antiácidos, anti H2 ni IBP más de dos semanas seguidas sin consultar al médico ya que pueden enmascarar algún problema más grave.
sultados negativos en los test de H.
pylori debidos a tratamientos recientes
con antibióticos o IBP.
• Investigar el posible uso no declarado
de AAS o AINE.
• Tener en cuenta que el tabaquismo
conlleva una mayor tasa de fallo de
erradicación.
• Descartar la existencia de enfermedad
de Crohn y síndrome de ZoellingerEllison.
presente. Por eso se considera que el
tratamiento ha sido eicaz cuando la sintomatología desaparece en 5-7 días en
tratamientos antiulcerosos en general y
en 7-10 días en los encaminados a eliminar el H. pylori. Si hubiera persistencia de los síntomas de la enfermedad, el
paciente debe volver al médico y éste
considerará el aumento de las dosis de
inhibidores o la asociación a otros fármacos.
Seguimiento de la terapia
farmacológica
Bibliografía general
Es muy importante mentalizar al paciente de la importancia del cumplimiento
absoluto del tratamiento, tanto en lo que
se reiere a la adherencia a la terapia farmacológica como al seguimiento de las
recomendaciones higienicodietéticas, ya
que la mayor parte de los fracasos se deben a la falta de cumplimiento del tratamiento, que por otra parte agrava el
problema de las resistencias.
Como ya hemos comentado, los efectos colaterales de los fármacos usados en
estos tratamientos no son importantes.
Los más comunes son los gastrointestinales, por lo que hay que advertir al paciente que si tiene alguno de ellos procure
no dejar de tomarlo y si le resultara muy
incómodo debería acudir al médico para
valorar un cambio de ese tratamiento.
Se debe tener en cuenta que los objetivos de estos tratamientos son: aliviar
el dolor, cicatrizar la úlcera, disminuir
la acidez gástrica, evitar las recidivas,
prevenir complicaciones y erradicar el
Helicobacter pylori en caso de que esté
Arnáez B, Alonso M, Del Arco J, Casado E, Díez
Mª A, Rodríguez C, et al. Dispensación informada e indicación farmacéutica. Bilbao:
Colegio Oicial de Farmacéuticos de Bizkaia.
2007.
Casariego E, Castiñeira C, Costa C, González
C, Louro A, Viana C, et al. Fisterra: Guías
Clínicas. Úlcera péptica (Helicobacter pylori). Disponible en: http://www.isterra.com/
guias2/ulcera_peptica.asp#mismo
Ferrer I, Herrerias J.M, Seguimiento farmacoterapéutico a pacientes. Modulo III. 2008;
3:89-124.
Fichas técnicas de los medicamentos que contienen antiácidos y antiulcerosos. Disponibles en URL: https://sinaem4.agemed.es/
consaem/ichasTecnicas.do?metodo=detalleF
orm&version=new
Tarrazo JA. Fisterra: Guías Clínicas. Enfermedad por relujo gastroesofágico. Disponible
en: http://www.isterra.com/guias2/erge.asp
Uriarte J, Del Arco J. Farmacología aplicada en
atención farmacéutica: antiácidos. El Farmacéutico. 2008;387:79-84.
Uriarte J, Del Arco J. Farmacología aplicada en
atención farmacéutica: antiulcerosos. El farmacéutico. 2008;388:77-84
Zarzuelo A. Principios de Fisiopatología para
la atención farmacéutica. Módulo II. 2008;
1:1-35.
Vol. 25, Núm. 3, Mayo-Junio 2011
Descargar