¡OSE IGNA.CIO LONDf)ÍilO- A~ - .~_ .. _c...: -Fístulas: Uretrales en el Hombre ••• 192/ • c-. ~rlo' ~ • :Bopt4 Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia República de Colombia • Universidad :lI(aturalu :lI(acJonal • Facultad de CIe1td•• y .:Jtredldna Fístulas Uretrales en el Hombre Tesis para el Doctorado presentada y sostenida JOSE IGNACIO Practicante por LONDOÑO Practicante externo por concurso. 192n de la Cllnica de enfermedades uro·genitales Z. Cu~lIar Dunln. por concurso. 1921. A. del docfor ••• 1921. CASA EDITORIAL MINERVA - BOlotá C.rrer. 6, 97·G . Tehifono 1477 Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia A LA MEMORIA 'DE MI PADRE fi MI .7ICADRE Y HERMANOS fi .:MI PRESIDENTE DE TESIS Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia JURADO CALIFICADOR RECTOR DR. DE I.A LUIS FELIPE PRESIDENTE DR. FACULTAD CALDERÓN DE TESr, ZOILO CUÉLLAR DURÁN EXAMINADORES: DR. POMPILlO DR. CARLOS DR. JOSÉ SECRETARIO DR. JOSÉ N. MARTfNEZ DE DEl. ESGUERRA 1. URIBE I.A FACULTA C. O ACOSTA Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Señor Rector de la Facultad de Medicina y Ciencias Naturales. E. S. D. Tengo el honor de informar a usted que he tenido a mi estudio el trabajo de tesis titulado f[STlILAS URETIUI.ES EN El. Ho.\IBRE, que para optar al título de Doctor en Medicina, ha elaborado el señor don José Ignacio Londoño A., estudiante de la Facultad. El señor Landoño presta en su referida tesis grande importan,~ia al tratamiento de aquella afección tan frecuente en la patología urinaria, e indica los diferentes procedimientos quirúrgicos de que el cirujano puede valerse, basado en indicaciones precisas, para remediar los graves accidentes a que cxponcn las fístulas uretrales en el hombre. Su tranajo tiene, además, el mérito de que está basado en observaciones personales, que él ha recogido con paciente laboriosidad, en el Servicio de Vías Urinarias de la Facultad, durante el tiempo que ha sido interno de él. Creo, pues, que su trabajo reúne las condiciones reglamentarias para su publicación. Soy del seilor Rector estimador muy atento, Z. CUELLAR nURAN Bogotá, noviembre 10 de 1921. Unlwrsidad Nacional- Facultad de /Jrredicína y Ciencias :Naturales gotá. 12 de noviembre de /92/. - :Bo- 'Publíquese. -El 'R.eclor. LUIS FELIPE CALDERON Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia FISTULAS URETRALES Definición EN EL HOMBRE y división Bajo este nombre se designa toda comunicación anormal de la uretra: sea con la piel, caso el más frecuente; o sea con el recto, mucho más raro. Según el lugar de la uretra en donde se encuentre, podemos dividir las fístulas: en flstulas uretro-penean¡¡s, uretro-perineo-escrotales y uretro-rectales. Etiología Las causas que pueden producir las flstulas, varían un poco de llna región a otra, así las describiremos separadamente. 1.0 Fístula. uretro·peneana •. Aunque raras, estas fístulas pueden tener por causa un traumatismo; en el estado de flacidez de la verga, el segmento anterior de la uretra, protegida por los cuerpos cavernosos y gracias a su extrema movilidad, escapa fácilmente a la acción de los cuerpos vulnerantes; las cortadas hieren al mismo tiempo los cuerpos cavernosos y la hemorragia es muy abundante; las contusiones pueden aplastar la uretra sobre el pubis o sobre la cara interna del muslo, y producir una desgarradura más o menos considerable. La uretritis blenorrágica aguda es una causa más frecuente; la inflamación al invadir los folículos peri-uretrales produce fácilmente perifoliculitis, la que al supurarse se abre fácilmente en el exterior. Los chancros blandos o específicos de carácter fagedénico, pueden ulcerar la pared uretral y producir una fístula de este canal. Más raramente pueden suceder al reblandecimiento de una goma sifilítica o tuberculosa. Algunos autores han descrito, aunque excepci,lnalmente, f{stulas de origen congenital. Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 10 2.° Fístulas uretro-perineo-escrotalel. Son las más frecuentes de todas; sus causas pueden ser: trumáticas, las heridas por instrumento cortante son raras en esa parte de la uretra; su situación profunda entre la ralz de los miembros inferiores la hacen casi inaccesible. Las contusiones pueden alcanzar y atacar algunas veces los tejidos resistentes y elásticos que cubren la uretra en la región del periné. Dos condiciones son necesarias: El traumatismo debe ser de una gran violencia y el cuerpo vulnerante de pequeño volumen para poder penetrar entre las ramas isquio-pubianas. Su mecanismo ha sido muy discutido; o bien el cuerpo ofensivo puede atacar el periné en reposo, bastonazo o martillazo, o bien, el cuerpo animado de una cierta velocidad viene a chocar contra un cuerpo duro y resistente; calda a horcajadas sobre un cable, una viga, etc. En esas condiciones el bulbo puede ser arrancado, o bien la sangre contenida en los alvéolos estalla y determina la desgarradura de sus paredes; generalmente la uretra es comprimida entre el cuerpovulnerante y el borde inferior de la sinfísis pubiana y el ligamento transverso, o contra la rama isquiopubiana contraria a la rama en la cual se ha deslizado el cuerpo ofensivo. La uretra puede ser desgarrada al mismo tiempo que los tejidos que la cubren, conformación de una flstula primitiva, o bien la ruptura es intersticial, los tejidos pueden resistir y hay formación de un hematoma que al contacto de la orina se infecta fácilmente, dando lugar a una periuretritis; ordinariamente hay formación de una estrechez traumática cuyo desarrollo es muy rápido. Algunas veces, aunque raramente, la solución de continuidad de la uretra es total o circunferencial; generalmente existe en un punto una lengtieta de pared que une el caho anterior al posterior e impide su retracción, al mismo tiempo que es un conductor precioso cuando se trata de introducir una sonda, y un punto de reparo cuando se quiere hacer la reunión después de abrir el foco traumático. Causas inflamatorial. Son las má~ frecuentes, razón por la cual nos vamos a permitir extendemos un poco en Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 11 su descripción. Comprenden todas las inflamaciones que se hacen al rededor de la uretra o sea las peri-uretritis. Según la virulencia del microbio y la r('acción del individuo varias formas pueden presentarse: forma f1egmonosa difusa y forma supurada. A pesar de esta diferencia tienen un punto común: la analo~la de las lesiones preexistentE's a su desarrollo. En efecto, en el origen de una periuretritis se encuentran siempre dos factores; en primer lugar una lesión uretral, y por otra parte la infección. La lesión uretral es constante, aunque variable en su naturaleza y en su grado. Así se puede observar después de un traumatismo en el canal, de un cateterismo brusco, de una falsa vía. La inflamación uretral por si sola puede producir todas las formas de peri-uretritis. Los cálculos y cuerpos extraños de la uretra, ohran a la vez por el traumatismo que pueden ocasionar y sobre todo por infección. Pero es sobre todo la estrechez uretral, la causa más frecuente de supuraciones periuretrales; así puede decirse que no existen peri-uretritis sin cierto grado de estrechez en su origen. Como lo ha señalado Hunter, detrás de casi toda estrechez existe un foco de estancamiento, en donde la humedad permanente favorece el cultivo microbiano, al mismo tiempo que hay pérdida de la elasticidad y tonicidad de las paredes uretrales. Algunos autores han señalado 1<1 sonda a permanencia, por las ulceraciones que produce, como causa de periuretritis. El microbio es el elemento neces:1Tio para toda periuretritis. De los numerosos trabajos consagrados a la bacteriología de estas supuraciones, se desprende que son los anaerobios la principal causa, algunas veces acompañados de algunos aerobios y principalmente del colibacilo, al cual se debe en la mayor parte de los casos su fetidez; excepcionalmente se ha encontrado el gOl\ococo. Generalmente es por intermedio de la infección glandular, como se verifica la propagación de la infección, en- Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 12 tre la uretra y los tejidos vecinos. Estas glándulas, que se infectan casi siempre en las uretritis de alguna duración, vierten su contenido en la uretra; debido al estancamiento de la orina atrás de una estrechez, puede observarse una asociación microbiana, o una obturación de su canal escretor con formación de una cavidad cerrada y exaltación de la virulencia de estos microbios que, atravesando las paredes glandulares, vienen a infectar los tejidos vecinos. Peri-uretritis f1egmonosa difusa. Por algún tiempo se consideró que la orina en mayor o menor cantidad derramada en los tejidos peri-uretrales era su causa; así se le llamaba también infiltración de orina, nombre bajo el cual no es raro hallarla descrita todavía; gracias a los trabajos de Guyon, de Bazy, de Albarrán y de algunos otros autores, se ha establecido claramente que la destrucción necrósica de los tejidos periuretrales, de tendencia rápidamente extensiva, reconoce por causa una infección de una virulencia extrema. El liquido que sale al hacer incisiones en la parte afectada, está constituído por serosidad y no es sino más tarde cuando la uretra ha sido atacada por la lesión, cuando se puede observar orina, pero su salida es siempre secundaria. Síntomas. La peri- uretritis flegmonosa difusa, puede principiar de una manera rápida por un escalofrío brusco, seguido de intensa reacción febril, que se repite varias veces al día o durante varios día~. Otras veces principia por fenómenos a los cuales el enfermo no da mayor importancia, dolor, pesantez en el periné, ligera disuria, formación de un pequeño tumor, inapetencia y ligeros escalofríos. Rápidamente, en algunas horas, el periné se abulta y esta tumefacción edematosa se extiende al escroto que adquiere algunas veces un volumen enorme; la verga y el prepucio se distienden casi al mismo tiempo ocultando completamente el glande y el meato. En la parte posterior raras veces pasa el limite del músculo transverso; adelante si la infección continúa, puede extenderse al hi- Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 13 pogastrio, las regiones inguinales y llegar algunas veces hasta el tórax. Al principio la tumefacción está constituida por un edema blando y casi indoloro, la piel roja conserva la impresión del dedo que la deprime. Más tarde el edema se pone duro y doloroso. no conserva la impresión del dedo, pero éste percibe una sensación de tensión y algunas veces una crepitación gascosa. En tanto que el edema se extiende. la tumefacción perineal, que era hasta aquí roja, toma un color violáceo (\ negruzco al mismo tiempo que alguna:-; flietonas aparecen. Más tarde se pueden observar escaras, que al dcspre nderse dejan salir un líquido seroso. fétido, mezclado con pedazos de tejido celular necrosado. Extiéndese algunas veces esta mortificación de los tejidos IIlUY lejos en latitud y profundidad. dejanJo descubierto no sólo los testlculos y la verga, sino también los mÚsculos abdominales. En tanto que estos fenórnellos locales evolucionan, los síntomas generales del principio se agravan indicando la intoxicación de la cual el individuo ('s víctima, pudiendo llegar hasta determinar la muerte. La fiebre continua, con exacerbaciones, llega all{ull<ls v<.:ces él cuarenta o cuarenta y un grados; el pulso pequeño, depresible e irregular; la respiración lent-\ y fati¡{osa, la lengua saburral, la sed muy viva. Puede ob~erVdfse ltl constipación o bien una diarrea fétida; el cuerpn se cubre generalmente de sudores; la cara tiene un tinte amarillo terroso, algunas veces hay agitación y delirio. Cuando la retención no es completa, la micción es lllUY difícil, se hace por gotas que escapan difícilmente de los labIO:> del prepucio edematizado. La muerte puede producirse debido a la intensidad de los fenómenos generales, o a los progresos de la infección con producción de focos metastásicos a distancia. El enfermo no puede curar sin pérdida considerable de sus tejidos; el periné está abierto, la piel de las bolsas está destruida dejando descubiertos los testículos, que no encuentran nada que los re cubra ; el pene mismo, así como el hipogastrio, pueden perder gran parte de los te- Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 14 gumentos que los recubren, haciendo pensar a veces que no se formaría nunca piel suficiente para cubrirlos. No obstante, después de abierto ampliamente, la reparación es asombrosa a expensas de la piel contigua. La perforación de la uretra es rara vez primitiva, ordinariamente se verifica bajo la influencia del proceso gangrenoso. Tratamiento. La primera indicación en presencia de una peri-uretritis gangrcnosa difusa es drenar ampliamente ; esto se consigue por las incisiones profundas y múltiples en todas las partes en donde exista edema y rubicundez, sin temer nunca el número excesivo de éstas. Después se aplicarán curaciones húmedas con agua oxigenada o licor de Dakin. No hay que preocuparse de la uretra, al menos en los primeros días: la exploración, además de las dificultades que presenta, expone a serias complicaciones, como lo ha demostrado el profesor Guyon. En cuanto a la retención de orina, cede fácilmente, sea que el enfermo orine por la herida o por el meato. Periuretritis supurada. Es el absceso ur¡noso clásico, término impropio porque la comunicación con la uretra no existe, al menos al principio. Está caracterizada por una colección purulenta pprí-uretral, debido a la penetración en los tejidos perineales de microbios de una virulencia atenuada, o en individuos que se defienden bien. Sus causas son las señaladas al tratar de las enfermedades periuretrales en general; la estrechez uretral que se encuentra en casi todos estos enfermos. no es necerario que sea muy cerrada: estrecheces anchas se encuentran a menudo; además no siempre es indispensable y algunas veces se observa periuretritis en individuos jóvenes, por simple paso de una sonda. El coli-bacilo juega en esta afección un papel preponderante, acompañado algunas veces del estafilococo o del estreptococo. Síntomas. El absceso puede desarrollarse lentamente sin tenómenos generales, manifestándose por una sensación de peso en el periné, con ligeras frecuencias en la Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 15 micción. Principia también con rapidez: escalofríos, fiebre, sensación tensa después de la micción; dolor en el periné; el enfermo /10 puede sentarse. En el periné se observa un abultamiento mcdiano, simétrico, alargado en el sentido antero-posterior con su máximUIll en el bulbo; por delante se termina ordinariamente por dos prolongamientos o cuernos que se dirigen a derecha e izquierda hacia la región inguinal correspondiente. La piel es roja, brillante, adherente a los tejidlls subyacentes; la tumefacción es inmÚvil sobrc el plano profundo. hace cuerpo con la uretra, que envuelve completamente. El enfermo experimenta una sensación de tensión, dolor e imposibilidad para sentarse y trata de evitar todo contacto; la micción es muy dolorosa, el cnfermo trata generalmente de evitarla, llegando algunas veces a observarse Ul,a retcncir'ln completa. Existe generalmente fiebre, que no es muy elevada, remitente o continua, acompañada del mili est¡¡do digestivo que caLlsau las infeccio/les urinari¡¡~. Sucede algunas veces que la tumefacciÓn es pequeña formando una simple salida al lado del rafé mediano que puede pasar desapercibida y el enfermo sigue en sus ocupaciones. Evolución. Algunas veces se observa la transformación en peri-uretritis difusa, lo que demuestra que entre llna y otra no hay diferencia sino de virulencia y gravedad. La resolución es muy rara, la abertura es la regla: ya se haga en la uretra o al exterior. Cuando se hace en la uretra el enfermo observa la salida por el mcato de un pus amarillento mezclado con sangre, flujo que aumenta cuando se hace presión en el periné. Esta abertura no carece de peligro: la penetración de la orina en el momento de la micción puede ser el punto de partida de una infección secundaria algunas veces más grave. La abertura en la piel es más frecuente, sea espontánea o practicada por el cirujano: deja escapar bajo presión gran cantidad del liquido purulento, horriblemente fétido. La bolsa que contiene este pus se termina por delante en dos prolongamientos que Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 16 atraviesan el escroto para dirigirse a la región inguinal. Tratamiento. En todo enfermo cuyo periné se hace doloroso es necesario suspender inmediatamente toda manipulación intrauretral, lavados, dilataciones, sonda a permanencia. Desde que el pus se colecte es necesari() drenar ampliamente. La anestesia general es preferible; hágase incisión en medio del periné, en el ct'ntro mismo de la tumefacción. En la ahertura así practicada es necesario introducir el dedo para explorar los prolongamientos en los cuales debe dejarse drenes que serán fijados por medio de hilos que atraviesan la piel y retirarse al tercer día. La tuberculosis, la sífilis o los neoplasmas son raramente causa de fístulas en esta región; Hartmman y Lecéne han señalado como frecuente la tuberculosis de las glándulas de Cowper en la etiología de las ffstlllas. 3.° Filllulas uretro-rectales. Más raras que las anteriores, reconocen por causa lesiones traumáticas o inf1amatorías. Las causas trallmáticas son accidentales u operatorias: las accidentales se complican generalmente de heridas de las partes vecinas; cuerpos extraños de la uretra o del recto, instrumentos punzante o cortante, proyeclil de arma de fuego. Las fístulas operatorias son en primer Jugar las falsas vias debidas a un cateterismo brusco o violento; las producidas en la talIa perineal o en las operaciones sobre el recto, ocurridas en el momento mismo de la operación o debidas a la eliminación de una escara, y las consecutivas a la prostatectomfa perineal. Las inflamatorias son causadas por los abscesos de la próstata, de origen blenorrágico cuando vienen a abrirse en la uretra y el recto. Más raramente la tuberculosis y los tumores de la próstata en su último período, vienen a ser causa de ffstulas. Anatomía patológica En la uretra el orificio de la fístula casi siempre es único, encontrándose oculto detrás de la estrechez. El orifici o externo o cutáneo es excepcionalmente único; ordi- Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 17 nariamente se pueden contar varios. Estos orificios de dimensiones variables se abren en el vértice de peq1leños tubérculos rojos, o bien por depresiones más o menos profundas, ocultas entre los pliegues cutáneos. Los tegumentas vecinos al orificio fistuloso, irritados por la orina y los liquidas que éstos dejan escapar, son rojizos, violáceos, escoriados en parte; o al contrario, son espesos, duros, esclerosos y adherentes a los tejidos subyacentes. El trayecto más o menos largo que existe entre el orificio interno y externo, es casi siempre tortuoso e irregular, presenta divertículos que pueden comunicar entre sí y determinar anfractuosidades en las cuales se estanca la orina y el pus. Al principio este trayecto es directo, permitiendo a la orina salir fácilmente; más tarde fórmanse cavidades que disecan la uretra en una extensi6n más o menos grande; esta cavidad está tapizada por una membrana de aspecto epidérmico; secreta gran cantidad de moco-pus. Los tejidos vecinos se infiltran de elementos embrionarios que sufren la transformación esclerosa, dando lugar a induraciones difusas que pueden circunscribirse y simular verdaderos tumores. Si ntomatologia El síntoma caracterlstico de las ffstulas uretrales consiste en la salida de la orina por los orificios más o menos numerosos en los cuales terminan los trayectos fistulosos. Este derrame puede llegar a ser tan considerable, que no salen sino algunas gotas por el meato, viéndose ohligado el enfermo a ponerse en cuclillas para orinar. Ordinariamente esta salida se verifica por gotas, que se puede hacer más aparente comprimiendo el glande en el momento de la emisión, o inyectando solucione~ coloreadas bajo cierta presión en la uretra. Cuando la orina pasa al recto, permanece estancada en la ampolla rectal hasta el momento de la defecación, quedando desapercibida fácilmente. Llega a producir algunas veces una diarrea cuya causa puede sospecharse por el olor de orina que desprende. Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 18 La palpación de la región perineal permite sentir algunas veces el trayecto fistuloso, que se encuentra más menos indurado. La exploración de los trayectos fistulosos ordinariamente no tiene resultado, debido a los numerosos divertfculos en los cuales per.etra el instrumento; sin embargo, en algunos casos nos permite reconocer la comunicación de varios de ellos entre sí o con una cavidad. ° Tratamiento La estrechez de la uretra, causa la más frecuente de las ffstulas, al mismo tiempo que impide la salida de la orina por el meato, facilita su salida por los trayectos fistulosos e impide que éstos se cierren. AsI la primera indicación en presencia de una flstula uretral consiste en restablecer el calibre de la uretia y hacer la derivación del curso de la orina; numerosos métodos han sido aplicados con este fin. Nos contentaremos con exponer los principales: Uretrotomía interna seguida de la dilatación por medio de loa beniqués. No nos detendremos a explicar la técnica de esta operación, por ser una de las más conocidas y más familiares; haremos notar únicamente que la sonda a permanencia, con la condición de que sea bien soportada, debe dejarse un poco más de lo ordinario, ocho dlas por lo menos, a fin de dejar los trayectos fistulosos durante más tiempo en reposo y permitir asl su cicatrización. La dilatación debe llevarse lo más alto que sea posible, y debe repetirse con alguna frecuencia. En efecto, la estrechez, una vez constituida, viene a ser una lesión orgánica que muy difícilmente se destruye, que tiende a cerrarse más y más todos los dlas; la dilatación viene a obrar de una manera paliativa, razón por la cuál conviene mantener el canal de la uretra lo más cerca de lo normal que sea posible. La uretrotomla interna obra por la dilatación rápida que produce, permitiendo el paso de gruesos beniqués dilatadores, que vienen a ser los Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 19 verdaderos agentes modificadores, tanto por su acción mecánica como p()r su acción dinámica, ohrando a modo de masaje interno, oblignndo a los exudados a eliminarse y atrayendo al conducto gran cantidad de células leucocitarias. A menos que la fístulil sea debida a la destrucción de una parte con:>iderable de la uretra, caso en el cual los tejidos vecinos, demasi<ldo alterados por el contacto de la orina y a menudo convertidos en cavidades más o menos anfractuosas que impiden que estos tejidos veugan a ponerse en contacto y reunirse; la uretrotomía int~rna seguid<l de la dilatación, es el gran tratamiento de las fistulas uretra les. En los numerosos casos en que hemos tenido ocasión de aplicarla, hemos comprobado los magníficos resultados que se pueden obtener de una operación tan sencilla y benéfica, que permite a la fístula cerrar en la may()ría de las vecL's; y en los casos en los cuales la fístula no cierra, permite al menos la introducción de una sonda o de un beniqué, ayudante muy eficaz para descubrir lil uretra y el orificio de la fístula, cuando hay necesidad de ir hasta el punto mismo de la lesión. En caso de que existan orificios fistulosos múltiples, acompañados de trayectos demasiado esclerosados o vegetantes, conviene extirparlos al mismo tiempo que se hace la urelrotomía interna. Porque aparte de que son la causa que impide el cierre del orificio, permite la persistencia de los trayectos fistulosos que, generalmente infectados, vienen a ser la fuente de supuraciones casi interminables. Si la fístula resiste a este procedimiento, es señal de que está demasiado organizada, y hay necesidad entonces de descubrir el foco mismo de la lesión y recurrir a uno de los procedimientos siguientes, los cuales necesitan de la dilatación' consecutiva por los beniqués y de la anestesia general. Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 20 U retrorrafía La urretrorrafia consiste en la sutura de las paredes de la uretra; es parcial o total, según que se haga sobre una de las paredes o sobre la totalidad del canal. Esta sutura comprende varios planos: 1.0 Sutura no perforante con puntos separados y con hilo~ de catgut muy finos de las paredes de la uretra misma. 2.° Sutura hemostática, puntos separados de los musculos y tejidos vecinos, recuhriendo la anterior. 3.° Sutura de la piel. La uretrorrafia se practica siempre sobre una sonda a permanencia, y se usa en las heridas de la uretra con instrumento cortante, en las desgarraduras o para cerrar completamente los orificios hstulosos después de practicar su avivamiento, siempre que las paredes de ]a uretra no estén lIluy alteradas. Resecciones de la uretra La resección de la uretra es siempre seg[T)entaria, se practica generalmente sobre la pared inferior; la pared superior es preferible conservarla. La resección de la pared inferior comprende dos tipos principales: la resecciÓn 11Isángica y la resección en cuña o medialuna de concavidad superior, seguidas de uretrorrafia. Sus indicaciones son las estrecheces demasiado cerradas que impiden la introducción de una bujía, y los orificios fistulosos cuyos labios están muy alterados. Cuando la destrucción de la pared inferior de la uretra comprende una extensión cunsiderable, de modo que sus labios no puedan ponerse en contacto, se debe recurrir a la reconstrucción, suturando las partes vecinas encima de una sonda a permanencia. Autoplastia De los métodos de autop]astia descritos por diferentes autores, sólo describiremos el procedimiento de Guyon en dos co]gajos, por ser el más usado y el Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 21 más simple. A la derecha de la uretra se prlllclpla por quitar todo el vello en la extensión del colgaj o que debe emplearse; con este fin se puede aplícm dur:inte algunos minutos pasta de zinc o de Viená; la pasta destruye el vello y los follculos piloslJs, respetando la parh' profunda de la epidermis. Cuatro o cinco días después, cuando el pequeño Cuadrado vuelve al estado normal, se curla un colglljo cuadrilátero de pedículo interno, el cual se adapta a Id sonda de modo que su cara epidérmicd vrnga a ffirmar la superficie interna de la uretra; la super¡,cie cruentil ti(> este colgajo mira hacia afuera. Unas suturas convenientemente adaptadas fijan el colgajo a los labins de la uretra fistulizada, previamente avivados. En el lado izquierdo de la uretra se corta un colgajo similar pero Jt: pediculo externo, el cual se hace dcsllza~ ¡la;;la co!oc<1flo sobre el precedente, de tal manera, que la superficie cruenta esté aplicada sobre la superficie cruenta del otro; ¿¡IgUIJos puntos de sutura mantendr;íIJ estc \.'olgajo en su nueva situación. La sonda debe dejarse a permanencia durante algunos días, Injertos venosos en la uretra del hombre En 1908, el profesor Tanton, bil~;j(jO sobre lDs buenos resultados de los injertus venusos eJl las arkrias, verificados años antes por Carrel y JaIJoulay tuvo la idea d\.' reemplazar la uretra por el teji¡ill vellOSO, tn el tratamiento del hipospadias; t'Jl efecto, al año siguiente presentaba varias experiencias hechas en perros, demostrando que el entiotelio venoso se trasforma cn epitelio pavimentoso, y el nuevo canal se adaptaba fÚcilmellte al paso de la orina. Años más tarde (1912) Leguéu, siguiendo la técnica descrita por Tanton, aplicaba este modo de tratamiento a las fístulas llretrales cuando habia pérdida l'onsiderable <le una porción del canal, presen:ado varios casos con buen resultado. Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 22 Técnica de la operación.-- Aparte de los cuidados generales para toda operación, la preparación del enfermo debe principiar por la dilatación de los cabos de la uretra, al menos hasta el número 50 de la serie beniqués y por la derivación de la orina. Al principio esta derivación se hacía por medio de la talla hipogástrica, pero más tarde se ha visto que la talla períneal o la colocación de una sonda en el cabo posterior basta. ¡e'. Tiempo: resección de la safena en el triángulo de Searpa, en una extensión de diez a doce centímetros, previa ligadura de sus dos extremidades y colocación en suero fisiológico tibio. 2.° Tiempo: preparación del lecho perineal; Leguéu lo practica por medio de un trocar, que penetra adelante en medio de los tejidos perineales, enfrente de la extremidad posterior del cabo anterior de la uretra, y que debe salir enfrente del cabo posterior. 3·', Tiempo: colocación y fijación del segmento de la vena trasplantada. El segmento de vena es colocado en una sonda número 17 ó 18, y fijado en sus extremidades para mantenerlo extendido, se desliza suavemente en el canal construido con el trocar la sonda con su trasplante venoso; se retira luégo la sonda, se regularizan las dos extremidades de la vena y se fijan; la anterior a la uretra anterior por medio de punto en U. con catgut número 00, principiando siempre por el superior, que es el más diflcil; la extremidad posterior se fija al cabo de la uretra posterior cuando se ha hecho la derivación hipogástriea, y a los tejidos vecinos, cuando se hace la derivación por este cabo, Quince o veinte días más tarde se retira la sonda y se principia la dilatación muy lentamente. La pequeña fistula que queda cuando se ha hecho la derivación por el cabo posterior cede fácilmente a la dilatación ú a la sutura, después de avivamiento. Hay que observar que el éxito de la operación depende generalmente de los cuidados post-operatorios. A pesar de que Leguéu considera como indispensable en la preparación del lecho perineal la tunelización con el trocar, el Profesor Cuéllar Durán ha obtenido buen éxito Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 23 seccionando los tejidos, y colocando el trasplante venoso en el lecho así preparado, suturando los tejidos vecinos por encima, después de avivamiento. En las fístulas uretro-rectales, cuando éstas no ceden a la colocación de una sonda a permanencia, se puede ir a separar los dos orificios uretral y rectal por la vía perineal y hacer la sutura aislada de ambos. Algunos (tutores han aconsejado hacer una torciÓn en el recto par él destruír el paralelismo de los dos orificios. Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia OBSERVACIONES Observación 1t ( Personal) Hipólito Vargas, de 26 años de edad, natural de Ráquira, jornalero de la IInea del ferrocarril de Nemocón; entró al hospital el 11 de enero de 1921 por traumatismo en la región perineal. El hecho sucedió de la manera siguiente: estando Var~as de pie trabajando, cayó una vagoneta sobre la punta de riel que descilnsaba libre en el suelo, levantando la otra punta, que por e!?tar entre sus pies, dióle un fuerte golpe en la región perineal que alcanzó a levantarlo y arrojarlo a una corta distancia, perdiendo el conocimiento. Vuelto en sí quiso orinar pero le fue imposible, al mismo tiempo que notó que su camisa estaba manchada de sangre. El doctor Guerra, médico del ferrocarril, intentó pasarle una sonda, sin ningún resultado, teniendo que recurrir a la punción por la vla hipogástrica para poder vaciar la vejiga; no teniendo con qué operario, resolvió enviarlo al hospital. Examinado el enfermo le fue encontrada una retención completa de orina a consecuencia de una ruptura de la uretra; se logró introducir ulla sonda de bequilla en la vejiga, que se le dejó a perm:lOencia, y el enfermo sintió alguna mejorla. Al poco tiempo vino como complicación una periuretritis difusa que se extendla al periné y a las bolsas; fue tratada por medio de amplias incisiones hechas en el escroto y el periné, que dejaron como consecuencia una flstula que terminaba en la bolsa derecha, y por la cual salía la mayor parte de la orina .. El 15 de febrero se procedió a cerrarle la fístula; en efecto, después de la anestesia por el cloroformo, se descubrió la uretra en la cual se halló una des- Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia garradura en la pared inferior, en la porción escrotal; se resecó esta pared en cuña, se suturaron los bordes recubriéndolos con los tejidos vecinos. Dejósele una sonda a permanencia, la cual fue necesario retirar dos dlas más tarde, por exigirl0 así la tenacidad de la fiebre que el enfermo presentó después de la operación. La orina continuó saliendo por la fístula. El 4 de marzo, que fue explorado de nuevo, se le encontró ulla estrech~z en la parte que correspondía a la fístula, que sólo permitía el paso dc una bujía olivar número 8; la temperatura, normal en la mañana, subía a 38" y medio por las tardes; se practicó entonces una uretrotomía interna, dejándole una sondH de pico recortado durante ocho días; tres dias más tarde se principió a dilatar por medio de los heniqués. La fiebre cedió rápidamente, la orina dejó de salir por la fístula al Cabo <1e pocos días, y el enfermo abandonó el hospital el día 27 de marzo, completamente restablecido. Observación 2. (Personal) Manuel Jiménez, de 30 años de edad, jornalero, entró al Hospital el 9 de mélrzo de 1921 y ocupó la cama número 43 del servicio de vlas urinarias. Antecedentes blenorrágicos desde la edad de veinte años; el enfermo fue tratad0 por medio de inyecciones uretrales de permanganato, desapareciendo la supuración por tiempos, sin lograr curar completamente. En los últimos años, según dice el enfermo, viene notando disminución en la fuerza y volumen del chorro de su orina. Quince días antes de entrar al Hospital principió él sentir un dolor en la región perineal, al mismo tiempo que su micción era más difícil y dolorosa; el .enfermo no dio importancia a estos fenómenos, pero al cabo de pocos días apareció una tumefacción en la región perineal que le impedla todo trabajo. Hecho el examen del enfermo, se le encontró en la región del periné una tumefacción rojiza, muy dolo- Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 26 rosa y ligeramente fluctuante. El enfermo se encontraba en un estado de desesperación muy grande debido a los fuertes dolores en la región perineal y hacIa varias noches que le era imposible dormir. Después de anestesiado se le practicó una incisión en el rafé mediano, que dio salida a una gran cantidad de líquido p~rulento y sumamente fétido; explorado con el dedo se encontraron dos prolongamientos en la parte anterior, en los cuales fueron fijados dos drenes; tres dlas más tarde se quitaron los drenes, pero la herida dejaba salir gran parte de la orina. La exploración de la uretra, practicada algunos dlas más tarde, revelaba la presencia de una estrechez en la parte media de la uretra peneana, que sólo permitía el paso de una bujla olivar número 12, la cual se detenla en la uretra bulbar; existía una nueva estrechez que sólo dejaba pasar una bujla filiformt cónica, que fue dejada hasta el dla siguiente, con el objeto de ablandar la estrechez. Practicada la uretrotomla interna, se dejó una sonda de pico recortado a permanencia durante siete dlas, y luégo se procedió a la dilatación por medio de los beniqués, hasta el número 55; la ffstula cerró rápidamente y el enfermo dejó el Hospital el 16 de abril. Observación 3. (Personal) Crispín Martínez, 37 años de edad, natural de Pesca, jornalero. Entró al servicío de vlas urinarias el 27 de mayo de 1921, y ocupó la cama número 45. Primera blenorragia a los 18 años; fue tratada por medicamentos tomados al interior; después ha tenido dos más, que ha tratado de la misma manera; el enfermo no curó completamente porque, según dice, cuando ingiere licor le aparece la supuración. Hace algún tiempo que viene sufriendo dificultades al orinar, su chorro es muy delgado y sin fuerza, mojándúle la ropa frecuentemente. A mediados de mayo, trabajando en una hacienda, una tarde quiso orinar pero le fue imposible; durante Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 27 la noche sufrió varios escalofrIos, acompañados de gran reacción febril, siéndole imposible dormir; a la mañana siguiente principió o notar una tumefacción en la región perineal sumamente dolurosa, que le obligó a permanecer en la cama; durante este día e: enfermo tamP¡'co pudo orinar, presentando por lo tanto una retención completa . . La tumefacción del periné se extendió rápidamente a la piel del escroto, pero (;CUPÓ únicamente el lado derecho; la fiebre continuó, los escalofríos se repetían con alguna frecuencia; la tumefacción siguió Sil marcha ascendente, extendiéndose a la fosa iliaca derecha y llegando casi hasta la rt:gión lumbar; a la familia del enfermo le fúe imposible sacarlo a un centro, por irnpedirsclo las inundaciones que se presentaron durante aquella época y que destruyeron los caminos. La piel en las regiones invadidas, que al principio era de una coloración rojiza, tomó después lIn tinte negruzco, desprendiéndose y eliminándose por partes, dando salida al principio a un líquido sanguinolcnto, muy fétido, y más tarde a la orina; el enfermo mejoró considerablemente, la retención de orina había durado c:.Jatro dlas. Al examinar al enferlllo, nos encontránlos un individuo enflaquecido; su rostro de un color amarillo terroso, demostraba el estado de intoxicación en la cual el individuo se encontraba. La lengua muy sucia, el aliento fétido, 35 con ocho décimos de tcmperatura, pulso pequefio, débil, irregular, 120 por minuto. En sus partes gcnitales encontrámos lo siguiente: tn la región perine,,\ una tumefacción de e'Jlur negruzco, de aspecto gangrenoso, abierta en Sll partc media daba salIda a la orina y a un liquido sanioso cun pedazos de tejido esfacelado. La piel de las bolsas en lE; parte correspondiente al testículo derecho, lIluy aumentado de volumen, de aspecto gangrenoso y él punto de elii:líl\arse; en la fosa ¡\laca derecha se encontraba una nuevc\ placa de gangrena de furma avalar, que se extendía de un punto Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 28 correspondiente al anillo ¡nguinal interno a ]a región lumbar; el prepucio edematizado pero ha conservado su coloración normal; el enfermo desprendía un olor tan insoportable que fue preciso sacarlo fuera de la Sala. No dudando que Se trataba de una periuretritis difusa, se procedió inmediatamente a practicar amplias incisiones en las partes mortificadas, desprendiendo todo lo que se encontraba gangrenado, aplicando después una curación humedecida constantemente con licor de Dakin. La pérdida de tejidos fue enorme, en el periné la uretra fue completamente descubierta, la cara anterior del recto completamente disecada y a los lados del recto se podían ver claramente los espacios isquiorrectales; la destrucción de las bolsas dejó completamente en desnudo el testículo derecho, el ('ual fue necesario mañtener en su posición por medio de la curación; en la pared abdominal los músculos fueron descubiertos en una gran extensión; esta pérdida de tegumentos estaba en comunicación con la del escroto por intermedio del canal inguinal, que permitía el paso de dos dedos y en el cual se podía observar completamente disecados los elementos del cordón: era una magnífica disección in vivo. Al principio creímos que sería imposible la reparación de una tan Rrande pérdida de tejidos, pero al cabo de algunos días, una vez la eliminación de las partes mortificadas terminada, la reparación principió por los bordes de la herida; la orina salía en totalidad por la herida perineal. El 17 de julio, al hacer la exploración de la uretra, encontrámos lo siguiente: la bujía olivar número 20 se detenía en el meato, que era muy estrecho y sólo dejaba pasar ]a bujfa número 14; ésta se detenía en la mitad de la uretra peneana, en donde había una estrechez, tan cerrada, que sólo permitía el paso de una bujla filiforme en espiral, la cual se detuvo en la uretra bulbar, en donde se encontraba una nueva estrechez que no permitió el paso de ninguna bujía; intentámos entonces la exploración penetrando por la fístula que estaba en la región perineal, sin obtener ningún resultado; algunos días más Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 29 tarde, al repetir la exploración, fORrámos, después de alguna insistencia y con la ayuda del haz de bujlas, intr~ducir una filiforme en bayont~ta en la vejiga, la cual se dejó a permanencia durante 48 horas, con el objeto de ablandar la estrechez; retirada la bujla, fue introducido el conductor del uretrotomo y practicada [a urt'trotomla interna, dejando una sonda a permanencia durante ocho dié\s; algunos días más tarde se principió la dilatación con los heniqués, lIeRando hasta el número 60. Con la derivación de la orina, la herida terminó de epidermizar rápidamente; la fístula cerró, dejando el testlcu[o derecho más pequeño de volumen, retraido y envuelto en un tejido Ii~eratnente fibroso. E[ enfermo dejó el hospital el 2 de septiembre, completamente curado. Observación 4. (Personal! Rafael Vega, 43 años de edad, agricultor, natural de Tenza; el 3 de abril entró a[ servicio de vías urinarias; ocupó la cama número 34. Primera blenorragia a [os 23 años, tratada por medio de medicamentos tomados al interior; después ha tenido tres más, [a última de las cuales apareció hace más de tres años, no se la trató, y al poco tiempo principió a sentir fuertes dolores vesicales; en tres ocasiones ha tenido retención de orina, necesitando ser sondeado. Hace dos años viene notando que su chorro disminuye de fuerza y de volumen, adem~ís tiene que orinar con mayor frecuencia, llegando a ten~:r Que orinar ha:;,ta Quince veces en la noche y otras tantas en el día, no vaciando completamente su vejiga, probablemente orinando por regurgitación; últimamente durante las tardes tiene escalofríos y reacción febril; el enfermo creyó en un paludismo y para tal se hizo tratar, sin observar mejoría alguna; sin duda alguna estas fiebres eran más bien de origen urinoso. El día 2 de abril después de haber ing;erido gran cantidad Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 30 de licor, por la noche sintió una pesantez y dolor en el periné, la fiebre por 10 que dice el enfermo era muy intensa y acompañada de fuertes escalofríos; siéndole imposible orinar espontáneamente, acudió a que 10 sondearan de nuevo; una sonda metálica le fue introducida, por la cual salió una gran cantidad del líquido purulento mezclado con sangre, pero nada de orina; fue traído entonces al Hospital. Examinado en la clase se le encontró la vejiga fuertemente distendida, el enfermo incapaz de orinar estaba en retención completa: en la región perineal se encontraba una ligera tumefacción que se extendía de la raíz de las bolsas al contorno del ano; haciendo presión sobre esta tumefacción se observaba la salida del pus por la uretra. Enfermo sumamente agitado, con pulso pequeño, débil e irregular, 130 por minuto, 39 y medio de temperatura. Viendo que se trataba de una operación de urgencia, se resolvió intervenir inmediatamente; después de la anestesia por el cloroformo se practicó una incición en la región del periné, se encontró una amplia cavidad en comunicación con la uretra por medio de una pérdida de sustancia considerable de su pared inferior, producida sin duda alguna por el paso de la sonda al intentar sondearlo, y por la cual se había evacuado la colección purulenta. Con el fin de evacuar la vejiga, una sonda de boquilla le fue introducida guiada por el dedo a través de la herida hecha en el peri.lé, no sin que costara algún trabajo encontrar el cabo posterior. Se reconstruyó la uretra suturando los tejidos vecinos por encima de la sonda, la cual fue dejada a permanencia y un dren de caucho fue introducido en la cavidad del absceso; diez días más tarde fue retirada la sonda, algunas gotas de orina salían por la pequeña herida que había en el periné; se principió la dilatación por el beniqué número 2., la orina dejó de salir al llegar al número 38, la herida cerró completamente y el enfermo abandonó el hospital después de haber llegado hasta el número 54. Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 31 Observación 5' (Personal) José de Jesús Díaz, de Z7 años de edad, natural de Bogotá, entró al servicio de vías urinarias el 7 de junio y ocupó la cama número 46. Antecedentes blenorrágicos desde la edad de 18 años; ha tenido además varios chancros; hace cinco años viene notando que su chorro disminuye considerablemente, hasta el punto que últimamente su micción es casi imposible; el 5 de junio le fue imposible orinar, presentando una retención completa; por la noche principió a hinchársele la verga, tuvo varios escalofríos y mucha fiebre; al día siguiente la inflamación que había principiado por el prepucio se extendió a la piel de toda la verga y de las bolsas. En este día el enfermo, que 110 pudo abandonar la cama, se aplicó paños calientes, logrando arrojar algunas gotas de orina; su inflamación no cedió y resolvió venirse al hospital, en donde entró como dijimos el día 7. Al examinar al enfermo se le encuentra la piel de la verga y de las bolsas roja, edematosa y sumamente dolorosa, la vejiga distendida se nota claramente por encima del pubis; el enfermo no puede orinar, la infiltración del prepucio oculta completamente el glande y el meato, y el pulso es pequeño, débil e irregular, la temperatura de 39 con ocho décimos. Viendo que se trataba de una periuretritis flegmonosa difusa, se procedió a drenarlo inmediatamente; en efecto, después de anestesiado, se le practicaroll amplias incisiones, las cuales dejaron salir un líquido ceroso de un olor ligeramente amoniacal. Por la tarde el enfermo principió a orinar pur las incisiones, saliendo únicamente algunas gotas por el meato; la temperatura descendió rápidamente, los bordes y el fondo de las incisiones se gangrenaron y eliminaron rápidamente y la reparación se hizo fácilmente, quedando una fístula en la raíz de la verga por la cual salía la mayor parte de la orina; algunos días más Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia tarde hubo necesidad de circuncidarlo porque el prepucio demasiado largo y escleroso no dejaba descubrir el meato; se procedió entonces a la exploración de la uretra; como el meato no permitiese sino el paso de una bujía filiforme cónica, la cual se detenía en la parte media de la uretra peneana, hubo necesidad de hacer una meatotomía. Luégo con la ayuda de haz de bujías se logró, después de insistir al~ún rato, introducir una bujía filiforme en espiral en la vejiga, la cual se dejó a permanencia durante 24 horas, con el objeto de ablandar la estrechez.. Al día siguiente se logró pasar el conductor del uretrotomo, y se practicó una uretrotomía interna, dejando una sonda de pico recortado a permanencia durante ocho días; tres días más tarde se principio la dilatación por medio de los beniqués; al llegar al número 35 dejó de salir la orina por la fístula, la dilatación llegó hasta el número 54. Durante su permanencia en el Hospital, el enfermo presentó una erupción papulosa, se le mandó hacer una reacción de Wassermann, la cual fue positiva total, se aplicaron algunas inyecciones de 914, y el 20 de agosto abandonó el Hospital completamente curado de su lesión urinaria. Observación 6' (personal) Dimas J. Sánchez, agricultor, de 55 años de edad, vecino de Tunja. El 28 de julio de 1921 entró al servicio de vías urinarias y ocupó la cama número 38. Antecedentes blenorrágicos desde la edad de 20 años; hace diez años tuvo una orqui-epididimitis, por este tiempo principió a notar que su chorro disminuía de fuerza y d¿ volumen. Hace cinco años, después de un dla de mucho trabajo, sintió un gran dolor en la región perineal, fue a orinar pero no pudo, presentando por lo tanto una retención completa; al dla siguiente logró arrojar algunas gotas con mucha dificultad; dos dlas más tarde le reventó un absceso espontáneamente en la región del periné, orinó más libremente, pero gran parte de la orina salla por la he- Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 33 rida perineal. Fue a Tunja, en donde le practicaron una uretrotom la interna; sf'~ún parece por lo que cuenta el enfermo, olvidaron dilatarlo, perdiéndose por lo tanto el provecho de la operación; el enf~rmo siguió orinando por la fístula; en este estado entró al servicio. Al examinar el enfermo lo que primero se nota es un enOrme globo vesical; en la región perineal existen tres ffstulas, una en la región escrotal y dos en la región perineal al lado del rafé mediano; al explorar la uretra no se logra pasar ninguna bujla olivar, obsérvase una estrechez en el principio de la uretra bulbar, que sólo deja pasar una bujía filiforme cónica; d enfermo orina por gotas, probablemente por regurgitación, por la tarde la temperatura sube a 38 y medio. Se le practicó la uretrotomla interna, se dejó una sonda a permanencia durante ocho días, al cabo de los cuales se principió la dilatación con los beniqués. En los primeros dlas de la operación el enfermo tuvo una gran reacción febril; por la tarde la temperatura subió a 40 y medio, pero por la mañana no pasaba de 38; con unas cápsulas de urotropina y lavados de la vejiga la temperatura volvió a lo normal. La dilatación se llevó hasta el número, 50 Y el enfermo abandonó el hospital después de haberse cerrado completamente las flstulas. Observación 7.- (Personal) Luis Bernal, jornalero, natural de Vélez, 19 años de edad; entró al servicio de vías urinarias el 13 de mayo de 1921; ocupó la cama N.O 46. Primera blenorragia hace dos meses, que el enfermo no ha tratado y persiste con gran agudeza. Ocho dlas antes, después de un gran ejercicio, sufrió un fuerte escalofrío seguido de gran reacción febril, al mismo tiempo que apreció una tumefacción en la región perineal que le impedla para trabajar, obligándole a guardar cama. Al examinar al enfermo, se le encuentra en la región perineal una tumefacción simétrica, caliente y muy dolorosa; el enfermo trata de evitar el orinar por el dolor que Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 34 le produce, pero su chorro es de buen volumen, una abundante supuración aparece en el meato cuando se hace la expresión de la uretra. Hecha la abertura del absceso, que dio salida a una gran cantidad de pus, se le dejó un solo dren, por no encontrar supurado sino el cuerno izquierdo; este dren fue retirado al tercer día y persistió una Hstula que dejaba salir algunas gotas de orina. Después de calmada la supuración, por medio de lavados de perman~anato que llegaban hasta la vejiga, se exploró la uretra, en la cual se encontró una estrechez que permitla el paso de la bujla olivar N.O 17; se dilató por medio de los beniqués, principiando por el N.o 34, que eran introducidos en medio de los lavados de permanganato. La Hstu1a cerró rápidamente, y el enfermo salió después de haber llegado al N.o 50. Observación 8' (Personal) Saturnino López, de 50 años de edad, albañil, vecino del Socorro; entró al servicio de vías urinarias el dla 2 de septiembre y ocupó la cama número 35. Primera blenorragia a la edad de 25 años; más tarde adquirió una segunda, que trató como la anterior por medicamentos tomados al interior, de la cual no curó probablemente, porque la supuración aparece por tiempos, acompañada de dolor al orinar. Hace cinco aftos le apareció en el periné una tumefacción que reventó espontáneamente dando salida a una pequeña cantidad de pus; nuevos abscesos han seguido formándose al rededor del punto donde apareció el primero, los cuales una vez abiertos han dejado escapar parte de la orina. Al examinar al enfermo se encuentra en la región perineal las cicatrices que han dejado estos abscesos; la piel de esta región se encuentra dura, esclerosada, y en partes presenta salidas igualmente duras, en el vértice de las cuales se abren algunos orificios, los cuales dejan salir algunas gotas de orina en el momento de la micción. La exploración de la uretra demuestra la existencia de dos estre- Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 35 checes: una en la región de la uretra escrotal que sólo permite el paso de la bujía olivar número 12, y otra en la región bulbar que permite el paso de una bujla filiforme cónica. El ocho de septiembre se intervino; después de la anestesia por cloroformo, se practicó la uretrotornla interna y se hizo la resección de los trayectos fistulo50S; sonda a permanencia durante ocho días, después de los cuales se practicó la dilatación por medio de los beniqués. Alcanzó a llegar hasta el número 50, y el enfermo salió el 2 de octubre, completamente curado. Observación 9' (Personal) Jorge Antonio Camargo, de 26 años de edad, natural de Pamplona, comerciante; entró al servicio de vlas urinarias el 3\ de agosto, ocupó la C'lma número 40. Primera blenorragia a la edad de \5 años; fue mal tratada por medio de medicamentos tomados al interior, y de la cual no curó; tres años más tarde adquirió un chancro, probablemente de naturaleza sifilítica, y del cual conserva una cicatriz, lo mislno que de algunos bubones que le supuraron en la regiÓn inguinal; hace algunos años viene notando modificaciones en el chorro de su orina; ésta viene disminuyendo de volumen y se termina por gotas. La micciÓn se hacía cada día más díflcil, al mismo tiempo que aumentaba de frecuencia. Hace cinco años apareció en la región perineal Ulla tumefacción caliente y dolorosa, acompañada de escalofrío y de fiebre, reventó espontáneamente dando salida a un pus fétido y abundante, no cerró completamente, dejando persistir algunas fístulas, por las cuales ha continuado saliendo parte de la orina. Nuevos abscesos han seguido formándose al rededor de los orificios fistulosos, los cuales al reventar han dejado nuevos orificios. El prepucio principió a edematizarse, produciendo una fimosis. Fue operado para su flstula, sin poder precisar qué clase de intervención; sólo recuerda que 110 le dejaron sonda ni fue dilatado; la intervención no dio el resultado Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia deseado, porque el enfermo siguió orir.ando con gran dificultad, y gran parte de la orina salla por las f1stulas, razón por la cual resolvió venir al Hospital. Al examinar el enfermo se le encuentra en la región perineal una tumefacción dura, esclerosa, indolora, llena de orificios por los cuales salen algunas gotas de orina; la micción es muy difícil y se hace por gotas; el enfermo no vacia completamente su vejiga, como se puede comprobar por el globo vesical que se percibe por la palpación abdominal y el tacto rectal, momentos después de la micción. La exploraciÓn revela una estrechez en la uretra bulbar que s6lo permite el paso de una bujla filiforme en bayoneta, sin poder darnos cuenta del resto del canal. La verga se encuentra deformada a consecuencia de una infiltración esclerosa de sus tegumentos. Además, como el enfermo se queja de hormigueos en las extremidades, al mismo tiempo que presenta una anisocoria muy marcada, examinamos los reflejos, encontrando ligeramente exagerados los reflejos cutáneos y tendinosos, las pupilas reaccionan perezosamente a la luz y a la distancia; reacción del Wassermann positiva total y el enfermo fue tratado como sifilítico. El 7 de septiembre se intervino para cerrarle sus Hstulas; después de la anestesia por el cloroformo, se hizo la resección de los trayectos tistulosos y de los tejidos esclerosos que lo rodeaban; al mismo tiempo se practicó la uretrotomía interna; sonda a permanencia durante ocho días, después de la cual se principió la dilatación, que fue llevada hasta el número 60 de la serie beniqués, y el enfermo abandonó el Hospital el 11 de octubre, completamente curado. Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia CONCLUSION ES Del estudio que acabamos de hacer de las fístulas uretrales en el hombre, podemos sacar las siguientes conclusiones: ll.lLas fístulas son una complicación tardía observadas en individuos de un pasado uretral muy activo. 2~ Un cierto grado de estrechez se encuentra siempre en su origen, la cual es necesario tratar para Que la fístula desaparezca. 3~ En las fístulas debidas a colecciones periuretrales, su producción es siempre secundaria y se debe a la tardanza o insuficiencia en drenarlos, lo cual permite a la infección atacar las paredes de la uretra. 41.l En el tratamiento de las fístulas debe principiarse, siempre que sea posible, por la uretrotomía interna seguida de la dilatación por los beniqués, por ser la operación más sencilla: basta en la mayor parte de los casos y permite además la reparación fácil de la uretra en los casos en los cuales sea necesario recurrir a otra clase de intervención, caso de que la fístula no cierre. 51.1 Se puede establecer un verdadero tratamiento profiláctico, no sólo de las fístulas sino también de las demás complicaciones observadas en los viejos urinosos. Es mucho lo que se puede hacer en este sentido, tratando toda uretra infectada y dilatando toda estrechez una vez constituída; tratando de evitar en todo enfermo portador de una estrechez excesos capaces de producir en los órganos genitales una gran congestión que completaría el grado de estrechez existente y produciría no sólo retenciones sino también toda clase de supuraciones periuretrales. Debe prohibirse por lo tanto en estos enfermos los enfriamientos, las marchas demasiado largas, los ejercicios fuertes, los excesos de alimentación, bebida y excitación genésica. Este libro fue Digitalizado Por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia BIBLlOGRAFIA F. Guyon. urinaires. Lefons cliniques sur les maladies des voies F. Legueu. Traité Chirurgicnl D'urologie. F. Legueu. Archives urologiques de la díníque de Necker, tomo 11. J. Albarrán. Médecine operatoire des voies urinaires. A. Pousson. Enfermedades de las vías urinarias. Pierre Duval. 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