El Gobierno prepara a toda prisa una Ley de Auditorías

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El Gobierno prepara a toda prisa una
Ley de Auditorías 'que no debería estar
sesgada por casos mediáticos'
Una auditoría no hubiera detectado un caso como el de las tarjetas opacas de Caja
Madrid y Bankia
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Los auditores denuncian que la norma incluye aspectos ilegales
Exceso de incompatibilidades y sanciones demasiado elevadas
María Gómez | Bolsamania | 29 nov, 2014 10:46
El Gobierno de Mariano Rajoy quiere presentar antes de que acabe el año la nueva Ley de
Auditoría, a pesar de que su entrada en vigor según la Unión Europea (UE) no se llevará a
cabo hasta junio de 2016. ¿Por qué tanta prisa? Desde el Instituto de Censores Jurados de
Cuentas de España (ICJCE) cuentan que la respuesta oficial del Ejecutivo es que no habría
tiempo de aprobarla antes de que acabe la legislatura si se retrasa su presentación, ya que el
año que viene hay dos procesos electorales, y denuncian que contiene aspectos ilegales y que
no debe hacerse a golpe de “casos mediáticos”.
Con escándalos como el de Gowex o el de las tarjetas opacas de Bankia y Caja Madrid aún
resonando, el presidente del ICJCE, Mario Alonso, advierte de que “esta ley no puede estar
sesgada por casos mediáticos” porque, cifra, de unas 60.000 auditorías que se realizan
aproximadamente al año en España, apenas se identifican 40 entre las sancionadas por faltas
graves o muy graves. En una presentación organizada por la Asociación de la Periodistas de
Información Económica (APIE), aseguró que la auditoría no podría haber detectado los gastos
de las tarjetas 'black'.
EL POR QUÉ DE NO DETECTAR LAS TARJETAS OPACAS: LA MATERIALIDAD
El concepto de “materialidad” de una auditoría evita que se detecten algunas
irregularidades. Se entiende por materialidad o importancia relativa según la Norma
Internacional de Auditoría (NIA), la cifra o cifras determinadas por el auditor, por debajo
del nivel de la importancia relativa establecida para los estados financieros en su conjunto,
al objeto de reducir a un nivel adecuadamente bajo la probabilidad de que la suma de las
incorrecciones no corregidas y no detectadas supere la importancia relativa determinada
para los estados financieros en su conjunto.
Es decir, la materialidad es una cifra calculada en base a una norma del Instituto de
Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) y que depende de la facturación, los
resultados o los activos de la empresa auditada, a partir de la cual el auditor avisa de las
diferencias. El auditado, como explica Alonso, no interviene en la determinación de esa
cifra.
En el caso de las tarjetas opacas, la auditora Deloitte no detectó los más de 15 millones de
euros gastados con estas tarjetas durante más de 10 años por más de 80 directivos, porque en
términos de auditoría para una entidad que mueve elevadas cifras está por debajo de esa
materialidad. “La auditoría no lo podía haber detectado”, explica Alonso.
También desde el Banco de España y desde el Fondo de Reestructuración Ordenada
Bancaria (FROB), organismo dependiente de Economía y el que envió este caso a la
Fiscalía, destacaron cuando estalló el escándalo que las cantidades implicadas tenían
“poca relevancia” desde el punto de vista de la solvencia.
LEGISLANDO 'A TODA PRISA'
Esta semana ha sido de nuevo intensa en el capítulo de la “corrupción”. El presidente del
Gobierno, Mariano Rajoy, convocaba el jueves en el Congreso un monográfico sobre el
asunto, en el que presentaba medidas para imponer la transparencia y la regeneración
democrática, pero lo hacía pocas horas después de la dimisión de la ministra de Sanidad,
Ana Mato, por ser beneficiaria de los delitos cometidos por la trama Gürtel, unas
irregularidades que se conocen desde antes de que Rajoy compusiera su equipo de
Gobierno.
El Ejecutivo se apresura en legislar antes de que el año que viene se echen encima dos
procesos electorales importantes: las elecciones autonómicas y municipales en mayo y las
generales en noviembre. Una de las normas que esperan aprobar antes de que se paralice la
actividad en el Congreso es la Ley de Auditorías. La patronal de auditores denuncia que el
Gobierno está legislando sin escuchar a los profesionales del sector que, en el caso del ICJCE,
encargaron un informe técnico a la firma Clifford Chance en la que se detectaron aspectos
ilegales con respecto a los requisitos europeos.
EXCESO DE INCOMPATIBILIDADES Y DE SANCIONES
Europa obliga a poner en marcha una nueva legislación a este respecto antes del verano
de 2016, y en el ICJCE “dudamos de la legalidad del proyecto de Ley que tenemos sobre
la mesa”, entre otros motivos por lo mucho que extiende el concepto de incompatibilidad.
Este aspecto, junto con el e sanciones “excesivas” en su opinión, es abusivo.
Así define el anteproyecto de Ley de Auditoría de Cuentas (ALAC) a los familiares
próximos: “Los cónyuges de los auditores o las personas con quienes mantengan análogas
relaciones de afectividad, y aquellos con los que cualquiera de éstos tengan vínculos de
consanguinidad hasta el segundo grado, incluidos los cónyuges de éstos últimos. Se
excluyen quienes tengan vínculos de consanguinidad en línea directa en segundo grado”.
Consideran los auditores que esta definición no es clara y que, en cualquier caso, como
ya denunciaron “si respecto del auditor el círculo de afectados incluye a padres, hijos y
hermanos, cuando dicho círculo se dilata a los cónyuges de éstos y, sobre todo, cuando
se añaden las mismas relaciones para el cónyuge o pareja, el resultado es un régimen de
imposible cumplimiento”.
Critican también los auditores que las sanciones que plantea la nueva legislación son
excesivas, teniendo en cuenta los “escasísimos” dice Alonso errores que se comenten.
Recuerda que en España se llevan a cabo unas 60.000 auditorías al año en España y se
dieron el último ejercicio unas 40 con resultado de error grave o muy grave. Esto implica
que una pequeña firma de auditoría tendría complicada su supervivencia si tiene que pagar
una de las nuevas multas que se impondrán. No cree, sin embargo, que la norma esté
“sesgada hacia las cuatro grandes” (Deloitte, Ernst & Young, PriceWaterhouseCooper y
KMPG).
“Pedimos al ministerio de Economía trabajar juntos, porque se ha hecho de forma
precipitada y estamos profundamente en desacuerdo, y no ocultamos que también
preocupados”, concluye.
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