ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Acta Otorrinolaringol Esp. 2009;60(6):409–414 www.elsevier.es/otorrino ARTICULO ORIGINAL Tratamiento de la obstrucción congenita de la vı́a lagrimal mediante balón cateter, intubación monocanalicular y control endoscópico Miguel Angel Alañón Ferna ndez, Felix Alañón Ferna ndez, Asunción Martı́nez Fernandez y Manuela Ca rdenas Lara España Instituto Internacional de Vı́as Nasolagrimales, Jaen, Recibido el 18 de febrero de 2009; aceptado el 24 de junio de 2009 Disponible en Internet el 4 de octubre de 2009 PALABRAS CLAVE Control endoscópico; Dilatación; Tubos monocaliculares; Obstrucción nasolagrimal congenita; Sondaje fallido Resumen Introducción y objetivo: La obstrucción lagrimal congenita constituye un motivo frecuente de consulta, siendo el control endoscópico de la fosa nasal a nivel del meato inferior el que permite llevar a cabo procedimientos quirúrgicos controlados. El objetivo de nuestro estudio es analizar el resultado obtenido en el tratamiento de la obstrucción congenita de la vı́a lagrimal mediante dilatación del conducto nasolagrimal con balón cateter e intubación monocanalicular con Monoka y control endoscópico en niños en los que habı́an fallado dos sondajes como tratamiento previo. Material y metodos: Entre octubre de 2004 y septiembre de 2008 se practica esta tecnica en un estudio prospectivo en 36 pacientes con una edad entre 12 y 66 meses (media de 36,2 meses) con obstrucción nasolagrimal congenita en los que ha fallado el sondaje en dos ocasiones. Se incluye cuestionario con test de Munk y examen oftalmológico, incluyendo el test de desaparición de colorante a los 5 min, efectuados en los controles a las 6 semanas, 3 meses, 6 meses y 12 meses en todos los casos. Se define exito cuando se normalizaron todos los sı́ntomas y signos (Munk 0) y en el test de desaparición de colorante hay ausencia de tinción residual (grado 0). Resultados: En el 91,66 % de los pacientes se obtuvieron buenos resultados y en el 8,33%, aceptables. Todos los casos (100%) mejoraron con respecto a los sı́ntomas previos. No se precisó repetir el proceso ni practicar una dacriocistorrinostomı́a en ningún caso. Conclusiones: El tratamiento de la obstrucción congenita de la vı́a lagrimal mediante balón cateter, intubación monocanalicular y control endoscópico es una tecnica quirúrgica segura, efectiva y poco agresiva para el tratamiento de la obstrucción lagrimal congenita con fracasos de 2 sondajes previos. & 2009 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. Autor para correspondencia. Alañón Ferna ndez). Correo electrónico: [email protected] (M.A. 0001-6519/$ - see front matter & 2009 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.otorri.2009.06.006 ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Alañón Ferna ndez et al M.A. 410 KEYWORDS Endoscopic control; Dilatation; Silicone monocanalicular stent; Congenital nasolacrimal duct obstruction; Failed probing Treatment of the congenital obstruction of the lachrymal route, by means of ball catheter, intubation monocanalicular and endoscopic control Abstract Introduction and goals: Congenital lachrymal obstruction is a frequent motive of consultation. Endoscopic control in the inferior meatus of the nostril allows to realize surgical controlled procedures. The aim of the study is to analyze the result obtained in the treatment of congenital obstruction of the lachrymal duct by monocanalicular intubation with Monoka and endoscopic control in children who had failed two lachrymal system probings. Methods: Between October 2004 and September 2008 this technique was performed in a prospective study on 36 patients with congenital nasolacrimal obstruction who had failed two lachrymal system probings. The mean age was 36.2 months (range 12–66 months). Patients were followed at 6 weeks, 3 months and 6 months, with clinical evaluation by Munk’s score and ophthalmologic exam using dye disappearance test. Success was defined as complete resolution of signs and symptoms (Munk 0) and no fluorescein remaining in dye disappearance test (grade 0). Results: The procedure was successful in 91.66% of the cases and acceptable in 8.33%. We have not found any complication or side effects, and not further procedures have been needed on any patient. Conclusions: Balloon dachryoplasty with monocanalicular intubation under endoscopic control is a safe, easy to perform and effective surgical technique for the treatment of congenital lachrymal obstruction with two previous failed lachrymal system probings. & 2009 Elsevier España, S.L. All rights reserved. Introducción El conducto nasolagrimal se extiende desde el saco lagrimal al meato inferior de las fosas nasales. Este conducto esta contenido en un estuche óseo, donde se encuentra estrechamente unido a las paredes del conducto por medio de un tejido conjuntivo denso, que contiene una red venosa muy desarrollada, cuyos vasos mantienen conexiones hacia la órbita y la fosa nasal. Sus lı́mites anatómicos son a nivel temporal y superior, el canal lagrimal de la cara interna del maxilar superior y el unguis; nasal y superior, el unguis; nasal e inferior, el tabique externo del meato medio y el cornete inferior, y temporal e inferior, la eminencia de la pared interna del seno maxilar. El conducto nasolagrimal. Se dirige hacia abajo, hacia atra s y hacia dentro. Mide aproximadamente 15 mm de longitud media, con un dia metro de unos 3 mm, con grandes variaciones en relación con la raza, el sexo, el individuo o la lateralidad. El orificio inferior del conducto nasolagrimal desemboca en el meato inferior, a unos 10 mm por detra s de la extremidad anterior del cornete inferior y aproximadamente a 32,3 mm (rango 23 y 44 mm) del canal palatino mayor en el lado derecho, y a 36,4 mm (rango 30 y 45 mm) en el lado izquierdo. Este orificio inferior esta limitado por su cara interna por un pliegue mucoso llamado va lvula de Hasner o plica lacrimalis, siendo a este nivel donde se produce la mayor parte de la obstrucciones nasolagrimales de origen congenito. La obstrucción lagrimal congenita constituye el motivo ma s frecuente de consulta al oftalmólogo en menores de 1 año1. El control endoscópico de la fosa nasal a nivel del meato inferior, y ma s concretamente a nivel de la va lvula de Hasner, permite llevar a cabo sondajes perfectamente controlados, evitando que sea un procedimiento fallido debido a trayectos submucosos, a una mala orientación de la sonda, a cornetes inferiores prominentes que actúan como tope y entorpecen el procedimiento o a diferentes patologı́as que podemos encontrar en los pacientes, como rinolitos, pólipos nasales, etc. La dilatación del conducto nasolagrimal con balón se inspira en las angioplastias transluminares. El cateter fue descrito en 1964 por Dotter y Judkins y utilizado por primera vez por Grüntzing y Hooff en 1974 para estenosis arteriales de origen ateromatoso. Para patologı́a de la vı́a lagrimal se aplicó un balón de angioplastia en un principio en adultos con epı́fora bajo control radiológico. Becker, tras su utilización en adultos, diseñó un cateter para niños publicando sus resultados en 19912. La intubación con silicona del sistema lagrimal suele recomendarse cuando uno o dos sondajes previos han fracasado. Las ventajas de la intubación monocanalicular son su inserción, autofijación y extracción fa ciles. El objetivo de nuestro trabajo es destacar la importancia del control endoscópico a nivel de la fosa nasal en este procedimiento, consistente en dilatación con balón cateter e intubación monocanalicular en pacientes en los que han fallado dos sondajes previos. Gracias al endoscopio y ayudados de maniobras durante el procedimiento, como la luxación del cornete inferior y la reorientación de la sonda o balón mediante la ayuda de espa tula de Freer o ca nula de aspiración, nos aseguramos de su correcta actuación a nivel de la va lvula de Hasner, evitando con ello trayectos submucosos y lesiones iatrogenicas a nivel de la fosa nasal que, posteriormente, aumentan el riesgo de sangrado con las consiguientes sinequias postoperatorias y fracaso del procedimiento. ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Tratamiento de la obstrucción congenita de la vı́a lagrimal 411 Material y metodos Entre octubre de 2004 y septiembre de 2008 realizamos un estudio longitudinal prospectivo con 36 pacientes con fracaso de 2 sondajes previos y edades comprendidas entre 12 y 66 meses. Basamos el diagnóstico de fracaso en la persistencia de lagrimeo, la secreción mucosa o purulenta, el reflujo de secreción a la presión digital en la región cantal interna, las costras, la aglutinación de las pestañas y la ausencia de desaparición del colorante tras instilar 1 gota de fluoresceı́na al 2% en el fondo del saco conjuntival a los 5 min. Cuantificamos la epı́fora según la escala de Munk en el pre y postoperatorio de todos los pacientes. Los pacientes con dacriocistocele, dacriocistitis aguda, fı́stulas dacriocuta neas, traumatismos en esta región, alteraciones de puntos y canalı́culos o alteraciones craneofaciales no fueron incluidos en el estudio. de obtener el consentimiento informado verbal y Despues escrito por parte del tutor, se practica la intervención bajo anestesia general por los mismos cirujanos. Se coloca una torunda de algodón con tetracaı́na al 1% y epinefrina al 1/100.000 en el meato inferior 5 min antes de la cirugı́a. Tras dilatar el punto lagrimal superior, se lava el sistema lagrimal con suero fisiológico hasta que no queden restos de secreción mucosa o purulenta; seguidamente se introduce una sustancia viscoela stica diferenciando si es estenosis u obstrucción nasolagrimal según pase a meato inferior o no el viscoela stico. Tras introducir una sonda de Bowman del 0 por punto y un canalı́culo superior, se inserta de forma anterógrada un LacriCATHs balloon catheter (Quest Medical, Inc. Atrion del punto lagrimal y el Company, Allen, Texas) a traves del saco y el conducto canalı́culo superior, pasa ndolo a traves nasolagrimal. Posteriormente, mediante control endoscópico, tratamos de visualizar a nivel del meato inferior la salida del conducto nasolagrimal, o va lvula de Hasner; para ello, nos ayudamos de una espa tula de free o una ca nula de aspiración. Debido al pequeño tamaño que presentan estas fosas nasales, si es preciso, realizamos luxación del cornete inferior hacia el tabique nasal, de forma cuidadosa, tratando de realizar maniobras que produzcan escaso sangrado o lesión de mucosa nasal. Con todo ello, tratamos de controlar y visualizar el nivel exacto de actuación de la sonda nasolagrimal (fig. 1). Para ello utilizamos un endoscopio de 2,7 mm y 301, sin necesidad de fluoroscopia, y un balón cateter flexible, coincidiendo el punto lagrimal superior con la marca proximal del cateter. Se usa un balón cateter flexible de 2 mm de dia metro (0,60 mm desinflado) y 13 mm de largo en pacientes de 30 meses o menos, y un balón cateter de 3 mm de dia metro (0,65 mm desinflado) y 15 mm de largo fue insertado en pacientes mayores de 30 meses (fig. 2). Se conecta al cateter una bomba de presión hidrosta tica con manómetro para su monitorización, similar a las de angioplastia; fue conectada al balón cateter (fig. 3) (Quest Medical, Inc. Atrion Company, Allen, Texas). El suero utilizado se tiñe con una gota de fluoresceı́na para mejorar su visualización. Se infla el balón durante 90 s a una presión de 8 atmósferas, seguidamente lo desinflamos y lo volvemos a inflar a la misma presión durante 60 s; acto seguido se Figura 1 Dilatación de balón cateter a nivel de va lvula de Hasner. Figura 2 Diferentes tipos de balones cateter. desinfla, lo que nos permite su desplazamiento. Se coloca proximalmente a nivel de la unión del saco con el conducto nasolagrimal, coincidiendo el punto lagrimal con la marca distal del cateter; queda el punto a 5 mm de la porción proximal del balón. Repetimos la misma secuencia: inflado de 90 s, desinflado e inflado de 60 s a la misma presión. Tras desinflarlo, extraemos el balón del sistema lagrimal y lavamos con suero salino con fluoresceı́na. El fluido normal de la dilatación, y no mente se irriga fa cilmente despues debe encontrarse ninguna resistencia. Se confirma la permeabilidad mediante control endoscópico. Se aspira el fluido con una sonda de aspiración. Adema s, de esta manera, se limpia la vı́a lagrimal excretora. Seguidamente, se introduce una guı́a meta lica acanalada (sonda guı́a de Ritleng, FCI, Issy-les-Moulineaux Cedexs, ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Alañón Ferna ndez et al M.A. 412 Tabla 1 Resultados en función del tipo de obstrucción Tipo de obstrucción Membranosa Proximal Estenosis Tabla 2 France) por punto lagrimal superior, canalı́culo, saco y conducto nasolagrimal hasta colocar su extremo distal en el meato inferior. La sonda monocanalicular de Monoka con hilo de prolene atrauma tico y silicona (FCI, Issy-lesMoulineaux Cedexs, France) se introduce por la guı́a meta lica a nivel del punto lagrimal superior extrayendola por la ranura a nivel del meato inferior. Tras recuperar la sonda por la fosa nasal se retira la guı́a meta lica. Finalmente, se ancla el extremo proximal de la sonda monocanalicular de Monoka a punto lagrimal superior quedando fijada mediante la lengüeta de silicona de que consta a nivel proximal dicha sonda Monoka. Esta lengüeta consta de una placa de 4 mm en la parte externa y una parte interna angulada de 901, da ndole estabilidad al mecanismo y siendo muy bien tolerado por el paciente. El tiempo medio de la cirugı́a fue de 12 min (rango 9–15). Tras la cirugı́a, prescribimos un colirio antibiótico-corticoideo cuatro veces al dı́a durante 10 dı́as y gotas nasales antibióticas, corticoideas y vasoconstrictoras pedia tricas con oximetazolina al 0,025% 3 veces al dı́a durante 5 dı́as. No prescribimos tratamiento sistemico, excepto si encontramos abundante secreción purulenta al lavado de la vı́a lagrimal; en este caso, cefuroxima 15 mg/kg/dı́a se da durante 1 semana. No utilizamos corticoides sistemicos. Evaluamos al paciente a las seis semanas, tres meses y seguidamente cada 6 meses; el tubo monocalicular se retira a las 6 semanas en consulta. En ningún paciente repetimos el proceso. El seguimiento fue de entre 13 y 26 meses (media de 24 meses). Posteriormente, en cada visita, se practica el test de desaparición de colorante con 1 gota de fluoresceı́na sódica al 2% en cada fondo del saco conjuntival inferior, estudiando a los 5 min la tinción residual. Se pregunta al tutor por la presencia de secreción y epı́fora, cuantificando esta con el test de Munk, y se examina si existe regurgitación o distensión a la presión sobre el saco. Clasificamos los resultados como buenos, si desaparece el lagrimeo y la secreción mucopurulenta y el colorante Buenos (%) Aceptables (%) Malos (%) 80 83,33 100 13,33 0 0 6,66 16,66 0 Resultados en función de la edad Edad (meses) Figura 3 Control de presión de balón cateter mediante manómetro. Resultados 18–36 436 Resultados Buenos (%) Aceptables (%) Malos (%) 83,33 85,71 8,33 7,14 8,33 7,14 desaparece del menisco lagrimal (Munk 0 y tinción grado 0); aceptables, si desaparece la secreción mucopurulenta y el lagrimeo mejora en ma s de dos grados en la escala de Munk, pero no desaparece totalmente y el colorante a los 5 min persiste (grado 1 y 2), y malo, si el resultado es igual a como estaba el paciente previamente, mejorı́a menor o igual a 1 grado en la escala de Munk y retención del colorante en grado 3 o 4. Resultados Tecnicamente pudo finalizarse el procedimiento en el 100% de los pacientes. Todos los pacientes fueron estudiados ma s de 12 meses de la cirugı́a (rango 13 a 48 meses). despues El 84,52% tuvo buenos resultados; el 7,73%, aceptables, y el 7,73%, malos. Se obtuvieron los siguientes resultados teniendo en cuenta la edad de los pacientes (tabla 1) y en función del tipo de obstrucción (tabla 2). Un caso presentó erosión corneal secundaria a la extrusión del tubo monocanalicular a las 2 semanas, que se resolvió tras su retirada y tratamiento medico tópico lubricante y antibiótico; la vı́a lagrimal permaneció permeable. En 3 casos hubo rotura del balón, fa cilmente identificable al estar teñido el suero, con el que se realizó el inflado, por roce con la sonda nasal al realizar el aspirado de secreciones mucosas. Las observaciones ma s relevantes de este trabajo estriban en que todos los casos mejoraron respecto al estadio previo, no teniendo que recurrir a realizar una dacriocistorrinostomı́a en ningún caso. Discusión La obstrucción lagrimal congenita afecta aproximadamente nacidos. La curación es a entre un 6 y un 20% de los recien ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Tratamiento de la obstrucción congenita de la vı́a lagrimal esponta nea en la mayorı́a de los casos en el primer año. En los casos en los que no se produce resolución al año, un primer sondaje es efectivo en un 90% de los casos, curando adema s con un segundo sondaje un 6% ma s de los pacientes. Hay un grupo de pacientes que no responden al sondaje. Factores de riesgo de fracaso son la edad del paciente, un sondaje previo fallido, las falsas vı́as, la abertura demasiado pequeña, la obstrucción bilateral, el saco lagrimal dilatado y las obstrucciones completas no membranosas3–5. En los casos donde encontramos resistencia al sondaje indicamos la luxación de cornete inferior, la dilatación y la intubación monocanalicular como primera opción de tratamiento; adema s de los casos de sondajes fallidos, esta como cirugı́a de indicación se podrı́a ampliar tambien primera elección en mayores de 2 años 3,6,7. Estamos de acuerdo con las series de Chen y con los comentarios de Kushner, en los que esta tecnica probablemente no este indicada en todos los niños, casos con obstrucción simple pueden responder al sondaje solo. Sin embargo, en casos de obstrucción parcial Yüksel encuentra un 100% de exitos en los cuatro pacientes que realiza6. Estos pacientes suelen presentar catarros de repetición con acúmulo de secreción mucopurulenta de forma crónica. Es importante la vasoconstricción previa para reducir el volumen del cornete inferior y poder tener un campo quirúrgico ma s amplio. En ocasiones, la luxación del cornete inferior, mediante control endoscópico, contribuye a realizar el procedimiento de una forma cómoda, especialmente en todos los casos donde falló el sondaje previo, ası́ como en los sondajes donde encontramos resistencia al avanzar por impactar en el cornete inferior al realizar el sondaje del conducto nasolagrimal. El sondaje actúa solamente de forma puntiforme a nivel de la obstrucción. Una importante ventaja de la dilatación con respecto al sondaje es la aplicación de una fuerza eficiente a lo largo del conducto nasolagrimal de forma radial y longitudinal, de forma directa, lo que lleva a una dilatación mayor. Practicamos la inserción del balón con control endoscópico por permitirnos una visualización directa que evita trayectos submucosos y la exposición a radiaciones ionizantes, como en el caso de inserción con fluoroscopia9. Becker utiliza antibióticos sistemicos previos para eliminar la infección y la friabilidad antes de la cirugı́a y hacer ma s efectiva la dilatación. Asimismo, emplean corticoides de esta en la cirugı́a y despues para disminuir el edema posdilatación y evitar fibrosis secundaria, ası́ como para permitir una recuperación ma s ra pida2. Serı́a deseable un estudio controlado del balón con y sin medicación sistemica. En nuestra serie no utilizamos tratamiento sistemico de forma protocolizada. Encontramos, como Casas y Prat2, que la mejorı́a del paciente se produce generalmente a la semana de la intervención, quiza por la inflamación posquirúrgica inducida. Es muy interesante que los resultados de la dilatación con balón son mucho mejores en casos de obstrucción congenita que en adultos, aunque se trate de casos de obstrucción incompleta8. En adultos la regresión es la norma. Esta diferencia puede ser explicada por diferencias en la pa togenesis. En los adultos, la epı́fora suele estar causada por etiologı́a de causa adquirida como estenosis involutiva, inflamación e infección crónica siendo, por tanto, la incidencia 413 de estenosis secundaria alta debido a adhesiones y fibrosis de 9 estos tejidos, al contrario que en los casos congenitos . Kushner encontró recurrencias en 2 de 23 casos cuando comparó los pacientes entre 6 semanas y 2 meses4. Chen no encontró cambios7. En nuestra serie no encontramos recurrencia al estadio previo en ningún paciente. Chen encuentra peores resultados en niños con obstrucción bilateral congenita, los factores posibles pueden ser reutilizar el mismo balón, la edad ma s avanzada de estos casos o quiza un sesgo por el pequeño tamaño de la muestra7. Otro tratamiento para los pacientes con obstrucción nasolagrimal congenita es la intubación bicanalicular con silicona, que actúa como un implante temporal10. Es un tratamiento efectivo que precisa de la permanencia de los tubos de silicona en el ducto, si bien estos pueden ir asociados a complicaciones hasta en un 20% de los casos, como son rotura, perdida de la sonda y fracaso quirúrgico11, erosión y ulceración corneal, conjuntivitis de repetición, laceración del punto lagrimal, granulomas, estenosis de la vı́a lagrimal excretora12 y dacriocistitis. La intubación bicanalicular en niños puede requerir adema s una segunda anestesia general para la retirada de los tubos. La no movilización de los tubos puede ir unida a complicaciones como la obstrucción por granulomas y rinolitos en cavidad nasal13. La intubación monocalicular utiliza sólo el punto lagrimal y el canalı́culo superior, dejando el inferior (responsable de ma s de un 70% del drenaje) libre, sólo es necesario extraer un tutor por la nariz; al ser autoestable no usa material de fijación, nudos o sutura en la cavidad nasal y es, por tanto, ma s fa cil de extraer. Al poder retirarse en consulta, traccionando con unas simples pinzas, evita complicaciones, ya que se elimina inmediatamente en el momento deseado, no siendo necesaria una segunda anestesia general y manipulación nasal. El hilo de prolene respecto al tubo meta lico empleado cla sicamente en el extremo de la sonda de silicona evita posibles complicaciones derivadas del roce y traumatismos sobre la mucosa nasal, como son laceraciones, sangrado y sinequias. Las contraindicaciones de este sistema son la presencia de laceraciones del punto, que van a impedir que el tubo de silicona se fije y hara n que se salga ma s fa cilmente o que migre, y la existencia de entropión del punto, en el cual la placa del collarete quedarı́a dirigida hacia la superficie ocular y podrı́a erosionar córnea y conjuntiva. En nuestra serie no encontramos efectos secundarios con la dilatación. Se ha descrito dificultad tecnica en su inserción, laceración de puntos lagrimales y canalı́culos. Goldstein no observó cambios histopatológicos tras su utilización y ana lisis en modelos animales14. El control endoscópico de la fosa nasal con dilatación del conducto nasolagrimal e intubación monocanalicular es un tratamiento sencillo de realizar; requiere menos manipulación nasal que la dacriocistorrinostomı́a; reduce, por tanto, el tiempo quirúrgico, con menos laceraciones de mucosa y sinequias; es bien tolerado; no esta asociado a las complicaciones postoperatorias de la intubación bicanalicular, y no requiere un segundo paso por quirófano para su retirada, disminuyendo, por tanto, los costes15,16. Representa nuestro tratamiento de elección en los casos de fracaso del sondaje antes que la dacriocistorrinostomı́a. ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 414 Conflicto de intereses Los autores declaran no tener conflicto de intereses. Bibliografı́a 1. Casas E, Prat J. Obstrucción conge nita conducto lagrimonasal: actitud diagnóstica y terapeutica. Annals d’Oftalmologia. 2004;12:22–9. 2. Becker BB, Berry FD. Balloon catheter dilatation in pediatric patients. Ophthalmic Surg. 1991;22:750–2. 3. Tao S, Meyer DR, Simon JW, Zobal-Ratner J. Sucess of balloon catheter dilatation as a primary or secondary procedure for congenital nasolacrimal duct obstruction. Ophthalmology. 2002;109:2108–11. 4. Kushner BJ. Balloon catheter dilatation for treatment of congenital nasolacrimal duct obstruction. Am J Ophthalmol. 1996;122:598–9. 5. Paul TO, Shepherd R. Congenital nasolacrimal duct obstruction: Natural history and the timing of optimal intervention. J Pediatr Ophthalmol Strabismus. 1994;31:362–7. 6. Yuksel D, Ceylan K, Erden O, Kilic R, Duman S. Balloon dilatation for treatment of congenital nasolacrimal duct obstruction. Eur J Ophthalmol. 2005;15:179–85. 7. Chen PL, Hsiao CH. 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