éxito y fracaso, dos caras de una misma moneda

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¿
Lance Armstrong es un deportista de éxito?
¿O, al contrario, es un caso flagrante de fracaso? Probablemente, hoy en día casi todos
coincidimos en que la afirmación correcta
es la segunda. Sin embargo, hasta hace
unos meses hubiéramos afirmado taxativamente
que se trataba de uno de los mayores deportistas
de la historia, el más laureado en una prueba tan
mítica como el Tour de Francia. Y es que la vida
da muchas vueltas (y no sólo a Francia)…
El éxito y el fracaso son dos caras de una misma moneda. De hecho, el éxito no existiría sin el
riesgo de fracaso. Van siempre juntos. El éxito y
el fracaso más que contrarios entre sí, son casi
hermanos. Cualquier proyecto (laboral, afectivo,
deportivo) que emprendamos es susceptible de
éxito y fracaso. ¿Por qué? Porque está sujeto a la
incertidumbre.
Según el diccionario de la RAE, el éxito es
el resultado feliz de un negocio o de una actuación. Me convence más la definición del filósofo
norteamericano Ralph Waldo Emerson: “El éxito
consiste en obtener lo que se desea (y la felicidad, en
disfrutar de lo que se obtiene)”. Emerson da en el
clavo porque el éxito es algo… absolutamente
relativo. Para Usain Bolt, cuyo record del mundo de los 100 metros lisos está en 9,58 segundos,
correr esa distancia en más de 10 segundos debe
ser un fracaso estrepitoso, mientras que para
un atleta no profesional hacerlo en menos de 12
segundos puede ser un gran éxito. Aunque los
medios se hagan eco de casos de éxito (comercial) fulgurante como el de Psy y su “Gangnam
Style”, normalmente, la sensación de éxito en
la vida no suele venir de la mano de algo único
y temporal, sino más bien de un “continuum”
de pequeños triunfos... El verdadero éxito es
un proceso, algo así como un viaje permanente.
El éxito no es ni un punto ni una línea. Es más
bien un círculo, que debemos intentar que esté
más o menos siempre en movimiento. El ciclo
del éxito se puede descomponer en cuatro etapas: 1) Definir metas (no hay forma de alcanzar
algo si no te lo has propuesto), 2) Esforzarse
pág 82/febrero/13
)
Éxito y
fracaso,
dos caras de
una misma
moneda
Enrique de Mora,
Autor de los libros “Animaladas”, “ZigZag” y “Funny-Pop”
y del Blog “Pop Corner” (www.funny-pop.es).
Miembro del Top Ten Business Consulting Spain.
Twitter: @edmfunnypop
(nada aparece por arte de magia) 3) Obtener
resultados (no serán los que buscábamos originalmente; quizá “fracasaremos” en el primer,
segundo o tercer intento, pero este aprendizaje
nos permitirá determinar lo que no estamos
haciendo bien, y así obtener lo que deseamos.)
4) Disfrutar (llegar adonde nos propusimos nos
brinda una gran satisfacción y además nos prepara para el siguiente reto)…
¿Y el fracaso? Es el malogro o resultado adverso de una empresa o negocio. Es decir, cuando algo no sale como esperábamos. A pesar de
que siempre surgen agoreros que vaticinan el
fracaso de las iniciativas, el hecho de intentar algo nuevo es ya de por sí un éxito. Aquellos que
jamás arriesgan, aquellos que nunca emprenden
iniciativas y que, por tanto, creen que nunca fracasan, son los que realmente viven en el fracaso
permanente. El fracaso es mejor profesor que el
éxito. Tom Watson, el fundador de IBM lo tiene
claro: “Si quieres tener éxito, duplica tu porcentaje
de fracasos”. El fracaso, si se extraen aprendizajes, no es tal fracaso. Lo que sí es un fracaso
inapelable es no extraer ningún aprendizaje del
fracaso (es el re-fracaso).
Probablemente, la clave en la gestión del éxito y del fracaso está en el aprendizaje. Si algo ha
salido bien (éxito), nos debemos preguntar qué
ha funcionado (y repetirlo), y si ha salido mal
(fracaso), nos debemos preguntar qué no ha funcionado (y corregirlo). )
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