Los errores ortográficos comunes El Centro de Investigación Avanzada de la Universidad de Chile y la Fundación Educacional Arauco, realizaron un estudio revisando 250 textos narrativos escritos por alumnos de 3º, 5º y 7º año básicos, de nivel socioeconómico bajo, que viven en las comunas de Constitución y Empedrado, Región del Maule. El análisis de los textos de los niños permitió establecer los errores más comunes… En primer lugar, falta de acentos. Un 55% de los niños no acentúa, principalmente palabras agudas. En orden de errores, en segundo lugar está el uso incorrecto de las letras b, v (12%); de la c, z, s (10%), y de la letra h (9%). Estas tres fuentes de error configuran el 31% de las faltas en la redacción. A continuación figura la llamada escritura continua, sin uso de espacios (hipo segmentación), con un 8%; errores en las construcciones con palabras breves, fundamentalmente pronombres y artículos), y la omisión de sílabas o letras, con un 6%. Los expertos destacan que el error más frecuente – la acentuación – es el más grave porque es el que menos mejoría presenta a medida que los niños avanzan en sus estudios. En tercero básico, el 45% de los errores está en los acentos… Los especialistas señalan que los resultados no se pueden extrapolar a nivel nacional y que es necesario realizar una investigación que abarque al resto de los estratos socioeconómicos. ¿Qué hacer para mejorar? No solo leer. Además, hay que escribir y poner atención a la forma y al fondo; estudiar a partir de los errores y estimular los logros que vayan obteniendo los estudiantes. Si en este proceso participan los padres, tanto mejor. Restituir, sin exagerar, una caligrafía básica, también contribuye. Hay que acostumbrar a los niños a la claridad y el orden… que son buenas cartas de presentación a futuro, en términos laborales. 1 ¡Formar hábitos! Hemos insistido hasta el cansancio: el hogar, la casa, es una fuente de hábitos; si en la casa los padres leer, hay libros disponibles, se comentan cosas de los libros… los niños también llegarán a ser lectores. Cuando ya sepan leer, incluso, podrán elegir lo que deseen leer. ¿Y escribir? Como en muchos ámbitos de la vida, aprender a escribir se aprende ¡escribiendo! Si tanto la escuela como los padres se dan un tiempo diario para revisar los escritos de los niños, corregir, recomendar, estimular… se habrá avanzado mucho… La formación de hábitos, por cierto, no es tema sencillo. La fórmula parece tener ingredientes de exigencia y acompañamiento cariñoso, ayuda amable, pero sin dejar de lado el rigor: ¡lo que debas hacer, hazlo bien! Los hábitos y el hogar Ahora mismo – 2012 - se difunde en Chile un estudio sobre el aseo dental de los dientes en niños entre 7 y 9 años: el 98% de las madres sabe que es importante para los hijos, pero solo el 50% cree que los niños lo hacen bien. Al 40% de los niños no les gusta hacerlo… y solo un 2% ha creado el hábito. ¿Por qué no lo hacen o lo hacen mal? La principal causa, la flojera. Las consecuencias que tiene este hecho se traducirá, más temprano que tarde, en mala salud oral con todos los componentes sociales y económicos que ello acarrea. Mejor entonces, ¡exigir a los niños el buen aseo dental! ¿Las reglas o normas de acentuación? Ayudan, pero antes que memorizar reglas, los niños deben trabajar duramente, viendo cuales son sus errores, comentándolos y corrigiendo. Es bueno saber que en un texto escrito las mayúsculas también se acentúan, que las palabras esdrújulas siempre llevan acento; que los monosílabos, salvo excepciones de contexto, no llevan acento, etc. Es decir, los niños pueden aprender reglas básicas de acentuación, puntuación, redacción, pero sin rigidez mecánica: deben comprender lo que están haciendo y motivarse a partir de los logros. La riqueza de los textos, apropiados al nivel de los niños también es un factor importante, hasta motivacional. No está demás recordar que los niños – tal como ocurre con los jóvenes y adultos – deben “tener tiempo para todo”… jugar, estudiar, ayudar en casa, leer, ir al cine… etc., sin descuidar lo que es fundamental y necesario para su desarrollo y su futuro. 2 3 Infografía de El Mercurio. Santiago, 11 / 04 / 2012, página C 1