1. los animales son, en sí mismos, sujetos de

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LOS ANIMALES SON, EN SÍ MISMOS, SUJETOS DE DERECHO EN
COLOMBIA
Por Natalia Tobón Franco
www.nataliatobon.com
Los humanos pueden servirse de los animales para su supervivencia, para su
compañía, para investigación, en actividades laborales o recreativas, siempre que
no se les maltrate o humille sin necesidad.
Así lo dispuso el Consejo de Estado al tiempo en que hizo un recuento histórico de
las diversas posiciones que han existido en torno al tema de los derechos de los
animales y concluyó que éstos no emanan de su racionalidad, pues no la tienen como tampoco la tienen los humanos que carecen de razón- sino de su simple
existencia, específicamente de su capacidad de sentir lealtad, placer y sufrimiento.
Es más, el alto tribunal señaló que los animales y las especies vegetales (v.gr. los
bosques, la amazonía, los páramos, las fuentes y recursos hídricos, etc.) son
sujetos de derecho en sí mismos y, por lo tanto, cualquier persona puede solicitar
su protección a través de una acción popular, actuando como agente oficioso.
Se trata de una sentencia proferida por el Consejo de Estado en noviembre de
2013, que pone fin a un proceso iniciado por la primatóloga Angela Maldonado,
contra la FIDIC (Fundación Instituto de Inmunología de Colombia), representada
por el médico Manuel Elkin Patarroyo, el Ministerio de Medio Ambiente y
Corpoamazonía, por violar el derecho colectivo al medio ambiente al investigar o
permitir la investigación con monos del Amazonas sin cumplir con los requisitos
mínimos establecidos en la Constitución, los Tratados Internacionales y la ley
colombiana vigente.
Experimentación científica con animales
El Consejo de Estado declaró la nulidad de las resoluciones que le otorgaban
permiso de estudio de diversidad biológica a la FIDIC, para el proyecto "Captura y
estudio de investigación científica en diversidad biológica de primates en la Cueca
del Río Amazonas en el Trapecio Amazónico Colombiano" y, aunque diversos
medios de comunicación han afirmado que la sentencia puso en vilo la salud de
millones de personas pues le ha impedido a Patarroyo seguir investigando la
vacuna que cura la malaria, lo cierto es que el fallo no prohibió la experimentación
con animales en general, sino específicamente la experimentación en la forma en
que Patarroyo lo hacía en ese caso concreto.
Textualmente el Consejo de Estado señaló que "Los humanos pueden servirse de
los animales para su supervivencia, para su compañía, para investigación, en
actividades laborales o recreativas, pero sin vulnerar los derechos que les asisten,
en especial de no ser tratados simplemente como objetos o cosas, de no ser
sometidos a tratos crueles, degradantes, a ser mantenidos en malas condiciones
de salud y libertad, a su sacrificio con el menor dolor y sufrimiento posible, a
jornadas laborales adecuadas con condiciones que respeten su integridad y
descanso, a no ser objeto de sufrimientos innecesarios cuando se experimente
con ellos en el campo científico, a garantizar un mínimo de libertad y espacio, a
garantizar su adecuada alimentación y cuidado, etc".1
La acción popular que dio inicio al proceso fue interpuesta por Ángela Maldonado,
primatóloga y fundadora de Entrópika, una organización para la conservación de la
biodiversidad de la Amazonía, quien se dedicó durante años a recolectar pruebas
y a hacerle seguimiento a las actuaciones de Patarroyo y la FIDIC.
Corridas de toros
El Consejo de Estado, en las consideraciones de la sentencia, también se refirió a
las corridas de toros y señaló que la humanidad debe cambiar de paradigma en su
visión con los animales, "de tal forma que al igual que hoy no es permitida la
esclavitud, el racismo, las olimpiadas en el imponente Coliseo Romano, etc.,
tampoco se permita someter a los animales –seres con sistemas nerviosos
altamente desarrollados, similares en muchos eventos al de los humanos– a
espectáculos en los que el humano satisface sus necesidades más primarias, y
retorna a ese estado de naturaleza del que hablaba Hobbes en su Leviatan, al ver
y disfrutar con el sufrimiento y sacrificio de seres animados capaces de
experimentar placer, sufrimiento y lealtad"2.
Así mismo el Consejo de Estado criticó la posición contradictoria de la Corte
Constitucional3, "que no obstante reconoce un ámbito de protección de los
animales, ha sostenido que ciertas tradiciones culturales –siempre que se
practiquen de manera periódica y en sitios en los que esa costumbre se encuentra
arraigada– pueden persistir con independencia del sufrimiento o trato irrogado a
los animales".
En su opinión, la tesis de la Corte Constitucional ha generado incongruencias pues
"desde un ángulo se protege a los animales que son empleados en los circos, así
como se prohíben las peleas de perros, pero, del otro, se permite y protegen –
tanto legislativa como judicialmente– actividades en las que la única finalidad
consiste en someter a tratos crueles y degradantes a los animales que son
1
Consejo de Estado,Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera C.P. Enrique Gil
Botero. Noviembre, 2013.
2
Ibídem
3
Corte Constitucional, sentencia C-666 de 2010, M.P. Humberto Sierra Porto.
obligados a participar en esas actividades. Y no se diga que se trata de escenarios
que se integran al patrimonio cultural de la humanidad, porque de avalarse esta
perspectiva no habría diferencia alguna entre “la noche estrellada” de Van Gogh y
una temporada taurina en una plaza de toros"4.
"Ahora bien, será prioritario que el Estado brinde soluciones laborales alternativas
a todas las personas que trabajan en este tipo de espectáculos, pero que impida
que se siga discriminando a los animales en atención al tipo de actividad en el que
participan. Por consiguiente, será tanto inconstitucional e ilegal una actividad
circense como aquella en la que se somete al maltrato, a la crueldad y a la
humillación al animal"5.
Investigación biomédica
La sentencia que le quitó el permiso a Patarroyo, que tiene más de 130 folios,
analiza de manera exhaustiva varios documentos y concluye lo siguiente:
1. Que la FIDIC, el Ministerio del Medio Ambiente y Corpoamazonía vulneraron los
derechos colectivos a la moralidad administrativa y a los derechos de los
animales, en el caso concreto, el derecho de los primates o micos de la especie
Aotus vociferans, que se asientan en territorio colombiano"6.
2. Que se incumplieron, entre otras, las siguientes obligaciones: i) el pago de la
tasa de repoblación de que trata el artículo 134 del decreto 1806 de 1974, ii) la
construcción de un zoocriadero que evite la caza indiscriminada de especímenes
de aotus vociferans, y iii) el diseño de un comité de ética en los términos
establecidos por la ley 84 de 1989"7.
3. "Que se introdujeron especies extranjeras al territorio nacional con
desconocimiento e inobservancia de las normas que regulan la materia, de
manera concreta, la convención CITES"8.
Finalmente el Consejo de Estado exhortó a las entidades públicas y a los
particulares para que cuando se dediquen a la caza, la captura y la manipulación
de animales silvestres con fines investigativos y médicos lo hagan de manera
ajustada a los parámetros jurídicos internacionales e internos.
4
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, C.P. Enrique Gil
Botero. Noviembre, 2013.
5
Ibídem
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Ibídem
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Ibídem
8
Ibídem
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