Las concepcIones sobre freudianas la psicosis

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Las concepcIones freudianas
sobre la psicosis
** Ricardo Spector
La propuesta de la monografía es hacer un recorrido cronológico de
las obras de Freud en las que se ocupa de la problemática de la psicosis, e intentar encontrar los hilos lógicos que van generando la
necesidad de nuevos aportes.
En realidad, las referencias de Freud a las psicosis suelen aparecer
como elementos en cierto sentido marginales respecto de otras cuestiones de las que se está ocupando en cada momento. En 1894-96, se
trata de las modalidades de la defensa; en 1914, del narcisismo;
en 1915, del inconsciente, y en 1937, de las construcciones. De allí que
luego de este recorrido pude extraer la conclusión de que habría
que hablar de las teorías freudianas sobre la psicosis, a diferencia de
la teoría de la neurosis, que si bien va sufriendo modificaciones, conserva un hilo común.
No es posible abarcarlas todas, por lo que el énfasis está puesto en
discriminar, en cada momento, por dónde hace pasar la línea divisoria
neurosis-psicosis. A esto subyace una pregunta: ¿considera Freud la
psicosis como una estructura netamente diferenciada de la neurosis?
Creo que podemos encontrar dos órdenes de respuestas. Uno es
netamente clínico y práctico: las psicosis son estructuras diferentes
puesto que quienes las padecen no son psicoanalizables.
"La incapacidad de estos pacientes para la transferencia -al menos
hasta donde llega el proceso patológico-,
la inaccesibilidad terapéutica que de allí se sigue ... "
* Presentada en 1988,en el seminario "Acerca de lo que se rechaza en la psicosis
y de lo que se reprime en la neurosis", dictado por el Dr. Leonardo Peskin.
** Dirección: Santa Fe 3288, 5? "B", (1425) Capital Federal, R. Argentina.
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Ricardo Spector
En el orden teórico, en cambio, la respuesta no es tan unívoca, e
iremos viendo los distintos momentos por los que pasa, pero vale
a modo de ejemplo claro un pasaje del historial del "Hombre de los
lobos":
"Al final subsistieron en él, lado a lado, dos corrientes opuestas,
una de las cuales abominaba de la castración mientras que la otra
estaba pronta a aceptarla y consolarse con la feminidad como sustituto. La tercera corriente, más antigua y profunda, que simplemente
había desestimado la castración, con lo cual no estaba todavía en
cuestión el juicio acerca de su realidad objetiva, seguía siendo sin
duda activable".
A esto sigue el relato de la alucinación del dedo cortado.
Los más importantes autores posfreudianos han tomado partido
en esta cuestión. Para M. Klein, que el destino de un sujeto sea la
neurosis o la psicosis depende de factores básicamente cuantitativos,
el monto de instinto de muerte, que la escisión sea o no excesiva, etc.
De allí se sigue la concepción de la analizabilidad de la psicosis.
Para Lacan, un articulador teórico define claramente
psicótica: la forclusión del Nombre del Padre.
la estructura
1894-1896: Las psiconeurosis de defensa
Si la teoría de la defensa es útil, debe explicar todas las formaciones
psicopatológicas. En este marco se inscribe la inclusión de la confusión alucinatoria y la paranoia, junto a la histeria y a la neurosis
obsesiva, bajo el título de psiconeurosis de defensa.
Los resultados a que se arriba tras la aplicación de las distintas
defensas son diferentes. Lo común es que en todos los casos el yo
no quiere saber nada acerca de una idea y hace lo que puede para
que ésta no llegue a la conciencia.
No es sólo la naturaleza de los traumas lo que diferencia los destinos de los sujetos que los han experimentado. En la histeria y en la
amencia, es un trauma vivido pasivamente. En la neurosis obsesiva y
en la paranoia, un trauma sexual pasivo que es vuelto activo.
Si las diferencias fundamentales no están en los traumas, ¿ dónde
buscarlas? La defensa que lleva a la confusión alucinatoria es sin
duda la más exitosa:
"Ahora bien, existe una modalidad
defensiva mucho más enérgica
y exitosa, que consiste en que el yo desestima [verwerfen] la repre-
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sentación insoportable junto con su afecto y se comporta
la representación nunca hubiera comparecido".
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como
SI
De este modo, el yo se extraña de un fragmento de la realidad objetiva, y la mujer que Freud pone como ejemplo vive escenas de enorme
dicha junto a su amado inexistente.
La paciente de 1896 sufre de reproches que vive alucinatoriamente
como voces que la atormentan. En un principio se limitan a seguir
sus pasos, relatándolos (delirio de observación), luego se tornan persecutorios. El esfuerzo de Freud en el análisis del caso se dirige a
la búsqueda de la vivencia sexual infantil de cuyo recuerdo el yo
quiere liberarse. Logra su objetivo:
"teniendo ella seis años, se desvistió en el dormitorio para meterse
en la cama, sin avergonzarse ante su hermano presente. A mi inquisición, se averiguó que hubo muchas escenas de éstas, y que los
hermanitos durante años habían tenido la costumbre de mostrarse
desnudos uno al otro antes de meterse en la cama. Comprendí entonces el significado de la ocurrencia repentina de que la observaban
cuando se metía en la cama. Era un fragmento inalterado del viejo
recuerdo-reproche, y ella reparaba ahora con su vergüenza lo que
había omitido de niña".
Se paga caro el haber omitido la vergüenza de niña. De haberla tenido,
su experiencia sexual infantil hubiera podido desembocar en una neurosis obsesiva; como no tuvo vergüenza, ante el retorno de lo reprimido no queda otro camino que la proyección.
"En la neurosis obsesiva, el reproche inicial ha sido reprimido, por
la formación del síntoma defensivo primario: desconfianza en sí
mismo. Así se reconoció la licitud del reproche y entonces, para
compensar esto, la vigencia que el escrúpulo de la conciencia moral
adquirió en el intervalo de salud protege de dar crédito al reproche,
que retorna como representación obsesiva. En la paranoia, el reproche es reprimido por un camino que se puede designar como
proyección, puesto que se erige el síntoma defensivo de la desconfianza hacia los otros; con ello, se le quita reconocimiento al reproche, y, como compensación de esto, falta luego una protección
contra los reproches que retornan dentro de las ideas delirantes."
En síntesis, este momento de la obra de Freud se halla signado más
por los intentos de encontrar las similitudes entre neurosis y psicosis
que por marcar sus diferencias. Ya se anuncian cuestiones que luego
tendrán importantes desarrollos.
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1. La defensa en la psicosis conlleva una alteración del yo.
2. Algo ha ocurrido con la instauración de la conciencia moral.
Esta no tiene la eficacia que tiene en las neurosis para permitir
luego una defensa que no conduzca a la antedicha alteración del yo.
Algo sobre la "Gradiva" ...
Ya estamos "más allá de la teoría del trauma"; son las fantasías las
que enferman. En esta obra, el énfasis de Freud es claro; los delirios
son formaciones de compromiso, igual que el sueño y el síntoma neurótico. No hay una clara diferenciación entre fantasía y delirio.
"Sueño y delirio provienen de la misma fuente, lo reprimido; el sueño
es el delirio por así decir fisiológico del hombre normal."
Jung
La época de la "Gradiva": .. es la misma que la del comienzo de su
relación con Jung, sin duda plena de consecuencias en la obra freudiana. Es conocido el interés de Freud por extender el psicoanálisis
más allá de Viena, y el prestigio de Bleuler y Jung, que se habían
interesado por algunos de sus desarrollos, era una oportunidad.
Pero el ámbito de Jung era el de la psiquiatría, y su material más
habitual, la esquizofrenia.
El modo en que Freud entendía hasta entonces el conflicto, entre
la libido y el yo, debe ser repensado para poder incluir a la esquizofrenia en la teoría de la libido. Se hace necesario estudiar la estructura
misma del yo.
,.,
Hijos de este intercambio y de los nuevos rumbos que da a la teoría
son el análisis de Schreber e "Introducción del narcisismo".
Schreber
Desde el punto de vista que nos interesa aquí, hay dos líneas principales que guían el análisis que hace Freud del libro de Schreber. Estas
son el complejo paterno y el narcisismo.
Si el presidente del Senado se ha sentido perseguido por su médico,
esto se debe a que anteriormente éste era una persona especialmente
significativa para él. Y lo era por haber sido depositario de una importante investidura de libido homosexual.
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" ... la ocasión de contraer la enfermedad fue la emergencia de una
fantasía de deseo femenina (homosexual pasiva), cuyo objeto era la
persona del médico. La personalidad de Schreber le contrapuso
una intensa resistencia, y la lucha defensiva, que acaso hubiera
podido consumarse igualmente de otras formas, escogió, por razones
para nosotros desconocidas, la forma del delirio persecutorio."
Se reconoce la persistencia del modelo de 1896 con la gran diferencia
de que no se trata del retorno de una experiencia traumática sino de un
avance de la libido, en este caso homosexual.
¿Qué es el avance de libido homosexual? Freud lo atribuye al complejo paterno de un modo enteramente similar a como lo entiende en
casos por él descritos como neurosis (por ej. en "Las fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad");
o en el despliegue del
complejo de Edipo negativo.
"No es difícil que la sensación de simpatía hacia el médico proviniera de un 'proceso de transferencia' por el cual una investidura
de sentimiento es, en el enfermo, trasladada de una persona para él
sustantiva a la del médico, en verdad indiferente."
"La raíz de aquella fantasía femenina que desató tanta resistencia
en el enfermo habría sido, entonces, la añoranza por padre y
hermano ... "
"Conocemos con exactitud la postura del varoncito frente a su
padre; contiene la misma alianza entre sumisión respetuosa y rebelión que hemos hallado en la relación de Schreber con su Dios, y es
el modelo inconfundible de esta última, que lo copia fielmente."
Nos volvemos a encontrar con las similitudes entre neurosis y psicosis.
¿Dónde encontrar las diferencias?
Es necesario precisar la naturaleza de esta libido homosexual, y es
aquí donde se introduce el narcisismo.
La elección homosexual de objeto es situada entre el narcisismo y
la elección heterosexual, es decir, previa a la diferencia de los sexos,
a la problemática de la castración.
"Puesto que en nuestros análisis hallamos que los paranoicos procuran defenderse de una sexualización así de sus investiduras pulsionales sociales, nos vemos llevados a suponer que el punto débil
de su desarrollo ha de buscarse en el tramo entre autoerotismo,
narcisismo y homosexualidad, y allí se situará su predisposición
patológica. Una predisposición semejante debimos atribuir a la demencia precoz de Kraepelin o esquizofrenia de Bleuler."
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Las fijaciones en la paranoia y en la esquizofrenia son previas a la
diferencia de los sexos, y la génesis de estas enfermedades debe ser
estudiada ya no sólo en el marco del desarrollo de la libido sino también en el del yo.
Es en "Introducción del narcisismo" donde se empiezan a marcar
las diferencias más claras entre neurosis y psicosis, en lo que hace
a la estructura del aparato psíquico.
"Introducción
del narcisismo"
Fantasía y delirio dejan de correr por los mismos caminos. Lo que
era base de la explicación en textos como la "Gradiva"... no puede
sostenerse más.
En el artículo de 1914 aparecen delineadas las formas de enfermar
en las neurosis y en las psicosis, particularmente aquí, la esquizofrenia.
La fijación al narcisismo produce intensos efectos en la capacidad
del aparato de la fantasía para ser receptor de la libido cuya satisfacción es denegada.
"Intento aquí penetrar unos pocos pasos más en el mecanismo de la
parafrenia, y resumo las concepciones que ya hoy me parecen dignas
de consideración. Sitúo la diferencia entre estas afecciones y las
neurosis de transferencia en la siguiente circunstancia: en aquéllas,
la libido liberada por frustración no queda adscrita a los objetos
de la fantasía, sino que se retira sobre el yo; el delirio de grandeza
procura entonces el dominio psíquico de ese volumen de libido,
vale decir, es la operación psíquica equivalente a la introversión
sobre las formaciones de la fantasía en las neurosis de transferencia; de su frustración nace la hipocondría de la parafrenia, homóloga a la angustia de las neurosis de transferencia. Sabemos que
esta angustia puede relevarse mediante una ulterior elaboración
psíquica, a saber, mediante conversión, formación reactiva, formación protectora
(fobia). En lugar de esto, en las parafrenias tenemos el intento de restitución, al que debemos las manifestaciones
patológicas más llamativas. Puesto que la parafrenia a menudo (si
no la mayoría de las veces) trae consigo un desasimiento meramente parcial de la libido respecto de los objetos, dentro de su
cuadro pueden distinguirse tres grupos de manifestaciones:
1] las
de la normalidad conservada o neurosis (manifestaciones residuales);
2] las del proceso patológico (el desasimiento de la libido respecto de los objetos, y de ahí el delirio de grandeza, la hipocondría,
la perturbación afectiva, todas las regresiones), y 3] las de la resti-
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tución, que deposita de nuevo la libido en los objetos al modo de
una histeria (demencia precoz, parafrenia propiamente dicha) o
al modo de una neurosis obsesiva (paranoia). Esta nueva investidura libidinal se produce desde un nivel diverso y bajo otras
condiciones que la investidura primaria."
Este desarrollo tiene importantes consecuencias clínicas por lo que
creo que es útil fijarlo en un esquema.
Neurosis
Psicosis
1.
Frustración
3.
Investidura del yo
(megalomanía)
Hipocondría
Restitución
(delirios y alucinaciones)
Frustración
2. Introversión libidinal
(carga de la fantasía)
4.
Angustia
Retorno de lo reprimido
(conversión, fobia, etc.)
Aquí se nos plantea la pregunta: ¿por qué la fantasía es incapaz de
elaborar la libido sustraída a los objetos?
Plantearse el interrogante de este modo implica un corrimiento del
acento. Es evidente que hay en las psicosis un modo muy particular
de funcionamiento del narcisismo, la megalomanía está en primer
plano. Pero ¿es el trastorno del narcisismo lo que conduce a la psicosis o hay que buscar más en el fracaso de la fantasía, o sea de la red
de representaciones que se hace posible por la existencia de la barrera de la represión?
Freud no es categórico ante este interrogante pero es posible aproximarse a una respuesta por varias vías:
1. El caso de 1896, el de la niña carente de vergüenza, puede ser
explorado desde este ángulo. Allí ha fracasado la defensa primaria,
encargada de reprimir el reproche, luego de haberle dado crédito. Esta
represión primaria, operante, permite que el retorno de lo reprimido
se haga por transferencia de la representación reprimida a una preconsciente y se genera el síntoma neurótico. Su fracaso fuerza a que el
reproche aparezca viniendo desde afuera (proyección).
2. En una carta a Abraham, de mayo de 1915, le dice: "El erotismo
anal, el complejo de castración, etc., son fuentes ubicuas de excitación,
que necesariamente intervienen en cualquier enfermedad. Unas veces
resulta de ellos una cosa, otras, otra distinta. Por supuesto, parte
de nuestra tarea es averiguar qué ha sido de ellos, pero la explicación del trastorno sólo puede darla el mecanismo considerado dinámica, tópica y económicamente. Sé que usted estará pronto de acuerdo
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conmigo". Responde Abraham: estoy de acuerdo con usted en un
punto, que no he valorado suficientemente lo tópico.
3. Ya en 1910 había escrito a Ferenczi, a propósito de la represión
en la paranoia: "El mecanismo de la ruptura depende del desarrollo
del yo, el de la represión depende de la fase de la libido".
El énfasis en lo tópico, que remite permanentemente, aunque no
en forma explícita a la estructuración de la represión primaria, es
desplegado en el Capítulo VII de "Lo inconsciente" y en la "Adición
metapsicológica a la teoría de los sueños".
Capítulo VII de "Lo inconsciente"
Es en este texto donde se ponen de manifiesto las diferencias más
categóricas, desde el punto de vista de la metapsicología, entre neurosis y psicosis. Veremos que más adelante volverá a diluir en parte las
fronteras.
¿Cuál es el sello distintivo de la presencia de la esquizofrenia?
Descubre casi con asombro que el modo de hablar de los esquizofrénicos ofrece una respuesta.
El esquizofrénico habla, pero ¿cómo habla?
El lenguaje esquizofrénico indica una relación privilegiada con
el cuerpo mismo, y a la vez su posición excéntrica con respecto a la
barrera de la represión, respecto de los sistemas preconsciente e
inconsciente.
Examinemos el ejemplo ofrecido por Tausk.
"Una muchacha que fue llevada a la clínica luego de una querella
con su amado, se queja: los ojos no están derechos, están torcidos
[verdrehen]. Ella misma lo aclara, exponiendo en un lenguaje ordenado una serie de reproches contra el amado. 'Ella no puede entender que a él se lo vea distinto cada vez; es un hipócrita, un
torcedor de ojos [Augenverdreher, simulador], él le ha torcido
los ojos, ahora ella tiene los ojos torcidos, ésos ya no son más sus
ojos, ella ve el mundo ahora con otros ojos'."
"Una histérica hubiera torcido convulsivamente los ojos, y no
habría poseído un pensamiento consciente sobre eso ni habría
sido capaz de expresarlo con posterioridad."
Lo que no entra en juego para la paciente es la significación simula materialidad misma de la palabra usada
incluye ojos [Augen] y de allí que dice "los ojos están torcidos".
En la histérica, que Freud usa aquí como polo para la comparación,
también se hace el pasaje por la similitud de las palabras, pero de
lador [Augenverdreher],
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otro modo. La histérica no quiere saber nada acerca de que su novio
es un simulador, pero lo sabe inconscientemente
(no sabe que lo
sabe), y es esto lo que motiva la sustitución y la aparición del síntoma conversivo.
Es decir, en la histeria y en el sueño, la sustitución se produce
teniendo en cuenta la similitud significante, pero es motivada por la
representación inconsciente (simulador), que es intolerable.
En la esquizofrenia, la sustitución se produce debido a la similitud
de las palabras.
Dicho de otro modo, en la neurosis, y en las formaciones del inconsciente en general, las palabras son tratadas por el proceso primario,
previa regresión tópica.
Es la regresión tópica lo que falta en la esquizofrenia, precisamente
por la falta de investidura de la representación inconsciente, o sea por
el fracaso de la barrera entre los dos sistemas, la represión primaria.
Ya no sigue postulando que la represión actúa por igual en los
dos tipos de enfermedad.
"La fórmula según la cual la represión es un proceso que ocurre
entre los sistemas Ice. y Prcc. (o Cc.}, con el resultado de que algo
es mantenido lejos de la conciencia, sin duda tiene que ser modificada para incluir el caso de la demencia precoz y de otras afecciones
narcisistas. Pero el intento de huida emprendido por el yo, que se
exterioriza por el quite de la investidura consciente, sigue siendo
de cualquier modo lo común. Y la reflexión más superficial nos
muestra que ese intento de huida, esa huida de parte del yo, Se
pone en obra en las neurosis narcisistas de una manera mucho más
radical y profunda."
Esta huida mucho más radical y profunda es teorizada como Verwerfung [desmentida o repudio], como mecanismos en juego tanto en
la perversión como en la psicosis, sin hacer una delimitación conceptual clara.
"Pérdida de realidad ... " y "Construcciones ...••
Sólo haremos un breve enfoque de estos textos para marcar un cierto
nivel, nunca total, de retorno de Freud a puntos de vista expresados
en trabajos anteriores, en que la diferencia neurosis y psicosis aparece
menos marcada.
"Ahora bien, el tajante distingo entre neurosis y psicosis debe amenguarse, pues tampoco en la neurosis faltan intentos de sustituir la
realidad indeseada por otra más acorde al deseo." (1924)
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En "Construcciones en psicoanálisis", ya al final de su obra, nos
asombra con esta afirmación:
"Quizá las formaciones delirantes que con tanta regularidad hallamos articuladas con estas alucinaciones no sean tan independientes,
como de ordinario suponíamos, de la pulsión emergente de lo inconsciente y del retorno de lo reprimido."
La conclusión básica de este artículo es que hay un núcleo de verdad
histórica en el delirio, y es esto lo que le otorga convicción.
Freud nos invita a ensayar un tratamiento basado en esta idea.
Bibliografía
Freud, Sigmund (1894): "Las neuropsicosis de defensa".
(1896): "Nuevas observaciones sobre las neuropsicosis de defensa".
(1906): El delirio y los sueños en la "Gradiva" de W. Iensen.
(1910): Carta a Ferenczi.
(1910): "Sobre un caso de paranoia descrito autobiográficamente",
(1914): "Introducción del narcisismo".
(1914): "Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico".
(1915): "Lo inconsciente".
(1917): "Adición metapsicológica a la teoría de los sueños".
(1924): "La pérdida de realidad en las neurosis y las psicosis".
(1937): "Construcciones en psicoanálisis".
- (1915): Correspondencia Freud-Abraham. Gedisa, Barcelona, 1979.
Kleín, Melanie (1946): "Notas sobre algunos mecanismos esquizoides", REV. DE
PSICOANÁLISIS, VI, 1, 1948-49.
Lacan, Jacques: Seminario 3, Las psicosis (1955-56). Paidós, Buenos Aires.
Roustang, F. (1980): Un funesto destino. Premia, México, 1980.
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