La identificación del P

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La identificación del P. O'Callaghan
Reputado como uno de los más prestigiosos papirólogos del Pontificio Instituto
Bíblico de Roma, el P. O’Callaghan ocupaba su tiempo libre creando
crucigramas en griego o tratando de identificar fragmentos de papiros
qumránicos aún no identificados.
En 1972, por casualidad, puso su atención en el 7Q5, que los expertos
suponían podía tratarse del fragmento veterotestamentario de una genealogía,
ya que el trozo permitía leer claramente "gene", que se suponía pertenecía a la
palabra "egenesen" -termino griego para "engendró"-. Después de mucha
búsqueda O’Callaghan vio que el texto no empalmaba con ningún pasaje
veterotestamentario que incluyera la palabra "engendró", por lo que se decidió
a buscar otra palabra, "Genersaret". Tampoco el Antiguo Testamento arrojó
resultados positivos, por lo que, rompiendo paradigmas y yendo contra la
"sabiduría" usual que descartaba, no sólo la existencia de un papiro
neotestamentrio, sino incluso que algún Evangelio que pudiese haber sido
escrito antes del 50, se decidió a comparar el papiro con pasajes
neotestamentarios.
El experto dio un salto de sorpresa cuando descubrió que las letras sueltas
legibles en el papiro coincidían sólo con un pasaje de la Escritura: el Evangelio
Según San Marcos, capítulo 6, versículos 52 y 53, como lo manifiesta la
siguiente animación:
El descubrimiento se hace público
Con esta convicción, y pese a las primeras opiniones contrarias de su entorno,
el estudioso decidió poner en marcha la poderosa maquinaria de sus
conocimientos papirológicos. Elaboró un primer borrador de su descubrimiento
y se dirigió inmediatamente al entonces Rector del Bíblico y luego Arzobispo de
Milán, Padre Carlo Maria Martini. El futuro Purpurado estaba entonces
ocupado, así que O´Callaghan debió dejarle el borrador sin hablar con él
personalmente. En menos de veinticuatro horas el entonces Padre Martini
irrumpió en el austero cuarto del jesuita en la residencia del Bíblico para inquirir
sobre mayores detalles y hacer de "abogado del diablo" proponiendo una serie
de dificultades. Resueltas las mismas alentó al jesuita español, pero le señaló
dos condiciones previas a la publicación de cualquier ensayo:
- Identificar algún otro papiro de la misma cueva como un posible texto
neotestamentario.
- Trabajar en Jerusalén con el original del texto y no con la fotografía de rayos
infrarrojos sobre la cual había trabajado O´Callaghan inicialmente.
La primera condición llevó al experto a revisar otros fragmentos, llegando a
identificar el 7Q4 como una fracción de los capítulos 3 y 4 de la primera carta
del apóstol San Pablo a Timoteo. Este descubrimiento decisivo para el estudio
bíblico de las epístolas llamadas católicas, está a la espera de un mayor
desarrollo.
La segunda, llevó al experto a viajar a Jerusalén, donde el original no sólo
confirmó su hipótesis, sino que despejó dudas sobre la identificación de
algunas letras del fragmento.
Aún así, antes de proceder a la identificación, el hoy Cardenal Martini, con gran
circunspección científica, quiso conocer la opinión de un eminente especialista,
el Profesor Sergio Daris, docente de papirología de la Universidad de Trieste,
con quien el P. O´Callaghan sostuvo una sesión de discusión científica durante
todo un día. Con su parecer favorable, el entonces P. Martini autorizó la
publicación de un primer artículo en "Bíblica", la revista del Pontificio Instituto
Bíblico.
(Tomado de www.aciprensa.com )
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