intestino en apuros

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parásitos | rx
Aunque los antiparasitarios se venden
sin prescripción, siempre deben tomarse bajo
control médico
Parásitos
Intestino
en apuros
Comúnmente asociadas
a los niños, las parasitosis
intestinales también atacan
a los adultos. De síntomas
muy variables –desde un dolor
estomacal hasta desnutrición
y anemia– o asintomáticas,
la clave radica en la prevención
Adriana López Méndez
Si bien algunos se alojan en la piel o en la sangre, el intestino es el órgano que encabeza la lista
de las preferencias de los parásitos, organismos
que viven a expensas de otro ser vivo.
La falta de higiene, sobre todo durante la
manipulación de bebidas y alimentos, sigue
siendo la principal vía de contagio de parásitos,
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especialmente en Venezuela, donde el estilo de
vida muchas veces obliga a comer fuera de casa
y donde un buen número de habitantes vive en
condiciones insalubres.
En el suelo criollo las infecciones parasitarias
más comunes son la ascaridiasis, la oxiuriasis y
la teniasis, una triada producida por parásitos
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rx | parásitos
parásitos | rx
Seis evacuaciones en un día o más de tres por hora –sin importar
si son sólidas o líquidas– son una señal inequívoca de la necesidad
de una consulta médica inmediata
Dentro y fuera de casa
del grupo de los helmintos (organismos pluricelulares); y la amibiasis y la giardiasis, ambas
causadas por el grupo de los protozoarios (microorganismos simples).
La mayor o menor recurrencia de la parasitosis está asociada con la edad. Manuel García
Rodríguez, gastroenterólogo del Centro de Ortopedia y Podología, explica que “antes de los
cinco años la incidencia de parasitosis intestinal
es altísima. Se puede decir que en una consulta
de pediatría de cada diez niños cuatro tienen
diarrea causada por parásitos de cualquiera de
los dos grupos”.
A diferencia de los adultos –en quienes la cifra de infección disminuye considerablemente,
llegando a un 5%–, los pequeños no cuentan
con un sistema inmunológico capaz de impedir
el avance de la parasitosis. Además, precisa el
especialista, la educación y la experiencia hacen
al adulto consciente de la necesidad de seguir
las medidas de higiene apropiadas.
Oxiuriasis
Parásito: Enterobius
vermicularis
Síntomas comunes:
prurito rectal
nocturno
o matutino,
dificultad para
conciliar el sueño
(debido al escozor
anal) e irritabilidad.
En casos más graves
puede ocurrir
pérdida de apetito
y de peso. En
las niñas pueden
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presentarse
infecciones vaginales
por el contacto
con las heces
infectadas.
Grupos de cuidado
Helmintos
Molestia abdominal, obstrucción intestinal, desnutrición y retraso en el crecimiento infantil son
algunos de los síntomas frecuentes de la parasitosis causada por el grupo de los helmintos,
un tipo de verme (gusano) que se aloja en el
intestino.
Los helmintos ingresan al organismo a través
de la ingesta de huevos o larvas presentes en
alimentos crudos mal lavados o, en el caso específico de la teniasis, por el consumo de larvas
que se encuentran en las carnes poco cocidas de
res, cerdo o pescado de río.
Mientras que en la teniasis hay por lo general
sólo un gusano adulto (que puede medir hasta
ocho metros) alojado en el intestino –de allí
que se le denomine solitaria–, en la oxiuriasis
y la ascaridiasis hay acumulación de vermes
(de entre 0,3 milímetros y 20 centímetros) que
pueden llegar a producir obstrucción intestinal
tos, problemas
respiratorios y,
eventualmente,
expulsión
de lombrices por
la boca o la nariz.
Ascaridiasis
Parásito: Ascaris
lumbricoides
Síntomas comunes:
dolor de estómago,
distensión
abdominal, anemia,
vómitos, presencia
de vermes
en las heces, fiebre,
• Lavado frecuente. Justo antes de comer e inmediatamente
después de tocar superficies poco limpias es necesario lavarse las
manos. Eso sí, tomando en cuenta que la condición antibacteriana
de los jabones no tiene mayor efecto sobre los quistes y huevos de los
parásitos: su remoción sólo está garantizada al frotar enérgicamente
ambas manos, las muñecas, los antebrazos, las uñas y el espacio
entre los dedos.
a presentarse,
los más comunes
son náuseas, diarrea,
dolor abdominal
y expulsión
de segmentos
de tenia al defecar.
Teniasis
Parásito: Tenia
saginata y Tenia
solium
Síntomas comunes:
la ausencia
de síntomas
es frecuente,
pero si llegaran
Giardiasis
Parásito: Giardia
duodenalis
Síntomas comunes:
deposiciones
acuosas y fétidas,
sensación de
pesadez estomacal,
náuseas, pérdida
de apetito, dolor
abdominal,
flatulencia y fatiga.
Amibiasis
Parásito: Entamoebas
(histolytica, coli,
gingivalis)
Síntomas comunes:
deposiciones
diarreicas con
moco y sangre,
fiebre, cólicos,
deshidratación
y anemia.
• Bien hervida. Para destruir casi todos los parásitos que pueda
contener el agua no potable es necesario hervirla durante treinta
minutos continuos.
• Siempre pulcra. La cocina y el área donde se preparan los alimentos
debe mantenerse limpia y libre de desperdicios. No se recomienda el
acceso de las mascotas.
• Bajo el agua. Dado que el vinagre –en las cantidades comúnmente
utilizadas en casa– tiene poco efecto sobre los parásitos, es preferible
colocar los alimentos directamente debajo del chorro de agua y frotar
su superficie, especialmente si son frutas o legumbres que van a ser
consumidas con piel.
• Cocción completa. Se debe procurar ingerir las carnes de res,
pescado y cerdo bien cocidas.
• Jugar limpio. Los pequeños suelen ser presa fácil de los parásitos,
sobre todo durante la etapa del gateo. Además de lavar sus manos
con mayor frecuencia, se deben extremar las medidas de limpieza
en las áreas de juego.
cuando se aglomeran en algún segmento de los
intestinos delgado o grueso.
Si bien es muy frecuente, la interrupción del
tránsito intestinal no es la única complicación
de la parasitosis causada por los helmintos. Paúl
García Cortez, gastroenterólogo del Centro Clínico
Profesional Caracas, explica que se trata de parásitos que en su fase adulta pueden fijarse de manera
profunda y sostenida a la mucosa intestinal, un
cuadro que al prolongarse en el tiempo genera
mala absorción de los nutrientes y anemia (el paciente sufre debilidad, mareo y dolor de cabeza).
Además, los helmintos pueden provocar síntomas asociados con el órgano en el que desarrollan
su ciclo vital: “cuando migran a los pulmones pueden producir problemas respiratorios (tos, fiebre,
bronquitis o neumonía). También pueden ir a la
vesícula y originar inflamación; y si pasan por
el páncreas pueden ocasionar una pancreatitis
aguda”, precisa el especialista.
Protozoarios
Se trata de organismos microscópicos que desencadenan diarrea sanguinolenta, flatulencia,
dolor abdominal y fiebre. García Rodríguez describe al grupo de los protozoarios como parásitos
comensales: “mientras algunos se alimentan de
las bacterias que viven en el intestino, otros inva-
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Los especialistas sugieren el examen
seriado de heces cada seis meses
o una vez al año a quienes con frecuencia
consuman alimentos en la calle
en condiciones poco higiénicas
den la mucosa, causando diarreas inflamatorias
y trastornos de absorción”.
En Venezuela, los agentes de mayor incidencia
del grupo de los protozoarios son la amiba y la
giardia. Los pacientes que sufren de amibiasis
pueden registrar complicaciones como colitis o
apendicitis, y quienes padecen de giardiasis pueden presentar mala absorción de nutrientes y, en
consecuencia, una sustancial pérdida de peso.
Si bien las prácticas sexuales oro-anales pueden ser un medio de transmisión de la giardiasis
y la amibiasis, la mayoría de las infecciones parasitarias poseen un ciclo de contagio fecal-oral:
las personas se infectan al consumir bebidas o
alimentos que contienen huevos, larvas o quistes
de los diversos agentes y, una vez en el interior
del organismo, los parásitos se desarrollan, por
lo general, dentro del intestino.
Pesquisa oportuna
En el caso específico de la ascaridiasis y la oxiuriasis, acota García Cortez, la aparición de gusanos
en las heces permite identificar rápidamente la
presencia de una afección parasitaria. También
ocurre así con la teniasis: segmentos de la tenia
(denominados proglótidos) son expulsados en la
materia fecal. Esta evidencia, incluso cuando la
parasitosis sea asintomática, suele motivar la
consulta del paciente. Los protozoarios, por el
contrario, son agentes que no pueden ser recono-
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cidos a simple vista, pero presentan síntomas más
precisos que hacen posible su identificación.
Sin embargo, en ambos casos, el diagnóstico
sólo puede ser realizado a través de un examen
simple en fresco de las heces, que determina
la presencia de huevos o parásitos. Hay que tener presente que el resultado negativo de una
prueba no descarta una parasitosis, porque la
excreción de larvas y huevos no necesariamente
es continua. Eso explica por qué se indican exámenes de heces seriados (se realizan durante
tres días seguidos).
Al pie de la letra
El tratamiento de las parasitosis intestinales
suele ser rápido y eficaz. Los fármacos que con
mayor frecuencia se emplean son antiparasitarios orales y, en algunos casos, antibióticos.
Las indicaciones de los gastroenterólogos van
desde dosis únicas hasta tomas que se extienden
durante 21 días.
Adicionalmente, los especialistas recomiendan seguir ciertas medidas preventivas cuando
un miembro de la familia tiene algún tipo de
parasitosis: extremar las normas de higiene en el
hogar, limpiar con frecuencia el sanitario, lavar
con agua caliente la ropa y la lencería, y suministrar antiparasitarios a todos los integrantes
del núcleo familiar.
García Cortez advierte sobre la importancia
de evitar la automedicación (muy común ante
la presencia de deposiciones acuosas), porque el
consumo de medicamentos antidiarreicos, como
la loperamida, puede fácilmente enmascarar los
síntomas de una parasitosis.
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F u en t es c o ns u l t adas
º Paúl David García Cortez, gastroenterólogo. Centro Clínico Profesional Caracas.
º Manuel García Rodríguez, gastroenterólogo. Centro de Ortopedia y Podología.
º Manual Merck de Información Médica para el Hogar. Merck Sharp & Dohme.
Editorial Océano.
º www.medline.gov.
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