articulo de mitos sexuales

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La vida sexual y erótica de una persona puede convertirse en una fuente de felicidad, en una
oportunidad placentera para el crecimiento y desarrollo personal. Pero, en muchas ocasiones,
la sexualidad y el erotismo pueden llegar a ser un foco de insatisfacción, inseguridad y
angustia cuando las relaciones no van bien.
Algunas estadísticas hablan que entre el 50-75% de las parejas tienen o han tenido algún tipo
de problema sexual. Sin embargo, cuando a nivel coloquial hablamos con nuestros amigos la
mayoría de las personas verbalizan que su vida sexual es completamente satisfactoria. El
fenómeno de la deseabilidad social, nos llevar a no verbalizar nuestros dudas e inseguridades.
Nos encontramos con un doble código entre lo que siento y lo que pienso que debería sentir.
Tanto los hombres como las mujeres hemos aprendido falsas creencias sobre nuestra
sexualidad. Dicha información, puede orientarnos de forma errónea sobre lo que es “normal”
o no en nuestra vida sexual. Por ejemplo, una persona aparentemente satisfecha con su vida
sexual puede leer en determinadas revistas que la frecuencia “normal” de las relaciones
sexuales es mayor a la suya y a partir de ahí, dejar de estarlo.
Revisemos pues, algunos de los principales mitos que pueden ser motivo de problemas
sexuales.
1. “El hombre de pene grande es sexualmente más potente que el hombre de pene más
pequeño”.
Lo cierto, es que el tamaño del pene no influye ni en la satisfacción sexual de la mujer
ni en la potencia sexual del hombre. No hay una relación entre el tamaño del pene y el
tamaño del hombre y no existe un tamaño de pene adecuado para el disfrute sexual
de la mujer. Además, aunque existan diferencias interindividuales en estado de
flacidez, éstas se reducen considerablemente cuando el pene está en erección.
Éste presión cultural acerca del tamaño, se generaliza también a las mujeres con el
tamaño del pecho, que tampoco influye en la sensibilidad y en los sentimientos
sexuales experimentados.
La satisfacción sexual no es cuestión de tamaños. Lo importante no es lo que se tiene
sino como se disfruta de lo que se tiene.
2. Sexo o relaciones sexuales quieren decir coito. Lo demás son conductas sustitutivas
incompletas.
Esta creencia, restringe las posibilidades de comunicación sensorial y erótica en la
pareja y es un factor de riesgo para generar numerosas insatisfacciones.
Reduce la experiencia de compartir sensaciones y de intercambiar carias en todo
nuestro cuerpo.
Al considerar el coito como elemento central en las relaciones sexuales se incrementa
la presión por la erección del pene. Pudiendo provocar en el hombre miedo a perderla
y a fracasar, que a la vez es la principal causa psicológica de los problemas de erección.
3. Existen dos tipos de orgasmos en la mujer, uno vaginal y otro clitoriano.
Para una gran mayoría de mujeres el coito no es suficiente para alcanzar el orgasmo,
ya que el clítoris no recibe la estimulación adecuad. De hecho, el 70% de las mujeres,
obtienen el orgasmo mediante la estimulación directa del clítoris, sea con o sin
penetración vaginal.
No existen orgasmos de 1ª y 2ª clase, ni unos peores que otros. Lo importante es
disfrutar.
La búsqueda del orgasmo desesperadamente nos lleva a orientar nuestras relaciones a
su “caza y captura”. Contribuyendo de nuevo a “genitalizar” la sexualidad y a
desatender el cuerpo como zona erógena. Una mirada seductora, un susurro en el
oído, el contacto de unas manos cálidas puede ser tremendamente estimulante y
excitante.
4. El hombre “siempre está dispuesto”, “nunca falla” y “debe saber” cómo dar placer a
una mujer.
Todas las personas necesitamos un proceso de aprendizaje para comportaros de forma
competente en las relaciones sexuales. Una excesiva exigencia puede hacernos
vulnerables y disparar el miedo a no estar a la altura. De hecho en los últimos años se
han disparado en los hombres, los trastornos sexuales por causas psicológicas. Un
reciente estudio en EEUU indicó que el 62,7 % de los hombres encuestados había
mantenido relaciones sexuales sin desearlo, frente al porcentaje también significativo
de un 46,3 % de mujeres.
5. “El alcohol es un estimulante sexual”.
Aunque en pequeñas dosis, puede tener un efecto desinhibidor, el alcohol es un
depresor del sistema nervioso que inhibe los signos fisiológicos de excitación sexual y
puede interferir en el orgasmo.
6. “El hombre es insensible y egoísta”.
Con frecuencia escuchamos términos que definen al hombre como “persona egoísta,
insensible que sólo va a lo suyo”. Estas expresiones encierran una generalización
excesiva que dificulta la comunicación entre sexos y, en muchas ocasiones, genera
recelo y desconfianza.
La realidad es que el hombre, al igual que la mujer, es una persona sensible y con
capacidad de emocionarse, de mostrar iniciativa, miedo, inseguridad tanto en las
relaciones interpersonales como sexuales.
RESUMIENDO:
“ Tenemos derecho a disfrutar de nuestro cuerpo y de
nuestra sexualidad para ello hemos de liberarnos de
los falsos mitos y las inseguridades que nos esclavizan”.
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