EL PASTOR y Sus Ovejas

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Los Estudios de Israel
Vol. # 770210
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EL PASTOR
y Sus Ovejas
La Biblia está llena de ricas
imágenes que ayudan a sus lectores comprender
mejor las profundas verdades espirituales. Una
de las imágenes frecuentemente repetidas es la
del pastor y sus ovejas. Los profetas hablaron
acerca de pastores, tanto buenos como corruptos. Dios se conoce como nuestro Pastor. Uno de
los Salmos más queridos por judíos y cristianos
es el Salmo 23. Lo memoricé de niña, y estoy
segura que usted también. Ese salmo comunica
el tremendo cuidado que tiene el Señor por Su
pueblo. Yeshúa (Jesús) se refirió a Sí mismo como
el “Buen Pastor.” Recientemente, he estado pensando en las características de un pastor. ¿Qué
podemos aprender de esa antigua ocupación?
Responsabilidades
de un Pastor
Las Escrituras a menudo se refieren a los líderes del pueblo como pastores. Como los pastores eran responsables por el
bienestar de sus ovejas, las guardaban y proveían a todas sus
necesidades. Esta es una analogía muy apropiada que hubiese
comunicado tangiblemente dicho mensaje al pueblo de esa época. Usando una imagen como la del pastor, los autores bíblicos
comunicaban mucho más que las simples palabras que hoy día
podemos leer. Al instante, la audiencia original pensaría en todas
las atenciones que el pastor prestaba a su rebaño: conducían sus
ovejas a pastos verdes y agua, y las protegían de animales salvajes, de inclemencias del tiempo o de individuos inescrupulosos.
Recientemente, mientras caminaba con mi esposo Tom por
el norte de Israel, observamos a un pastor mientras subía por la
colina. Sus ovejas seguían tras él; así el pastor esperaba que hiciesen. No necesitaba de un perro que los impulsara. Raras veces
miraba hacia atrás para mirar a sus ovejas. Simplemente seguía
subiendo la empinaba y rocosa colina. Nos detuvimos a observar, y notamos que las ovejas mantenían su mirada en el pastor y
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Los Estudios de Israel
“Yo soy el buen pastor; el buen
pastor da Su vida por las ovejas”
(Juan 10:11).
dócilmente iban tras él. Cuatro ovejas nos atrajeron la atención:
parecían tener otra idea en mente. Iban por rumbo propio, y me
comencé a preocupar por ellos, pero Tom me dijo que siguiera observando. Al rato, tornaron sus miradas hacia el pastor, y salieron
brincando sobre las piedras para unirse al rebaño. Eso fue fascinante.
En una ocasión, el pastor se detuvo y se tornó hacia sus
ovejas. Cuando vieron que se había detenido, comenzaron a comer cualquier bocado de pasto que pudiesen
encontrar. Ya habíamos pasado el largo y candente
verano sin lluvia, y el monte parecía estar totalmente seco, pero el pastor logró encontrar un lugar
donde el rebaño pudiera comer. En Israel
sólo llueve seis meses
al año, y entre mayo y
octubre es extremadamente raro que llueva.
Por eso escasean pastos para el rebaño durante esa temporada.
Personas en otros
países visualizan las
ovejas como blancas
bolas de algodón en
medio de abundantes
pastos color esmeralda. He visto tales
imágenes
pastorales
durante mis viajes en
Gales y Nueva Zelanda. Esas escenas son
realmente bellas y tranquilizantes, evocando
a la memoria los versos
del Salmo 23. Pero esa
no es la escena que visualizaban los autores
bíblicos cuando hablaban sobre pastores y su
rebaño. Como puede
usted comprender, las
ovejas en Israel raras
veces encuentran pastos verdes, mucho menos abundantes. Hay
algunos campos verdes en Israel, pero son tierras dedicadas al cultivo. Las ovejas pastan en áreas no propicias para la agricultura,
incluyendo montes rocosos y estériles. Es una escena totalmente
diferente a la de Gales, pero esas eran las condiciones normales en
Israel en tiempos antiguos, al igual que en el presente.
Si lo único que pueden esperar las ovejas en Israel es
hierba seca, y no verde, ¿qué nos comunica el Salmo 23
cuando dice que “en lugares de verdes pastos nos hará descansar”? Los que leían eso en tiempos bíblicos podían
interpretar eso como una sobreabundante promesa
de bendición por parte del Buen Pastor. El Pastor del
Salmo 23 no sólo provee
para las necesidades de
sus ovejas, sino que también provee para ellas de
manera sobreabundante,
más allá de sus expectativas.
Ezequiel 34:1-10 hace
una advertencia a los malos pastores. Por la lista de
cosas que esos malvados
pastores no hacían por su
rebaño, podemos tener
una buena idea de lo que
un buen pastor debe hacer.
Un buen pastor fortalece a
la oveja débil, cura a la enferma, venda a la herida,
hace volver a la descarriada, busca a la perdida y
alimenta a la hambrienta
(vs. 4-5). El buen pastor
pone el bienestar de su rebaño por encima del suyo
propio. Yeshúa dijo: “Yo soy
el buen pastor; el buen pastor
da Su vida por las ovejas”
(Juan 10:11).
EL PASTOR y Sus Ovejas
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Dios les proveyó su alimento diario: el alimento milagroso del maná. Les proveyó agua
en el desierto. Los protegió del faraón y de su
ejército, además de otros ejércitos que los atacaron.
La Biblia dice que incluso atendió a los pequeños detalles, ¡haciendo que sus sandalias no se
gastaran! Eso fue un verdadero milagro de provisión. El salmista describe ese momento en la
historia de Israel de la siguiente manera: “...a Su
pueblo lo sacó como a ovejas, como a rebaño los condujo en el desierto; los guió con seguridad, de modo
que no temieron…” (Salmo 78:52-53).
El Señor es Mi Pastor
“Como rebaño
guiaste a Tu
pueblo por mano
de Moisés y de
Aarón.”
(Salmo 77:20)
Con frecuencia, el Señor se describe en la
Biblia como un pastor. Quizás el pasaje más conocido es el Salmo 23, pero existen muchas otras
referencias. Cuando los hijos de Israel partieron de Egipto, dependían totalmente del Señor.
Cuando Él se movía, ellos se movían. Cuando se
estaba quieto, ellos se estaban quietos. Durante
el día, los dirigía por una columna de nube, y
de noche, los dirigía por una columna de fuego. Las Escrituras dicen: “Como rebaño guiaste a
Tu pueblo por mano de Moisés y de Aarón” (Salmo
77:20).
Imagínese a usted en esa situación. Las únicas posesiones que tenían las llevaban encima.
No tenían medio de transportación. Habían dejado atrás los únicos hogares, las únicas ocupaciones y el único medio de ingreso que conocían.
No podían conseguir alimento, agua ni albergue
por sus propios esfuerzos. Los hijos de Israel estaban totalmente vulnerables. Al leer el relato
bíblico, puede darse cuenta que a menudo ellos
luchaban contra esa total dependencia de Dios.
Frecuentemente se quejaban contra Moisés. Sin
embargo, Dios los estaba dirigiendo, proveyendo y protegiendo.
Otros versos bíblicos demuestran que Dios
continuó actuando como el pastor de Israel aún
luego de llegar a la Tierra Prometida por vez
primera. Dios promete también traerlos de regreso desde la tierra de su actual dispersión,
lo que vemos cumpliéndose en nuestros días.
“Miren, el Señor DIOS vendrá con poder, y Su brazo gobernará por Él. Con Él está Su galardón, y Su
recompensa delante de Él. Como pastor apacentará
Su rebaño, en Su brazo recogerá los corderos, y en
Su seno los llevará; guiará con cuidado a las recién
paridas” (Isa. 40:10-11). “El que dispersó a Israel lo
reunirá, y lo guardará como un pastor a su rebaño”
(Jer. 31:10b). “Porque así dice el Señor DIOS: ‘Yo
mismo buscaré Mis ovejas y velaré por ellas. Como
un pastor vela por su rebaño el día que está en medio de sus ovejas dispersas, así Yo velaré por Mis
ovejas y las libraré de todos los lugares adonde fueron dispersadas un día nublado y sombrío’” (Ezeq.
34:11-12).
Responsabilidad de
las Ovejas
A base de las Escrituras, puedo percibir que
las ovejas tienen tres principales responsabilidades. Deben conocer al pastor, reconocer su
voz y seguir al pastor.
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Los Estudios de Israel
Conociendo al Pastor
“Sepan que Él, el SEÑOR, es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo Suyo
somos y ovejas de Su prado” (Salmo 100:3). Yeshúa dijo: “Yo soy el buen pastor, y conozco Mis
ovejas y ellas Me conocen” (Juan 10:14). En el contexto moderno, el significado de “conocer”
está asociado con el intelecto. Sin embargo, la idea bíblica de conocer a Dios tiene un significado mucho más profundo, una intimidad que crece mientras más tiempo pasamos
con Él. La palabra hebrea para “conocer” es yadá. Se puede usar cuando se refiere a relaciones íntimas matrimoniales entre esposo y esposa, como: “Y conoció Adán a su mujer Eva,
la cual concibió y dio a luz a Caín…” (Gén. 4:1, versión Sagradas Escrituras). Conocimiento
intelectual no es suficiente. Debemos conocer a Dios con el corazón, no sólo con la mente.
Yo mi crié en un hogar cristiano, con padres que amaban a profundamente a Dios y la
Biblia. Ellos me enseñaron a apreciar y conocer la Palabra de Dios. De hecho, leí la Biblia
entera por primera vez a los ocho años. Pero el conocimiento no era suficiente. Necesitaba
una relación personal con el Señor. Aún al día de hoy continúo pasando tiempo valioso
con mi Pastor para conocerlo mejor por medio de la oración, la adoración y la meditación
en la Palabra.
Reconociendo la Voz del Pastor
A medida que pasemos más tiempo con el Señor, aprenderemos a reconocer cuándo
nos habla. Cuando mi esposo me llama por teléfono, no tengo que preguntarle, “¿Quién
es?” porque en seguida reconozco su voz. Yeshúa dijo que Sus ovejas reconocen Su voz.
“Pero el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas oyen
su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera. Cuando saca todas las suyas, va delante
de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. Pero a un desconocido no seguirán, sino que
huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños…Mis ovejas oyen Mi voz; Yo las conozco y
Me siguen” (Juan 10:2-5, 27).
Siguiendo al Pastor
Es posible conocer al Pastor, reconocer Su voz, y todavía decidir no seguirle. Pero,
seguirle es la parte más crucial para la oveja. Una oveja que oye la voz del pastor y no le
sigue no va a disfrutar la provisión del pastor. Se aislará del rebaño y se hará vulnerable
a los ataques de animales salvajes y las inclemencias del tiempo. No sabrá a dónde ir en
busca de comida.
Solamente la oveja que sigue al Pastor podrá disfrutar de los beneficios que éste provee. Para seguirle, debemos mantener nuestros oídos afinados a la voz del Pastor, y nuestra mirada fija en Él. A medida que Él se mueva, los que están pendientes de Su voz y
Sus movimientos inmediatamente podrán moverse juntamente con Él y disfrutar de Su
provisión, protección y seguridad.
“...las ovejas oyen
su voz; llama a sus
ovejas por nombre
y las conduce
afuera... Pero a
un desconocido no
seguirán, sino que
huirán de él, porque
no conocen la voz
de los extraños…
Mis ovejas oyen Mi
voz; Yo las conozco
y Me siguen”
(Juan 10:2-5, 27).
Buenos Pastores hacen Buenos Líderes
A manera interesante, hubo dos pastores que llegaron a ser líderes extraordinarios:
Moisés y el Rey David. Dios llamó a ambos hombres para ser destacados líderes en Israel
mientras todavía se ocupaban de su rebaño. En los solitarios montes aprendieron a ser
líderes. En la soledad, aprendieron a escuchar y a comunicarse con Dios. Aprendieron a
manejar cualquier amenaza o problema que enfrentara el rebaño.
David citó algunas de esas experiencias cuando trataba de convencer a Saúl para que
le permitiese luchar contra Goliat. “Pero David respondió a Saúl: ‘Su siervo apacentaba las ovejas de su padre, y cuando un león o un oso venía y se llevaba un cordero del rebaño, yo salía tras él,
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lo atacaba, y lo rescataba de su boca; y cuando se levantaba contra mí,
lo tomaba por la quijada, lo hería y lo mataba. Su siervo ha matado
tanto al león como al oso; y este Filisteo incircunciso será como uno
de ellos, porque ha desafiado a los escuadrones del Dios viviente.’ Y
David añadió: ‘El SEÑOR, que me ha librado de las garras del león y
de las garras del oso, me librará de la mano de este Filisteo’” (1 Sam.
17:34-37a). David tuvo la valentía de ir tras el león y el oso. Se
preocupaba tanto por las ovejas que estaba dispuesto a poner
su vida en peligro. A la vez, sabía que Dios era quien lo libraría
de la muerte al tomar ese paso de fe para confrontar los peligros que amenazaban a su rebaño.
Moisés fue el líder designado por Dios para dirigir a los
hijos de Israel. Moisés no los dirigía en arrogancia, sino que
reconocía que dependía totalmente de la dirección del Señor.
Pasaba mucho tiempo a solas con Dios; de hecho, era tan intenso ese tiempo que cuando salía, su rostro resplandecía. Él
sabía que seguir el camino de Dios era imperativo para su éxito. “’Ahora pues, si he hallado gracia ante Tus ojos, Te ruego que
me hagas conocer Tus caminos para que yo Te conozca y halle gracia
ante Tus ojos. Considera también que esta nación es Tu pueblo.’ ‘Mi
presencia irá contigo, y Yo te daré descanso,’ le contestó el SEÑOR.
Entonces Moisés le dijo: ‘Si Tu presencia no va con nosotros, no nos
hagas salir de aquí.’” (Éx. 33:13-15).
Dios levanta a líderes para pastorear a Su pueblo. Un líder
sabio reconoce sus responsabilidades y es fiel en su conducta,
pero reconoce que su fuerza proviene del Señor. A medida que
un líder sigue al Buen Pastor, hallará el éxito, la seguridad y la
provisión. Mientras leo historias bíblicas sobre Israel y Judá,
observo que los antiguos reyes eran descritos como buenos o
como malos delante de los ojos de Dios. El asunto es que los
reyes buenos seguían al Señor y hacían lo que a Dios le agradaba, y los reyes malos hacían lo que bien les pareciese (Ej., 1
Reyes 22:42-43, 51-53). Como ovejas rebeldes, iban por su propio camino.
Yo he sido seguidora, y ahora soy líder. O quizás pudiésemos decir que antes yo era oveja, y ahora soy pastora. He
aprendido que el liderato no es para personas débiles, ociosas
o inseguras. El liderato requiere valentía, fidelidad, fe, energía,
compasión y habilidad para tomar decisiones. La responsabilidad del pastor nunca termina. Siempre hay ovejas que necesitan ser atendidas y alimentadas. Dios exige que los pastores
pongan en primer lugar las necesidades de las ovejas antes que
las suyas. Las ovejas débiles, enfermas, perdidas y descarriadas necesitan ser fortalecidas, curadas, halladas y restauradas.
A menudo hay situaciones amenazantes y retadoras que requieren ser enfrentadas. Pero sobre todo, el líder cristiano debe
dar el ejemplo de conocer a Dios, escuchar Su voz y seguirlo de
todo corazón. El líder que hace esas cosas tendrá sus prioridades en orden y no fracasará.
Las ovejas del Señor también tenemos nuestras responsabilidades. Como decía antes, debemos conocer al Pastor y Su
voz; debemos seguir al Pastor; y debemos confiar que el Pastor
sabe lo que es mejor para nosotros. Aparte de nuestros jefes y
gobernantes en el plano secular, Dios nos ha dado pastores en
la Iglesia para guiarnos. Debemos seguir a esos pastores que
Dios ha puesto en autoridad sobre nosotros, además de respetarlos y orar por ellos. Yo fui hija de pastor, y por muchos años
mi padre pastoreó una congregación. Es una enorme responsabilidad, y requiere mucho más que la capacidad de enseñar o
predicar. La tarea de un pastor incluye cuidar, alimentar, prote-
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Los Estudios de Israel
“¡Ay de los pastores de Israel que
se apacientan a sí mismos! ¿No deben los
pastores apacentar
el rebaño?”
ger y dirigir. El plan de Dios es que se establezca una relación entre el pastor y la oveja, evidenciada
por la lealtad y la confianza.
Pastores Modernos
En el mundo de hoy, a menudo vemos líderes y pastores que se preocupan sólo por sí mismos,
a cuenta de sus “ovejas.” Recientemente también hemos leído en los periódicos cómo muchos administradores y negociantes de alto rango han excedido su puesto, y su gran imperio económico se vino abajo, arrastrando consigo a los demás. Se pagaban a sí mismos
enormes sueldos y bonos, mientras que los empleados no podían siquiera
saldar sus cuentas.
Dios espera algo mejor de sus líderes. Los líderes deben ser personas
de integridad quienes amen profundamente a su rebaño. Deben tomar
en serio las palabras de Yeshúa, quien dijo que los dos principales mandamientos eran amar a nuestro Señor de todo corazón, mente, alma
y fuerza, y amar a nuestros semejantes como a nosotros mismos.
En la actualidad, algunos líderes parecen amarse más a sí mismos.
Dios le dijo a Ezequiel que profetice contra tales líderes: “Hijo
de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y di a los
pastores: ‘Así dice el Señor DIOS: “¡Ay de los pastores de Israel que se
apacientan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar el rebaño?
Comen la grasa, se han vestido con la lana, degüellan la oveja engordada,
pero no apacientan el rebaño. Ustedes no han fortalecido a las débiles,
no han curado a la enferma, no han vendado a la herida, no han hecho
volver a la descarriada, no han buscado a la perdida; sino que las han
dominado con dureza y con severidad”’” (Ezeq. 34:2-4).
Confiando en Nuestro Pastor
Sí, estamos viviendo días difíciles. Mientras viajo a diferentes países, hablan de cómo crece el desempleo y lo
difícil que es encontrar un trabajo. La economía nos preocupa a todos. Guerra y rumores de guerra amenazan
nuestra seguridad, y el terrorismo puede atacar en
cualquier lugar. Más y más cristianos hablan sobre
los tiempos del fin y las dificultades que están predichas en la Biblia.
Ahora más que nunca, debemos poner nuestra mirada en el Pastor. Él sabe lo que necesitamos, y toma
su responsabilidad en serio. Desea dirigirnos en los
mejores
caminos
para
cada
cual.
Así
como las ovejas en Israel, quizás no disfrute-
EL PASTOR y Sus Ovejas
7
mos de preciosos pastos verdes, pero aún en el monte
árido y rocoso de nuestras circunstancias podemos confiar en
nuestro Buen Pastor. En estos tiempos, debemos confiar totalmente en el Señor. Como los hijos de Israel en el desierto, podemos confiar en que nos ha de proveer para las circunstancias más
desafiantes, pero debemos fijar nuestros ojos en Él.
mi pastor, nada me faltará” (Salmo 23:1).
Por Rvda. Rebecca J. Brimmer
Presidenta Internacional y CEO
Ahora es el momento de conocerlo, escuchar Su voz, e ir en
pos de Él, no una vez a la semana, sino de momento a momento,
de día en día. Recuerde las palabras del salmista: “El SEÑOR es
Bibliografía
Brimmer, Thomas. Stories I Tell (to be published in 2010).
Hareuveni, Nogah. Desert and Shepherd in our Biblical Heritage. Neot Kedumim, Israel, 1991.
Maxwell, John C. The Maxwell Leadership Bible. Nashville, TN: Thomas Nelson Bibles, 2002.
Tenney, Merrill C. The Zondervan Pictorial Encyclopedia of the Bible. Grand Rapids, MI: Zondervan, 1975.
Yechezkel [Ezekiel], Artscroll Tenach Series. Brooklyn, NY: Mesorah Publishers, 1977.
Yerushalmi, Rabbi Shmuel. The Torah Anthology, The books of Tehillim I–IV. New York/Jerusalem: Moznaim Publishing Corporation, 1990.
Traducido por: Teri S. Riddering
Las citas bíblicas son tomadas de Nueva Biblia de los Hispanos®
Copyright (c) 2005 by The Lockman Foundation
Usadas con permiso. www.LBLA.com .
M
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uchos pastores, maestros bíblicos y personas laicas han escrito preguntando si pueden utilizar estas
notas para sus mensajes y clases. La respuesta es un enfático, ¡sí! Por tal razón enviamos estos Estudios de Israel. Es mi esperanza que la información contenida en ellos pueda ser dise-minada vez tras
vez, ya sea oralmente o por medio de copias fotostáticas. “Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén
la palabra de Jehová.” (Is. 2:3)
Los Estudios de Israel
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