Cartas marcadas Si debemos creer en el calendario maya, el año 2012 hay un cambo de ciclo. Tal vez el fin del mundo, no estamos seguros. Por si acaso hay quien empieza a repartir cartas de una baraja nueva, aunque ya conocida. Recientemente se producía ya el relevo de Jean-Claude Trichet en el Banco Central Europeo. Seguramente para mucha gente habrá pasado inadvertido, lo que no deja de ser curioso. Si hiciéramos una lista, posiblemente Trichet habrá estado entre los hombres más odiados de Europa, aunque la mayoría apenas sepan quién es y a qué se dedicaba. Simplemente es el tío que encarnaba la obsesión enfermiza con el control de precios y la inflación, el tío que por lo tanto tenía una influencia decisiva sobre lo que el común de los mortales pagamos de hipoteca. Su recambio es Mario Draghi. Así dicho es posible que no nos aporte demasiado. Ahora bien, tal vez debamos echar un vistazo a su currículo. Basta con ver el primer párrafo de su biografía en la Wikipedia, y que por lo tanto sólo cuenta la historia conocida y más aséptica. Esto es lo que obtenemos: 1) Que lleva en la jerarquía financiera mucho tiempo, lo que nos indica que ha contribuido en buena medida (y por ello ha sido recompensado una vez tras otra) a la configuración de la estructura o des-estructura del sistema financiero actual. 2) El recorrido es este: 1985-1990 Director Ejecutivo del Banco Mundial; 19912001 Director General del Tesoro italiano y Presidente del Comité de Privatizaciones; 2002-2006 Vicepresidente en Europa de Goldman Sachs; 2006 – 2011 Gobernador del Banco de Italia; 2011 - ¿? Presidente del Banco Central Europeo. Resumiendo, un currículo impresionante: hizo su periplo educativo en el BM, distinguido impulsor del neoliberalismo globalizado que nos trae a estos lodos; desde sus responsabilidades públicas fue agente activo en el proceso de puesta en venta del Estado de Bienestar italiano y la generación de la/s burbuja/s en su primer estadio; ha trabajado para la firma que diseñó el “engaño griego” para su entrada en el euro, al tiempo que era una de las entidades de inversión que propiciaban la expansión de las hipotecas basura a todo el sistema financiero; dirige al supervisor italiano justo antes y durante la peor crisis financiera y de deuda de Italia… Y finalmente recibe el gran premio, la presidencia del BCE. Si debemos hacer caso de lo que dice y dicen de él, debe ser el campeón de la irresponsabilidad: no sabía lo que hacía Goldman Sachs con las hipotecas basura, como no sabía que la entidad de la que era vicepresidente en Europa creó el vehículo financiero que permitió a Grecia falsear sus cuentas… En cualquier otro trabajo en el sector privado, este tío habría acabado sus días vendiendo hamburguesas en un puesto callejero (con todos mis respetos para los puestos callejeros). Es de todo punto imposible que desde su alto cargo desconociera esos extremos. Y si aún así decidimos creerle, ¿cómo un jerifalte que no se entera de los chanchullos que hace su entidad es recompensado con la presidencia del BCE? ¿A caso no sería premiar la incompetencia? Ya que hemos hablado de Grecia, parece ser por las últimas noticias que Papandreu (de por sí tercera generación de primeros ministros griegos) va a ser defenestrado, por acuerdo entre su propio partido y la oposición. Su sustituto en un “gobierno de unidad” (no es un eufemismo propio, así es como lo llaman), es un tal Lukas Papademos… exvicepresidente del BCE… A falta de saber cómo recogería este extremo el refranero popular griego, en el castizo hay uno que podría dar nombre al gobierno transitorio heleno: “¿No querías taza? Pues toma, taza y media”. Y hablando de España… Podemos caer en la tentación de pensar que estamos mejor que los griegos, lo que podría ser cierto. Pero no estamos como para muchas festividades. Por estos lares también tenemos bastantes cartas marcadas. Para empezar el que parece que va a ser presidente del gobierno ya fue ministro de otro que se encargó de dibujar un panorama de desregulación y alfombras rojas para la burbuja inmobiliaria. Para ser alguien que vende el cambio, lo cierto es que resulta muy familiar… Y en este contexto, el año que viene toca nombrar al nuevo gobernador del Banco de España. Uno de los que más suena es… un consejero del BCE. Curioso, ¿verdad? Un tal González-Páramo, que como su hipotético antecesor también habla de una “reforma necesaria del mercado de trabajo” (¿otra más?), al tiempo que señala como causa de un 22% de paro el hecho de que las revisiones salariales se vinculen a la evolución del IPC… Para él, la incompetencia de los supervisores nacionales e internacionales, los desmanes de entidades en las que ha trabajado su nuevo jefe, y la avaricia intrínseca del sistema que él mismo ha contribuido a crear parece no tener nada que ver. Un tipo, por cierto, que parece partidario de que las comunicaciones del BCE al gobierno español no sean públicas en todos los casos. No vaya a ser que las masas finalmente se rebelen… En fin, por no liarnos más, asistimos ojipláticos al reparto de una nueva baraja en la que todas las cartas están ya marcadas para que algunos jugadores (los mismos de siempre) sepan de antemano dónde están los triunfos. En este juego lo tenemos crudo. La mayoría de las y los ciudadanos ponemos las fichas, pero las reglas, la mesa y las cartas las ponen otros. Son tramposos reconocidos y premiados por ello, ni siquiera necesitan poner cara de póker. Les da igual, a estas alturas de la partida se creen invencibles. Acudiendo a lo fácil, es imposible no recordar otra baraja. Es la que el eje de las Azores repartió entre tropas y contratistas privados. En ella aparecían los miembros más destacados de la jerarquía iraquí. Criminales de guerra e impulsores del terrorismo internacional a los que había que dar caza. En esta otra baraja también aparecen los rostros de jerarcas, sólo que estos se están repartiendo el pastel… ¿Hasta cuándo?