El legado educacional de Lee Kuan Yew, el “padre de la patria” de

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LATERCERA Domingo 29 de marzo de 2015
RR Una mujer toca un
retrato del Lee Kuan Yew
rodeado de velas en
homenaje, el viernes en
Singapur. FOTO: AP
Mundo
SINGAPUR
Supe
Superficie:
PIB (PPA):
(
Malasia
sia
Singapur
Indonesia
697 km2
US$ 339.000
millones
PIB per
p
cápita (PPA): $62.400
cápit
Población:
5,5 millones
de habitantes
Chinos:
74,2%
Malayos: 13,3%
Indios: 9,2%
Otros: 3,3%
LA TERCERA
El legado educacional de
Lee Kuan Yew, el “padre
de la patria” de Singapur
R El ex primer ministro, que falleció
R En el último informe de Pisa dado
esta semana, convirtió a esta
ciudad-estado asiática en un país
angloparlante.
a conocer en abril, Singapur lideró
la clasificación de 44 países o
territorios.
Pedro Schwarze
Más allá del modelo de país
dónde se entremezcla una economía liberalizada, el paternalismo estatal y un firme control
político, uno de los mayores legados que dejó Lee Kuan Yew,
el primer jefe de gobierno de
Singapur, definido el “padre de
la patria” y que falleció el lunes a los 91 años, es el sistema
educacional de la ciudad-esta-
do. Eso porque en cuatro décadas no solo pasó de cifras
enormes de analfabestimo a
un población competitiva,
sino porque se transformó en
objeto de estudio para muchos
países debido a los excelentes
resultados en la mayoría de
los test internacionales en materia educacional.
En el último informe del Programa Internacional para la
Evaluación de Estudiantes
(Pisa), que analiza las habilidades prácticas en la resolución
de problemas de alumnos de 15
años, y dado a conocer en abril
pasado, Singapur lideró la clasificación de 44 países o territorios, con 562 puntos. Le siguen Corea del Sur, Japón, Macao, Hong Kong, Shangai y
Taiwán, Canadá, Australia y
Finlandia.
Una de las claves que impulsó Lee Kuan Yew fue conver-
tir a Singapur en un país angloparlante, donde los niños desde muy pequeños aprenden
el inglés como primer idioma
y solo en un segundo lugar su
lengua materna, sea chinomandarín, malayo, tamil. Esto
sería determinante para que el
país se transformara en un importante centro de comercio
mundial, ya que la enorme
mayoría de sus habitantes
pueden entenderse con un ex-
tranjero en inglés.
Fundamental fue la gratuidad de la educación y una medida que pudo resultar controvertida en un comienzo: fijar
por ley el sueldo de los profesores, que se niveló con el de
ingenieros y abogados. Aunque en un comienzo la medida puso en un mismo nivel,
quizá en forma desmerecida,
a profesores de bajo y de alto
nivel, con el correr de los años
se generó un círculo virtuoso
en el que los mejores alumnos
postulaban a las carreras de
pedagogía. Hoy los profesores
son de un alto nivel académico, reconocidos socialmente
y bien pagados.
En los cursos de primaria, la
educación está orientada en
50% a lenguas y la mitad a matemáticas. El sistema funciona
con resultados y rankings, en
lo que las autoridades educacionales destacan como un
modelo basado en la meritocracia. Al terminar esta fase
escolar, y tras rendir un examen, los estudiantes son destinados a colegios secundarios
con distintas especialidades,
previa identificación de las capacidades de cada uno.
Es al terminar esta nueva
etapa que los estudiantes dan
un riguroso test, el cual de-
termina a donde pueden postular, sean centros de formación, institutos o universidades. La educación superior no
es gratuita, pero el sistema está
diseñado para que nadie se
quede afuera, por lo que si alguien no se la puede financiar
el Estado proporciona asistencia para poder acceder a él.
Una de las máximas de Singapur es su apuesta por tener
universidades del máximo nivel, con tal de satisfacer las
necesidades productivas de
una economía que se basa en
el conocimiento y en nutrir la
capacidad innovadora de las
empresas. De esta forma, las
universidades de Singapur, todas estatales, son de excelencia, la mejores de Asia y entre
las mejores del mundo.
No por nada buena parte de
la clase dirigente china ha pasado por la Universidad Nacional de Singapur y la Universidad Tecnológica Nanyang.
Claro que los futuros dirigentes chinos -alcaldes, gobernadores o viceministros- no solo
viajan por la calidad de la educación superior, sino que también lo hacen por el modelo
que representa Singapur, al
que apuesta Beijing: un país,
prospero y estable, con un régimen político controlado.b
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